Se nos ve el plumero Se nos ve el plumero

"La libertad produce monstruos, pero la falta de libertad produce infinitamente más monstruos"

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La «rentrée» de Garzón. ¡Olé tus webs!

Está claro que el juez Garzón ha puesto fin a sus vacaciones, como muchos de nosotros, pero él lo ha hecho por todo lo alto. Ayer acaparó las portadas de la prensa. Y hoy repite con gran titular en El País y gran foto de «Los nuevos intocables» en El Mundo. Y con razón.

Hoy mismo el ministro del Interior le ha echado una mano:

«Garzón no viene a abrir heridas sino a cerralas»

ha dicho Rubalcaba.

Un respeto por tantas víctimas de la guerra civil, de ambos bandos, que jamás pudieron tener digna sepultura.

La mayoría de las víctimas de la República descansan, con todo honor y gloria, en cementerios o iglesias. («¡Presentes!», gritábamos de niños antes de entrar en clase)

En cambio, la mayoría de las víctimas del fascismo siguen alimentando prados y cunetas. Ya se que remover restos de cadáveres es un acto forense muy desagradable, pero necesario para cerrar heridas (e injusticias) históricas.

Por tanto: ¡Enhorabuena, juez Garzón!. Y gracias.

Portadas de hoy:

Portadas de ayer:

Páginas interiores de El Mundo de ayer:

Páginas interiores de El País de ayer:

Páginas interiores de El Mundo de hoy:

Páginas interiores de El País de hoy:

Nuestro Eneko nunca falla en las grandes ocasiones:

Creo que, a pesar de los pesares, debemos recuperar la memoria de los desaparecidos y torturados, ya sea en el Chile de Pinochet, en la Argentina de Videla o en la España de Franco o en el último rincón del planeta. Por supuesto, también los desaparecidos y torturados por el bando republicano cuyos cadáveres no se hayan recuperado.

¿Por qué no?

Yo mismo fui, al poco de morir Franco, un desaparecido y un torturado del franquismo. No guardo ningún rencor a mis secuestradores/torturadores ni tengo ganas de revancha alguna. Pero reconozco que muchos de los que han sufrido persecución y tortura, o de los familiares de quienes fueron asesinados por sus ideales, quieran, al menos, recuperar sus restos y darles el reconocimiento público que merece su memoria. Es una cuestión de justicia y también de lealtad a la verdad histórica. Que nadie se rasgue las vestiduras por esta acción mínima de la Justicia.

Estoy seguro de que mis padres se habrían emocionado con estas noticias sobre las actuaciones de Garzón, si aún vivieran. Mi padre murió hace once años y hace un par de años encontré el obituario que publiqué en La Voz de Almería en su memoria. Cuando he leido las noticias sobre las actuaciones del juez Garzón, en favor de las víctimas de la guerra civil, no he podido evitar un recuerdo emocionado a la memoris de mis padres que perdieron aquella guerra pero mantuvieron firmes sus ideales de solidaridad y justicia.

Hace unos dias, antes de concluir mis vacaciones de agosto, estuve en Almería vaciando de recuerdos la casa de mi hermana, de mi cuñado y mi sobrina, que murieron en trágico accidente de tráfico, el pasado 9 de diciembre. Agotado, física y emocionalmente, encontré en un cajón de la mesa de trabajo de mi hermana (entre mecheros sin gas, relojes rotos, gafas viejas, tornillos, botones y fotos arrugadas) el carnet de mi padre de suboficial de la II República Española.

Me emocioné y lo guardé en mi bolsillo.

No se por qué aún lo llevo conmigo y lo miro de vez en cuando.

¿Y si hubiera ganado Rajoy, el 14-M, con el cuento de ETA en el 11-M?

¿Qué sería de la democracia española si Aznar hubiera conseguido engañar a los españoles, como pretendía, entre el 11 y el 14 de marzo de 2004?

Menos mal que no lo consiguió.

¿Se imaginan que el PP hubiera ganado las elecciones, hace hoy tres años, gracias a sus premeditadas mentiras sobre ETA en el 11-M?

¿Qué sería del eventual Gobierno Rajoy, una vez descubierta y probada en juicio la autoría del terrorismo islamista?

¿Dimitiría Rajoy por la felonía cometida por Aznar, Acebes y Zaplana para que la guerra ilegal de Irak, que motivó el atentado de Atocha, no influyera en las urnas?

No quiero ni pensar en las terribles consecuencias que para nuestra frágil democracia habría tenido una victoria, hace justo tres años, basada en la mentira masiva aznarista de que había sido ETA la autora de la masacre del 11-M.

EDITORIAL de El País

Dar y pedir cuentas

14/03/2007

El portavoz del PP, Eduardo Zaplana, acusó al ministro Pérez Rubalcaba de pedir cuentas a los demás en lugar de rendirlas sobre la aplicación al etarra De Juana Chaos de un régimen de prisión atenuada. El reproche es injusto.

En el debate parlamentario de ayer, Rubalcaba lanzó reproches retrospectivos al PP, pero dio razones de su decisión que resultaron más claras y convincentes que las de su contrincante.

El Gobierno se enfrentaba al chantaje de libertad o muerte de un De Juana dispuesto a dejarse morir.

En lugar de ceder, el Gobierno buscó una vía de entre las permitidas por la ley que evitase tanto la liberación del preso como su muerte, de la que habrían derivado males mayores (incluyendo otras posibles muertes).

Y lo hizo de manera que quedase a salvo la autoridad del Estado: el preso sigue preso, aunque cumplirá lo que le queda de la sentencia en un régimen penitenciario adecuado a las circunstancias. Rubalcaba evitó añadir a esas razones otra que también ha influido: el error inicial de ceder a la presión emocional de quienes exigían al Gobierno buscar motivos de imputación que evitaran la salida del preso tras haber cumplido su condena.

Son razones de peso. Zaplana les opuso el argumento de que la mayoría de los ciudadanos están en contra del trato otorgado a De Juana. No hay duda de ello, pero el criterio de mayoría no es aplicable cuando se trata de un dilema como el planteado: el Gobierno tenía que elegir entre dos males y asumir el coste político de su opción, y es lo que ha hecho.

La política penitenciaria es parte de la política antiterrorista, dijo el ministro, y todos los gobiernos han utilizado el margen de discrecionalidad que les daba la ley para impulsar medidas anti-ETA, como la dispersión para favorecer la reinserción, etcétera. Y al menos desde el Pacto de Ajuria Enea, con el apoyo de la oposición.

Un punto débil de la argumentación del ministro fue olvidar que, a partir de la ruptura de la tregua de Lizarra, el nuevo consenso excluía o relativizaba la búsqueda de salidas negociadas. Pero Zaplana no quiso oír el reconocimiento por Rubalcaba de que había sido esa política de firmeza del PP lo que había debilitado a ETA hasta hacer verosímil un final dialogado.

Rubalcaba recordó pronunciamientos del Gobierno del PP que demostraban que en su momento no consideraban cesiones a ETA medidas legales destinadas a evitar males mayores.

También invocó episodios que prueban la negligencia de aquel Gobierno en la aplicación de las medidas penitenciarias destinadas en principio a favorecer la reinserción y que sólo sirvieron para aliviar las condenas de los más caraduras: los que alegaron hacer gimnasia o, como De Juana, haber escrito un libro que resultó ser un panfleto a favor de ETA, para acogerse a las medidas de redención extraordinaria.

De acuerdo con el argumentario más reciente, el portavoz del PP proyectó el asunto De Juana sobre la política antiterrorista del Gobierno para acusar a Zapatero de haberse plegado a las órdenes de ETA con el objetivo de salvar o reanudar el proceso de paz, y de ofender a las víctimas.

