Archivo de noviembre, 2020

Hay motivos para ser optimistas

Redacción de ’20minutos’. (JORGE PARÍS)

Este miércoles, 25 de noviembre, en 20minutos publicamos un especial con motivo del 20 aniversario de nuestro nacimiento, en el que, además de procurar que nos conozcáis un poco mejor, hacemos un recorrido a cómo estábamos hace 20 años, cómo hemos evolucionado a lo largo de este recién estrenado milenio, en qué punto estamos y hacia dónde apunta el futuro.

128 páginas impresas y muchos reportajes que os invito a leer. En uno de ellos, en el área social, hablo precisamente de la protección animal, no solo de los animales de compañía, también de los animales que destinamos al consumo. Aquí lo tenéis y, si le dedicáis unos minutos, veréis que, al echar la vista atrás, hay motivos de sobra para ser optimistas.

Vamos a más, como sociedad estamos cada vez más sensibilizados, somos más empáticos con los animales. Cierto es que partíamos de muy abajo y por tanto era fácil mejorar. También que el camino por delante es tan largo y arduo que, si intentamos vislumbrar la meta desde el punto en el que estamos, es fácil desanimarse. Sobre todo si nos paramos a pensar que el tiempo que transcurrirá hasta lograr los niveles de bienestar animal deseable, se miden en dolor y sufrimiento, en vidas perdidas.

Pero la única opción inteligente es aferrarse al optimismo. En todo, también en la lucha por los derechos de los animales. Recordar lo logrado en los momentos más oscuros. Como al montar en bicicleta, solo avanzando evitamos caer. 

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La LOMLOE incluirá la empatía hacia los animales en la enseñanza obligatoria

La LOMLOE, la famosa Ley Celaá de Educación que acapara titulares estos días por los cambios respecto al castellano como lengua vehicular, incluye otra novedad que sí creo conviene aplaudir (a la espera, no obstante, de ver cómo se implementa y a que la ley orgánica entre en vigor), y que es la incorporación de la empatía hacia los animales en la enseñanza obligatoria.

Ya en junio os contaba que la Asociación Parlamentaria en Defensa de los Derechos de los Animales (APDDA), integrada por parlamentarios de todos los colores que tienen en común la defensa de los animales, había solicitado esta inclusión en esta ley orgánica que se encontraba entonces en tramitación en el Congreso de los Diputados. Pues bien, la semana pasada APDDA celebraba que la Comisión de Educación del Congreso la hubiera aprobado, lamentando, eso sí, que haya quedado fuera de Bachillerato y Formación Profesional.

Puede parecer poca cosa y además lo menos importante dentro de una reforma educativa de este calado. No digo que no, pero para los que creemos que lograr una sociedad más respetuosa con los derechos de los animales se traduce en una sociedad mejor para todos, es un pequeño gran paso.

«A partir de ahora, cuando se aborde el desarrollo curricular, será imperativo tener en cuenta la empatía hacia los animales en todos los cursos de la enseñanza obligatoria, desde los 3 a los 16 años, abriéndose a los educadores un importante campo de trabajo para formar a las nuevas generaciones en la empatía hacia los animales, generando así actitudes prosociales que propicien una convivencia responsable y prevengan y eviten conductas violentas en las aulas y en nuestra sociedad», valora la diputada Sofía Castañón.

Ahora habrá que ver como se integra en las aulas este objetivo. Ya se han ido produciendo iniciativas a lo largo de los últimos años. Me consta que hay protectoras que acuden a los centros educativos a dar charlas y maestros con esta sensibilidad que sacan el tema en clase. Visitar un refugio también es algo que se ha llevado a cabo en algún caso, pero es más complicado de gestionar, la verdad.

Como ya os contaba en junio «educar en valores éticos a nuestras futuras generaciones y lo que mejoraría en un país con tanto abandono y maltrato animal como el nuestro que hiciéramos reflexionar a nuestros niños y jóvenes al respecto, no hay que olvidar que educar en la empatía hacia los animales es una eficaz estrategia de prevención del acoso escolar».

