Archivo de junio, 2018

Llegan las vacaciones, ¿qué hacer con los gatos?

El otro día nos preguntaba una amiga, preocupada por su gata, si debía llevársela un par de semanas al pueblo o si sería mejor dejarla en casa. La respuesta que varios le dimos fue la misma. Si puede asegurarse de que alguien pase cada dos o tres días por casa para asegurarse de que está bien, ponerle agua fresca, y tener controlada comida y arena, eso es preferible a arriesgarse a llevarla a un entorno desconocido, a una casa de la que tal vez pueda escapar y perderse.

Es cierto que es perfectamente viajar con el gato en vacaciones, siempre y cuando en el lugar de destino admitan su presencia y no entrañe riesgos para él. Pero también es cierto que los felinos son muy distintos a los perros y suele ser lo más aconsejable dejarlos tranquilos en casita.

Un perro, por muy territorial que sea, es muy dependiente de sus seres queridos por lo que será feliz (salvo muy raras excepciones) acompañando a su familia donde sea. En cambio un gato, es más de su territorio que de otra cosa. Aunque los gatos también desarrollan vínculos maravillosos con las persona, que ya hay que olvidar esa absurda leyenda negra de que son egoístas e interesados, es muy común que se adapte mejor a un cambio de dueños que a un cambio de casa.

Es decir, que menos que se le haya acostumbrado desde pequeño o a que tenga un carácter especialmente flexible a los cambios, la mejor opción en vacaciones es dejarle en casa y lograr que algún familiar, amigo o vecino pase a menudo. Si la ausencia no va a ser demasiado prolongada, ni siquiera es necesario que se moleste a nadie: bastará con que deje a su alcance suficiente alimento y agua (adquirir un bebedero automático no es mala idea), así como varias bandejas de arena. En cualquier caso, no hay que olvidar dejar todas las ventanas bien cerradas o selladas con telas metálicas si resulta necesario que circule el aire.

Por último, un buen consejo. En caso de que vayas a ausentarte muy a menudo, no lo dudes, ten dos gatos. Dan el mismo trabajo que uno (incluso menos, ya que jugarán entre ellos e incordiarán menos a su propietario, sobre todo cuando son cachorros incansables) y se acompañarán mutuamente. Lo ideal es adoptar a ambos al mismo tiempo para evitar pasar por periodos de adaptación, que en ocasiones pueden ser algo traumáticos con gatos adultos acostumbrados a ser los reyes de la casa.

Sobra decir que jamás, bajo ninguna circunstancia, es una opción el abandono. El abandono es maltrato animal y también es falsa aquella creencia tan extendida de que  si dejas un varo gato en la calle sabe apañárselas solo. Los gatos en la calle están expuestos a numerosos peligros y enfermedades, la gran mayoría mueren jóvenes tras haberlo pasado realmente mal. Más aún si venían de ser gatos caseros.

Morito y sus hermanos pertenecen a una de las colonias felinas que controlan en la protectora El amigo fiel de Córdoba. Va a hacer un año y sigue esperando ser adoptado, nadie se ha fijado en él ni en sus hermanos gemelos.

Hace un año que Morito luchaba entre la vida y la muerte, junto a sus dos hermanos gemelos. Con casi un mes de vida, solos y abandonados, se estaban ahogando por las lluvias, embarrados y mojados hasta los huesos.

Es un gato super cariñoso, con un carácter espectacular, es juguetón y muy bueno. Es apto con otros gatos y con perros. Adora a sus hermanos, aunque sabemos que es muy difícil una adopción conjunta.

Morito se entrega en adopción con contrato, seguimientos, pasaporte europeo, microchip, vacunas, esterilización, desparasitación y revisión veterinaria. Se puede trasladar a cualquier punto de España. Es negativo en inmunodeficiencia y leucemia felina, es decir, está sano como una pera.

Contacto: informacion@elamigofielcordoba.org

No todo son pitbulls, ¿sabes distinguir las distintas razas de perros potencialmente peligrosos?

Moka es muy cariñosa y busca hogar, más información en pppacurn@gmail.com

La gente suele llamar a todo pitbull, pero hay muchas razas diferentes, no siempre fáciles de distinguir entre aquellas denominadas como potencialmente peligrosas por la polémica ley española de 2002 (aquí la tenéis en el BOE).

Inspirada por el trivial que hoy publica 20minutos sobre razas de perros, que también os invito a hacer por aquello de entretenerse un rato y tal vez aprender un poco, o por simple curiosidad, he decidido traer aquí el listado de las ocho razas potencialmente peligrosas de una manera muy visual. A ver si sois capaces de reconocerlas. Con las tres primeras puede ser muy difícil, soy consciente.

Os adelanto, por ponerlo fácil, que son las siguientes: pitbull, staffordshire bull terrier, american staffordshire, rottweiler, dogo argentino, fila brasilero, tosa inu y akita inu. Un listado absurdo e injusto porque podrían caber perfectamente razas como el pastor alemán o el bull terrier, pero no están.

