El curioso origen etimológico del término ‘firmar’

Se conoce como firma a la rúbrica que se pone a mano, al pie de un escrito, con intención de identificarse en el mismo y dar autenticidad cuando se trata de algún tipo de documento oficial. Puede ser con el nombre y apellidos completos o parte de estos, las iniciales, un garabato e incluso con una simple equis (esto último en el caso de personas que no pueden o saben escribir).

El curioso origen etimológico del término ‘firmar’

Su origen etimológico lo encontramos en el término latino ‘firmāre’, cuyo significado literal era ‘dar firmeza’, ‘solidez’, ‘seguridad’.

Y es que no había nada más firme ni que diese más seguridad que estampar un garabato en un documento cuando se cerraba un trato, dando así la palabra de que se cumpliría lo convenido y/o pactado en él.

El vocablo ‘firmāre’ dio origen a otras muchas palabras que hoy en día utilizamos con asiduidad como son: ‘afirmar’ (Asegurar o dar por cierto algo), ‘firmeza’ (Entereza, constancia, fuerza moral de quien no se deja dominar ni abatir), ‘firmamento’ (Bóveda celeste en que están aparentemente los astros), ‘confirmar’ (Corroborar la verdad) o ‘reafirmar’ (Reforzar una postura o una condición).

 

 

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Fuentes de consulta: Diccionario de la RAE / etimologias.dechile
Fuente de la imagen: pexels

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