Si alguna vez te has preguntado por qué los huevos se venden tradicionalmente en grupos de una docena o media docena, la respuesta es una interesante combinación de historia y matemática práctica.
Desde tiempos antiguos, la docena se ha utilizado como una unidad de medida estándar en el comercio. Esto se debe a que 12 es un número altamente divisible, y a diferencia de 10, que solo puede dividirse en partes iguales entre dos o cinco, una docena se puede repartir entre dos, tres, cuatro o seis sin problemas. Esta flexibilidad es extremadamente útil para un producto como los huevos, que no pueden dividirse sin romperse.
El uso de la docena también simplificaba las transacciones comerciales desde la antigüedad, ya que en mercados (o a nivel particular), el vender huevos en docenas permitía una fácil división y conteo, lo que agilizaba y facilitaba las ventas y la distribución. Esto no solo beneficiaba a los vendedores, sino también a los compradores, quienes podían adquirir la cantidad exacta que necesitaban sin demasiadas complicaciones (en una época en la que no todo el mundo sabía contar).
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Fuente de la imagen: pxhere
Es fascinante cómo las prácticas comerciales antiguas siguen influyendo en nuestras vidas cotidianas, ¿verdad? La venta de huevos en docenas es un ejemplo perfecto de esto. Pero, ¿sabías que la industria del calzado también tiene una historia interesante relacionada con la docena?
Durante el reinado de Eduardo II de Inglaterra (1284-1327), ciertas medidas se estandarizaron1. Entre ellas, se estableció que tres granos de cebada secos y redondos equivalían a una pulgada, doce pulgadas a un pie, tres pies a una yarda, y así sucesivamente1. Aunque pueda parecer extraño para nosotros hoy en día, la idea de usar un grano de cebada como unidad de medida no era nueva. De hecho, este método de medición se había utilizado desde el segundo milenio a.C.
Entonces, ¿qué tiene que ver esto con los tamaños de los zapatos? Se atribuye a Eduardo II la creación del primer sistema de tallas de zapatos, basado en incrementos de 1/3 de pulgada (un grano de cebada) por talla y 1/6 de pulgada para media talla1. Aunque este es el estándar de tallas en muchas regiones hoy en día, y es muy probable que se deba a la unidad de medida del grano de cebada, no hay evidencia de que Eduardo tuviera algo que ver con la establecimiento de ese estándar para los zapatos.
Por lo tanto, al igual que los huevos se venden en docenas debido a la facilidad de división, la industria del calzado también adoptó una unidad de medida práctica y fácilmente divisible para estandarizar las tallas de los zapatos. Así que, aunque los zapatos y los huevos pueden parecer muy diferentes, ambos están vinculados por la influencia de las prácticas comerciales históricas y la matemática práctica
15 junio 2024 | 10:32