Un listado ampliable de tal manera que incluso se podría exigir el permiso de tenencia de perros potencialmente peligrosos a un labrador, ya que añade que también se incluirían «aquellos cuyas características se correspondan con todas o la mayoría de las que figuran en el anexo II, salvo que se trate de perros-guía o de perros de asistencia acreditados y adiestrados en centros oficialmente reconocidos, conforme a la legislación autonómica». Y las características son:

a) Fuerte musculatura, aspecto poderoso, robusto, configuración atlética, agilidad, vigor y resistencia.
b) Marcado carácter y gran valor.
c) Pelo corto.
d) Perímetro torácico comprendido entre 60 y 80 centímetros, altura a la cruz entre 50 y 70 centímetros y peso superior a 20 kg.
e) Cabeza voluminosa, cuboide, robusta, con cráneo ancho y grande y mejillas musculosas y abombadas. Mandíbulas grandes y fuertes, boca robusta, ancha y profunda.
f) Cuello ancho, musculoso y corto.
g) Pecho macizo, ancho, grande, profundo, costillas arqueadas y lomo musculado y corto.
h) Extremidades anteriores paralelas, rectas y robustas y extremidades posteriores muy musculosas, con patas relativamente largas formando un ángulo moderado.

Esa clasificación es una de las muchas incongruencias de una ley elaborada con prisas y no con los mejores asesores, con un sistema de obtención de licencias apoyado en los mismos negocios que conceden permisos de armas y renovaciones de permisos de conducir no tenga garantía ninguna y que es manifiesto que no está logrando que los perros acaben en malas manos.

Ya va tocando reformular esa legislación fallida, igual que tocaría levantar la alfombra para barrer la porquería relacionada con esos negocios de dispensación de licencias de distinto tipo.

Y a todo esto, los perros llamados ppp sin tener culpa ninguna.

No puedo dejar de recordar lo que ya os conté la pasada semana que no huyáis de entrada cuando veáis un pitbull o un perro similar. Son perros como cualquier otro a los que su aspecto poderoso les está pasando demasiadas facturas.

En fin, vayamos con las razas.

Sarah Connor, abandonada y atropellada estando preñada

Se llama Sarah Connor, que es un nombre de luchadora, de mujer fuerte que sobrevive contra viento y marea. Le va bien, porque está pequeña gatita también es una superviviente.

Fue atropellada estando preñada y acabó en manos de la asociación Madrid Felina que, incapaz de mirar a otro lado, se ha hecho cargo de ella y de su abultada factura veterinaria. No es el único caso similar que están salvando.

Mi nombre es Sarah Connor y en la noche del 20 de mayo me atropellaron y me dejaron tirada en la carretera, sola y rota.

Alguien con corazón buscó ayuda para mí y en nombre de Madrid Felina me llevaron corriendo al hospital casi sin vida, con temperatura alta, neumotórax, ambas patas traseras rotas y paralítica por ello, cadera rota en varias partes y abortando. Estaba embaraza de un bebé, que he perdido.

Quizás debí morir, menos sufrimientos y gastos para todos, pero aquí sigo, intentando salir adelante.

Quiero agradecer a todos, que me hayan dando la oportunidad de demostrar que no debía de ser otro gato más aplastado por las ruedas de los coches y ruego ayuda para la asociación que apostó por mi vida.

La preciosa Sarah necesitará adoptantes una vez esté algo más restablecida. Igual que lo necesitan muchos otros gatos también recogidos por esta asociación madrileña.

Contacto: Adopciones@madridfelina.com

Para ayudar a Sarah y a otros como ella han puesto en marcha un sorteo de productos hasta el próximo quince de julio. Os invito a ayudarles, de esta manera o de cualquier otra. Entrando en su web veréis lo mucho que hacen y otras formas de echarles una mano en su labor.

Una pastora alemana a la que reventaron a criar

La vieja historia. El animal que aparece abandonado, en malas condiciones, y que tiene la suerte de acabar en manos de una protectora que el ayudará a encontrar una segunda oportunidad. Algo que no siempre sucede. Hay perros y gatos rescatados que jamás llegarán a conocer un buen hogar.

En este caso es una perra de raza, una pastora alemana preciosa y demacrada. Una perra a la que, pese a ser aún joven, se le intuyen muchas camadas, un pasado de explotación.

No me cansaré de decir que la primera opción para una mayoría, la más ética, debería ser la adopción. Por una cuestión de responsabilidad social. Pero si alguien está empeñado en comprar un cachorro es obligado que se acerque a las instalaciones del criador y vea a la madre y a las condiciones en las que se cría. Si no está en un entorno familiar, feliz y bien atendidas, incluso estando ya allí ante los cachorros no se debe comprar y fomentar la explotación de esos animales.

Si se decide cerrar los ojos y dejarse llevar por la comodidad y el ahorro de un puñado de euros, es muy probable que con esa compra se está contribuyendo a una situación de maltrato.

En este caso es el Amigo Fiel de Córdoba la protectora que la recogió, que vela por su futuro y que cuenta su historia:

Las mamas le cuelgan, agrietadas y con heridas. Esquelética, le faltan bastantes kilos para la envergadura que tiene. Con dermatitis por todo el cuerpo, su piel parece cartón y por supuesto, llena de parásitos y sin microchip, como es de costumbre.

Así aparecía esta perra con su cachorro, en una carretera secundaria completamente desorientada, andando en mitad del asfalto, a saber su procedencia…

Como muchos perros, se pegó a un bar buscando cobijo y comida. No pudimos llegar a tiempo y el cachorro se lo llevaron. Nos cuentan que a una parcela. Solo quedaba ella, una madre coraje que ha pasado demasiadas calamidades para su corta edad.

