Lucky Luke en París

Por Pablo Lozano es director del Festival Internacional de Cómic Europeo (en Facebook,  Twitter e Instagram) y colaborador especializado en cómic histórico en XX Siglos. Le podéis seguir en Twitter, Facebook e Instagram, y escuchar en el podcast de cómic La buhardilla de Venger.

Está claro que uno de los personajes más recurrentes de nuestra sección es el afamado Lucky Luke. No puedo ocultar que siento cierta debilidad por él.

Hasta el momento son tres artículos en los que hemos hablado. El primero se lo dedicamos a sus orígenes, el segundo analizamos en profundidad la última obra aparecida en 2021 titulada Un cowboy entre algodones, y el tercero y último hasta hoy estuvo dedicado a la nueva serie sobre el vaquero que está realizando Matthieu Bonhomme y que arrancó con el sugerente título El hombre que mató a Lucky Luke.

En esta ocasión quiero recuperar y comentar el penúltimo número aparecido en su serie regular que realizó el tándem de Jul y Adche, ambos sucesores y continuadores del legado de su creador Morris. Se titula Un cowboy en París.

Este cómic aparecido en 2018 llama especialmente la atención por dos circunstancias bastantes especiales.

En primer lugar, nuestro querido vaquero casi nunca ha salido de Estados Unidos. De hecho únicamente a lo largo de sus aventuras solamente ha visitado Canadá y México. En esta ocasión cruzará el charco y visitará Francia. Por primera vez abandonará el continente americano para visitar Europa. Todo un reto para él y sobre todo una muy incómoda travesía en barco.

En segundo lugar, las referencias y guiños históricos en esta obra son muchísimos, los cuales comentaremos a lo largo del artículo. Aunque ya aviso que seguro que alguna referencia se me puede colar ya que son súper abundantes.

Por estos motivos la obra se convirtió en una de las más vendidas de Francia en 2018, volviendo a demostrar el excelente estado de salud de los personajes clásicos.

El Argumento

En esta aventura Lucky Luke conocerá al escultor de la Estatua de la Libertad, al que tendrá que escoltar hasta la ciudad de las luces para traerse con él la dama de 93 metros a Nueva York, en una trepidante aventura llena de bandidos que quieren evitarlo. No contento con atravesar el Atlántico por primera vez, se enfrentará tanto al choque de culturas en París como a las muchas artimañas de un archienemigo de la libertad, Abraham Pestillo.

Lucky conocerá Francia y a algunos de sus personajes más emblemáticos, con un dibujo que retrata con fidelidad el París de la época.

El cómic está publicado actualmente por Ediciones Kraken.

La Estatua de la libertad

Nada más arrancar el álbum, Lucky Lucke conocerá a Auguste Bartholdi, que fue el escultor francés autor de la célebre Estatua de la Libertad que  regaló Francia a los Estados Unidos y que está situada en la entrada del puerto de Nueva York.

Ambos se conocen mientras Bartholdi se encuentra de gira por los Estados Unidos recaudando fondos para levantar la famosa estatua. Se podría decir que para la construcción del pedestal de la estatua se realizó uno de los primeros crowfunding de la historia. Algo que desconocía y que en el acuerdo franco-estadounidense aparecía muy claro. Francia haría la estatua y los americanos se ocuparían de hacer y pagar el pedestal sobre la que se erguiría.

La obra en la que también participó el famoso Gustave Eiffel fue un regalo de Francia al pueblo estadounidense en 1886 para conmemorar el centenario de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos y como un signo de amistad entre las dos naciones.

La Estatua de la libertad, además de ser un monumento importante en la ciudad de Nueva York, se convirtió en un símbolo en Estados Unidos y representa, en un plano más general, la libertad y emancipación con respecto a la opresión.

Su mirada ha contemplado la llegada de miles y miles de emigrantes europeos debido a las diferentes funciones que ha tenido la isla sobre la que se asienta.

La misión de Lucky Luke es custodiar los fondos que se van recaudando durante la gira de Bartholdi y viajar a Francia para proteger la estatua de cualquier intento de sabotaje por parte de los enemigos de la misma.

Conociendo celebrities francesas del XIX

Una de las cuestiones más divertidas de este cómic es la gran cantidad de personajes célebres de la historia de Francia que irán apareciendo en sus páginas con motivo de la misión del vaquero en la capital parisina.

Aparte de que el viaje desde la llegada a puerto es muy divertido, no paramos de ver desfilar a caras conocidas  como la del arquitecto Gustave Eiffel, que se encuentra trabajando en estos momentos también en la afamada estatua, escritores como Víctor Hugo, mundialmente conocido por muchas de sus obras como Nuestra señora de París (1831) o Los miserables (1862), y poetas como Rimbaud y Verlaine.

Especial mención el guiño que realiza a la obra de Gustave Flaubert, Madame Bovary (1857). En el viaje hacia París nuestro vaquero se encontrará con el personaje de ficción Charles Bovary. Un hombre enamorado que se desvive por su mujer  Emma, hasta el punto de hacer  cualquier cosa por la felicidad de su esposa, aunque eso le conlleve la ruina.

Seguramente habrá alguna más de actualidad, pero no he sido capaz de identificarla. Quizá, si os animáis a leerlo, detectéis alguna más.

Valoración

Yo creo que en este álbum dibujante y guionista  han querido hacer un gran homenaje a su país. Para ello se han permitido toda una sucesión de aventuras e historias que le han permitido jugar con la idea del homenaje que tenían en mente más que en buscar una historia profunda o un guión muy elaborado.

Cuenta con grades golpes como decir que nuestro vaquero viste con los colores de la bandera belga (cosa que realmente nunca había percibido y que seguramente pueda ser algo decidido por su creador que era originario del país). También como ocurre últimamente se hacen guiños al abandono del cigarrillo de Lucky Luke. El vaquero fue uno de los primeros personajes en padecer la ira del antitabaquismo y dejó de fumar allá por 1983, cambiando su sempiterna colilla por una ramita de espiga que, hasta que la Asociación de Amigos de los Cereales no diga lo contrario, seguirá siendo políticamente correcta.

Evidentemente el apartado del dibujo está impecable y existe un respeto absoluto a las formas y composiciones de Morris.

Una lectura bastante entretenida para el final del verano y que desde luego no decepcionará a los seguidores de Lucky Luke.

Ya era hora de que Lucky visitará París ¿Cuándo visitará Bélgica u otros países? No creo que tardemos mucho en verlo.

Si te ha gustado esta entrada, quizá te interese…

Los comentarios están cerrados.