Archivo de septiembre, 2020

No chinches a tu gato, no le grites, lances ni trates con violencia, vuestro vínculo no es irrompible

Va camino de las dos décadas que conozco a Laura Trillo, la responsable de Terapia Felina y una de las personas que más sabe del comportamiento de los gatos de las que tengo constancia. Cuando la conocí era voluntaria en una protectora y ya tenía la mirada puesta en estos animales, ya estaba aprendiendo con ellos y de ellos, para ayudarnos a todos. Esa vocación de ayuda pervive y un pequeño gran ejemplo es su Manual básico para adoptantes de gatos, gratuito y muy recomendable.

Laura sabe mucho de gatos y desde sus redes sociales y sus talleres nos ayuda a entenderlos mejor, a mejorar nuestra relación con ellos. Siendo absolutamente sincera, lamento su fe en las flores, pero nadie es perfecto y los conocimientos que comparte sobre los gatos sigue siendo igualmente enriquecedores, invitan a muchas necesarias reflexiones y a que les respetemos.

 

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Perdón por la contundencia y la emoción que le pongo, pero este es uno de los temas más importantes y hay que ponerse serios ya ❤ Os dejo este vídeo en el que hablo sobre la necesidad de morder de los gatitos pequeños, su necesidad de aprendizaje y de relacionarse. Si quieres ayudar a otras personas, por favor compártelo 🙏🏻 Evitemos que los gatitos crezcan con desequilibrios que el día de mañana les perjudicarán. Está en nuestras manos y es nuestra responsabilidad. Espero que aporte. Gracias ❤ Laura Trillo www.terapiafelina.com #terapiafelina #gatos #amorgatuno #terapeutafelina #terapeutafelino #gato #gata #cat #cats #felinetherapy #cattherapy #cattherapist #catwhisperer #catwoman #catlove #catlover #catbehavior #etologiafelina #comportamientofelino #comunicacionanimal #animalcommunicator #gatito #gatitos #migatitomuerde #agresividadfelina

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En una de sus últimas actualizaciones puso encima de la mesa algo que quería traer a este blog desde hace tiempo: que los gatos no entienden que les gritemos, que les apartemos con agresividad, que en nosotros vean comportamientos violentos que lo único que pueden conseguir es destruir el vínculo que queremos tener con ellos.

¿Sabes qué? No, no te entiende. No, no sabe que ha hecho algo «mal». Cuando te enfadas, le gritas, regañas, le dices «No!», le tiras agua, le pegas, no te entiende. Se asusta de tu cambio repentino de humor, de tu violencia. Se defenderá por supuesto si se siente amenazado por ti. No aprende otra cosa que que la persona con la que vive puede cambiar repentinamente. No aprende que no debe arañar aquí o allí, o que no puede subir a la mesa. Aprende a evitarte y a defenderse. De repente comienza a vivir en estado de alerta, inseguridad y estrés. De repente orina fuera, comienza a morderte o a acosar al otro gato».

Seguid a Laura para entender mejor a vuestros gatos. Y tratadlos sin violencia, exactamente igual que deberíamos tratar a los seres humanos y el resto de animales.

Estos dos cachorretes están en adopción. Sería ideal si fueran juntos a la misma casa. Se encuentran en las buenas manos de la asociación Amigos de Sam.

Contacto: amigosdesam@gmail.com.

Todos los ayuntamientos deberían hacer públicos los números de cuántos animales abandonados recogen, cuántos son sacrificados y cuántos encuentran un hogar

Mucha gente, muchos amantes de los animales, desconocen que existen perreras municipales y protectoras y sus diferencias.

Las primeras, que han ido abandonando el nombre de perrera por sus connotaciones negativas, son un servicio que las administraciones municipales están obligadas a ofrecer de recogida de animales. Está costeado con dinero público y su concesión puede estar en manos de asociaciones protectoras, pero también de cualquier otro tipo e empresa o entidad. Las hay gestionadas con criterios éticos, con frecuencia con el reto de tener pocos recursos para llevar a cabo su labor, y las hay para las que  el bienestar animal es totalmente secundario y en las que los sacrificios injustificados están a la orden del día. En todas ellas se pueden encontrar voluntarios, además de los trabajadores contratados para atender a los animales.

