Los biocombustibles pueden ser más nocivos que el petróleo

Por Joaquín Pérez Pariente (CSIC)*

Bajo las etiquetas ‘combustible ecológico’ y ‘diésel verde’ circulan por las ciudades del mundo occidental vehículos que utilizan como combustible sustancias obtenidas a partir de productos agrícolas. Son los denominados biocombustibles, en los que el prefijo ‘bio’ pretende resaltar sus bondades medioambientales. Sin embargo, la realidad es que los biocombustibles pueden llegar a ser incluso más nocivos que el petróleo por su emisión de gases de efecto invernadero, responsables del cambio climático que está experimentando nuestro planeta. La causa de ese daño medioambiental estriba en la forma en la que se obtienen.

Si somos rigurosos, recibe el nombre de biocombustible todo combustible de origen biológico. El más común es la madera, pero también son biocombustibles las grasas animales y los aceites vegetales que han servido para iluminar durante siglos nuestros hogares. Pero los que nos interesan son los que se utilizan hoy en día en vehículos de transporte, que son de dos tipos. Uno es el alcohol denominado etanol, el mismo que se encuentra en el vino o la cerveza, que se obtiene mediante fermentación de azúcares como los de la caña de azúcar, o los de los cereales, entre los cuales destaca el maíz. El segundo es el biodiesel, que se produce mediante una reacción química entre el alcohol denominado metanol y aceites vegetales. Aunque se pueden utilizar diferentes aceites como materia prima para fabricar el biodiesel, en la práctica en todo el mundo se elabora a partir de aceites de soja y palma y, en mucha menor medida, de colza, sobre todo en Europa.

Los defensores del empleo de biocombustibles líquidos como sustitutos de la gasolina y gasoil derivados del petróleo argumentan sus efectos beneficiosos de la siguiente manera. Las plantas de las que se extraen las materias primas necesarias para su elaboración absorben dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero, durante su crecimiento. Cuando los biocombustibles se queman en un vehículo, se emite dióxido de carbono a la atmósfera. Pero eso no supone un problema, porque las plantas volverán a asimilarlo cuando crezcan de nuevo. Tendríamos así un ciclo cerrado de captura-emisión de ese gas, que por lo tanto no produciría ningún aumento de su concentración en la atmósfera.

 

Producción mundial de bioetanol y biodiesel en miles de barriles por día. En el caso del etanol, 100.000 barriles por día equivalen a 3 millones de toneladas de petróleo anuales, mientras que para el biodiesel equivalen a 4,9 millones. La cantidad total de biocombustibles producidos en 2016 equivalió a 86 millones de toneladas de petróleo.

Sin embargo, esa explicación tan simple oculta un conejo en la chistera, que salta fuera de ella en cuanto nos asomamos a su interior. Esas plantas productoras de biocombustibles no crecen precisamente en el desierto, sino que se cultivan en terrenos fértiles que previamente estaban cubiertos por selvas y sabanas. Esos grandes bosques tropicales y subtropicales se destruyen simplemente quemándolos, para sustituirlos por los cultivos destinados a la producción masiva de biocombustibles, como la soja y la palma. Esos gigantescos incendios, visibles desde los satélites que orbitan el planeta y en ocasiones objeto por ello de atención televisiva, liberan a la atmósfera enormes cantidades de dióxido de carbono: entre 200 y 300 toneladas por hectárea, entre 20.000 y 30.000 toneladas por cada kilómetro cuadrado. Así se deforestan cada año decenas de miles de kilómetros cuadrados, hasta tal punto que provocan unas emisiones de gases de efecto invernadero casi iguales a las provenientes de los vehículos que utilizan combustibles derivados del petróleo. Aunque los biocombustibles contribuyen todavía relativamente poco a esa deforestación global, su amenaza es tan grave que el Parlamento Europeo aprobó en el mes de abril de este año una resolución para eliminar el aceite de palma como fuente de biocombustibles para el año 2020.

Por si fuera poco, los agrocombustibles, como en realidad deberían denominarse los biocombustibles, compiten con la producción de alimentos porque, al igual que estos, necesitan terrenos fértiles donde cultivarse. Y se trata de una competencia desleal, porque si se quisiera sustituir con ellos solo una parte de los que provienen del petróleo, habría que producirlos en tal cantidad que toda la superficie de nuestro planeta no bastaría para ello. Ahí radica el verdadero problema, en que los terrenos cultivables ya escasean y no podemos permitirnos el lujo de malgastarlos en un mundo que no es capaz de alimentar decentemente a toda su población.

