Si yo fuera Colate estaría como el gocho que ve que llega San Martín y se va quedando solo en el corral… Sí, ya se han ido Maribel y este lunes fue también eliminada Marina Danko.
Se está haciendo un sorteo para la próxima expulsión y Colate tiene todas las papeletas, el bombo y va a ser la mano inocente.
En fin, que la cosa comenzó con Cantizano vestido con la camisa más fea que pudo encontrar (y debió buscar con ansia por medio mundo) y diciendo que «el programa huele a gastronomía, el plató, la pista huele».
No sabemos si se refería a que alguien se había ido de vareta y el plató olía a garbanzos fermentados o que era el especial de Master Chef. Debió ser esto último, porque luego aparecieron Eva González con su salero habitual y los miembros del jurado de Master Chef.
«Esta noche van a pasar por aquí muchas cosas grandes«, dijo Eva González, que estaba on fire, lo que en su caso es ser capaz de decir «estoy bailonga» mientras hace el baile de la culebrilla coja. Si yo fuera Cantizano me ponía a echar currículums por si acaso.
El primero en bailar fue Miguel Abellán, una versión de El libro de la Selva con la palabra plátano metida con calzador. Y metida en su recto, por cierto, porque comenzó el baile haciendo unos aspavientos como si se hubiera dejado una banana en sofá y luego se hubiera sentado dejándose caer.
La coreografía terminaba con Abellán comiéndose un plátano, lo cual es poco meritorio. Lo suyo es que le hubieran puesto una calabaza matancera y se la hubiera tenido que meter en la boca igual.
Eso sí, se le perdona porque acabó de comérselo como todos esperábamos que hiciera, esto es, agarrándose la nuca y metiéndoselo hasta el píloro. ¿Sabéis la peli Garganta Profunda? Pues antes que por el toreo a Abellán le dio por el cine.
Una cosa, ¿por qué las peluqueras odian a Angel Corella? ¿Por qué le hacen esos peinados que parece el puñetero Darth Vader con el casco mal puesto? Joder, si es que le para la Guardia Civil yendo en moto y le homologan el pelo.
Y luego, como Abellán es como un sargento de la I Guerra Mundial, que trinchera que ve, trinchera en la que se quiere meter, sacó a bailar a Eva González y se puso a darle vueltas a la muchacha que acabó mareada como para hacer la niña del exorcista vomitando en modo aspersor por todo el plató.
Aquí tenéis la imagen:
La segunda en bailar fue Corina, seguramente con el síndrome de la princesa destronada, porque ya hay una tal Laura ocupando su puesto. Así que salió a lo Massiel y lo digo porque iba descalza, no porque viniera de botellón.
Entonces Pepe se ofreció a enseñarle cocina a Corina. Sí, pillín, ya sé yo qué platos le quiere enseñar… el pincho moruno y el pollo asado.
Vimos un vídeo en el que los calcetines de Corina tenían más mierda que el rabo de una vaca. Eso no eran calcetines sucios, eso eran los pies de Tutankamón. Los dinosaurios se extinguieron por una peste desatada por esos calcetines.
Corina habría bailado bien si Corina bailara. Porque lo de esta chica ya no son bailes, son números del Circo del Sol y no lo digo en plan bien. Cuando hagan Mira quién hace Posturitas o Mira quién esboza el Kamasutra que la llamen.
El Sevilla le preguntó a Jordi qué plato sería Corina si fuera un plato de comida. Y Jordi, con cara de José Luis López Vázquez mirando a una sueca dijo: «caviar». Vale, Corina es una pasta babosa y negra que huele a pescado. Toma piropo.
«El gordito feliz, el gordito competitivo, el hombre bueno…» así definió Canti a Fernando Abizu. El actor salió con una sonrisa pero soy yo y salgo en plan «el gordito que suelta hostias como panes», por listo.
Albizu comenzó la coreografía soplándole al porrón y con cara de joderle horrores separarse de él. Lo que pasa es que seguramente le habían puesto vino de brick de a 0,50 el litro y se dio al baile como si no hubiera mañana.
Y es que (ya sabéis que es de mis preferidos) Albizu tiene una plasticidad que ya la quisieran para sí muchos y muchas. Uy, plasticidad, si hasta parece que soy un tipo leído. En realidad es que he visto la palabra en un anuncio y me venía bien.
Y en cuanto acabó el baile, pues se fue para el porrón, aibalahostia, claro que sí.
El Sevilla intenta ser ingenioso y echar piropos y suelta cosas como «eres el potaje de este programa». Joder, otra alegría. Definitivamente las metáforas culinarias no molan para halagar.
El siguiente fue Colate, que como sabéis, es hermano de Colata, la de Master Chef. Y como son muy de andar por casa, pues se pusieron a saludar a su madre. Y claro, como del padre no dijeron nada los dos han sido desheredados.