Las segundas son asociaciones privadas, que cuando no tienen espacio para albergar más animales pueden negarse a recogerlos, al contrario que las perreras municipales. Las hay buenas, malas y regulares en su organización, instalaciones y métodos pero salvo rarísimas excepciones se dejan el pellejo por los animales abandonados, haciendo un trabajo que sería responsabilidad de las administraciones públicas.

(JORGE PARÍS/ARCHIVO)

No son mundos estancos. No es raro que colaboren entre ellas en mayor o menor grado. A veces una protectora que ya está funcionando obtiene la concesión municipal de una perrera que ya estaba funcionando. A veces, una asociación de ánimo proteccionista que tenía una perrera municipal, pierde la concesión, consigue otras instalaciones y sigue operando de manera privada.

Lo que siempre me ha preocupado es que también hay muchas personas, muchos amantes de los animales, que no saben cómo funciona la perrera de su municipio. No parece preocuparles si es un lugar al que poder llevar un animal que encuentran abandonado sabiendo que tendrá un buen trato y procurarán buscarle un hogar o si es un campo de sufrimiento y exterminio.

Creo que es nuestra responsabilidad si nos consideramos animaleros informarnos de cómo funciona ese servicio de recogida de animales de nuestro ayuntamiento,  cómo se gestiona y quién tiene la concesión. Deberíamos pedir que los ayuntamientos rindan cuentas, que sean transparentes dando números sobre cuántos animales entran en sus instalaciones cada año, cuántos son sacrificados y cuántos encuentran un nuevo hogar y que se impliquen activamente realizando campañas de concienciación y adopción.

¿Tú sabes cómo funciona tu perrera municipal? ¿Sabes si se esfuerzan en salvar vidas?

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«Si te gustan los animales tienes que entender que algunos no se pueden tener como mascota»

Fue hace cuatro veranos, en Bretaña. Paseaba con mi perra a primera hora en torno a la granja en la que nos alojábamos, rodeada de verde y apartada de todo. Tomé una curva y allí estaba, en medio del camino. Demasiado hermoso, como un espíritu de los bosques; de un rojo que resultaba aún más intenso contra la vegetación. La aparición más bella, una imagen que jamás olvidaré. Apenas me miró un par de segundos antes de salir corriendo, cruzando un prado de pastos como una flecha ardiente.

Me recuerdo reflexionando que algo tiene que estar roto en aquellos que vean tanta belleza y su impulso sea destrozarla de un escopetazo.

(GTRES)

Entiendo que los zorros protagonicen tantos cuentos y leyendas. Lo que no entiendo es que haya personas que quieran transformar esa libertad en un peluche, sepultando las necesidades de un animal así bajo sus gustos y deseos.

Hace unos años que se está popularizando el tener un zorro como animal de compañía. Lo mismo sucede con el coatí, el mapache, el suricata o el fénec. Y tal vez os sorprenda descubrir que no es nada difícil conseguir uno si tienes el capricho. Google está lleno de posibilidades, igual que de preguntas frecuentes que recibe como «¿Cuánto vale un zorro de mascota?” o «¿Cómo puedo tener un zorro de mascota?».

No lo concibo. De verdad que no me cabe en la cabeza. Teniendo animales tan adaptados a vivir con nosotros como los perros y los gatos, y que aún así suponen retos y responsabilidades que muchos no son capaces de afrontar, abrimos el campo a otros animales exóticos, con las dificultades de todo tipo que entrañan, cuya naturaleza pide campo y no casa, que pueden convertirse (ya se están convirtiendo) en problema medioambiental.

Si con frecuencia no sabemos tratar y entender a perros y gatos, ¿cómo asumir la responsabilidad de un animal del que desconocemos casi todo y que además no nació para hacernos compañía?.

Luego hay sufrimiento animal, hay abandonos y especies invasoras. Pero es que el vídeo del zorro que vi era tan mono. La celebridad que me gustaba ponía tan bonito tener un mapache…

Ana Jiménez (Myles en redes sociales) es bióloga, autora del libro Azul vivo y divulgadora científica. Ayer mismo pedía «por favor, compartid este hilo o directamente estas palabras donde podáis». Un hilo nacido de un vídeo que se ha hecho extremadamente popular y polémico y que entronca con mis reflexiones y que, atendiendo a sus deseos, aquí os dejo esperando que llegue al mayor número posible de personas.

Los zorros no son animales domésticos. No son mascotas y no deben ser tratados como tal. Las mascotas exóticas en general son un problema bastante grave y además están cada vez más de moda, pero si empiezo a hablar de ellas no acabaré nunca, así que centrémonos.

Cuando en un primer momento critiqué el material de este vídeo, algunas personas vinieron a contarme que está grabado por una persona que se dedica a rescatar zorros de granjas de pieles y demás y a ver… Eso está muy bien. Pero no los saques de la sartén para caer al fuego. Las granjas de pieles deberían desaparecer, son extremadamente problemáticas tanto a nivel de bienestar animal como a nivel ecológico, eso no se puede discutir. Pero si vas a sacar a los zorros de la granja debe de ser para rehabilitarlos, no para mascotizarlos.

¿Por qué? Estaréis pensando que esos zorros están viviendo la buena vida y que no hay problema, pero todo esto va mucho más allá. Esto animales acaban perdiendo por completo sus comportamientos propios, se desnaturalizan en ese sentido, los tratamos como a perros. Cuando una entidad responsable, como centros de rescate tipo @CentroRainfer o los zoos modernos que tenemos en Europa rescatan animales de circos, tráfico, etc, lo que hacen es PROMOVER QUE RECUPEREN SUS COMPORTAMIENTOS NATURALES EN LA MEDIDA DE LO POSIBLE, no mascotizarlos. Esto es importante por muchos motivos: que puedan socializar con otros miembros de su especie el primero, pero otro de los problemas graves aquí es que tratando a los zorros como mascotas promueves que… bueno, que mucha otra gente también lo haga.

Solo hay que entrar a los comentarios para ver cuantísima gente dice que ahora quiere tener un zorro, y aunque la mayoría lo diga sin una intención real, otro gran número de personas se va a ver capaz de cuidar de un animal silvestre que parece un perro, pero no lo es. Teniendo en cuenta que los zorros no son como otras mascotas exóticas que tienen menos problemas porque se suelen criar, esto lo que suele promover es el tráfico de animales: se capturan en su hábitat, muchos mueren, otros se venden ilegalmente, por el camino lo pasan fatal.

Y esto lo llevamos viendo por internet con una infinidad de animales silvestres (como lemures, mapaches, loros…) desde hace años, y siempre es el mismo cuento y nunca se acaba. Si te gustan los animales tienes que entender que algunos no se pueden tener como mascota.

Esto sin entrar, por supuesto, en que esta tenencia irresponsable de mascotas exóticas además puede acabar en problemas de especies invasoras que acaban con millones de animales autóctonos todos los años (gatos, cotorras…). Y luego vienen los lloros porque hay que sacrificar.

Si a la persona que graba los vídeos verdaderamente le preocuparan los zorros, no los trataría como a mascotas, trataría de que su comportamiento se renaturalizara y de que vivieran en hábitats aptos para ellos cuando no puedan ser devueltos a la naturaleza. Muchísimos zoos cada año se hacen cargo de cientos de animales de este tipo, y aunque evidentemente los cuidadores y los animales acaban teniendo una relación muy estrecha, eso no quiere decir que los traten como a mascotas, no tiene nada que ver con lo que vemos en los vídeos.

Así que por favor, si te gustan los animales, te pido que no compartas este tipo de vídeos con comentarios tipo «quiero un zorro« (o cualquier animal de turno), sino que lo hagas señalando que esto no es bueno para ellos y que no están tan rescatados como parece. Esos animales muy difícilmente volverán a comportarse como zorros y a socializar como zorros, y pueden a su vez fomentar que otros animales que viven silvestres sean capturados y sufran destinos terribles. Seamos coherentes con quienes decimos ser.

