¿Cuál es el origen del ‘cruising’?

A pesar de que suene a neologismo, el término ‘cruising’ lleva un buen número de décadas utilizándose.

¿Cuál es el origen del ‘cruising’?

Hoy en día es ampliamente usado en los ambientes de sexo liberal y en las redes sociales podemos encontrar múltiples referencias a esta palabra en las que se indican aquellos lugares públicos de una población concreta en los que se puede tener encuentros furtivos y ocasionales para mantener una relación sexual con una persona desconocida.

Esos lugares pueden ser desde parques, lavabos públicos, estaciones de tren o autobús, accesos subterráneos, áreas de descanso de las autopistas, callejones, polígonos, aparcamientos, edificios abandonados… Todo aquel lugar semiclandestino y que tenga algún recoveco para ocultarse puede convertirse en un punto ideal para un encuentro sexual y casual.

El término cruising es utilizado para este tipo de práctica entre el colectivo gay y nació ante la necesidad de poder tener relaciones entre personas del mismo sexo en una época en la que la homosexualidad estaba perseguida y castigada. Hombres o mujeres aparentemente heterosexuales, casados y con hijos que llevaban una doble vida sin poder salir del armario ante el temor de ser represaliados, pero con sus necesidades emocionales y fisiológicas. De ahí que naciera hace varios siglos esta forma anónima y casual de tener sexo esporádico y de la que se tiene constancia de su práctica en los baños públicos entre homosexuales ya en época de la Antigua Roma.

El origen etimológico del término cruising es algo confuso: hay quien defiende que proviene del neerlandés ‘kruisen’ cuyo significado es ‘cruz’ y hace referencia a dos personas que se cruzan en un lugar o cruzan sus miradas, dándose el consentimiento para practicar sexo casual.

Por otra parte sitúan el origen del vocablo en un bar de ambiente gay llamado ‘Booze n’ Cruise’ y que se encontraba en las afueras de la población estadounidense de Albuquerque, en el Estado de Nuevo México. Un lugar de mucho tránsito debido a su situación en plena Ruta 66  y que a partir de la década de 1970 se convirtió en parada casi obligatoria de todos los homosexuales que por allí transitaban y que acababan manteniendo relaciones furtivas entre ellos.

A pesar de que el cruising se considera desde sus orígenes como una práctica realizada únicamente por homosexuales cada vez es mayor el número de hombres heterosexuales que frecuentan esos lugares con el fin de tener una experiencia nueva y diferente.

Cabe destacar que la proliferación de lugares y personas que realizan el cruising ha hecho que acabe convirtiéndose en una práctica de cierto riesgo, ya sea por el peligro de adquirir algún tipo de enfermedad de transmisión sexual (debido a que bastantes son quienes prefieren realizarlo sin ningún tipo de protección), además de los robos y ataques que han aumentado al ser utilizado por delincuentes que se infiltran en estos lugares, atraen a un esporádico compañero sexual y aprovechan para atacar y robar las pertenencias. Ante esos casos, algunas son las poblaciones en las que las autoridades han habilitado y acotado zonas específicas para el encuentro de sexo ocasional (y con un discreto control policial con el fin evitar cualquier ataque o robo), pero no suelen tener demasiado éxito debido a que pierde el encanto que posee el espíritu del cruising.

Te puede interesar leer también:

 

 

 

Fuente de la imagen: wallpaperflare

Los comentarios están cerrados.