La han reventado a criar, está hecha polvo. El trato que habrá tenido en su vida, pues lo podemos imaginar, ya que cuando fuimos a rescatarla, adoptó tal postura de sumisión que se orinó al vernos. Se nos parte el corazón con estampas así, animales tan humillados y psicológicamente tan deteriorados…

La hemos bautizado como Latifah, su vida comienza ahora, necesitamos un hogar para esta grandullona.

Cuando esté preparada se entregará en adopción con seguimientos, contrato, pasaporte europeo, microchip, vacunas, analíticas, desparasitaciones, esterilización y revisión veterinaria. Podrá viajar a cualquier punto de España. Todo esto será a coste cero para el adoptante, nuestra asociación asume tantos los gastos veterinarios como el traslado del animal.

Contacto: informacion@elamigofielcordoba.org

Un perro en la redacción de un periódico

Hoy es un día especial para mí, un día que voy a ir con una ilusión distinta a la habitual al trabajo. ¿El motivo? He acudido acompañada de una de mis perras gracias a que este viernes, como cada 22 de junio, se celebra el Día Mundial de Llevar tu Mascota al Trabajo (#TakeYourDogToWorkDay #DíadelPerroenelTrabajo) y a que mi directora, Encarna Samitier, ha tenido bien aceptar mi propuesta peregrina de venir así de bien acompañada.

20minutos se ha convertido así en un periódico dogfriendly. No sé a ciencia cierta si es el primero o si hoy es el único, pero no me extrañaría que haya sido de nuevo pionero, en esto como en otros aspectos: ser creative commons, retirar los anuncios de prostitución, tener una mujer como directora…

De hecho, no es la primera vez que un perro (sin ser lazarillo) se pasea por esta redacción, ya hace un par de años por el día del perro sin raza tuvimos por aquí a Colega, inspiración de la web Sr.Perro.

Mis perras han sido, gracias a mi labor como periodista y al frente de este blog, pioneras en muchos sentidos. Han entrado en una clase de la Universidad Rey Juan Carlos, pisado el tren y el metro de Madrid antes que nadie, asistido a un colegio a explicar a los niños cómo comportarse en presencia de perros desconocidos e incluso han participado en una boda.

La profesora Nuria Máximo Bocanegra en el aula con sus alumnos de cuarto de Terapia Ocupacional en la URJC. (JORGE PARÍS)

Sobre todo Troya, que con dieciocho años ha recorrido mucho mundo. ¿La última aventura? Ella tuvo el privilegio de ser el primer perro, no de asistencia, en entrar en el Ministerio de Agricultura esta primavera.

No a todos, pero sí para bastantes, los animales son nuestra familia, nuestra válvula para liberar estrés, para valorar lo importante, para sentirnos necesarios. Su compañía nos hace más felices, nos equilibra. No poder compartir vida con un animal por incompatibilidad de horarios con el trabajo nos hace sentirnos un poco incompletos.

Sé que muchos no entenderán que algo así nos pase, que un día como hoy me emocione tanto. Yo puedo entender que no lo entiendan. Aunque deberían saber que somos muchos los que querríamos tener la opción de acudir en ocasiones acompañados de nuestros animales. En mayo os contaba en este mismo blog que el 74% de los empleados españoles con perro los llevaría al trabajo si pudiera. Otro estudio independiente realizado por IPSOS en ocho países de Europa dice que el 83% de los millenials españoles llevarían a sus mascotas al trabajo si pudieran, convencidos de que les ayudaría a reducir el estrés y a crear una atmósfera más relajada.

Y va a ser verdad:

También los habrá a los que no les haga gracia, esos que auguraban crisis alérgicas la primera vez que los perros entraron en Cercanías, en el Metro de Barcelona o el de Madrid, aunque no haya pasado luego nada. Aún recuerdo a la directora de Cercanías, dónde se admiten perros desde hace muchos años, explicando en los II Premios de Bienestar Animal organizados por el Colegio de Veterinarios de Madrid cómo abrir los torniquetes a los animales parecía que iba a ser el fin del mundo y luego nunca pasó nada.

Nunca pasa nada cuando un perro, educado y con un dueño responsable por supuesto, entra por primera vez en alguna parte. Lo contaba en un congreso organizado el pasado año en Londres por Purina Germano Calvi, Director de Investigación y Ciencia de Datos en la compañía italiana Publicis Communication, que admite animales desde junio de este año y es el primer miembro de la Pets at Work Alliance  impulsada por Purina con el objetivo de lograr que doscientas empresas europeas sean dogfriendly para 2020. En esa web tenéis materiales para poder proponerlo y hacerlo realidad, incluyendo normas de conducta canina y un compromiso del empleado para garantizar la seguridad de las mascotas y de las personas.

Calvi, con grandes dosis de humor, explicó el largo proceso que llevó poder admitir animales, el distinto tipo de personas que se opusieron, cómo se negoció y trató con ellos, y recalcó cómo la presencia de un perro es capaz de cambiar completamente, y para bien, la atmósfera de una empresa.

