Entradas etiquetadas como ‘Groucho Marx’

El origen de Bugs Bunny

El origen de Bugs Bunny Aunque ya había aparecido el personaje en algunos cortos de animación en 1938 y bajo el nombre de Happy Rabbit [conejo feliz], no fue hasta el 27 de julio de 1940 en el que tendría un total protagonismo en la película de dibujos animado A Wild Hare [Una liebre salvaje]. Sería además su primera aparición en los títulos de crédito como Bugs Bunny, un nombre que ha perdurado a lo largo de estas ocho décadas, a pesar de los intentos de algunos países de cambiárselo a otro de su propio idioma. Por ejemplo, y debido a un exceso de celo en los años de la dictadura franquista, en España fue conocido durante muchísimos años como el conejo de la suerte. La idea de rebautizarlo obedecía al intento de eliminar todo tipo de anglicismos.

El nombre de Bugs Bunny proviene de juntar el apodo de Ben Bugs Hardaway (uno de los creadores del personaje junto a Tex Avery) y el término Bunny, cuyo significado es conejito. En un principio iba a ser llamado Bugs’ Bunny, cuya traducción era «el conejito de Bugs», pero finalmente se decidieron quitar el apóstrofo.

Hay quien dice que en sus inicios estaba inspirado en un conejito similar que apareció en algún corto de la factoría Disney. La característica pose mientras mastica una zanahoria, según explicó Hardaway en una entrevista, está sacada de una escena de la película Sucedió una noche (1934) en la que aparece Clark Gable haciéndolo.

La típica frase con la que empieza muy a menudo sus diálogos «¿Qué hay de nuevo, viejo?» [en inglés «What’s up, Doc?»] era, según Tex Avery, muy típica en Texas, de donde él era, aunque muchos son los que señalan que se inspiraron en Groucho Marx en la película Sopa de ganso (1933).

 

 

Te puede interesar leer: ¿De dónde surge la creencia de que a los conejos les gusta comer zanahorias?

 

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Fuente de la imagen: contusion (Flickr)

Chico Marx y el curioso origen de su nombre artístico

Chico Marx y el curioso origen de su nombre artístico

Uno de los grupos cómicos más famosos de todos los tiempos fue el formado por los Hermanos Marx (Chico, Harpo, Groucho, Gummo y Zeppo –aunque los tres primeros fueron los que alcanzaron mayor éxito y estuvieron más años juntos). Triunfaron sobre todo entre las décadas de los años 20 y 40 y rara era la actuación en la que no llenaban el teatro hasta los topes o la película que rodaban se convertía en un record de taquilla.

Leonard era el verdadero nombre del mayor de todos ellos, aunque fue conocido artísticamente como ‘Chico’. Y así era como ya le llamaban en el barrio de Manhattan donde se crió a principios del siglo XX (nació en 1887) mucho antes de ser artista. La causa por la que le pusieron ese apodo no fue porque fuera un muchacho (sinónimo de chico) sino que se debía a su afición por perseguir e intentar seducir a chicas más jóvenes que él, comúnmente llamadas ‘chick’, un término que en inglés también se utiliza para referirse a las polluelas o pollitas.

Ese desmesurado interés por las muchachas le sirvió para empezar a ser conocido y llamado por todos con el sobrenombre de “Chicko” (pronunciado Chick-oh). Y fue precisamente un tipógrafo encargado de realizar uno de los carteles que anunciaba una de las primeras actuaciones de los Hermanos Marx quien sin darse cuenta se dejó olvidada la letra ‘k’ apareciendo y siendo anunciado como ‘Chico’.

Parece ser que ese despiste tipográfico fue del agrado tanto del artista como de su representante, por lo que a partir de aquel mismo instante fue este el nombre artístico que utilizó y por el que fue mundialmente conocido.

 

Lee y descubre en este blog más posts sobre otros Curiosos Personajes

 

Fuente de la imagen: Wikimedia commons

Media docena de divertidas e ingeniosas anécdotas de Groucho Marx

Si hay un personaje peculiar y que generó un gran número de anécdotas a lo largo de toda su vida, ese es sin lugar a dudas Groucho Marx.

En el post de hoy he realizado una selección de media docena de divertidas e ingeniosas anécdotas protagonizadas por el célebre y polifacético Julius Henry Marx (tal y como se llamaba en realidad) y que además no son de las más conocidas.

 

  • Inspección en la aduana

Tras regresar de un viaje junto a su esposa, Groucho Marx tuvo que rellenar el típico formulario de inspección aduanera. Haciendo gala de su irónico y peculiar humor contestó algunas de las preguntas con respuestas de lo más absurdas, entre las que indicó que su profesión era la de contrabandista.