 

A los gatos de la calle no hay que exterminarlos, hay que controlarlos de manera ética

Es verdad que las colonias felinas no controladas son un problema; en primer lugar para los gatos, que llegan al mundo condenados a tener una vida corta y llena de sufrimiento. Es cierto que si se alimenta a los felinos de la calle sin cabeza y se les deja nacer, crecer y, sobre todo, enfermar y morir, a su libre albedrío pueden suponer ocasionalmente un problema de salubridad. También es innegable que estos animales en libertad son una amenaza para la fauna silvestre, algo que causa no pocos enfrentamientos entre conservacionistas y defensores de los gatos.

Pero los gatos no son alimañas, las colonias de felinos que sobreviven como pueden en nuestras ciudades por culpa del abandono y la negligencia de los seres humanos no son «una plaga que hay que eliminar» como ha afirmado el  primer teniente de alcalde de Santa Cruz de Tenerife. No es el único gestor público que cree, erróneamente, que la captura y el sacrificio es la única solución.

Son seres vivos únicos, irrepetibles. Son vidas que tienen valor y es responsabilidad del ser humano buscar soluciones humanitarias para estos animales, porque somos nosotros la razón de que estén malviviendo y ‘peormuriendo’. No debería ser necesario recordar que los gatos no saben buscarse la vida en la calle.

Cada vez más consistorios hacen lo correcto, apoyan los programas  CES, de captura, esterilización y suelta, se coordinan con asociaciones cuyo fin último es el bienestar de estos animales, limitando el número de camadas que tienen, buscando adopciones para aquellos animales que necesitan a salvo en un vivir en un hogar, controlando el espacio que ocupan estas colonias, alimentándolas y procurándolas asistencias veterinaria cuando es preciso.

En marzo hablé con Mercedes Hervás, presidenta de la Asociación AGAR que gestiona las colonias de gatos ferales del madrileño parque del Retiro. Cuando AGAR asumió su protección en 2008, había más de 400 gatos censados por el ayuntamiento. En esos momentos había unos 270 censados, de los que 210 estaban esterilizados y un gran porcentaje también chipados. Un ejemplo de lo que se puede conseguir con esfuerzo y siguiendo la senda ética.

Esta colaboración entre ayuntamientos y proteccionistas está lejos de funcionar de una manera perfecta, faltan fondos, entendimiento, preparación… pero es el camino correcto a seguir, a lo que hay que tender en todas las ciudades.

De hecho, la futura Ley Integral de Derechos Animales de ámbito nacional en la que trabaja el Gobierno tiene como uno de sus punto a desarrollar el establecimiento de criterios para controlar las colonias felinas, para que el exterminio no sea nunca la opción a aplicar.

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Mosquiteras, rejas, mallas… si quieres tener gato tienes que estar dispuesto a blindar tu casa

Pipi Estrada fue ayer trending topic a cuenta de un luctuoso suceso: su gato Trapito cayó por la terraza y murió. Siento esa muerte y no me voy a detener más en el caso particular del periodista deportivo, salvo para recordar algo que llevo años recomendando: si tienes un gato es imprescindible blindar tu casa ante posibles caídas, más vale prevenir que llorar.

Las caídas desde terrazas y ventanas son uno de los accidentes más frecuentes para los gatos, accidentes que se traducen en pérdidas, lesiones y muertes. El alto índice de supervivencia a estas caídas libres se debe a que adoptan instintivamente la mejor postura para amortiguar el golpe; de ahí su fama de tener siete vidas. Pero pese al refrán, no son pocos los que llegan a la consulta con la mandíbula rota o un cuadro de lesiones internas, que los veterinarios han bautizado como síndrome del gato paracaidista.Por eso muchas asociaciones protectoras insisten a los futuros adoptantes en la necesidad de tener asegurado su hogar para prevenir despeñes, quieren ver las casas para asegurarse y niegan adopciones si no cuentan con la seguridad de que el animal no podrá caer o escaparse.

Esa es otra. Los gatos no solo caen, también se van. Y salir que salgan a la calle también es muy peligroso, por las enfermedades que pueden contraer, porque se pueden perder, ser atropellados, toparse con gamberros… Eso sin contar que la fauna silvestre también merece vivir en paz.