Efectivamente, porque nunca pasa nada malo, pero bueno sí sucede. Lo he comprobado de primera mano cuando he entrado con mis perras en entornos nuevos. Quien quiere ignorarlos no se ve importunado, pero el ambiente general mejora rápidamente. Aún recuerdo las sonrisas sorprendidas de un buen número de estudiantes en la Rey Juan Carlos cuando entraron en clase y vieron a Tula y a Troya. Tal vez ellas aún recuerden sus caricias.

Os animo a proponer en vuestras empresas que, al menos un día al año, os acompañen vuestros animales. Por algo se empieza. Tal vez temáis que os tomen por locos, las chanzas que generan o las negativas airadas, pero si no se intenta es imposible que se consiga, que se avance.

Lo mismo os lleváis una agradable sorpresa, igual que yo. Igual que muchos de mis compañeros que hoy se han encontrado con Tula por la redacción, dormitando en su camita y ajena a lo que es hacer periodismo.

Sí, estaba trabajando. De verdad de la buena.

 

Andar, correr o ir en bici para ayudar a los animales

Este sábado, por tercer año, tenemos la oportunidad de ayudar a los animales haciendo deporte. Bueno, realmente hay muchas oportunidades, porque abundan las carreras y caminatas solidarias por toda España, pero hoy os quiero hablar del tercer Corre por Ellos que tendrá lugar en un Decathlon madrileño este sábado.

Lo organiza la protectora del sur de Madrid AIBA con la ayuda de Decathlon. De hecho tiene lugar en las instalaciones de esa empresa en Getafe, junto al centro comercial Nassica, entre las 9 de la mañana y las 21:30 de la noche.

También colaboran en la organización ASEEPA y la Clínica Veterinaria HUELLAS y participan las protectoras ACUNR, MAS VIDA, RONCESCAN. En las actividades además han echado una mano CrossMadrid y AIDOG.

Os dejo con la información que han facilitado, porque hay mucho más además de hacer deporte:

¿Nos ayudas a superar el reto? Anímate y participa, andando, corriendo, o en bici, porque un pequeño esfuerzo supone algo muy grande para ellos. Cada kilómetro realizado sobre una máquina de cinta y cada tres kilómetros en una bici estática se traducen en un kilo de pienso.

Cronograma de actividades:

– De 9,00 a 10,30: Clase 11 del Curso de Educación Canina de nivel básico-Ciudadano Canino Ejemplar (AIBA-ASEEPA).
– De 10,30 a 11,30: Clase 11 de Educación Canina de Nivel Avanzado (AIBA-ASEEPA).
– De 9,00 a 10,00: Clases Abiertas de Educación Canina (nivel iniciación) (AIBA-ASEEPA)
– De 10,30 a 11,30: Clases Abiertas de Educación Canina (nivel iniciación).
– De 12,00 a 12,30: Taller sobre Canicross (CrossMadrid) (*)
– De 13,30 a 14,00: Exhibición perros de asistencia (RONCESCAN)
– De 18,00 a 19,00: Taller sobre Canicross (CrossMadrid) (*)
– De 19,00 a 19,30: Exhibición DiscDog (Asociación AIDOG)
– De 19,30 a 20,00: Taller “Jugando al DiscDog” (Asociación AIDOG)

También tendremos:
– Mercadillo Solidario a cargo de las asociaciones participantes,
– Animales en adopción.
– Pintacaras

(*) El taller sobre Canicross será impartido por Susana Marchal, deportista de la selección nacional, por 4 año consecutivo, compitiendo en varios mundiales y europeos. Actual Campeona de España de canicross en nieve, Subcampeona en tierra, Campeona absoluta de Madrid, Campeona de la Copa de españa. Participante en pruebas de patin uno y dos perros. Fundadora y presidenta del club CrossMadrid.

Para participar en las clases abiertas organizadas por AIBA, de 9 a 11,30 horas, NO es necesario inscripción previa. Acude con tu perro (os recomendamos que venga en ayunas) y trae un paquete de salchichas cortadas en cachos muy pequeños. Las clases serán impartidas por Joaquin Gutiérrez y Eva Rabaneda Valdivia, educadores profesionales de ASEEPA.

Víctor de Roncescan, nos hablará sobre perros de asistencia, el entrenamiento que se realiza, y nos hará una demostración de la gran labor que realizan en su asociación.

Y cerraremos con AIDOG. Pedro Torres Checa y su equipo nos harán disfrutar del Discdog. Aquí una pequeña muestra.

Y si queréis adoptar un gatito (o un par de ellos), hay otro evento casi simultáneo impulsado por la misma asociación.

Este domingo 24 de junio y el siguiente domingo 1 de julio tenéis una cita inexcusable en nuestro local de la Calle Cantabria, 11. Allí os estarán esperando nuestros cachorretes, a cuál más guapo y adorable. Y sobre todo, ADOPTABLES solo por personas tan especiales como ellos. Si queréis conocerlos estaremos de 10:30 a 14:30 en las XIV Jornadas felinas organizadas por aiBa.

Para más información: info@aibamadrid.com

El adiós a una perra “que no servía para nada”

Hay hilos que se hacen virales, que llegan a miles, a millones. Otros apenas los lee nadie, aunque merezcan la pena, aunque condensen toda una vida, aunque rezumen amor. Hoy os traigo uno así.