El debate fue casi siempre desgarrado, a cara de perro. Rubalcaba volvió a evocar la excarcelación anticipada del preso que poco después asesinó a un concejal socialista, y Zaplana no se privó de sacar los GAL y los asesinatos de Lasa y Zabala. Fue visible la congoja de los representantes de los demás grupos. Es difícil no compartirla.

FIN

¿Quién juzgará a Bush?

EDITORIAL de El País

Sima de vergüenza

05/01/2007

Las informaciones son tan escalofriantes como vergonzosas. Los testimonios de miembros del FBI que asistieron a las torturas infligidas por miembros de la CIA y otros cuerpos de seguridad a sospechosos de terrorismo islamista en el campo de prisioneros en la base de Guantánamo en la isla de Cuba proporcionan al mundo un protocolo fehaciente del horror, la humillación y la degradación generados por un concepto de la guerra contra el terror auspiciado por el presidente Bush tras el 11-S. Por desgracia los testimonios ahora hechos públicos son tan coincidentes que carece de sentido, por mucho que se quisiera, poner en duda no ya su verosimilitud, sino su veracidad.

Es un hecho que en nombre de la lucha contra el terror y por la libertad las autoridades democráticas de EE UU han inducido cuando no ordenado a funcionarios suyos a actos de tortura y depravación como sólo se suelen considerar posibles bajo las peores y más inhumanas dictaduras. Las vejaciones y torturas, como la vesania desplegada por sus artífices, son incalificables. Y el daño hecho a las víctimas es sólo comparable al infligido al prestigio y la dignidad del Gobierno de EE UU y de la democracia en general, que ve como sus enemigos pueden con razón acusarla de prácticas propias de las más oscuras dictaduras.

No puede servir de consuelo el hecho de que haya sido una organización americana de derechos civiles y el vigor de las instituciones de Washington los que han forzado a centenares de miembros del FBI a testimoniar y documentar estas atrocidades, y que ahora han conseguido la publicación de tan demoledoras informaciones. Ha sido la American Civil Liberties Union (ACLU) la que con su denuncia ha logrado una desclasificación de documentos que habrá de tener consecuencias drásticas para los responsables de que las celdas y los pasillos de Guantánamo se hayan convertido en cámaras de tortura. Pero también para aquellos que, como cada vez es más evidente, auspiciaron y animaron a ejercer semejante trato a los prisioneros en aquel campo de la vergüenza.

La guerra contra el terrorismo, lanzada en su día por Bush tras la agresión de Al Qaeda, ha dejado un largo reguero de víctimas que comenzó en Nueva York y sigue por muchos rincones del globo, incluido Irak. Pero si las sociedades democráticas, empezando por la norteamericana, quieren que no queden también por el camino los principios innegociables de respeto a la dignidad de la persona y a la vida en libertad, estos otros crímenes no deben quedar impunes.

FIN

Artículo de Millás en la última de El País

Película

JUAN JOSÉ MILLÁS

05/01/2007

Sadam Husein fue ejecutado mientras George Bush dormía, de modo que el cuerpo del sátrapa (todos sus esfínteres a punto de reventar) cayó dentro del sueño del presidente de EE UU con la violencia de un cadáver arrojado desde el séptimo piso. Cuando Bush despertó tenía en la conciencia un despojo largamente anhelado, lo que quizá le produjo la deflación característica del apetito satisfecho, o quizá no, nunca se sabe. El asesino murió en la horca, un artefacto mecánico de dos pisos que evocan la división entre el mundo consciente e inconsciente. Cuando se abre la trampilla, el reo se precipita con todas sus vísceras al cajón del subconsciente, donde, ya muerto, se mea, se caga y, según algunos, eyacula.

No queremos ni imaginarnos cómo estará el subconsciente de Bush estos días de enero. Tanta pasión puesta en la llegada de ese instante para que al final dé la impresión de que el malo era él. No sería raro que al contemplar el vídeo se haya visto a sí mismo colgando de la soga. ¿Pero por qué no le quitaron el abrigo sabiendo que tengo uno parecido? ¿Y por qué esa insistencia de la prensa libre en recordar que los crímenes por los que hemos acabado con él son calderilla comparados con los que cometió cuando éramos sus cómplices? ¿Las mentiras masivas, los soldados rotos, los civiles muertos, torturados o troceados sólo han servido para que todo se resuelva en un ruido de vértebras quebradas que en los primeros instantes ni siquiera sabía si eran las suyas o las mías? ¿Quién grabó esas imágenes tremendas? ¿Quién ordenó su difusión?

¿Y por qué los servicios secretos no nos advirtieron de que al borde mismo de la muerte podría actuar como un personaje de John Wayne, exigiendo a sus verdugos que se portaran como hombres? ¿Pero quién era aquí el vaquero aguerrido, el sheriff justiciero, la pistola más rápida del Oeste? Laura todavía asegura que yo, pero en voz baja, si he de decirlo todo. ¿Por qué le permitieron esa serenidad, esas últimas frases? ¿Por qué no imploró clemencia ni gimoteó como un marica, que era lo previsto en el guión que me pasaron a la firma? ¿Quién da las órdenes aquí, quién manda? ¿Quién dirigía esta película? ¿O acaso no era una película?

FIN

De las portadas de hoy me llama la atención el «collage» realizado por El Mundo con ETA, Zapatero y la promoción del SMS de un sindicato policial para unir todas esas informaciones bajo este cintillo común (en mayúsculas) a toda página:

ETA VUELVE A ESTROPEAR EL MENSAJE PACIFISTA AL QUE SE AFERRA ZAPATERO

¿Es éste un titular de información o de opinión?

Volver a estropear

Mensaje pacifista

Se aferra

Son expresiones que guardo por si algún día, de mayor, tengo que enseñar lo que no es periodismo.

A esa portada sólo le faltaban las víctimas del PP de Alcaraz que han conseguido, con gran éxito, la desunión de los demócratas en la lucha contra ETA. Tampoco le hubiera venido mal a esa portada este dibujo filosófico que El Roto publica hoy en El País.

A propósito de la pendiente conspiranoica por la que se deslizó la extrema derecha del PP , cuando perdió el Poder en las urnas, El País dedica hoy un editorial a la empanada mental de quienes, de manera miserable y torticera, todavía ligan a ETA con el 11-M y con el fenecido proceso de paz.

EDITORIAL de El País

‘Yihadistas’ en España

05/01/2007

Los cinco islamistas detenidos en España hace dos días se suman a los más de 300 supuestamente relacionados con actividades terroristas que lo han sido desde fines de los años noventa, en su mayoría con posterioridad al 11-M. Los detenidos están acusados de colaborar con tres de los implicados en aquel atentado, incluido el argelino Daoud Ouhnane, imputado en el sumario como participante directo en la matanza. A uno de los detenidos se le acusa de ser el enlace en España de Ouhnane, a quien se sitúa en Irak pero entre cuyas misiones figura la de preparar nuevos atentados en nuestro país, según la investigación.

Estas detenciones, menos de un mes después de las de 11 vecinos de Ceuta acusados de confabulación para cometer atentados, indican que el peligro terrorista islamista sigue presente y que la policía trata de adelantarse a una eventual entrada en acción de los núcleos de activistas potenciales. Una preocupación prioritaria de la policía es ahora el control de los aspirantes a terroristas reclutados por la red de Al Zarqaui (muerto en junio pasado) en España y que tras recibir instrucción en Irak están volviendo a nuestro país. España ha facilitado el 10% de los nombres de una lista de 200 potenciales terroristas islamistas puesta en común por los principales países de la UE con el fin de vigilar sus movimientos por Europa. Se trata en su mayoría de personas que llevan vida normal y que no pueden ser detenidas dado que no han cometido delitos en España y no hay pruebas de sus actividades en Irak.