Así aparece la empatía por los animales en la LOMLOE:

Entre los fines del sistema educativo, se incluye la formación en valores que propicien «el respeto hacia los seres vivos y los derechos de los animales» (art. 2.1 e)).

Entre los objetivos de la Educación Infantil, se incluye «el uso de la empatía” en relación con la resolución pacífica de los conflictos y la evitación de la violencia» (art. 13 e)). Además, en cuanto a la ordenación y los principios pedagógicos, se menciona expresamente «el descubrimiento del entorno y los seres vivos que en él conviven» (art. 14.3).

En los objetivos de la Educación Primaria se incorpora la empatía entre los valores y normas de convivencia (art. 17 a)) y, específicamente, cuando se habla de «conocer y valorar los animales más próximos para favorecer la empatía y su cuidado» (art. 17 l)).

En la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) se incluye «el cuidado, la empatía y el respeto hacia los seres vivos, especialmente los animales» (art. 23 k)).

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‘¿Qué tal si me adoptas?’, la canción solidaria con los animales abandonados de 16 artistas españoles

Esta semana me ha escrito Francis, del equipo directivo de la protectora madrileña AiBA, para hacerme partícipe de una preciosa iniciativa nacida de un grupo de artistas españoles con sensibilidad hacia los animales. Una iniciativa de un pequeño gran puñado de músicos que ademas es prueba de su generosidad en un momento especialmente complejo para su sector.

Todo empezó cuando en la protectora «tuvimos el placer de conocer a Conchita». Con su ayuda lograron que también se involucrasen en la creación de una canción solidaria con los animales sin hogar Rozalén, Lorena Gómez, Álex Ubago, Gastelo, Nach, Arkano, Funambulista, ELE, Mäbu, Roi Méndez, Pitingo, Luis Ramiro, Pedro Guerra, Sofía Ellar y Georgina.

Os invito a ver y difundir el vídeo, porque todos los beneficios que genere su visionado irán a parar a los perros y gatos que necesitan una segunda oportunidad. También porque es un excelente instrumento para concienciar a la gente de lo importante que es la adopción en un país en el que cada año se recogen 150.000 animales abandonados (eso que registre el estudio de la Fundación Affinity, que en realidad son muchos más).

Miro hacia la puerta una vez más y vuelvo a imaginarme que me vienes a buscar, y que tendré esa vida que aún no he podido tocar: un amigo, una cama, un cuenco, un techo, un collar y un mundo entero.

Miro hacia la puerta una vez más, confío en que aparezcas y me lleves a tu hogar; yo puedo prometerte que no te dejaré jamás. Tener siempre un amigo que acompañe en los silencios y el camino.

Decídete pronto, por aquí hace frío. Tengo tantas ganas de llegar a una vida nueva, tú serás mi amigo, vamos a correr por la ciudad.

Y voy a cuidarte en la calle, en el parque, la playa, con ruido, en silencio, con gente, sin gente, tumbado a tu lado, saltando, durmiendo, ladrando.

Y voy a quererte en la calle, corriendo, en el parque, con gente, sin gente, con ruido, en silencio, y yo sentado en la puerta esperando a que vuelvas.

Solo tengo ganas de gritar, sé que el mundo es mucho más que jaulas y esperar. Ya me contó un amigo que hay mil sitios que explorar, que siempre vuelve a casa después de alguna caricia o un silbido.

Decídete pronto, por aquí hace frío. Tengo tantas ganas de llegar. Serás mi familia, yo seré tu amigo, vamos a correr por la ciudad.

Y voy a cuidarte en la calle, en el parque, la playa, con ruido, en silencio, con gente, sin gente, tumbado a tu lado, viéndote de lejos, saltando, durmiento, ladrando.

Y voy a quererte en la calle, corriendo, en el parque, con gente, sin gente, con ruido, en silencio, y yo sentado en la puerta esperando a que vuelvas.

¿Qué tal si me adoptas y empiezas una vida conmigo y yo empiezo una vida contigo y nos salvamos de una vez?