La escritora e ilustradora Jessica Gómez, autora del blog de 20minutos ¿Qué fue de todos los demás? y de otro con su propio nombre que también os recomiendo y que ganó hace un par de ediciones la categoría personal de los Premios 20Blogs, ayer se despidió de su perra Circe, de un animal que a punto estuvo de acabar sus días antes aún de empezarlos, porque era una cachorra “que no servía para nada” en la Asturias rural.

Ayer se despidió de ella, poco antes lo contó en Twitter y en su blog. Y entiendo la necesidad de contarlo porque yo también la he experimentado. A mí escribir me sana, igual que a ella. Cuando uno de mis animales se ha ido, siempre he necesitado escribir recordándolo, un pequeño ritual que me ayuda a decirles adiós, a pasar por el obligatorio peaje de los que queremos compartir nuestra vida con animales, que viven menos que nosotros, que se irán.

Probablemente una necesidad que esté relacionada con la existencia de las esquelas en los periódicos, de los memoriales, los velatorios y las capillas ardientes. Es preciso decir adiós a los nuestros, hacerlo bien.

Espero que asomar a mi blog las memorias de Jessica le sirva Circe. Mejor dicho, le sirva a toda su familia, como parte de esa necesaria despedida.

Hace muchos años, a finales de una primavera calurosa, en la cuadra de una casa cualquiera, en un pueblo asturiano cualquiera, una pastora mestiza, quizás un poco mastina, parió un buen puñado de cachorros de padre desconocido aunque, a juzgar por las orejas, debía ser cazador.

En aquel pueblo mucha gente cazaba. El dueño de aquella cuadra, donde aquella mestiza había parido, no era cazador: era ganadero, y aquél montón de perritos aullantes eran un incordio.

Pasado un mes, y ante los probablemente atónitos ojos de la pobre mestiza recién parida, aquel hombre había conseguido deshacerse de casi todos los cachorros. Quedaba una, canija y feucha si se la comparaba con sus hermanos, que nadie había querido.

No tenía pinta de ir a ser muy grande, era nerviosa, incontrolable y asustadiza. No tenía pinta de servir para nada. Y en la práctica vida de aquel paraíso rural de un monte cualquiera de Asturias, si un animal no sirve para nada, molesta. No hay más.

«La gallina que no pone, para caldo antes de que sea vieja».

Un domingo (bueno, en realidad no lo sé, pero yo me lo imagino en domingo), un ciclista pasó levantando polvo junto a la cuadra, con la mala suerte de que la cachorra le salió al paso y el ciclista cayó al suelo.

La cachorra huyó llorando, lo que alertó al ganadero, que apareció, palo en mano, a darle un buen par de palos a la cachorra, «por escandalosa». El ciclista, alucinado con la escena, preguntó si le pasaba algo a aquella perra.

– ¡Que no vale pa’ na! Pero no te preocupes que luego pa’ cuando des la vuelta ya no está aquí, porque na’más termine de comer la quito de en medio.

¿Hablaba en serio? ¿Acababa aquel hombre de decirle que iba a matar a aquella cachorra?

La situación terminó con que, después de hablar un rato, el ciclista se llevó a aquella perra, de un mes, canija y feucha, metida en su chaqueta.

No sé si la pobre mestiza tuvo ocasión de despedirse de su último bebé.

El ciclista se llevó a la cachorra a su casa siendo consciente de que no podía quedársela. Pero al menos la había librado de morir aquella misma tarde siendo lanzada al río en una bolsa (método muy típico en algunas zonas, al parecer). Ahora «solo» tenía que buscarle un hogar.

Dos semanas después, una amiga del ciclista se enteró de esto y se lo contó a otra amiga. Así que la amiga de la amiga del ciclista, que acababa de irse (con su perro) a vivir con su novio, le contó a su novio la situación, y decidieron acogerla hasta que le encontraran un hogar.

La perra, sobra decirlo, nunca más se fue. La llamaron Circe.

Circe nunca fue una «gran perra».

Cuando la llevaron a casa tenía un millón de miedos, lloraba, se tiraba al suelo, chillaba… Para hacer pis se iba lejos, lejísimos donde no la pudieras ver. Le asustaba cualquier ruido. Cualquier cosa fuera de sitio. Un coche aparcado en el camino.

Todo le daba miedo al nivel del pánico. Era incontrolable. Entonces aquella pareja novata buscó ayuda en un buen etólogo, trabajaron con disciplina durante unos meses y Circe, aunque no superó del todo todos sus miedos, ya pudo vivir en sociedad y ser feliz.

Con ellos conoció lo que es un hogar estable, tener una familia, ver llegar e irse cachorros perrunos y gatunos, ver llegar para quedarse a dos -casi tres- cachorros humanos. Conoció lo que es viajar, el campo, el sol, escarbar en la arena, correr por el mar.

También conoció lo que es que se enfade contigo alguien que te quiere, y así pudo saber que no todo el mundo se enfada igual.

Tranquila, solitaria y gruñona.

No suele interactuar más allá de olerte o apoyar su cabeza en tu pierna, pidiendo una caricia. No juega si no es a buscar palos o bolas de eucalipto. No le pidas que juegue con los niños: no le va demasiado jugar con niños, aunque sí le gusta que la acaricien.

Aún le asustan las tormentas y los voladores, y se mete bajo la cama los días de mucho viento.

No, Circe no ha sido una «gran perra», pero ha sido nuestra perra durante más de once años. Nuestra compañera. Nos ha querido, lo sabemos, como no ha querido a nadie, y la hemos querido como nadie la quiso tampoco.

