Lucky Luke contra el Ku Klux Klan: el último cómic trae al primer protagonista negro en casi 80 álbumes

Por Pablo Lozano es director del Festival Internacional de Cómic Europeo (en Facebook,  Twitter e Instagram) y colaborador especializado en cómic histórico en XX Siglos. Le podéis seguir en Twitter, Facebook e Instagram, y escuchar en el podcast de cómic La buhardilla de Venger.

La verdad es que este 2021 está pasando volando. Parece que fue ayer cuando escribí mi primer artículo y ya vamos para cinco meses hablando de cómic principalmente histórico. En esta ocasión vamos a arrancar el mes hablando de un personaje al que ya dedicamos unas cuantas palabras hace un tiempo en “El nacimiento de Lucky Luke: Western y más historia de la que parece”.

El mes de abril nos trajo la que es su octava y última aventura Un cowboy entre algodones, que no está firmada por el creador del famoso vaquero Morris. Desde su fallecimiento, los autores de lo que se denomina oficialmente «Lucky Luke después de Morris «son los dibujantes Achdé, que es el seudónimo de Hervé Darmento, y  también en esta ocasión ha participado Julien Berjeaut, reconocido por sus tiras de prensa.

No podíamos dejar la ocasión de comentar en nuestra sección una novedad de este tipo. Siempre que sea posible y nuestro querido David Yagüe lo permita, iremos comentando los clásicos del cómic tanto veteranos como nuevos y también celebraremos sus efemérides más especiales. Ya lo hicimos en el mes de marzo recordando la muerte de Uderzo.

Como comentamos anteriormente, aunque pensemos que Lucky Luke es principalmente una obra humorística, sus páginas están llenas de píldoras históricas. Especialmente en este número vamos a observar varias cosas interesantes.

Tras La tierra prometida, una historia donde Lucky Luke escolta a una familia judía ortodoxa a Occidente, vino Un vaquero en París, en el que Lucky Luke es comisionado por el gobierno de EE UU para escoltar la Estatua de la Libertad de París a Nueva York. Ahora nos llega Un cowboy entre algodones. La historia viene cargada de mensajes contra el racismo y nuestro protagonista se sumerge casi por primera vez en el sur de las Estados Unidos si tenemos en cuenta que su aventura Remontando el Mississippi no profundizó realmente en los territorios que estaba atravesando. En los casi 80 cómics publicados de Lucky Luke, solo ha habido un personaje negro en todas sus aventuras, aparecido en el título anteriormente mencionado. En esta nueva aventura veremos cómo incluso uno de los secundarios importantes del presente volumen es también negro.

El argumento

En Un cowboy entre algodones nuestro héroe tendrá que luchar contra la injusticia con la ayuda de su viejo amigo Bass Reeves. Una viuda rica y admiradora de las hazañas de Lucky Luke, le ha legado una importante plantación de algodón en el Estado de Luisiana.

Allí tendrá que luchar para ganarse la confianza de sus aterrorizados empleados negros y dividir su herencia entre ellos. Pero la mentalidad y funcionamiento de la zona no se lo querrá poner nada fácil.

Las píldoras históricas de esta aventura

Como muy bien se refleja al final del cómic, fue uno de los secretos mejor guardados del Lejano Oeste y hasta hace muy poco nadie había reparado en ello: el 25% de los vaqueros eran negros ( y una gran mayoría de sus colegas eran hispanos). Los westerns de Hollywood siempre han ocultado esta historia, construyendo la leyenda del vaquero rubio con los ojos azules. Sin embargo, por un dólar de salario al día, ese oficio se encontraba entre los menos favoritos para los americanos.

Uno de los personajes amigo de Lucky Luke que nos presenta el cómic, haciendo alusión a lo que estamos mencionando, es Bass Reeves.