El 90% de los atentados suicidas (más de 500 desde el final de la guerra) producidos en Irak ha sido realizado por activistas extranjeros, algunos de ellos captados en España. Tres de los cinco detenidos esta semana están acusados de haber tenido contactos con Mohamed Alfalah, cuyas huellas fueron identificadas en los escenarios en que se preparó el 11-M y que tras huir a Irak murió en uno de esos atentados suicidas.

Se va así completando el cuadro de personas implicadas en el 11-M, incluidos los 12 autores materiales, de los que siete se suicidaron en Leganés, tres están en prisión, uno murió en Irak y otro se supone que sigue en ese país. A la vista de tal cuadro, resulta cada día más estrambótico el empeño de algunas personas por seguir sembrando dudas sobre los verdaderos autores del 11-M. Todavía estos días se han visto en concentraciones contra el atentado de ETA en Barajas pancartas que reclamaban «queremos saber la verdad». Esta obsesión, de la que el PP parece querer desengancharse sin decirlo, se ha convertido en un obstáculo para la participación unitaria en movilizaciones contra ETA. Unidad que en estos momentos -la Ertzaintza descubrió ayer en Vizcaya un coche con 100 kilos de explosivos dispuestos para ser detonados- es más necesaria que nunca.

FIN

Hay un rayo de luz en la portada de El País. Tal como están las cosas, no debe sorprendernos que ilustren la primera página con una foto-noticia balsámica: Acebes y Rubalcaba juntos. ¡Válgame dios!

Y este es el titular que nos traen hoy los Reyes Magos:

El adiós a Carlos Palate reúne a Rubalcaba y Acebes

Aquí pasa algo.

¡Felices Reyes!

Sujetos: «Rubalcaba», en El Mundo; «la cúpula de ETA», en El País

Cada vez que veo a Franco en las noticias me da repelús. Hoy sale, otra vez, el dictador en la portada de El Mundo.

Leo el título y el sumario y veo que este diario ha convertido en noticia lo que no es otra cosa de un autoanuncio publicitario. Menos mal. Al ver esta foto del dictador, autollamado «Generalísimo«, a tamaño natural -o sea, de sello de Correos-, casi me da un patatús.

La presunta información nos remite a Página 48. Allí nos encontramos una página completa de autobombo publicitario que supongo muy del gusto de los algunos lectores de este diario y, naturalmemte, de los coleccionistas de sellos. Que les aproveche la colección. Yo paso. No quiero ver al «Caudillo» ni en sellos.

Estoy trabajando a medio gas y haciendo los propósitos de enmienda habituales en estas fechas. O sea: limpiar y ordenar mi despacho, arreglar la bici para hacer algún ejercicio, volver al peso que tenía antes de Nochebuena, analizar los titulares en este blog en el desayuno y no después de la cena, tomar menos cañas para no perder ningún punto del carnet, etc.

Una vez hecha la lista inútil de própositos, que tampoco cumpliré este año, me he dedicado a leer la prensa de pago en lo único que aún la distingue de los demás medios de comunicación: el análisis de los hechos y la opinión de los especialistas.

Por eso, recomiendo hoy la lectura de estos artículos y editoriales:

EDITORIAL de El País:

Si fueran inteligentes

03/01/2007

Si los dirigentes del PP fueran más inteligentes no sólo aceptarían participar en la reunión de todos los grupos políticos parlamentarios que promueve el Gobierno para poner en común posibles iniciativas compartidas contra ETA, sino que renunciarían a colocar ahora en primer plano los reproches a Zapatero y, por el contrario, tratarían de actualizar y ampliar pactos antiterroristas anteriores de acuerdo con la nueva situación creada con el brutal atentado de Barajas.

Eso no significa que Zapatero no deba dar explicaciones, preferentemente en el Parlamento, como prometió cuando anunció su intención de explorar la posibilidad de una retirada pactada de ETA. Pero el momento actual, que incluye un gran desconcierto de la opinión pública, requiere escenificar la unidad de los demócratas frente al terrorismo, como ocurrió en otras graves situaciones en el pasado. El PP demostraría grandeza de miras si en lugar de seguir insistiendo en que Zapatero debió decir ruptura en lugar de suspensión de contactos con la banda -debate absurdo tras las aclaraciones de Rubalcaba- y de utilizar el pacto antiterrorista como bandera de denuncia contra los socialistas aplica sus principios a la nueva situación y apoya un acuerdo que mire más al futuro que al pasado, aunque partiendo -como entonces- de la experiencia vivida.

El pacto antiterrorista legitimó una eficacia policial y firmeza judicial que debilitó a ETA y su entorno tanto como para que algunos de sus dirigentes presos constataran la derrota política de la lucha armada; y esa derrota creó condiciones favorables para intentar una disolución pactada de ETA y evitar una larga -y sangrienta- agonía. Es posible que el Gobierno, o su presidente, interpretaran equivocadamente el grado de madurez de ETA, pero eso es algo que no estaba claro cuando todos los partidos, salvo el PP, votaron una resolución a favor de intentar una salida de ese tipo. Seguramente los socialistas hubieran debido pactar con el PP la nueva estrategia. Pero luego el Partido Popular ha mostrado poco interés real en recuperar el acuerdo, prefiriendo denunciar los incumplimientos del Gobierno; y éste también se ha adaptado a esa situación.

Cuando se firmó el pacto antiterrorista el PNV tenía aún pie y medio en la estrategia soberanista de Lizarra, que pretendía ligar el fin de ETA a la obtención del programa máximo nacionalista. Esa actitud del nacionalismo vasco, que condicionó su oposición a la ley de partidos y a la ilegalización de Batasuna, aconsejó a socialistas y populares no abrir el pacto a otras formaciones -como querían CiU e IU- para evitar rebajar su contenido. Mientras que ahora el PNV de Imaz ha mantenido una actitud leal a la resolución parlamentaria de mayo de 2005, y defendido que no puede haber negociación política sin retirada de ETA. La banda ha dinamitado las expectativas abiertas por aquella resolución, pero ha abierto la posibilidad de un acuerdo renovado que incluya al PP. Zapatero también demostraría inteligencia si en lugar de considerar de entrada imposible tal acuerdo con el argumento de que el PP no lo desea, se pusiera al habla con Rajoy hoy mismo buscando un acercamiento como el que se produjo en diciembre de 2000.

FIN

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Artículo de Sánchez-Cuenca, publicado en El País:

¿Ganan los ‘spoilers’?

IGNACIO SÁNCHEZ-CUENCA

03/01/2007

Entre la declaración de alto el fuego y el coche bomba del 30 de diciembre sólo han pasado nueve meses. El brutal atentado del aeropuerto de Barajas ha tenido lugar menos de 24 horas después de que el presidente del Gobierno infundiera optimismo a la sociedad sobre el futuro del proceso de paz. ¿Qué ha pasado? ¿Cuáles son las estrategias a partir de ahora? Es muy difícil responder a estas preguntas, porque nos falta información y perspectiva. Resultan envidiables las certezas de tantos a la hora de explicar lo sucedido y de dibujar las líneas futuras de la lucha contra el terrorismo. Escribo estas líneas sabiendo que el análisis es provisional, pero, aun así, quizá no del todo inútil si ayuda a dar algo de sentido a los últimos acontecimientos.

En todos los procesos de paz hay al menos dos partes, y dentro de cada una suelen convivir moderados y radicales. Los radicales reciben el nombre de spoilers en los estudios sobre estos procesos: se caracterizan por hacer siempre cuanto esté en su mano por abortar cualquier acuerdo entre los moderados. La paz (el cese de la violencia) llega cuando los moderados de ambos bandos consiguen alcanzar un acuerdo y son capaces de controlar las reacciones de los spoilers.