Tú, hombre de la cuadra, ibas a matarla. Nosotros le dimos un hogar

Y pienso todo esto porque ahora la tengo aquí, echada junto a mí, cuando la enfermedad ya ha hecho mella en ella.

Cuando sabemos que no responde a la medicación y hemos tenido que tomar la última decisión. La miro junto a mí y se me pone un nudo en la garganta al pensar que mañana, a estas horas, cuando mire no estará.

Así que sí: quiero pensar en todo esto, porque lo necesito. Me hace falta pensar que una perrita, canija, feucha y loca, a la que nadie quería y que iba a morir una tarde de domingo, acabó por casualidad en mi casa, y vivió once años siendo parte de una familia.

Porque así, pensando eso, me dolerá un poquito menos.

Algún día.

Aunque hoy no.

Se irán, lo harán. Se irán y nosotros lo veremos. Y así debe ser. Lo sabemos aunque no queramos saberlo, aunque no queramos pensarlo.

Se irán y nosotros lo veremos porque tienen unas vidas mucho más intensas y cortas que las nuestras, unas vidas en las que no desperdician ni un segundo en aquello que no merece la pena, en las que lo realmente valioso reina, unas vidas que siempre tienen sentido.

Algunos se irán antes de lo que teníamos previsto, aún jóvenes. Otros, más afortunados, se irán ya ancianos. Los habrá que necesiten de nuestra ayuda para irse dignamente, nuestro último regalo.

Se irán y se llevarán sus lametones, sus recibimientos entusiastas al abrir la puerta, sus siestas a nuestro lado, sus estallidos de pura alegría tras la pelota, al encontrar algún colega peludo o al descubrir el mar o la nieve.

Se irán, pero nos dejarán una vida entera de recuerdos. Nos dejarán muchos aprendizajes si somos capaces de interiorizarlos, no hay mejores maestros de la felicidad. Olvidad los manuales de autoayuda y observadles. Nos dejarán la devoción que nos tuvieron.

Antes o después pagaremos el peaje de verlos partir. Algo que para ellos es natural y no entraña frustraciones ni sufrimiento por lo que ya no vivirán.

Mientras estén aquí hay que ser conscientes de ello. Mientras estén aquí hay que disfrutar de ellos tanto como podamos.

Y os lo digo a vosotros, me lo digo a mí misma. Ellos ya lo saben, ellos no necesitan que nadie se lo recuerde.

Mientras pisemos el mundo hay que avanzar riendo, jugando, corriendo y gozando del calor del sol, de las palabras amigas, de las caricias, las flores y la música.

Para nosotros también son dos días.

¿Cuánto cuesta anualmente mantener a un perro o un gato?

Cuando queremos añadir un animal a la familia hay que valorar si estamos dispuestos a asumir la responsabilidad de pasearle, educarle… atender todas sus necesidades en definitiva, en las duras y en las maduras, durante toda su vida. Una vida que puede durar muchos años, una de mis perras ya es mayor de edad (para que quede claro, tiene dieciocho años).

En esa valoración hay que tener en cuenta que supone un coste económico que hay también que asumir. Un coste que puede elevarse sobremanera si surgen problemas de salud que requieran alimentación especial, tratamientos o intervenciones. Los perros no tienen seguridad social y el IVA veterinario de los animales de compañía sigue en un incomprensible 21% propio de los artículos de lujo.

Costes que también pueden incrementarse si necesitamos recurrir de modo habitual o temporal y excepcional a cuidadores (mejor opción que las residencias caninas a mi parecer) o paseadores.

Por eso suelo advertir cuando alguien quiere adoptar que no debería elegirse esa opción por ser más barata que comprar un gato o un perro, sino por una cuestión ética. Incluso un animal que nos hayan regalado sin coste ninguno puede llegar a resultar muy caro.

Si la gente que no lo tiene claro no se lanzara a la piscina de meter un animal en casa, gran parte del problema de abandonos animales existentes desaparecería. Tener perro o gato (o cualquier otro animal de compañía) no es obligatorio, de hecho es solo para aquellos muy convencidos.

Dicho lo cual, vamos a intentar contestar a la pregunta. ¿Cuánto cuesta mantener a un perro o un gato?

En la web Idealo hicieron hace no mucho un cálculo aproximado, según el cual los costes iniciales para recibir a un animal en casa (hacerse con el ajuar del perro o el del gato que llega a la familia), supone 235,84 euros de media en el caso de un gato y 266,82 si es un perro, aunque en este caso la cosa puede variar mucho en función del tamaño del animal.

Por otro lado, el mantenimiento anual de un gato supone un gasto de 522,27 euros y el del perro oscila entre 217,72 y 733 euros. Gastos en los que se tiene en cuenta el gasto veterinario mínimo.

Sinceramente, se me hace poco.