Ojalá los arrendadores no prohibieran de entrada la presencia de animales en sus pisos en alquiler

(GTRES)

¿Quieres tener animales? Pues te vas a encontrar con muchas dificultades si pretendes vivir de alquiler. Da igual lo cuidadoso, lo responsable, lo fiable que seas, ya solo por tener a un perro o a un gato como parte de la familia en torno una mayoría de los alquileres están vetados (hasta el 80% según un estudio de hace un par de años de un conocido portal inmobiliario).

Los propietarios de la vivienda lo prohíben expresamente por temor a desperfectos y pese a la existencia de fianzas. También por  miedo a que ladren y causen problemas con los vecinos, aunque esa segunda preocupación desaparece cuando lo que se pretende es vender el inmueble. Ahí que cada palo soporte su vela. Y oye, en su derecho están, no digo que no. Son sus casas y la ley les ampara.

Pero eso se traduce en lo que os comentaba en el arranque de este texto, que alquilar una vivienda es complicado si tienes un animal, prácticamente imposible si es más de uno o se trata de perros de gran tamaño. Para mí, con un perro y tres gatos, la opción del alquiler sería un milagro.

Por desgracia esa inflexibilidad de muchos dueños, unida a la compleja situación del mercado del alquiler en las grandes ciudades de España, se traduce en demasiadas ocasiones en familias que prescinden de la compañía de esos animales. Buscándoles otro buen hogar en el mejor de los casos, abandonando a su suerte en el peor. Con todo el dolor de su corazón a veces, usando la dificultad de encontrar una casa alquilada como la excusa que necesitaban para deshacerse del bicho en otras.

Por eso me alegró leer que en el Reino Unido, un país en el que hay abandono y maltrato pero también está mucho más avanzado que España en la protección de los animales de compañía, van a reconocer el derecho a tener mascotas en casas alquiladas y están preparando un proyecto de ley que quiere reconocer el derecho de los inquilinos de vivir con sus animales, como ya pasa en  Francia, Bélgica, Alemania o Suiza.  Una iniciativa que contemplará también que esos animales tienen que estar educados, vacunados y correctamente identificados.

En palabras del diputado Andrew Rosindell: «Lamentablemente, los dueños de mascotas que se mudan a un alojamiento alquilado se enfrentan a la realidad de que su familia podría ser destrozada porque la mayoría de los propietarios tienen prohibiciones innecesarias sobre la propiedad de mascotas».

Ojalá los arrendadores en España no prohibieran de entrada la presencia de animales de compañía; ojalá se detuvieran a conocer a la familia que quiere vivir en su inmueble antes de negar las llaves sin hacer ninguna otra valoración solo porque un animal forma parte de ella.

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No es una crueldad tener a un perro en un piso

Estoy harta de oír a gente que me dice que es una crueldad tener un perro en un piso, sobre todo si es un perro grande, que eso no es amar a los animales, que ellos sólo tendrían perro si tuvieran un buen terreno para que el perro pudiera correr a sus anchas. Y yo les explico que aunque mis perros tuvieran cien hectáreas para recorrer preferirían estar a mis pies. En mi piso siempre les encontraréis en la habitación en la que yo esté.

Si un perro tiene sus necesidades de ejercicio cubiertas y está bien atendido, en cincuenta metros  podrá vivir felizmente. Sí, también un perro enorme. Más que pensar en el tamaño hay que mirar el nivel de actividad que necesita cada animal. Los hay muy pequeños que son terremotos y precisan mucho ejercicio y juego y otros que con pasear tranquilamente media hora dos o tres veces al día tienen bastante. Pero en ambos casos es una necesidad salir al exterior.

Además, aunque tengamos un jardín es muy poco probable que el perro decida hacer ejercicio y jugar solo. Tendremos que jugar nosotros con él, que estimularlo.