A estas alturas hay base para sospechar que dentro de ETA se dan profundas divergencias entre duros y blandos, entre spoilers y moderados. Los cuarenta y tres meses sin muertos entre el 30 de mayo de 2003 y el 30 de diciembre de 2006, la declaración de Anoeta, la evolución de Batasuna y el alto el fuego del 22 de marzo de este año constituyen un sólido indicio de que los moderados en el conglomerado de ETA quieren acabar con la violencia terrorista mediante algún tipo de acuerdo con el Gobierno. Parecía que los moderados llevaban la voz cantante, pero durante el desarrollo del proceso de paz ha habido signos de que la correlación de fuerzas cambiaba en el seno de ETA, de que los spoilers ganaban posiciones frente a los moderados.

Los estudios comparados muestran que los spoilers pierden la partida cuando se crea una sólida coalición entre moderados de ambos lados que vacía de apoyo social a las facciones más extremistas. En España, esto no ha sucedido. Los más radicales dentro del mundo de ETA no sólo no han sido arrinconados, sino que han ido ganando terreno.

Las razones son muy complejas y todas ellas discutibles. Puede que Otegi, Ternera y los suyos hayan sobrevalorado su capacidad de control de la organización, o puede que no se hayan atrevido a desafiar abiertamente a los más duros cuando se aproximaba el momento de la verdad. Quizá el Gobierno pudiera haber hecho más para reforzar a los moderados frente a los spoilers ante los obstáculos judiciales con los que se ha encontrado Batasuna para dar pasos a favor de su integración en el sistema. El Gobierno parecía más preocupado por demostrar que no hacía concesiones que por consolidar la posición de los moderados dentro de ETA. Y la estrategia de enfrentamiento del PP tampoco ha ayudado mucho. Por ejemplo, resulta increíble que se montase un escándalo fenomenal por una reunión entre líderes de Batasuna y del PSE.

A partir de ahora se abren múltiples incógnitas. El hecho de que el atentado del 30 de diciembre se haya saldado con dos desaparecidos, probablemente muertos, puede que desbarate la estrategia de ETA. ETA quería introducir la máxima presión sobre el proceso, pero el haber asesinado a dos personas impide cualquier movimiento del Gobierno. Los terroristas insistirán en que su intención no era acabar con la vida de nadie y por eso avisaron con una hora de antelación de la explosión del coche bomba. Eso servirá para tranquilizar a algunos de sus seguidores, pero no va a alterar la posición del Gobierno.

Paradójicamente, el atentado deja toda la responsabilidad sobre ETA y no sobre el Gobierno. ETA se enfrenta ahora a una decisión muy difícil: o hace algo para relanzar el proceso de paz o desafía nuevamente al Estado en un combate que sabe perdido de antemano. Quizá ante un dilema así los moderados vuelvan a ganar posiciones.

Mientras se aclara el futuro, es fundamental hacer algunas aclaraciones. En primer lugar, resulta absurdo el intento del Partido Popular por oponer proceso de paz a Estado de Derecho. Se trata del mismo intento de apropiación que han practicado con la Constitución o la bandera. El proceso de paz se realiza desde del Estado de Derecho, no supone en ningún caso la violación de la legalidad. Baste recordar la declaración del Congreso de mayo de 2005 que marca los límites de la actuación del Gobierno.

En segundo lugar, no es cierto que se haya retrocedido en la lucha antiterrorista. Hasta el momento, ésta es la legislatura con menos víctimas del terrorismo de la historia de la democracia. Han continuado las detenciones de etarras y ha habido operaciones policiales de la máxima importancia (descabezamiento del frente político en octubre de 2004 con la detención de Mikel Antza y Anboto). No tiene demasiado sentido comparar número de detenciones entre distintas legislaturas, pues sabemos que esos números son una función directa de la actividad de ETA. Cuanto menos actúa ETA, menos detenciones se producen, no por negligencia policial, sino porque los etarras no dejan rastro mientras están inactivos. Es simplemente falso afirmar que el último Gobierno de Aznar derrotó a ETA y que el Gobierno de Zapatero le ha hecho revivir.

En tercer lugar, el proceso de paz no descarrila porque el Gobierno haya actuado en soledad, sin apoyos. Es verdad que el PP, por motivos electorales, se ha opuesto a la iniciativa del Gobierno, pero éste ha contado con el apoyo de todos los demás partidos del Parlamento y con una amplia mayoría de la opinión pública, según han mostrado sistemáticamente las encuestas.

En cuarto lugar, el atentado del 30 de diciembre no cambia las condiciones generales que hicieron posible el inicio del proceso de paz. Si hubiera un cambio de posición creíble en el seno de ETA, el proceso debería seguir adelante. La derrota final de una organización terrorista como ETA, que tiene un patológico grado de apoyo social en el País Vasco, sólo es posible si su brazo político se integra en el sistema. Ese paso sólo se producirá mediante un final negociado de la violencia, se pongan como se pongan los enemigos del proceso de paz.

FIN

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Análisis en El País:

Amenaza cumplida

JAVIER PRADERA

03/01/2007

La plausible presunción -desgraciadamente refutada por los hechos- de que el tranquilizador mensaje sobre la marcha del proceso de final dialogado de la violencia enviado por el presidente del Gobierno el pasado viernes descansaba sobre fuentes de información privilegiadas y seguras sirvió durante pocas horas para contrarrestar los negros augurios de la vuelta de ETA a la vía del crimen: desde el verano, las acciones de la banda terrorista y las declaraciones de los portavoces de su brazo político venían dando sobrados fundamentos racionales a ese temor. Al día siguiente de las palabras de Zapatero, ETA rompía en Barajas el alto el fuego declarado en marzo de 2006, si es que el aquelarre de Atxiluregi, el robo de las 350 pistolas, los estragos de la kale borroka y los amenazadores comunicados no hubiesen acreditado ya suficientemente que la banda terrorista se había levantado de la mesa de negociación.

Este desenlace dramático pone en cuestión tanto la calidad y fiabilidad de las fuentes como los métodos de análisis de los contenidos que han servido al presidente Zapatero para tomar sus arriesgadas decisiones en materia de terrorismo. El atentado también invita a formular un pesimista diagnóstico sobre la posibilidad de emprender otra vez el camino abierto sin éxito por la resolución aprobada en mayo de 2005 en el Congreso de los Diputados. La brutal respuesta dada en Barajas por los terroristas a la generosa oferta de las Cortes Generales para alcanzar un final dialogado de la violencia pone de manifiesto que las condiciones históricas y políticas no estaban aun maduras; ese objetivo tan sólo podría lograrse en un impreciso futuro si ETA aceptase discutir exclusivamente los términos de su rendición condicional, en lugar de aspirar a obtener en la mesa de negociación -como ha sucedido esta vez- esa victoria pactada que los asesinatos, las extorsiones y los atentados no le habían deparado.

La experiencia de las dos treguas anteriores de ETA permite aventurar que las eventuales ventajas conseguidas por la banda armada durante los nueve meses de 2006 consagrados a tareas de reorganización, avituallamiento e infraestructuras no resistirán a corto o medio plazo la ofensiva de las policías española y francesa y de la Ertzaintza. Los costes para la trama civil del nacionalismo radical que apoya obedientemente a los comandos armados todavía en libertad de ETA también serán muy elevados. Los más de 700 presos que cumplen condena o esperan juicio en España y Francia perderán la esperanza de que las medidas de gracia acorten su estancia en la cárcel. Los dirigentes y cuadros de la disuelta Batasuna verán disiparse igualmente la oportunidad de regresar a los ayuntamientos, las diputaciones forales y los Parlamentos del País Vasco y de Navarra, fuentes no sólo de influencia política sino también de puestos de trabajo remunerado. Y los sectores de la izquierda abertzale partidarios de la táctica del cuanto peor, mejor deberán afrontar las medidas represivas del frustrado Gobierno socialista de forma inmediata y la eventual llegada al poder del PP en el futuro.