No hay ninguna duda de que es necesario buscar alternativas al uso del petróleo, pero los biocombustibles no son la respuesta.

 

Joaquín Pérez Pariente es investigador del Instituto de Catálisis y Petroleoquímica del CSIC y es autor del libro Biocombustibles. Sus implicaciones energéticas, ambientales y sociales, editado por Fondo de Cultura Económica. La obra se presentará el día 19 en la librería Juan Rulfo (Madrid) a las 19:00 horas.

6 comentarios

  1. Dice ser alejandro

    Todo chorradas lo mejor es la batería no suelta emisiones y la zinc aire parece mejor que la de litio según dicen si no nos engañan.
    Fuera todo lo que sea BIO

    18 octubre 2017 | 15:39

  2. Dice ser Fer

    Alejandro: La electricidad con la que se cargan las baterías no suele ser ‘limpia’, la fabricación de las baterías tampoco y luego su no reciclaje ya es lo peor. La sostenibilidad es una utopía en el modelo de sociedad actual, tendrían que cambiar tantas cosas que lo más fácil es que al final nos vayamos al carajo y a empezar de cero si queda alguien…

    18 octubre 2017 | 17:12

  3. Dice ser Jaime

    Joaquín: ¿y cómo es el coste de esos biocombustibles comparado con la gasolina o el gasóleo? ¿sería rentable producir materia vegetal en «granjas» en base a soluciones minerales en vez de suelo agrícola (hidropónicas)?
    Saludos

    18 octubre 2017 | 19:06

  4. Dice ser Pedro Revilla

    Este investigador no está bien informado, ya que supone que para producir biocombustibles hay deforestar y devastar y detraer terrenos cultivados y alimentos. Pero esa es una asunción gratuita, ya que la alternativa sostenible consiste en utilizar residuos agrícolas para producir biocombustibles, es decir, usar el grano para comer y la paja para energía, y también en usar terrenos agrícolas abandonados para producción de biomasa.

    18 octubre 2017 | 22:37

  5. Dice ser Manuel

    Resulta sorprendente que un blog oficial del CSIC pueda contener errores tan graves sobre los biocarburantes. En primer lugar, no es cierto que los biocarburantes consumidos en España y en el resto de la Unión Europea destruyan bosques tropicales ya que la legislación europea les exije desde 2009 el cumplimiento de estrictos criterios de sostenibilidad que hace imposible que puedan afectar a áreas con elevada biodiversidad o reservas de carbono como los bosques tropicales. La deforestación la causarían básicamente otros sectores a los que desgraciadamente no se les exigen requisitos de sostenibilidad equivalentes. No es cierto, por tanto, que los biocarburantes aumenten las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), sino todo lo contrario. La CNMC ha estimado que los biocarburantes consumidos el año pasado en España redujeron las emisiones de GEI una media del 60% con respecto a los combustibles fósiles sustituidos. Tampoco es cierto que los biocarburantes compitan con los alimentos ni que haya escasez de tierras para su producción. La realidad es que los biocarburantes contribuyen a la seguridad alimentaria mundial al generar su producción una gran cantidad de proteinas vegetales de gran utilidad en la alimentación humana y animal. Finalmente, relacionar los biocarburantes con el hambre en el mundo carece de todo fundamento, cuando es de sobras conocido que la causa de este grave problema no es la falta de alimentos sino su desigual distribución, lo que nada tiene que ver con los biocarburantes.

    19 octubre 2017 | 12:13

  6. Dice ser RENE AGA

    Hay biocombustibles que son sostenibles y otros no. Ver algunos artículos míos:

    Un nuevo estudio concluye que los países de la Unión Europea no están en el buen camino del uso de los biocombustibles: http://e2i.blogspot.com.es/2010/11/traduccion-adaptada-de-un-comunicado-de.html

    Tecnologías innovadoras en la lucha contra el Cambio Climático: (III) – El aprovechamiento de subproductos del whisky para producir biocombustible: http://e2i.blogspot.com.es/2015/03/tecnologias-innovadoras-en-la-lucha.html

    Un proyecto de la NASA para producir biocombustible sostenible: http://e2i.blogspot.com.es/2012/12/un-proyecto-de-la-nasa-para-producir.html

    Disfrutar de forma sostenible navegando con aceite de cocina usado: http://e2i.blogspot.com.es/2009/04/disfrutar-de-forma-sostenible-navegando.html

    23 octubre 2017 | 18:34

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