Que tanto el perro como su dueño podrían estar más contentos en un chalé enorme con terreno, piscina y pista de pádel. Pues sí, es posible. Ojalá yo pudiera vivir en una casa ubicada en un ‘prao’ de mi Asturias. Pero un piso pequeño con buenos paseos es siempre mejor opción que el chenil de una protectora. Mejor también que ser un animal olvidado en el exterior.

Tener patio o jardín es algo fantástico, que abre muchas posibilidades, pero no puede convertirse en el espacio vital del perro. da igual su tamaño. Todos los perros son animales sociales que buscan y necesitan nuestra compañía. Es cierto que los hay más independientes que otros, pero eso no tiene que ver con los kilos que pesen. Y ninguno merece una vida de semiabandono, casi del todo ignorado en el exterior de una casa, ladrando a los que pasan al otro lado de la reja y apartado cuando intenta saludar a sus amos por aquello de que les puede manchar.

No es una crueldad tener a un perro en un piso. Y si deseas un perro y puedes asumir la responsabilidad que supone, no hacerlo por vivir en un piso es solo una excusa.

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‘Gatos repudiados’, un libro para «amantes de los gatos que sean valientes y que de verdad quieran a los animales»

Irlanda Tambascio (Eire) es una amante de los gatos, también es una ilustradora notable que ha llevado esa fascinación felina a su obra. Ya hace unos años publicó Adelaida y Coco (Editorial Grijalbo) y este 2020 presenta Gatos repudiados (Alianza Editorial).

Es un libro que hay que abordar equipados, como bien pide su autora, de «humor y ternura» y que nos presenta toda una colección de felinos que nada tienen que ver con los adorables peluches vivientes que abundan en las redes sociales.

Oscuros, con un pasado, con sus problemillas, conocerlos es entender que nada debe ser perfecto, que nadie lo somos, y que no por eso dejamos de ser merecedores de cariño y comprensión.


Por lo que he visto, el libro nace de unas ilustraciones (que me encantan) que hiciste y repudiaron, ¿qué te impulsó a dibujar a todos esos gatos tan alejados del minimo adorable de instagram?

La idea del libro parte de los descartes de dibujos de Alianza Editorial para un anterior libro de encargo sobre gatos. Tuve que hacer varios dibujos de gatos y ellos solo eligieron uno de los dibujos. Y aunque parezca mentira, a mí me dolió que todos esos otros dibujos de gatos no fueran aceptados, pues les había cogido mucho cariño. Eso, junto a una circunstancia personal difícil, fue el caldo de cultivo para idear otro libro sobre gatos, pero sobre gatos ‘rechazados’ por la sociedad. Desarrollé la idea y me tomé mi propia revancha. Hice un libro que sería un ‘gatálogo’ de almas felinas que atraviesan circunstancias difíciles y cuando lo ofrecí a la misma editorial que los había rechazado, se enamoraron del libro y decidieron publicarlo.

Me ha parecido un libro bastante inclasificable, que te descoloca bastante cuando vas pasando páginas (algo que puede estar fenomenal, no se puede estar en la vida siempre cuadrado), ¿Cómo lo definirías tú?

Yo creo que el libro sigue un esquema claro, como en los bestiarios: vamos viendo diferentes ejemplares de gatos, cada uno con una frase que lo define, una descripción en rima y con humor, y luego el botiquín necesario para sanarlo y el hábitat en el que se reproducen. En ese sentido es bastante estructurado y creo que sigue una línea. Si te refieres a inclasificable por el concepto, pues puede ser, no hay un libro así en el mercado, porque yo he decidido dar luz a lo que normalmente está en la sombra. Y más en los tiempos que corren. Vivimos en una época que solo busca la luz a toda costa y sin embargo, cada vez hay más enfermedades mentales y malestar y eso es porque no sabemos relacionarnos con ese otro lado. No se puede entender la luz sin la sombra, son parte de lo mismo.

¿Qué lector crees que lo puede disfrutar?

Desde luego a los amantes de los gatos que sean valientes y que de verdad amen a los animales y no solo aquellos aspectos amables de la existencia. Para ver libros o dibujos monos de gatos en instagram, hay millones, pero como éste, muy pocos. Mi propuesta es mostrar con humor y compasión aquello que normalmente rechazamos en nosotros y en los demás seres vivos.