Las consecuencias del atentado de Barajas sobre el sistema político español -en vísperas de un agitado año electoral que comenzará con las municipales y autonómicas y concluirá con las legislativas- son de difícil previsión. Sin duda, la imagen de Zapatero ha quedado seriamente dañada por la ruptura de la tregua: la fortuna premia a los audaces pero también castiga a los osados cuando equivocan sus apuestas. A la vez, el atentado de Barajas ha desmentido las falsedades propaladas por los dirigentes populares sobre el imaginario pacto secreto suscrito por Zapatero con ETA como recompensa por la fabulada participación de la banda en el 11-M para que los socialistas llegasen al poder. Ese diabólico convenio conduciría inevitablemente paso a paso a la ruptura de España y a la territorialidad (la anexión al País Vasco de Navarra y de las comarcas ultrapirenaicas francesas), autodeterminación e independencia de Euskal Herria. La realidad de la historia, sin embargo, contradice esa paranoica fantasía: ETA ha pedido como siempre un disparatado precio y ha cumplido -también como siempre- su amenaza de volver al camino del crimen cuando ha comprendido que el Gobierno de Zapatero no accedería nunca a pagárselo.

FIN

Que les aproveche su lectura. Ya me cansé de limpiar y ordenar papeles viejos. Me voy al cine a ver esa nueva de Clint Eastwood.

Rubalcaba piensa o ser ríe

Tribuna en El País

Por qué se equivoca Huntington

ULRICH BECK

21/12/2006

No sé si a ustedes les ocurre lo mismo, pero estoy seguro de que, aunque los acontecimientos de los últimos diez años tal vez no hayan cambiado tanto los modelos de conducta cotidianos, sí han modificado mi manera de ver el mundo. A todos nosotros el mundo se nos aparecía relativamente ordenado dentro de la confusión, como un paisaje de colinas y bosques, de continentes y personas cercanas y alejadas, familiares y exóticas, y en este mundo, después de todo, cada uno ocupaba su lugar. Entonces los chinos eran de China, los negros de África, los italianos de Italia, los daneses de Dinamarca, los franceses de Francia, los brasileños de Brasil y así sucesivamente. Entonces venían de un lugar, estaban arraigados y, si era necesario, se les podía devolver a sus países de origen. Aunque no se supiese mucho acerca de los «extranjeros», se sabía, en cambio, que se les podía visitar en aquellos lugares geográficos. Bajo esta concepción de la cultura basada en el hermetismo territorial parecía que era fácil tanto viajar de una sociedad a la otra como comunicarse unos con otros por encima de todas las barreras lingüísticas.

Esta visión del mundo se ha vuelto muy dudosa. Por primera vez en la historia todas las personas, los grupos étnicos y religiosos y las poblaciones tienen un presente común: cada pueblo se ha convertido en vecino inmediato de otro, y las sacudidas en una parte del globo terrestre se propagan a gran velocidad al conjunto de la población del planeta. Pero este presente fáctico y común ni se basa en un pasado común, ni garantiza de ninguna manera un futuro común. Precisamente porque el mundo está «unido» aun sin quererlo, sin votarlo y sin aprobarlo, de repente las contradicciones entre las culturas, los pasados, las distintas posturas y las religiones se hacen patentes. El mundo en el que cada cultura, cada grupo étnico y su correspondiente jerarquía y creencia religiosa estaban encajados en un lugar geográfico exclusivo, ya no existe. Más bien, estas culturas y naciones aparecen indisolublemente entremezcladas unas con otras. Vivimos en una comunidad de vecinos, mezclados unos con otros, y esto se expresa también a través de una competencia dolorosa por encima de todas las fronteras.

Detrás de las redes de comunicación tecnológicas no sólo están los estados y los empresarios compitiendo entre ellos, sino también de manera directa los individuos. Cada día hay más ejemplos que lo ilustran: empresas de seguridad en países en desarrollo que se encargan de la videovigilancia de empresas occidentales; o escolares americanos que reciben clases de recuperación de un profesor indio al otro lado del planeta. O piensen en el llamado «debate de las caricaturas». Los autores de las caricaturas pensaron al principio que se trataba de un asunto estrictamente danés. Pero unos meses más tarde ardían embajadas occidentales en el mundo árabe, y no sólo los daneses, sino también muchos europeos se vieron llamados a defender los valores de la libertad de prensa contra la censura religiosa.

Ni los sueños de los humanistas ni las ideas de los filósofos, ni aun la actividad política han llevado a esta «unión» de la humanidad. En esta comunidad de vecinos que compartimos todos mezclados, los vecinos se ven a sí mismos extraños, incomprendidos y amenazados.

Las personas que viven en un mundo con una concepción autoritaria del poder, como ocurre bajo algunas formas del islam, viven de manera distinta a aquellas que viven en un mundo en el que el poder se reparte democráticamente. Las personas que tienen un concepto del «honor» con un significado tan predominante, que pueden llegar a matar a sus hermanas convertidas en impuras porque han sido violadas, son distintas a las personas que viven en un mundo en el que los sujetos son juzgados según sus intenciones ysu rendimiento. Las personas que «saben» que la humanidad está amenazada con desaparecer por culpa de una catástrofe climática provocada por la sociedad industrial, viven en otro mundo que aquellas que todavía no han oído nada de todo esto o que piensan que estas previsiones son producto de una histeria seudocientífica. Y una parte esencial del problema es que todos estos mundos conviven mezclados unos con otros en la misma sociedad.

Samuel Huntington trata de explicar estas contradicciones con la imagen del «choque de civilizaciones». Pero esta imagen es falsa. Aún es deudora precisamente del antiguo mundo de representaciones, en el que las culturas son construcciones cerradas herméticamente en una localización geográfica específica. Hoy se trata de lo siguiente: de mostrar, en contra de estos ideólogos tanto occidentales como orientales que militan a favor de la ilusión de la pureza, que la cultura es algo originariamente impuro, algo que se debe siempre a la mezcla de distintas «culturas» y, sobre todo y antes que nada, que se constituye como tal con esta mezcla. Por supuesto, Europa también ha recibido la herencia de los antiguos a través la cultura árabe e islámica. Y naturalmente el islam estaba estrechamente entrelazado en muchas partes con el Occidente cristiano y con el mundo judío. No hay nada más falso que decir que la herencia europea y el islam compiten el uno con el otro.

A la vez, esta idea hermética de la cultura ignora que las líneas de tensión, división y de conflicto no son permanentes. En realidad, las identidades de grupo son recreadas permanentemente.

Los dirigentes del islamismo militante han creado un movimiento terrorista que ha trastornado el orden mundial, a la vez que han fabricado un cóctel político explosivo basado en viejas enseñanzas, tradiciones inventadas, ideales de pureza ficticios y nuevas técnicas de comunicación y de organización, y lo han globalizado con éxito como antídoto al dolor por la dignidad herida. El mediador entre Occidente y el islam, el premio Nobel de Literatura de este año, Orhan Pamuk, ha escrito lo siguiente: «Occidente apenas tiene idea del sentimiento de humillación que una gran mayoría de la población se ve obligada a vivir y a superar, sin perder el juicio o convertirse en terrorista, en nacionalista radical o en fundamentalista religioso». Tal como reveló una encuesta publicada hace poco en el mundo árabe, las personalidades más importantes para este mundo son los jefes de Hezbolá, de Irán, de Hamás y de Al Qaeda.

El motor central de los acontecimientos no será por mucho tiempo sólo la globalización, esto es la integración de contextos de actividades y experiencias más allá de las fronteras de los Estados nacionales. Se trata, sobre todo, de una competición en el seno de estas culturas que viven mezcladas y entre ellas mismas para imponer los preceptos del camino correcto, esto es el poder definir lo que es verdadero y lo que es falso, lo bueno y lo malo, lo arriesgado y lo seguro. Los aspirantes a convertirse en países hegemónicos como Irán -¡y Estados Unidos!- se ven a sí mismos no sólo como naciones, sino como modelos morales, que enseñan el buen camino a la humanidad. Y Europa: ¿qué hace, a favor de qué está y para qué lucha?

