Archivo de abril, 2021

Segundo intento para que los animales tengan consideración de «seres sintientes» y no de objetos

Tal vez eráis de los que creíais que los animales ya no eran considerados como objetos en nuestro Código Civil, en la Ley Hipotecaria y la Ley de Enjuiciamiento Civil). Es posible que lo consideraseis un logro ya superado porque en 2017, a instancias del PP, se aprobó por unanimidad por el Pleno del Congreso y hubo bastante eco en los medios de comunicación y las redes sociales. Al fin los animales habían logrado un estatuto jurídico diferente al de los bienes y pasaban a ser considerados «seres vivos dotados de sensibilidad».

Pues casi, pero no. La disolución posterior de las Cortes y la convocatoria de nuevas elecciones dejó la proposición de ley aprobada, pero sin tramitar. Es decir, en el limbo de las leyes justas. Por suerte, este martes se retomará esta proposición de ley, esta vez impulsada por el PSOE y UP.

Cuatro años después, que se dice pronto. Esperemos que a la segunda vaya la vencida. Si ya se logró una votación a favor entonces, nada debería impedir que salga adelante de nuevo (aunque en esta ocasión no sea con un respaldo unánime). Y, sobre todo, que en esta ocasión culmine su tramitación parlamentaria para que sea una realidad y, por ejemplo, en caso de robo, divorcio o herencia, no se trate a los animales como si fueran bicicletas.

El perro de las imágenes se llama Bach. Tiene cinco años y me cuentan que llevan demasiado tiempo «intentando encontrar a esa familia especial que necesita, una familia que sepa ver más allá de su color o su raza injustamente estigmatizada». Pasea bien con la correo y es sociable con otros perros, aunque no con gatos. Está en Madrid.

Contacto: 664 179 106 info@ageraa.org

Diez libros para que niños y jóvenes empaticen con los animales

Leer abre los ojos. Leer es un ejercicio intelectual, pero también un aprendizaje para el corazón. Leer nos permite recorrer caminos ajenos, comprender otras miradas, aprender y empatizar. Leer es una herramienta para construir un mundo más justo para todos, también para los animales, porque este mundo también es suyo y tienen el mismo derecho que nosotros a habitarlo y vivir en paz y felicidad.

Este 2 de abril es el Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil. El primero que celebramos desde que la LOMLOE  incorporase la empatía hacia los animales en la enseñanza obligatoria. Por eso hoy vamos a dar un repaso a distintos volúmenes recomendables para niños y adolescentes. 

Numerosos cuentos y libros juveniles o aptos para jóvenes tienen como protagonistas o partícipes a los animales. Es algo especialmente palpable en los cuentos. Los animales fascinan a los más pequeños, les atraen y sirven para contar todo tipo de historias y transmitir distintas enseñanzas.

Cuentos para niños como Galgui de María José Rodríguez y Andrés Arcos, cuyo protagonista es un galgo con cara de lápiz abandonado y rescatado que logra un buen hogar tras mucho buscarlo; como Rady el gato enfermero de Satorino Fuchigami, que cuenta la verdadera historia de de un gato de un refugio polaco que sobrevivió por los pelos al ser rescatado y tuvo la vocación de ayudar al resto de animales de la protectora; como Teo un cazador de sueños de Mireia Segarra y Olga Marsal con ilustraciones de Georgine Miret, un un libro solidario y nacido de la labor que lleva a cabo la Societat Protectora d’Animals de Tàrrega; o como Gran Lobo Salvaje de René Escudié, para primeros lectores, que está escrito con tino por alguien que sabe mucho de los perros y cómo transmitirlo acompañado de muchísimos valores, no solo de respeto a la vida animal, sino de compañerismo, resolución de conflictos personales, compromiso….

Libros para niños más mayores, para adolescentes, como los maravillosos clásicos de aventuras de Jack London Colmillo Blanco y La llamada de la selva, una exploración pionera y aún no superada de la naturaleza humana y de nuestra relación con la naturaleza y con otros animales en condiciones extremas; como la divertidísima trilogía de Gerald Durrell Mi familia y otros animales o como Mastín y la chica del galgo, que escribí a beneficio íntegro de la Fundación Amigos del Perro para acercar el complejo universo de la protección animal a los más jóvenes.

También como los mangas Los dioses mienten de Kaori Ozaki que, entre otras cosas, nos enseña que no deberíamos ignorar a los animales abandonados y que «un gato que ha perdido un pata, corre con las tres que le quedan. No es algo que resulte triste en absoluto»; como Kota Ven de Takashi Murakami que muestra la cotidianidad con humor al pie de tener un perro en la familia o como la saga de Dulce hogar de Chi de Konami Kanata, que hace lo propio con un gato y es apto también para los niños que se comienzan a adentrar solos en la lectura.

Dejad que nuestra vida se llene de esos libros que, además de hacernos disfrutar, nos ayudan a crecer.