En concreto, en cuanto a gastos relacionados con la higiene, los gatos precisan tanto de una caja de arena (11,96 €), como de un recogedor (4,27 €) y de un cepillo (3,04 €), mientras que para los perros se necesitaría un cepillo (6,99 €), champú (9,96 €) y un spray antiparasitario (13,50 €), lo que suma un coste medio de 19,27 € para los gatos y 30,45 € para los perros. En cuanto a temas de seguridad para las mascotas, en el caso de los gatos se recomienda contar con una gatera para la puerta con chip (14,97 €) y una red para el balcón (14,87 €), lo que supone un gasto de 29,84 € de media. En el caso de los perros, este gasto sería de unos 14,49 €, incluyendo un collar luminoso (9,04 €) y un bozal para aquellas razas que lo necesitan (5,45 €). No hay que olvidar las primeras vacunas que hay que poner a nuestras mascotas para asegurarnos de que están sanas y que cuestan una media de entre 100 y 105 € en total.

En estos gastos iniciales idealo también incluye el coste de comederos y bebederos, así como de camas y mantas para nuestros nuevos compañeros. En el caso de los gatos encontramos los comederos a un precio medio de 3,82 € mientras que en los perros ascendería a 4,49 €. Por parte del desembolso en camas y mantas, para un gato el coste medio es de 7,20 €, mientras que para un perro es de 27,98 €, debido especialmente al mayor tamaño de las camas. Para poder salir a la calle y realizar viajes también se deben incluir varios productos como un transportín (9,95 €), un collar antiparasitario (8,37 €) y unas pinzas para garrapatas (4,77 €) en el caso de los gatos, mientras que para los perros es necesario un collar (7,95 €), una correa (6,99 €), unas bolsitas higiénicas (15,58 € para todo un año), así como un transportín (41,99 €), de modo que el gasto medio en esta categoría es de 23,09 € para gatos y de 72,51 € para perros. Además, para asegurarnos de que nuestros compañeros se diviertan y hagan ejercicio, estos gastos incluirían un rascador de varios niveles (47,63 €) y una caña con plumas (4,99 €) para los gatos, mientras que para los perros el informe de idealo menciona un mordedor (11,90 €) y una pelota (7,39 €), lo que conlleva un gasto medio de 52,62 € para gatos y de 19,29 € para perros.

Además de estos costes iniciales, el mantenimiento de una mascota incluiría un gasto anual que hay que tener en cuenta. Por ejemplo, los gastos del veterinario suponen un mínimo de 50-55 € al año, incluyendo la visita y la vacuna de la rabia. Por supuesto, en caso de enfermedad el gasto puede ser mucho mayor. Además, en el caso de los felinos habría que tener en cuenta los gastos de la arena (72 € anuales) y alimentación (400,27 € de media). Por parte de nuestros compañeros caninos, el gasto en comida variaría entre los 162,72 y los 678 € anuales, dependiendo del tamaño de nuestra mascota. De este modo, el coste total de los gastos anuales para compartir nuestra vida con un gato es de 522,27 € de media, mientras que si lo que queremos es tener un perro como compañero fiel, el coste sería de entre 217,72 y 733 €, en función de su tamaño.

En Barkibú también hicieron el cálculo del mantenimiento anual en el caso de los perros y el resultado era superior.

El coste de un perro sano de entre 2 y 8 años y 29kgs de peso, nos supondrá un coste de entre 800 y 1.000€ al año. Si tu perro es un cachorro, el coste del primer año se incrementará notablemente. Lo mismo ocurrirá si tu perro es un abuelete. Coste de un cachorro o un abuelete: 1.300€ al año.

Obviamente cada familia es un mundo, son cálculos haciendo medias y pueden variar por arriba o por abajo, aunque mi impresión es que en un hogar en el que quieran tener bien atendido a su animal va a ser superior, porque el pienso siempre debería ser de calidad, porque hay que reponer el ajuar con cierta frecuencia, porque siempre puede haber caprichos e imprevistos.

En cualquier caso, viene bien ver estos números para hacerse una idea de que tener un animal no es una decisión que se pueda tomar a la ligera. Tampoco en lo económico.

El perro que acompaña este texto es Kovic,  «una víctima más de la irresponsabilidad humana».

Fue adoptado cuando era cachorro. Adoptar un perro debe ser algo meditado. Deberíamos ser conscientes que es para toda la vida, y no solo hasta que se pase el capricho del perrito.

Cuando Kovic creció, ya no lo querían. Dicen que porque no podían hacerse con él. Que tiraba mucho, que era muy travieso… Vamos, lo normal cuando no le das lo que un perro necesita. Porque siempre es más fácil echarle la culpa al perro. Dieron a Kovic a otra persona que se lo llevó a una casa en un pueblo. Y ahora, más o menos un año después, esa persona se va de viaje y dice que no volverá, con lo que Kovic se queda desamparado.

Kovic acabó abandonado en una perrera. Tuvo que pasar ahí dos noches hasta que pudimos sacarlo. No hemos conseguido casa de acogida aún, así que lo hemos llevado a una residencia… Ahora empieza su nueva vida.

Buscamos para Kovic una casa de acogida o adopción responsable. Kovic está demostrando que es un perro buenísimo, cariñoso, sociable. Se lleva bien otros perros . Tiene casi 3 años. La familia que lo adopte contará con la ayuda de educador canino si hiciera falta.

Contacto: perrigatossinfronteras@gmail.com 670 95 96 88

Si quieres recibir textos como este y una selección de noticias protagonizadas por los animales de compañía, puedes suscribirte a la newsletter semanal Animaleros de 20minutos.

¿Qué motivos puede tener un gato para no usar su caja de arena?