En realidad, bajo mi punto de vista, negar la verdad elemental de mi lugar de origen y del mundo conceptual europeo y occidental, según la cual todas las personas están provistas de derechos inalienables y que, debido a ello, la democracia es la única forma de ejercer el poder que garantiza la dignidad humana, sería lo equivalente a un suicidio cultural. Precisamente, en la vecindad tan enigmática y conflictiva en la que estamos mezclados unos con otros esta verdad es más importante que nunca. Es la clave de la supervivencia.

FIN

ETA-11-M: ¿Buscan la verdad o justifican las mentiras?

Como no hay día sin 11-M a cuatro columnas, y ya me estoy aburriendo de la teoría conspirativa del PP-El Mundo-Cope, tendré de dedicarme en este blog a comparar noticias distintas de las que aparecen tan reiteradamente en las portadas. Una de las razones que me animaron a inciar este blog, hace más de un año, fue la curiosidad y otra fue el entretenimiento. Mantengo la curiosidad pero la reiteración pueril de la conspiración sobre ETA/11-M ya no me entretiene sino que me aburre soberanamente y ofende mi inteligencia (por pequeña que sea).

El Mundo lleva arriba en primera, a 4 columnas, los indicios de falsificación en un borrador de informe policial sobre el ácido bórico, corregido por el jefe, con este titular:

La Audiencia ve indicios de delito en la falsificación del “informe ETA/11-M”

El País no da ni una línea en primera y lo lleva a 4 columnas en páginas interiores con este titular:

La Audiencia remite a otro juzgado el “caso del ácido bórico” que ya investiga Garzón

En su interior, El Mundo dedica media página a Rubalcaba:

Rubalcaba dice que el PP sólo quiere “justificar sus mentiras”

El País titula en su interior:

16 servicios de seguridad de EE UU califican el 11-M de ejemplo del terrorismo surgido por la guerra de Irak

Pero lo mejor de la prensa de hoy –lo más profundo- ha sido para mí el chiste de El Roto, en El País:

«El miedo viene de la ignoracia»

(Creo recordar que es una frase de Emerson)

Otra exclusiva de Acebes en El Mundo. Ni rastro en El País

Hay días en los que nuestro gran Eneko me convence de que una imagen puede valer más que mil palabras (y no sólo para los analfabetos). Este dibujo, publicado en 20 minutos, es, a mi juicio, una prueba de lo que digo.

Se están liando tanto los «pinochos» del PP que ya no saben cómo salir del callejón del 11-M-ETA-PSOE en el que se metieron (quizás sin querer y, desde luego, sin medir sus perversas consecuencias) a las pocas horas de la masacre de Atocha.

El «sostenella y no enmendalla» les puede costar caro en términos electorales. Si insisten en pregonar y recordar persistentemente su misma mentira masiva del 11 al 14-M, volverán a cosechar la derrota por las mismas razones que en marzo de 2004.

Con su estrategia machacona del 11-M y ETA no hacen más que recordar lo que hicieron para ganar. Van a movilizar un voto en contra que, en circunstancias normales, se abstendría. Muchos jóvenes pasan de votar al mismo que ya está en el Poder.

Pero si insisten en recordar el daño que se hicieron a sí mismos al mentir sobre el 11-M, refrescarán nuestra memoria y nuestra rabia frente a la manipulación miserable de aquellos tristes días de marzo.

Aunque ahora se demostrara que hubo algún contacto de los terroristas islamistas con los de ETA daría igual. Cuando Aznar, Acebes y Zaplana lo dijeron no lo sabían, no tenían ninguna pista ni prueba alguna, tan sólo tenían el deseo desesperado de alejar el fantasma de la guerra ilegal de Irak de las posibles causas de la masacre de Atocha. Trataban de alejar ese fantasma de la invasión ilegal de Irak tan sólo por tres días… lo justo para ganar.

Pero en todos los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, y en todos los grupos de seres humanos, hay mucha gente honrada que reacciona contra la injusticia y contra la mentira. Así, las filtraciones de la información real llegaron, minuto a minuto, al mundo entero… y a los embusteros les pilló el toro.

¿Es tan difícil de entender?

Recuerdo con tristeza y verguenza que, en aquellos terribles días, tuvimos que volver a conectarnos con la BBC, como en tiempos de la ominosa dictadura de Franco, para saber qué pasaba en España.

¿Por qué insiste el PP en remover y regodearse en sus propias heridas? ¿Hay algún sicólogo por ahí que pueda explicarnos esta sinrazón?

La búsqueda de un culpable externo puede ser un consuelo. Desde luego, recuerdo muy bien las declaraciones de Rubalcaba en vísperas electorales, para atajar la sarta de mentiras del Gobierno, cuando el mundo entero ya daba por hecho que el 11-M había sido un atentado terrorista islamista semejante al del 11-S de Nueva York.

Acebes anda diciendo (antes y ahora) que «Rubalcaba utilizó el 11-M para ganar». ¿Y quién no lo hubiera hecho para sacar a los votantes de aquel engaño masivo?

Aznar, Acebes y Zaplana le pusieron a Rubalaca y a Zapatero las carambolas como se las ponían a Felipe II y a Fernando VII.

Ýo creo que el PSOE no utilizó el 11-M para ganar -como dice hoy Acebes en El Mundo– sino que utilizó las mentiras del Gobierno sobre el 11-M para ganar. Y, por esa razón, entre otras muchas, ganó por una diferencia mayor de la que presumían antes del atentado.

A la vista de esta portada de El Mundo, y con varias décadas de periodismo a mis espaldas, no consigo encontrar qué noticia (es decir, qué novedad) hay en las palabras de Acebes para merecer 4 columnas en la primera página. No salgo de mi asombro, porque estos abusos -poco profesionales- suelen molestar incluso a los creyentes en la teoría conspirativa del 11-M.

Como las declaraciones de Acebes han sido concedidas al El Mundo en exclusiva, El País no ha podido transmitir a sus lecotres todas las novedades que seguramente contiene la entrevista y que yo no he podido encontrar.

El País habla ahora del 11-M más que nunca. Incluso le dedica columnas y análisis tan agudos como este de Pradera, cuya lectura recomiendo.

Una moción huérfana

El PP lleva de nuevo al Congreso el 11-M.

Javier Pradera

DOMINGO – 24-09-2006

Todos los grupos parlamentarios rechazan la iniciativa del PP con una enmienda que ratifica su confianza en las investigaciones sobre el atentado de la policía, la fiscalía y el juez

TRAS LA INTERPELACIÓN promovida el 13 de septiembre por el portavoz popular en el Congreso para exigir al Ejecutivo «la verdad del 11-M», una diputada del PP presentó esta semana una moción denunciando la opacidad de las investigaciones sobre el atentado: «El Gobierno», subrayó, «es responsable de informes falsos, de ocultación de pruebas y de todo tipo de obstáculos a la actuación judicial». Alicia Castro recibió una respuesta sustancialmente idéntica de todos los portavoces: el resumen de una enmienda conjunta de sustitución suscrita por los restantes grupos de la Cámara. Ese texto concertado declara el pleno apoyo del Congreso a las instituciones del Estado de derecho en relación con el atentado del 11-M, expresa su confianza en las investigaciones llevadas a cabo por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, respalda la labor independiente de la fiscalía y de los tribunales (desde la convicción de que sólo a ellos incumbe el esclarecimiento de la verdad material y penal del crimen), y ratifica las conclusiones alcanzadas en 2004 por la comisión de investigación parlamentaria.