Reeves (1838 – 1910) inició su vida como esclavo. Después de una década de libertad tras la Guerra de Secesión, Bass regresó al territorio indio cuando el mariscal de EE UU James Fagan lo reclutó para ayudar a controlar a los criminales que plagaban el territorio. Fagan trajo 200 marshalls adjuntos para calmar el creciente caos en todo el Oeste. Los marshalls adjuntos tenían la tarea de traer a los innumerables ladrones, asesinos y fugitivos que habían invadido el extenso territorio de 75.000 millas cuadradas. Se buscaron tiradores y rastreadores locales capaces para el puesto, y Bass fue uno de los pocos afroamericanos reclutados.

Fue el primer agente negro de los marshall al oeste del río Mississippi. Trabajó principalmente en Arkansas y en el territorio de Oklahoma.  Durante su larga carrera tuvo en su expediente más de 3.000 arrestos de criminales peligrosos y disparó y mató a 14 de ellos en supuesta defensa propia.

«Podía disparar una pistola o un rifle con precisión con su mano derecha o izquierda», según la Enciclopedia de Arkansas. «Los colonos dijeron que Reeves podía pelear con dos hombres al mismo tiempo y derrotarlos con sus propias manos.»

Hace poco tiempo también se ha estrenado en Amazon Prime la película Infierno en la frontera que intenta contarnos una parte de la vida de este personaje. Desde mi punto de vista el largometraje deja un poco de lado la historia de Bass en sacrificio de la acción. Pero lo mismo alguno de los lectores estáis interesados en verla.

Evidentemente y con el marco en el que se iba a mover la historia, los autores no han desaprovechado la oportunidad de introducirnos al infame Ku Klux Klan.

Este grupo nació de la mano de seis ex soldados confederados de la población de Pulaski (Tennesse). A pesar de que podamos pensar que sus creadores fueran unos brutos y racistas, eran gente culta y su objetivo ante todo era divertirse, como un grupo de amigos que deciden salir juntos de fiesta y hacer gamberradas disfrazados durante la noche. Por lo que en origen la sociedad no fue creada para cometer crímenes contra los afroamericanos.

La idea gustó tanto, que al final el grupo acabó creciendo y expandiéndose. Sus miembros empezaron a vestirse con largas túnicas y máscaras, para simular que eran fantasmas de la Batalla de Siloh, uno de los enfrentamientos  más recordados de la Guerra Civil que finalizó en derrota para los confederados.

Como todos ya sabéis lo que empezó siendo algo así como una juerga de universitarios acabó produciendo miles de víctimas y atrocidades.

No quiero dejar de mencionar el fantástico guiño que realizan también los autores al escritor estadounidense Mark Twain. Durante el periplo por el sur de nuestro vaquero se encontrará con dos traviesos niños que se llaman Tom Sawyer y Huckleberry Finn. Ambos le dicen que esperan algún día ser tan famosos como el propio Lucky Luke. Está claro que sí lo consiguieron.

Opinión

Al igual que en Estados Unidos, pero con el habitual retraso europeo, Francia ha comenzado a enfrentarse a su historia colonial, y el grave problema del racismo. En algunos sectores el cómic ha tenido algo de rechazo, ya que los autores tratan de involucrar a un personaje sagrado y patrimonial como Lucky Luke con lo que está sucediendo actualmente en el mundo, lo cual es elogiado por los medios de comunicación, y está produciendo que Un cowboy entre algodones esté teniendo un éxito comercial sin precedentes en Francia y Bélgica.

Desde mi punto de vista creo que estamos ante una de las obras más brillantes del personaje realizadas por el nuevo equipo creativo. Están siendo valientes y queriendo dejar su impronta. Pero sin  desvirtuar y cambiar al Lucky Luke que todos conocemos.

Además, cuenta con una de las mejores portadas de la historia del personaje. Los detalles, lugar y colores elegidos para la misma, además de atractivos, me parecen muy acertados para definir su contenido.

Me despido con buen sabor de boca y a las puertas del inminente IX Festival de Cómic Europeo de Úbeda que tiene lugar este fin de semana.

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