Eso hizo sospechar a los agentes, por lo que decidieron cachearle y registrar su equipaje. Tal y como acabaron su trabajo de inspección, Groucho se giró hacia su mujer y le preguntó:

«¿Qué has hecho con el opio? ¿Todavía lo llevas encima?»

 

  • El valor de la propiedad

En cierta ocasión Groucho se encontró con un conocido que estaba exultante de felicidad tras haberse comprado una fabulosa propiedad frente al mar. Tras ser preguntado sobre su opinión respecto a la importancia de la adquisición, el actor contestó:

«No creo que valga mucho. Le quitamos el océano y ¿qué tienes?»

 

  • Hijos a porrillos

Durante la etapa en la que compagino su carrera de actor con la de presentador del concurso «You Bet Your Life» (Apueste su vida), Groucho Marx entrevistó a una concursante que había dado a luz 22 hijos.

«Amo mucho a mi marido» explicó la orgullosa madre y feliz esposa.

A lo que Groucho replicó:

«A mí también me gusta mi puro, pero me lo saco de vez en cuando»

 

  • El amable director del banco

Tras recibir una carta del banco, el director de la entidad se despedía con extrema amabilidad y cordialidad, emplazando a Groucho Marx a llamarlo si necesitaba cualquier cosa de él.

Ni corto ni perezoso, el humorista escribió la siguiente carta de respuesta:

«Estimado señor, lo mejor que podría hacer por mí, si es su deseo servirme, es robar un poco de dinero de la cuenta de uno de sus clientes más ricos e ingresarlo a la mía»

 

  • Un jardinero sin precio

Un día, mientras Groucho Marx se encontraba trabajando en su jardín, equipado con un desgastado atuendo de jardinería, una mujer detuvo su Cadillac frente a la casa y trató de convencer  al «jardinero» para que trabajara para ella.

«¿Cuánto le paga la señora de la casa» le preguntó la mujer.

A lo que Groucho respondió:

«Oh, no me paga en dólares. La señora de la casa tan sólo me deja dormir con ella»

 

  • Las visitas del viejo Groucho

Con ochenta años y ya retirado del mundo del espectáculo, Groucho Marx adquirió la costumbre de ir cada día a visitar a su amigo y vecino Sidney Sheldon (célebre escritor y guionista premiado en multitud de ocasiones).

Entre las rutinas del anciano Groucho estaba la de tomar un aperitivo en casa de su amigo, que consistía en una manzana y un trozo de queso.

Ya podía llover, nevar o hacer un sofocante calor, que Groucho estaba allí cada día.

Pero al matrimonio Sheldon le surgió la ocasión de ir a vivir una temporada a Roma, por lo que decidieron alquilar la casa durante su periodo de ausencia. Al cabo de unos días Sidney Sheldon recibió una carta de su inquilino que decía:

«Estimado Sidney, nos encanta la casa, pero hay una cosa extraña, ya que todas las tardes se presenta aquí un viejecito, de entre 85 y 90 años, que llama a nuestra puerta y pide un poco de queso y una manzana. Va demasiado bien vestido para ser un vagabundo. Por favor ¿puede decirnos quién es?»

 

Te puede interesar leer: «Disculpe que no me levante» La leyenda urbana sobre el epitafio de Groucho

 

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Fuentes de consulta: Anecdotage.com / Anecdotas.com.es
Fuente de las imágenes: Wikimedia Commons

«Disculpe que no me levante» La leyenda urbana sobre el epitafio de Groucho Marx

«Disculpe que no me levante» La leyenda urbana sobre el epitafio de Groucho Marx

Durante muchísimos años se dio como cierto que el epitafio de la tumba del genial Groucho Marx era «Disculpe que no me levante».

En realidad en la tumba del más famoso de los Hermanos Marx solo figura su nombre y apellido, la fecha de nacimiento y muerte y una Estrella de David.

Esta ha sido otra de las muchísimas leyendas urbanas que suelen corretear de boca en boca.

Realmente Groucho Marx dijo esa frase, pero fue en cierta ocasión durante una entrevista que concedió, donde afirmó que ese era el epitafio que querría tener en su tumba. También añadió que desearía ser enterrado sobre el féretro de Marilyn Monroe… Pero ninguna de estas dos voluntades le fue concedida.

Groucho Marx falleció el 19 de agosto de 1977 a causa de una neumonía y, tras ser incinerado, sus cenizas fueron depositadas en el Eden Memorial Park del cementerio de Mission Hills (Los Angeles).

Cinco años más tarde, en mayo de 1982, sus cenizas fueron robadas. Aparecieron poco después a las puertas de Mount Sinai Memorial Park en Los Ángeles. Jamás se supo quién las había sustraído y el porqué.

Desde entonces, las cenizas de Groucho Marx se encuentran escondidas en algún lugar remoto del Eden Memorial Park.

 

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