Se pueden poner mosquiteras, rejas, mallas, topes que impidan que las ventanas se abran más que unos pocos centímetros, también tener un cuidado exquisito en ventilar habitaciones con las puertas cerradas. Las soluciones son muchas y varían en función de cómo sea cada hogar.

Es cierto que hay gatos más inclinados a andar por las alturas y jugarse el tipo que otro. Suelen ser los más jóvenes, los más atléticos y aquellos que no han sido esterilizados. Pero ninguno está libre de caer o fugarse.

Debería sobrar decir que, si nuestro gato sufre una caída o aparece tras un vagabundeo, conviene llevarlo inmediatamente al veterinario. Aunque aparentemente no tenga nada conviene hacer una revisión, porque los gatos apenas manifiestan dolor con demasiada frecuencia, incluso estando graves. Y tal vez convenga desparasitar y testar al animal para asegurarse de que no ha contraído la peligrosa leucemia o la inmunodeficiencia felina.

Derogación de la ley de Perros Potencialmente Peligrosos, un registro unificado… ¿Qué sabemos de la Ley Nacional de Protección Animal en la que trabaja el Gobierno?

El Gobierno lleva tiempo trabajando en la elaboración de la tan reclamada Ley Nacional de Protección Animal, una promesa electoral del PSOE y Unidas Podemos. No sé cuándo veremos el primer texto sobre la mesa, pero lo cierto es que la maquinaria ya está en marcha hace tiempo; me consta que se ha contactado con distintos expertos y entidades para su redacción que tienen mucho y bueno que aportar en sus respectivas áreas.

La creación a finales de enero de la Dirección General de Derechos Animales, ya dejó claro que se iba a impulsar esta Ley, algo que ha verbalizado en distintas ocasiones su responsable, Sergio García Torres, para el que es una prioridad junto con la modificación del Código Penal, con el objetivo de que el ensañamiento y la crueldad tengan un castigo acorde de prisión; y también del Código Civil, para que se considere a los animales seres dotados de sensibilidad.

¿Qué sabemos de la la futura Ley Integral de Derechos Animales de ámbito nacional en la que se está trabajando?
Pues parece que traerá de la mano medidas tan necesarias como un sistema de identificación único para toda España. Único y doble, porque mantendrá el chip, con más información que ahora, y añadirá una base de datos nacional de ADN. Según García Torres en una entrevista en SR.Perro que tenéis al final en vídeo, «si no existe un buen mecanismo de identificación de animales, vamos a seguir teniendo agujeros a la hora de controlar a quien no tiene un trato justo y digno para los animales. Para nosotros es vital».

También incluye, por ejemplo, la unificación de vacunas, el establecimiento de criterios para controlar las colonias felinas, la regulación de la cría de animales de compañía y de quién puede ser educador canino.

(GTRES)

Me llama la atención especialmente la derogación de la ley de 1999 de tenencia de perros potencialmente peligrosos (que apenas sirve para otra cosa que poner trabas a las adopciones) que dará paso a otra que valore el comportamiento del animal, una evaluación en la que se tendrá presente el peso del animal y que se está diseñando con etólogos y educadores caninos; pasaría a ser un proceso voluntario con el incentivo de que facilitaría el acceso con el perro a locales o transporte público.

Conviene contener las expectativas, seguro que el texto no contentará a todos, estoy convencida de que será tibio, muy mejorable en muchos aspectos. La experiencia me dice que los animales estarán más protegidos, pero no tanto como nos gustaría a los que llevamos casi dos décadas conociendo la problemática de primera mano. Pero es que es imposible pasar de la nada al todo. A falta de tener el texto en las manos, el mayor hito a celebrar probablemente va a ser tener una normativa nacional, imprescindible dado el caos existente de leyes municipales y autonómicas.

Esperemos poder celebrarlo pronto. 

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Los Premios 20Blogs incluyen una nueva categoría: ‘Animaleros’ para sitios centrados en los animales de compañía

En 20minutos buscamos blogs protagonizados por los animales de compañía, la protección animal y su tenencia responsable. Sitios en los que encontrar recomendaciones para su cuidado y experiencias compartidas.