«Siempre ha bailado fenomenal, ha sido un gran bailarín», dijo Colata, haciendo que Noemí Galera se descojonara, para decirle con una cara de mala leche como de sacar navaja: «No, no te rías».
No hay nada como que llegue tu hermana y sea ella la que te diga que te han vestido de domador. Y así era, Colate iba vestido de versión extendida de Ángel Cristo, el montaje del director.
Más que Mira quien Baila el programa debería llamarse «Beso, atrevimiento o verdad«, porque se pasan la vida dándose besitos unos a otros y sobre todo a Cantizano.
De hecho, Colate le cascó un beso en los morros de los que te dejan los piños metidos para adentro. Con tanto intercambio de saliva Cantizano se va a convertir en un foco infeccioso.
Colate me dio pena. Noemí le ha dado calabazas y Eva González le dijo «¿quieres que le dé un beso a Jaime? Ah, ¿a ti? ¡¡¡A TI NO!!!«. Joder, le faltó hacer el gesto de meterse los dedos en la garganta y llamarle bicho. Que diplomática es Eva Calabacez.
«Me sigo poniendo muy nervioso por tener chicas tan guapas tan cerca», dijo Colate, cuyo problema al parecer es ese. Vamos a ver, ¿es que no puede sacudirle el cuello a su amigo calvo en el hotel antes de ir al plató? ¿Acaso algo le impide apurar el tubo de dentífrico? ¿Está prohibido pulir la garrota?
Colate bailó la canción esa que es mitad en español mitad en finlandés, ya sabéis, la de Sarandonga, que en finés significa «por la patilla».
La bailarina sobrevivió de milagro. En la coreografía había dos piruetas: una no pudo hacerla porque Colate estaba buscando setas por el escenario y la segunda la hizo con gran peligro para la vida del artista, usando un brazo chicle de Colate como punto de apoyo.
Al acabar el público coreaba el nombre de Colate, más que nada porque les han dicho que o aplauden o se quedan sin el bocata.
Felipe López iba vestido de pingüino que encuentra curro sirviendo bodas de postín. El baile, pues muy bien, como siempre, maldita sea. Eso sí, el jodío mueve los brazos y parece que están desplegando las alas un cóndor andino.
Y llegó mi Adriana Abenia. Ah, mi Adriana, ese ángel dorado de… ¿Pero qué leches llevaba puesto? La habían vestido de princesa chicle, por lo que me extrañó que el bailarín no fuera vestido de Finn y Jake estuviera por allí.
Durante los ensayos mi adorada y grácil Adriana comprobó la dureza de su hueso frontal del cráneo golpeándolo una y otra vez contra las alforjitas del amor de Poty. Aquello no eran testículos, eran el burladero de las Ventas recibiendo cornadas.
Abenia bailó como para ponerle una estatua en la Plaza Mayor de todos los pueblos de España y eso que no sé como veía un carajo, porque lo hizo con el pelo en la cara la mitad del baile. Era como la novia depilada de Chewbacca arrancándose con un cha-cha-cha.
Y eso ya fue de calentón en calentón. En primer lugar se le escaparon ligeramente las domingas, lo cual es siempre de agradecer (yo soy de la Coordinadora para la liberación de las peras limoneras) pero es que además se arrimó a Eva González y le cascó un morreo de madre y muy señora mía.
A punto estuvo de dejar embarazada a Eva González. Fijaos:
Y ahora fijaos otra vez: ¿veis a Albizu? JA JA JA JA Cómo disfrutaba el jodío, sólo le faltó sacar las palomitas para ver el espectáculo. ¿Y la cara de Pepe de señora mayor escandalizada en la cola del pan? ¿Y la postura de Poty de estar esperando un abrazo de su amigo invisible?
La última en bailar fue Marina Desatranco. Le tocó bailar un «urban» por lo que salió con el cuello lleno de cadenas de oro, como si fuera la madre de MA Barracus y estuviera bajando al patio a llevarle el bocadillo.
Bailaron «Sopa de Caracol», pero en versión hip-hop. Aprovecho para revelaros que la canción dice «What a very good soup», y no «Guata meri consup».
Marina bailó que si le pones la música de «Los pajaritos» habría encajado la coreografía igual. Parecía la gimnasia de mantenimiento que hace mi abuela en la casa del jubilado.
¿Y a que no sabéis qué? Pues que se fue a la calle Marina Danko. Yo creo que en las casas de apuestas no admitían especulaciones al respecto porque habría ganado hasta la gente que no jugara. Pero en este programa hay vida después de la expulsión. Para muestra un botón:
Al ser expulsada, Maribel regresó junto a las alcachofas, pero las alcachofas son como los tigres, que como huelan un olor extraño rechazan a los cachorros y Maribel fue expulsada de la manada de alcachofas, por lo que tuvo que regresar al programa.
Y así quedó la cosa. ¿Quién se irá la semana que viene? ¿Tiene algo que hacer Colate?