Todos nosotros -y nuestros gatos también-, pasaremos en algún momento de nuestra vida por más de una dificultad, por ser repudiados de algún modo.Así que en realidad cualquier persona a la que le guste reflexionar y le guste el humor, puede interesarle este libro.

¿Por qué son gatos repudiados?

Porque atesoran en su esencia o en su condición, aspectos de la vida que solemos rechazar por considerarlos negativos. No se puede entender esta vida sin integrar todos los aspectos: el yin y el yang, por eso es en blanco y negro. Por ejemplo, hay en este libro, gatos negros, gatos abandonados, gatos famélicos, gatos obesos, gatos kamikazes, gatos drogotas… todos estos gatos existen y también puedes reconocer a humanos clasificados de esta manera. Creo que en en nuestra sociedad occidental y capitalistas, cada vez se tolera menos lo que consideramos negativo, y eso es un error. Yo solo he querido contar esto proyectado en el mundo animal y gatuno, que tanto me fascina.

Te confieso que el gatoaraña me ha robado el corazón. ¿Algún felino favorito entre los que nos presentas?

A mí me gusta el gato negro mucho. Además, mi gato Fígaro, que murió hace dos meses y medio, era negro. También me gusta el gato destroyer, el gato esquizoide y el gato flotante. Bueno, todos son adorables para mí.

¿Tienes alguna anécdota o curiosidad relacionada con el libro que quieras compartir?

Sí, la manera en que surgió el estilo de dibujo y que fue totalmente casual. Probé un cuaderno para acuarelas que me regaló un amigo. Empecé a jugar manchando con acuarela y tinta y de pronto las manchas conformaban siluetas impresionantes que yo veía como gatos. Así que en cierto modo la mancha define al gato y no al revés. Lo cual conceptualmente le iba muy bien al libro, porque todo aquello que repudiamos, «mancha», como su propio nombre indica, la pureza del blanco ideal.

¿Cuál es tu relación personal con los gatos?

Siempre me han gustado los animales y los gatos en particular. Hay algo de mágicos en ellos que me remite a mi infancia. Tuve un gato por casi 16 años al que adoré, y que como te comenté, ha fallecido hace poco. El vínculo era muy estrecho. Nos entendíamos a un nivel muy íntimo, casi simbiótico. Aún estoy haciendo el duelo. El amor que podemos sentir por los animales es muy puro, pues no está marcado por el lenguaje. Son afectos sinceros, honestos. Ellos no te juzgan. Y ya para más inri, son suaves, silenciosos, tienen unos ojos que parecen piedras preciosas y ronronean, que es como escuchar el crepitar del fuego, o las gotas de lluvia sobre el cristal de tu ventana. Es increíble cómo son, cada uno tiene su carácter y además, captan cosas de ti que tú no ves. Parecen estar diseñados para hacernos la vida más fácil. Como ves, mi pasión por ellos es inmensa.

¿Dirías que hay una lectura animalista en el libro? ¿Algún mensaje?

Por supuesto, aunque no es mi objetivo principal. Es algo que se desprende por el solo hecho de hacer un libro sobre gatos reales. Este libro pretende entretener y hacer reflexionar sobre lo que es incómodo para nosotros como sociedad y como humanos. Lo que he querido, es aportar una mirada diferente, entre cuqui y terrorífica, que nos ayude a lidiar con aquellos aspectos que nos resultan insoportables. Al retratar a estos gatos de esta manera, con sentido del humor y ternura, me gustaría que pudiéramos integrar lo oscuro y lo luminoso, sin tanto miedo y juicio.

Al final nos muestras protectoras de animales, ¿el libro es solidario con ellas de alguna manera?

No, yo solamente pregunté a mi veterinaria, que es una persona que ama a los animales y en quien confío muchísimo, que me diera los nombres de protectoras que ella considerara porque quería falicitar al lector estos datos.