Los portavoces de los partidos explicaron al día siguiente en rueda de prensa que el motivo de la concordancia de sus réplicas había sido la decisión de preservar al Parlamento de la contaminación confusionista que la iniciativa del PP buscaba como objetivo. No se trata sólo de que la investigación penal del atentado corresponda -por mandato constitucional- al Poder Judicial y no al Congreso; además, las preguntas retóricas, las dudas fingidas y las conjeturas absurdas de la moción daban por supuesta la incapacidad culpable o la voluntad prevaricadora del juez de instrucción, la fiscalía y la policía en la instrucción del 11-M, así como el propósito del Gobierno de boicotear la investigación. La repetición en la Cámara de un monótono mantra de fabulaciones disparatadas y alucinadas hipótesis sobre el atentado daría un tinte de respetabilidad parlamentaria a la teoría conspirativa según la cual la matanza de Atocha no habría sido perpetrada por el terrorismo islamista, sino por ETA, los servicios de inteligencia extranjeros y la policía española, con la previa complicidad o el posterior encubrimiento de los socialistas.

Al regreso de las vacaciones veraniegas, el presidente del PP dio a entender que se disponía a impulsar durante el resto de la legislatura un estilo de oposición diferente a la dura estrategia de broncos enfrentamientos de los años anteriores. A partir de ese momento, los populares deberían centrar sus esfuerzos sobre los problemas de los ciudadanos y la defensa de sus intereses, en lugar de enzarzarse en polémicas ideológicas; también las discusiones acerca del pasado -el 11-M- cederían su lugar a las propuestas de futuro. Todo el peso de la crítica descansaría en adelante sobre los defectos, errores e incumplimientos de la gestión del Gobierno: las acusaciones de ineficacia, incompetencia y demagogia pasarían a ser el caballo de batalla de la oposición.

Aunque los incendios en Galicia y la llegada a Canarias de los cayucos africanos sirvieron a Rajoy para iniciar ese cambio de rumbo, la fantasmal resurrección del 11-M como bandera de combate del PP ha frenado en seco el intento: la cruda teoría de la conspiración que acusa implícitamente al Gobierno de estar pagando a ETA la deuda pendiente por haberle brindado en bandeja la victoria del 14-M sustituye a la pacífica competición democrática entre adversarios por una guerra a muerte entre enemigos. No hace falta excesiva malicia para suponer que el forcejeo en torno a la línea estratégica del principal partido de la oposición es un reflejo de la lucha por el poder dentro de la cúpula de organización. Tal vez Rajoy sea un rehén de los guardianes de las esencias -Acebes y Zaplana- dejados por Aznar como vigilantes a las puertas del PP después de su aparente retirada. A efectos prácticos, empero, da igual que el sometimiento de Rajoy a la estrategia de oposición dictada por el ala dura del partido sea sinceramente voluntario o vergonzantemente forzoso. FIN

Ah! Con tantos viajes, ayer olvidé pegar aquí este dibujo de El Roto publicado el El País.

Ya que he comenzado hoy con un dibujo de nuestro Eneko, voy a despedirme con otro de El Roto, de esos que nos dejan arañazos en el corazón (a quien lo tenga, claro).

P.S. No se lo que va sacar El Mundo mañana en su portada. Y no se si me dará tiempo a entrar en el blog para comparar las portadas y escribir algo sobre ellas. Tengo un viaje de dos días muy lejos de Madrid (con muchos jefes y poca cobertura). Que los troles me perdonen si no pego aquí la portadas de mañana y pasado. Haré lo que pueda desde el extranjero.

(El que avisa no es traidor)

Por cierto, Fétido, hay tacos que nuestra sensibilidad puede soportar (e incluso agradecer) y otros que no aportan más que mal gusto. Creo que nos entendemos.

Estarán de acuerdo conmigo en que el nivel de agresividad, de insultos y de palabras soeces ha bajado mucho en este blog en estos días de pudorosa reflexión sobre la censura preventiva …

Buenas noches, querida Gret.

Buenas noches a todos.

¿Y si Gret no fuera una chica? Lo digo por un artículo de Thomas L. Freidman que leí esta mañana en la página de opinión del International Herald Tribune de ayer. Empieza así:

«La revista The New Yorker publicó un chiste de Peter Steiner sobre dos perros. Uno de ellos estaba sentado frente al teclado de su ordenador diciéndole al otro: «En Internet, nadie sabe que eres un perro».

Pues eso, Gret. Quién sabe…

Otra post data.:

Acabo de leer este mensaje de nuestro educado carles que dice lo siguiente:

«Hola Jose Antonio,

Desde tu formulario de contacto en Blogs 20minutos, carles ( carles@xxx.com ) te manda

el siguiente mensaje:

Son las 20:42 del 24 de Septiembre y JAMS todavía no ha comentado la portada de El

Mundo más importante sobre el 11-M.

Los lectores de JAMS se sienten tracionados.

Esto me recuerda a los NODOS franquistas, que ocultaban o enmascaraban las noticias.

JAMS, en serio, ¿no vas a comentar la portada de El Mundo q ha provocado q se

inicie una causa judicial contra la policía nacional?

Me has defraudado de forma brutal.»

Tranquilo, Carles. Después de cenar, intentaré ver y pegar a aquí esas dos portadas que me perdí por mi viaje a Barcelona. Creo que, además, como dice nuestro Sayonara será bueno para nuestro archivo. No hay mala intención. Yo me lo paso bomba con El Mundo, cuando no me da por llorar…

Hasta luego, Carles.

Ahí van las portadas del jueves 21 de septiembre. (Para nuestro archivo)

Y ahí van también estas dos perlas que me había perdido.

Una sale en El Mundo: el primer blog de un miembro del Gobierno de España. Lo seguiré de cerca, por si acaso. No sabe Jordi Sevilla donde se mete.

Ya sabemos que «no hay ministro tonto ni torero cobarde». A partir de ahora, habrá que decir este refrán al revés.

¡Bienvenido a la blogosfera, señor ministro!.

La otra perla -que no habrá podido ver José María Aznar por encontrarse conferenciando en Washington– es de El Roto.

También le hubiera sido de gran ayuda al Papa, antes de pronunciar sus inoportunas palabras sobre la violencia del Islam.

No hay nada como ver la paja en el ojo ajeno… antes que en el nuestro.

Estas son las portadas del viernes 22 de septiembre, el día que intervine en la INMA en Barcelona:

Como el titular a 4 columnas de El Mundo se lee de maravilla, he ampliado un poco el de El País, que va sólo a 2 columnas, sobre el mismo tema.

La verdad es que me ha sorprendido la insistencia de nuestro Carles para que incorporara estas protadas al blog. Lo hago encantado. Pero yo esperaba otra cosa y no encuentro nada espectacular ni fuera de lo común. Creo que es mas de lo mismo.

Puede ser como lo de la Orquesta Mondragón… que también salió a toda pastilla como la prueba irrefutable de que ETA había producido la matanza de Atocha para ayudar al PSOE… Resulta tragicómico.

Y lo peor es que algún día habrá una sentencia firme condenando a los autores del atentado del 11-M y pasarán los años y habrá creyentes ciegos en la teoría conspirativa del PP que seguirán pidiendo una investigación para saberla verdad; o sea «su verdad». Y esa «su verdad» está tan lejos de la realidad como la de quienes siguen diciendo que los atentados del 11-S en EE.UU, son obra de la CIA y del FBI.

Hay gente pa «to».

P.S. 3.- También me perdí en el viaje unas sabrosas declaraciones del presidente de la Junta de Extremadura, Rodríguez Ibarra, recogidas hoy por varios confidenciales. Ibarra siempre ha sido un hombre cabal que habla como si fuera libre. Le envidio.

El Mundo «acusa»; El País «niega». ¿Quién lleva el marketing del PP?
Y ahora, el Papa

Perdón por las 24 horas que llevo de retraso en pegar aquí las portadas de los dos principales diarios de pago que suelo comparar cuando tengo tiempo libre.

