Una vez más eché el cierre de la librería con la sonrisa puesta. Es lo que tiene regionaexlibrislandia, queridos, que aquí con un simple desliz del subconsciente propio o ajeno se desencadena la escena bibliófila más surrealista imaginable.
Y la de hace unos minutos ha sido, y que el grandioso J. Steinbeck me perdone, ‘de ratones y hombres’…
Veréis, estaba yo finiquitando papeleo atrasado cuando ha irrumpido en mis confines un hombre de mediana edad al borde de la taquicardia y cargado de bolsas.
Al frenar en seco ante mi escritorio tenía las sienes como morcillones de Burgos y comenzó a hablarme entre jadeos:
– Cliente: ¡Dime que SÍ tienes el libro de Remington Steel! – Regina: ¿Cómo dice?
– C.: Sí, el tercero de Remington Steel. Verás, mi hijo cumple hoy años y prometí que se lo llevaría. Pero lo dejé para la hora crítica y resulta que no lo encuentro por ningún lado.
– R.: Ah, pero, ¿de Remington Steel?
– C.: Sí. Dudaba entre ese y algún otro, pero como ese es el que me pidió y le dije que sí. Vamos, creo que están bien, aunque sean más juegos que lectura, pero para esa edad…
– R.: ¡Claaaarooo! Lo que quiere es el último de GERÓNIMO STILTON, El Tercer viaje al reino de la Fantasía, ¿no?
– C.: Pues eso, el más nuevo del Remington Steel ese… Es que no puedo aparecer por la fiesta sin el libro, ¡no puedo!
Como su bucle remingtonsteeliano parecía estar blindado a prueba de sutilezas y lo único en lo que parecía pensar el pobre hombre era en la posible pataleta de su retoño desistí de sacarle de su error y correteé a por un ejemplar de El tercer Viaje al Reino de la Fantasía de Gerónimo Stilton.
La verdad es que, salvo en la gabardina y cierta cadencia fonética en el nombre, poco tiene que ver el ratoncito aventurero y periodista con aquel detective catódico que allá por los años 80 encarnó un jovencísimo Pierce Brosnan en la serie Remington Steel.
En fin, lo dicho, queridos, patinazos del subsconsciente propio y ajeno que tan buenos ratos nos hacen pasar…
Para los nostálgicos de otros tiempos televisivos aquí os dejo la cabecera de la mítica serie Remington Steel, que catapultó a la fama al que habría de ser uno de los James Bond del celuloide: