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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

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En la tuya o en la mía: todo un fenómeno televisivo

Confieso que cuando vi que la gran apuesta de TVE para esta temporada era Bertín Osborne haciendo entrevistas no tuve la sensación de que nos íbamos a enfrentar a un gran éxito de audiencia.

Las cifras del primer programa, la entrevista a un ídolo de las jovencitas como Pablo Alborán, tuvo un dato poco más que discreto: 2.389.000 espectadores, un 14,7% de cuota, que no está mal para una cadena que ahora se mueve en torno al 10%, pero tampoco es una cifra sensacional. Aun así fue el segundo programa más visto del día, sólo por detrás de El Hormiguero.

Desde el primer programa con Pablo Alborán la audiencia ha subido un 62%

Pero desde entonces la audiencia no ha dejado de subir. Ya el siguiente programa, en el que el invitado fue el torero Jesulín de Ubrique, fue el más visto del día (algo que desde entonces se ha mantenido semana a semana) con 2.731.000 espectadores y una cuota del 15,5%.

La entrevista a Lolita ya superó los tres millones de espectadores (3.081.000 y 17,2%).

Con Pablo Motos (3,362.000; 18,5%) y Carmen Martínez Bordiú (3.382.000; 18,1%) pasó de los 3,3 millones.

El morbo de llevar en dos semanas consecutivas a una ex-pareja se vio premiado con más de tres millones y medio de espectadores: (3.504.000 y 18,7% en el caso de Mariló Montero y 3.567.000 y 19,7% en el de Carlos Herrera).

Cada semana la audiencia ha superado la del programa anterior, salvo precisamente ésta en la que la entrevista a Adolfo Suárez Illana, seguramente con un tono más serio que las anteriores, más alejado del tema cotilleo de revista del corazón, se ha quedado a medio millón de espectadores de distancia (3.387.000; 18,5% de cuota) del programa de la semana pasada, dedicado a Los Morancos (3.882.000; 21,1% de cuota). El dúo de humoristas, con su gran tirón en Andalucía, el granero de las audiencias de televisión, siempre triunfa en TVE.

La campechanía y el descaro del presentador a la hora de abordar algunos temas pueden ser la raíz de este inesperado éxito, que llega al público sin traicionar la línea editorial de la actual TVE. Bertín no busca directamente la polémica pero tampoco la rehúye. Tampoco hace nada por ocultar su ideología que, como le echó en cara entre risas el último entrevistado, le situaba como uno de los fachas que se enfrentó a Adolfo Suárez padre cuando legalizó el Partido Comunista.

La dirección de RTVE ya ha renovado el contrato para una nueva temporada del programa. Quizá se estén preguntando por qué no descubrieron antes esta veta de oro.

Ahora gano: El árbitro ya no es malo

Cualquier emisora, de Radio o de Televisión, necesita datos de audiencia. Los datos son imprescindibles para establecer las tarifas en las emisoras comerciales, pero lo son aún mucho más para analizar la marcha de la programación, ver qué funciona mejor y qué peor y conocer qué tipo de personas escucha cada programa y esto sirve tanto para emisoras comerciales como para las que no lo son.

En España las audiencias de Radio las mide el EGM (Estudio General de Medios) que ofrece sus resultados (basados en una gran encuesta sobre recuerdo de lo que se escuchó) tres veces al año. El estudio es mejorable, como todos; pero para conseguir esas mejoras posibles hace falta una decisión del mercado (las propias cadenas y las agencias de medios fundamentalmente) y, casi con seguridad, poner más dinero encima de la mesa. Lo más probable es que un estudio mejor sea más caro.

Los años de la crisis no han sido los mejores para tomar una decisión en ese sentido.

Así que, como el estudio es mejorable, como todos, se presta a críticas. Son un clásico. Las hemos visto de todos los colores; quizá las más conocidas sean las que le han dedicado Federico Jiménez Losantos, José Antonio Abellán o Carlos Herrera.

Pero también otro clásico son las que tienen su origen en Radio Nacional. Todavía recuerdo la bronca que yo recibí hace casi treinta años de un enfurecido Enric Sopena, a la sazón Director de RNE, por hablar bien del EGM (en un artículo sobre Cine) en un momento en el que los últimos resultados del estudio no le habían gustado.

Así que cuando en diciembre vi que el actual Presidente de la Corporación RTVE, José Antonio Sánchez, amenazaba con abandonar el EGM (como ya había hecho en una anterior etapa de gestión, en el año 2003) no me extrañó demasiado. Sólo pensé ¡otra vez!

La sorpresa, si se puede llamar así, llegó cuando, una vez conocidos los resultados de la segunda ola de este año, que registraban una notable subida de audiencia de la emisora pública, los directivos cambiaban de opinión: ahora RNE ya no quiere abandonar el EGM.

Todos los que trabajamos en este mercado de medios y publicidad estamos de enhorabuena. Lo estaríamos más aún si no se utilizaran los resultados del estudio para atacarlo…y mucho más aún si nos tomáramos en serio que el estudio es mejorable y nos pusiéramos manos a la obra.

Pero ya sabemos: si el resultado es bueno el árbitro (el estudio) es bueno; si mi audiencia baja nunca será porque lo estemos haciendo mal o los cambios no gusten a nuestro público: la culpa es siempre del árbitro.

Ahora el árbitro es bueno.