(Les llamo «principales» no por su contenido, o su influencia internacional en las cancillerías, sino simplemente por su número de lectores, o sea por el gusto libérrimo de los lectores, según los mide el EGM, Estudio General de Medios).

Por cierto, algún comentarista mal informado me afeó anteayer que presumiera aquí mismo de que «20 minutos» era el diario nº 1 de España por su número de lectores. Lo repito: según nos mide el EGM (a todos por igual, ya sean de pago o gratuitos, con la misma metodología buena o mala), el diario que tiene más lectores de España es el «20 minutos».

Luego viene el «Marca» y detrás, El País. Este es el podium de la prensa española. En quinto lugar, está El Mundo. Sorry, Pedro Jota. (Fin del corte publicitario o de autobombo).

La verdad es que, por un lado, no pude conectarme hasta ahora y, por otro lado, una irresistible fuerza interior me inducía a olvidarme de las portadas de los diarios españoles. Y con razón.

El espectáculo periodístico/político de los últimos días no podía ser más deprimente. Así es que me tomé el día libre de Internet -un respiro- y lo dediqué a corregir exámenes de Economía y a comer gambas rojas y gallineta a la plancha en el chiringuito de la playa de El Alquián (Almería), reservado para los gourmets locales más exigentes.

Desde luego, a la vista de estas portadas de ayer, creo que hice requetebien. El Mundo y su PP (quiero decir, la rama amarillista de ambos, y que me perdonen mis amigos moderados de El Mundo y del PP) siguen erre que erre con los cuentos de Pinocho -sin ninguna prueba solvente que llevar ante el juez- sobre la eventual participación de ETA en la masacre del 11-M.

Esa película ya nos la intentó colar José María Aznar para ganar las elecciones del 14-M de 2004… y, afortunadamente, no coló. Aquel «engaño masivo» se le volvió en contra como un boomerang.

¿Quién asesora al PP en asuntos de marketing para que, al cabo de más de dos años, sigan removiendo las mismas mentiras pueriles que les causaron la derrota?

¿No hay nadie sensato por ahí que les diga que no perdieron el poder por el atentado terrorista sino por la miserable y desesperada utilización del mismo para engañar a los españoles en vísperas electorales?

¡Por favor: que algún experto en marketing asesore

al PP aunque sea cobrando!

Sin atender a lo que dicen todos los sicólogos más prestigiosos del mundo, el pobre Díaz de Mera, ex director general de la Policía cuando ocurrió la matanza de Atocha, se ha metido en otro jardín.

Miren lo que ha declarado, sin aportar ninguna prueba, sobre sus creencias:

«Yo dije en la comisión que esto lo había hecho la «Yihad». Ahora creo que lo pudo hacer por encargo».

Y lo peor es que Mariano Rajoy -¿dónde está mi Mariano que me lo han cambiado?- le sigue la corriente.

Sólo puedo replicarles como el escribiente de «Ardor guerrero» de Muñoz Molina:

«¡Te cagas!»

Y estas son las portadas de hoy, sábado:

Ambos diarios coinciden en el «botellón» pero difieren a la hora de incluir en su portada la Conferencia Política del PSOE, que «enfurece» a El Mundo o la «arremetida» del Papa -¡qué oportuno!- contra la violencia del Islam para difundir su fe.

En realidad, el verbo «enfurecer» es el que adjudica El País al Papa :

El Papa enfurece al mundo islámico por enfrentar la «razón» de Dios a la «violencia» del Islam

Estas son palabras textuales de la polémica homilía papal, refiriéndose a un emperador bizantino:

«(…) explica así las razones por las que la difusión de la fe mediante la violencia es algo irracional».

A El País se le ve un poco el plumero al enfrentar la «razón» de Dios a la «violencia» del Islam.

Y lo digo, sobretodo, -siguiendo las enseñanzas del genial y nunca bien celebrado Manuel Saco– porque «razón» y «Dios» no pueden o no deben ir juntas sino separadas por una conjunción copulativa (naturalmente, en el buen sentido de esta palabra). No se puede decir «razón de Dios» sino «Razón» y «Dios», ambas con muyúsculas o con minúsculas, lo mismo da, pero separadas por la conjunción copulativa que pone a cada uno en su sitio. Otra vez: razón y fe. ¿Qué dirían Voltaire o, incluso, Erasmo, si levantaran la cabeza?

Al unir esas dos palabras (que se llevan, con todos los respetos, como el agua y el aceite) creamos un oxímoro, una contradicción «in términis», algo tan imposible como «alférez provisional» (que duraron toda una vida), «música militar» (¡qué música!), «médico militar» (o cura o mata)o «tolerancia religiosa» (vaya usted a saber cómo se come eso).

En cambio, el verbo «arremeter» se lo atribuye Pedro Jota al PSOE contra un sujeto doble, muy de su gusto: el PP y El Mundo unidos, ahora sí, por una copulativa.

Y, ni corto ni perezoso, lo autopone en su titular de primera a tres columnas:

Lo dicho.

El País «niega»; El Mundo «ridiculiza». Cada verbo con su pareja

Un día sí y otro también, he recogido en este blog las informaciones y los comentarios editoriales de El Mundo sobre sus presuntas y obsesivas conspiraciones en torno a ETA y el 11-M que Pedro Jota jaleaba con la intención, a mi juicio, de echarle una mano al ex presidente Aznar, «Pinocho Aznar» para los libros de historia.

Debo reconocer que, en ocasiones, le daba al ENTER con una mano, porque con la otra tenía que taparme la nariz, debido al fuerte tufo que exhalaba la mezcla explosiva, o la confusión, malévola o inocente pero siempre sospechosa, de hechos con opiniones. O sea, del mal periodismo tal como a mi me lo enseñaron.

Pocas veces he reproducido informaciones u opiniones de El País sobre este feo asunto, ya que no eran tan frecuentes como las de El Mundo.

Sin embargo, en dos día, El País se ha soltado el pelo y ha respondido con contundencia en su rescate galante del Gobierno. El elefante dormido de la prensa de pago (el nº 3 de la presna española, después de 20 minutos y Marca) se ha despertado y ha puesto en marcha su maquinaria.

Desde luego, El País ya no es lo que era cuando lo fundamos o cuando lo dirigía Cebrián o Estefanía (hasta llegaron a tener a nuestro Arsenio Escolar de subdirector) pero, cuando este diario se despierta y arranca, se nota que quien tuvo retuvo.

Ayer y hoy son de esos días en que vuelvo a sentirme orgulloso de haber trabajado un montón de años (en cuatro periodos distintos) para El País y el Grupo Prisa. Lo siento, pero me ha entrado la «paisitis», una infección contagiosa que ya creía curada y expulsada de mi enorme e insaciable ego periodístico.

Aunque ahora sean nuestros competidores, felicito a los colegas de El País y a su flamante director por la información y por este editorial valiente y arriesgado titulado «Inmoralidad».

También siento mucho que mis otros colegas de El Mundo -que los hay y muy buenos- tengan que sintonizar cada mañana su conciencia con la COPE o con Pedro Jota para que no se oigan los chirridos de su alma por toda la redacción.

Sólo quien ha pasado por esa dramática situación -créanme- puede entender lo que sufre un periodista honrado cuando tiene que elegir entre su pasión por la verdad y su instinto de superviviencia. Quien esté libre… que tire la primera piedra.

Primera página de El País con el verbo «niega«:

Primera página de El Mundo con el verbo «ridiculiza»

Páginas interiores de El País:

Páginas interiores de El Mundo:

Y ahí va, ampliado, este comentario, con título en cursiva, de una de las mejores periodistas de España y parte del extranjero, Sol Gallego-Díaz.

Despues de leer a Sol, no se me ocurre nada mejor sobre lo que pasó ayer en el Parlamento.

Efectivamente, fue un día lúgubre.

¡Qué lástima!

¡Mariano, despìerta!