Animaleros se llama una de las nuevas categorías de los Premios 20Blogs, que ya están en su XIV edición y cuya inscripción abrió en julio y termina el 29 de septiembre con la opción de ganar 5.000 euros y convertirse en bloguero de este periódico como premio principal.

Animaleros, igual que el grupo de Facebook y la newsletter semanal que este periódico ha lanzado este año. Porque los animales y su bienestar nos importan. 

Durante todos estos años de Premios 20Blogs nos hemos encontrado con muchos blogs sobre animales participando, blogs que buscaban entre las categorías existentes el mejor acomodo y que, en ocasiones, se han llevado el galardón. Ahí tenéis por ejemplo a Fotopets hace tres años.  

Pues este año hay una categoría pensada para ellos.  Os animo a participar si tenéis una web así, porque más allá del premio es una iniciativa que puede contribuir a que mejore cómo tratamos a los animales.

Los ganadores a mejor blog solidario en 2017: Fotopets, retratistas de animales, recogen su premio. (ELENA BUENAVISTA)

«En época de crisis económica siempre se recorta la ayuda a las protectoras y se incrementan los abandonos»

Arranca un curso que se antoja complicado para los animales de compañía y las personas y entidades que velan por su bienestar. En una situación de crisis como la que enfrentamos, con el número de parados en escalada constante, muchos sectores y servicios gravemente afectados por la irrupción del coronavirus y nuevos retos impensables hace un año para poder conciliar y organizar nuestro día a día, ellos también sufren las consecuencias.

Que los abandonos aumenten es la más previsible. A falta del estudio anual de Fundación Affinity, el más veterano y riguroso que suele llegar antes del verano pero que este año se está retrasando, tenemos los cálculos de la Real Sociedad Canina que dijo en agosto que se han incrementado un 25% respecto al año anterior.

A comienzos de abril, recién inaugurado el estado de alarma por la Covid-19, tuve la oportunidad de entrevistar a Mati Cubillo, responsable desde hace unos quince años de la Federación de Asociaciones Protectoras de Animales de Madrid, FAPAM, que asesora a asociaciones de toda España.

Durante esa larga charla era inevitable hablar del impacto que la ya entonces previsible crisis económica iba a tener y que ya se estaba notando: «ya se está ayudando a gente que ha sido despedida de su trabajo por esta crisis causada por el Covid-19 y tenían que operar a su animal y no tenían dinero. Y se va a ir notando más. Hay personas que no se quieren deshacer de un animal pero no puede pagar una cirugía o un tratamiento que necesita. También gente que, por ejemplo, tiene que mudarse a una habitación de un piso compartido y no se lo puede llevar pero sufre por tener que separarse de su animal. Y por supuesto los que aprovecharán la crisis para deshacerse del animal. Y las asociaciones tampoco tenemos recursos para ayudar a todas estas personas».

Más allá de los abandonos, también se ven mermados los recursos de esas entidades de protección animal, que en gran medida están asumiendo una responsabilidad que corresponde a las administraciones públicas. Hay menos voluntarios, menos casas de acogida, menos socios, menos donaciones…

Así lo contaba Mati: «En época de crisis económica, si tienes que recortar, recortas de lo que no es imprescindible para ti y para tu familia, como las ONGs de los animales. Es normal, vienen tiempos muy malos y por muy solidario que seas tu familia tiene que comer, tienes que pagar la luz, el agua y el alquiler. Ya pasó en la última crisis».

Y la última crisis no trajo de la mano unas restricciones que también afectaron a las formas que tienen de ingresar fondos y sumar socios estas asociaciones. Para ellas son vitales los mercadillos, los eventos solidarios de toda índole, los puestos en comercios afines o a pie de calle desde los que dar a conocer su labor.

Estos tiempos difíciles requieren que seamos especialmente responsables. Si ya tenemos algún animal bajo nuestra tutela o estamos planeando tener uno, es preciso que entendamos mejor que nunca el compromiso que supone. También es necesario que seamos especialmente solidarios, siempre en la medida de nuestras posibilidades. Hay muchas formas de ayudar, más allá de las aportaciones económicas.

La situación lo requiere.

(JORGE PARÍS)

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