Según mi experiencia, no es difícil enseñar a un gatito a usar su caja de arena, en absoluto. Por naturaleza quieren hacer sus necesidades en arena o tierra y enterrar las deposiciones. Es decir, que aprenden solos. Normalmente basta con presentarles la caja, situada en algún lugar tranquilo, dejar ahí alguna deposición suya si es preciso. Y, por supuesto, que sea accesible para él. Hay que tener en cuenta que si es pequeñito necesitará temporalmente un recipiente al que le resulte fácil entrar.

Normalmente les gusta tener su arena lejos del agua y la comida. ¿Comprensible, verdad? En un restaurante tampoco nos gusta a nosotros que nos sienten junto a los baños.

Si el gatito no se anima a usarla, o un gato adulto que la empleaba sin problemas deja de hacerlo, es que pasa algo y nos toca averiguar qué puede ser, acudiendo al asesoramiento de un experto si es preciso.

Puede que el sitio en el que está ubicada no le guste. Puede que hayamos cogido un arenero cerrado y con puerta y no sea de su agrado (sobre todo a las puertas les cuesta acostumbrarse, suele tocar quitarlas, al menos al principio). También puede pasar que el tipo de arena no le encaje, las hay de muchos tipos y hay gatos a los que les valen todas pero algunos más escogidos.

Si es un gato grande, ojo a que pueda girar bien dentro del arenero. También hay que poner suficiente arena para que puedan enterrar a gusto. Y, por supuesto, hay que mantenerla limpia. También aquí hay gatos más tolerantes que otros a reutilizar más o menos veces la arena o esquivar sus propias minas.

Y si tenemos varios gatos puede que no les importe compartir arenero o puede que no lo soporten y necesite cada uno su bandeja. No va a ser posible obligarles a lo que nos venga bien, hay que aceptar sus gustos.

También puede responder a algún cambio que le ha estresado, de mobiliario, de habitantes en la casa, de horarios… Toca ser un poco Sherlock Holmes.

Si todo parece en orden y el problema persiste, es conveniente consultar con el veterinario. Que no use su arena puede ser síntoma de alguna enfermedad, incluso grave. Los gatos son unos animales duros, de buena salud, pero su punto más débil suelen ser el sistema urinario.


Las cachorritas carey que acompañan este texto está en adopción. Se entregan juntas, y no os voy a repetir que es muy buena idea tener dos hermanos de camada que jueguen y se hagan compañía en lugar de solo uno porque ya os lo he formado demasiadas veces. Están en Madrid, recogidas por la asociación Madrid Felina.

Estas niñas preciosas son Pezque y Pizca, parecen grandes en la foto pero son dos pulgitas de dos meses y medio, en busca de casa a la que llenar de ronroneos.

Sanas y vacunadas, te esperan con un millón de ronroneos. ¿Quieres adoptarlas juntas? Son inseparables.

Contacto: adopciones@madridfelina.com

Lía y Mami, dos perras con un triste pasado que necesitan buenos hogares

Me escribe Martina, que colabora con una asociación sin ánimo de lucro dedicada al rescate animalada se constituyó como tal en febrero. Una joven asociación llamada Patitas en Marcha que busca una segunda oportunidad para una veintena de perros.

Me presenta además a sus dos casos más urgentes, a Lía y Mami, que desde Guadalajara y Sevilla buscan familias responsables. Familias de cualquier punto de España.

Dos perras con historias de delación y maltrato, por desgracia demasiado frecuentes, que han demostrado su nobleza y capacidad de recuperación y merecen, al fin, lograr una buena vida.

A Lía la rescatamos debajo de un pino, sin poderse mover, muy enferma, la habían tenido encerrada, con unas uñas larguísimas de no andar. Tenía leishmania y filaria, estaba desnutrida, llena de heridas y sobre todo muy asustada; nunca había estado en la calle ni había conocido el cariño

Poco a poco empezo a darse cuenta de que existía un mundo maravilloso con gente buena
Ahora está muy guapa pero sigue necesitando su tratamiento para la leishmania y necesita tener un hogar donde recuperarse y ser querida

Es muy joven, apenas tiene tres años. Me cuentan que se lleva bien con otros perros y gatos, que tiene. Muy buen carácter. El contacto para solicitar más información es: Ángeles 661353099 y Martina 616545304.

Mami es una perra mayor, tiene nueve años. Era de un chatarrero que jamás le dio una vida digna. Pero toda una vida de descuidos no han hecho que perdiera las ganas de luchar y se ha recuperado.

Tenía pesadillas por las noches o se asustaba ante un ruido fuerte, pero ya camina tranquila a nuestro lado y ha recuperado las ganas de jugar. Ha demostrado que quiere vivir y que le quedan aún unos años para demostrar todo el cariño y amor que es capaz de dar.

No nos olvidemos de los abuelos, que necesitan también sentirse amados. Volveríamos a rescatarte una y mil veces, porque con tu cariño nos has salvado tú a nosotros.

Mami está en una residencia esperando su segunda oportunidad. Los contactos son: Martina 616 54 53 04 y Miren 692 70 81 99.

Además esta asociación ha organizado un evento este domingo, 17 de junio, en la cafetería La Riviere de Madrid. Me piden ayuda para difundirlo, porque “necesitamos que asista mucha gente, pues son muchos los animales rescatados que tenemos”.