Herrera en la COPE ¿y no habrá datos hasta diciembre?

Hacía varios años que una de las estrellas de la radio no cambiaba de cadena, así que la marcha de Carlos Herrera de Onda Cero a la COPE ha servido para centrar la atención en un medio que, lejos de morir (ni el Vídeo ni Internet le mataron) es uno de los que soportan las crisis con menos daños estructurales.

Por supuesto, el cambio de Herrera no es el único; su marcha ya provocó antes del verano una profunda renovación en la programación matinal de Onda Cero, donde Juan Ramón Lucas y Carlos Alsina tratan de salvar los muebles abandonados por la estrella. Hay muchos más. El gran Gorka Zumeta (seguramente el hombre que más sabe de Radio en España) los refleja todos en este artículo de despedida en su blog.

El primer día de Herrera en su nueva casa, arropado por los saludos de grandes personalidades entre las que se contaba el emérito Rey Juan Carlos, tuvo mucha repercusión en los medios; también en los sociales, donde muy pronto llegó a ser (como se puede ver aquí) trending topic, esa nueva medida, casi instantánea, del éxito (efímero).

Carlos Herrera. Foto: 20 Minutos

Pero, con todo lo bueno que tiene Twitter, la audiencia, tan necesaria para los publicitarios y los programadores, no se mide así y, de momento, habrá que esperar hasta los primeros días de diciembre, cuando se publique la tercera ola del EGM, para conocer los resultados. El mercado no ha sido capaz de darse un sistema de medición más ágil que el tan denostado por muchos (entre los que el propio Carlos Herrera no es el menor de sus críticos) Estudio General de Medios.

Recuerdo aquí una de mis últimas aportaciones a AIMC (la asociación que elabora el EGM) allá por el año 2005, cuando el grupo de trabajo que seleccioné y coordiné (por encargo de la Junta Directiva) planteó un estudio continuo a lo largo de todo el año (con suerte la propuesta estará en algún cajón, si no fue directamente a la papelera). Si siempre habría sido interesante tener un estudio continuo ¡imagínense en momentos de cambio!

El mercado tampoco apoyó los audímetros de reloj pese a los resultados muy positivos que se obtuvieron en la prueba realizada en Madrid en el año 2003.

Por supuesto que las cadenas no conducirán a ciegas; cada una encargará su propia encuesta para conocer cómo van evolucionando las audiencias en un comienzo de temporada tan interesante como éste, con cambio de comunicadores y dos decisivas campañas,y jornadas, electorales. Pero esos estudios sólo servirán para uso interno (desde el otro lado sabemos que, como es lógico, si nos filtran algún dato serán sólo los favorables).

Varios estudios paralelos y que nadie podrá usar ¿un despilfarro? ¡Que va! si somos ricos.

Mientras tanto, la primera semana de diciembre sabremos cómo le ha ido a Carlos Herrera (y a sus competidores) en los primeros meses en su nueva emisora.

Ésta no es la Europa con la que soñamos

En mi generación, la de los nacidos en torno a 1950, muchos éramos europeístas. Europa no sólo era la salida de la dictadura; era también el progreso, las libertades, la solidaridad, el estado del bienestar, la cooperación entre países que, después de muchas guerras, estaban dispuestos a trabajar juntos y en paz por el bien de todos ellos.

Cuando, hace ahora treinta años, entramos en las instituciones europeas, todavía parecía que seguían siendo eso: los países más avanzados, más ricos, nos ayudaban (con los fondos europeos) a los que íbamos por detrás.

Todo ha cambiado en los últimos años.

El dominio de los mercados, el engaño de los intereses bajos y el dinero fácil que ha traído como consecuencia la deuda generalizada, los recortes y los ajustes, ha dejado ver una Europa corta de vista, en la que destacan los egoísmos. Parece que se busca un enfrentamiento entre el Norte rico y el Sur más pobre.

Estos día lo hemos visto con el referéndum de Grecia. La pregunta era confusa y hasta que los mercados no dejaron claro que el sí era apoyarles a ellos y el no al Gobierno griego, se entendía bastante poco.

Pero pronto salieron las interpretaciones: los griegos son unos golfos, quieren cobrar sus pensiones por las que casi no han cotizado (pensiones de 500€ al mes; y quien les llamaba golfos, Carlos Herrera, acababa de firmar un contrato por el que cobrará, dicen, más de seis millones al año); o quieren quedarse con nuestro dinero, porque a cada español nos corresponden tantos euros de la deuda griega.

También estaban los que, hartos de ajustes y de políticas que han llevado a los griegos al hambre y a la ruina, pedían un cambio de estrategia, para que pudieran prosperar y pagar sus deudas. Los muertos, los arruinados, no pagan. O los que recordaban que Alemania, ahora tan exigente, nunca pagó sus deudas de guerra.

El caso es que las políticas de ajuste, la moneda única para políticas económicas muy dispares y la cortedad de miras de los dirigentes de esta generación han puesto a Europa a la cola en cuanto a innovación y atractivo para las empresas (y para los mejores talentos) muy por detrás de Estados Unidos, pero también de China o de otros países asiáticos e incluso, ya, de los países iberoamericanos más avanzados.

¡Qué pena! Mientras hablamos de las deudas de unos y otros, nos hemos olvidado de lo que debería ser Europa, de lo que podría ser si se mantuvieran las ideas de los padres fundadores.