Déborah Albardonedo, agente literaria: «Editoriales y público parecen decantarse más por la mezcla de géneros que por la novela histórica pura»

Déborah Albardonedo no lleva una agencia de representación literaria especializada en género histórico, pero tiene, entre los autores a los que representa, a un buen puñado de autores a los que los seguidores del género conocemos y no deberíamos perder de vista: Francisco Narla, Emilio Lara, Teo Palacios, Pablo Núñez, José de Cora, Olga Romay… Por eso charlo con ella sobre su interesante oficio, el sector editorial y, claro, la ficción histórica. Y, estad atentos, porque da algunas claves muy interesantes…

En los tiempos del ebook y la autopublicación, ¿la figura del agente literaria es necesaria?

Desde mi punto de vista, la figura del agente literario es más necesaria que nunca, en los buenos tiempos del sector si los editores hacían correctamente su trabajo el escritor podía prescindir de contar con un agente, pero hoy en día, ante las tendencias, la globalización, la variedad de formatos de publicación…, es sumamente importante que un agente trabaje para el escritor y vele por sus intereses presentes y futuros. La crisis del sector ha provocado una importante bajada de ventas, y la posibilidad de que el escritor viva, o complemente sus ingresos de manera digna, pasa por las múltiples cesiones, y eso necesariamente ha de gestionarse desde una agencia. Por desgracia, no siempre los intereses del autor y del editor van de la mano.

Ahora mismo, ¿a cuántos autores representas y cuántos manuscritos tienes en espera? ¿Cuántos autores tienes haciendo cola en la puerta?

Bufff… Represento a 21 autores y los derechos internacionales de una editorial, y tengo 650 propuestas pendientes. Recibo una media de 100 propuestas al mes, que trato de responder a la mayor brevedad posible, aunque no es fácil, son muchas y mi actividad principal es atender a lo que ya tengo en cartera, pero en ningún momento he pensado en cerrar la puerta a nuevas representaciones porque nunca se sabe cuándo puede entrar una joya literaria, y sobre todo, por respeto hacia los escritores.

¿Cómo y por qué decidiste ser agente literaria?

Es una larga historia, y ya lejana en el tiempo… Por pasión, por pasión hacia los libros. Era una gran lectora que se dedicaba a la abogacía, derecho internacional, derecho administrativo, y en mi última etapa derecho de propiedad intelectual; la empresa en la que trabajaba se enfrentó a una reestructuración que decidí aprovechar para dar un giro profesional, y los contactos con escritores que había realizado en mi última etapa me mostraron la oportunidad, una agencia que trabajase con nuevos escritores, y que se centrara, más allá de lo meramente contractual, en hacer carreras literarias, trabajando con los autores desde la producción de las obras hasta la promoción de libro y escritor. Así nació la agencia literaria Albardonedo.

¿Cómo valoras la actual situación del sector editorial español, con cada vez más concentración, cada vez más cuota en manos de dos supergrupos? ¿Es bueno para el autor? ¿Y para el lector?

No puedo decir que sea bueno, ni para autores, ni para lectores (ni para el resto de intermediarios en la cadena del libro). Y la experiencia en otros países ratifica mi postura. En este particular, el mundo del libro no difiere de otros sectores, el que dos grandes grupos controlen el mercado lo empobrece, estos dos grandes grupos tienen total libertad para implantar tendencias, precios, formatos, exclusividades… y dejan poco margen de elección al consumidor final, en este caso al lector. Y los profesionales, en el caso que nos ocupa, los escritores, se quedan con solo dos alternativas. La esperanza: que las editoriales independientes ganen fuerza y ofrezcan opciones interesantes a autores y lectores.

Aunque representas a autores muy diversos, tienes a bastantes que cultivan el género de la novela histórica… ¿Cómo describirías el estado del género en España?

Sí, en mi ánimo nunca estuvo especializarme en un género en particular, pero como en otras facetas de la vida el destino te va marcando…, creo que el punto de inflexión fue el éxito de ASSUR,  y lo cierto es que en este momento en mi catálogo la novela histórica ha cobrado importancia dando a la agencia gratas alegrías.  ¿Cómo describiría su estado actual en España?, pues utilizando una frase muy apropiada para la materia «le auguro larga vida». Iniciamos esta década con un boom de novela histórica, y como siempre sucede, tras unos años en los que un género acapara estanterías, luego hay una cierta retirada, la hubo, pero a día de hoy  es un género en alza, creo que la novela histórica es un género consolidado en España.

Tener varios autores de este género, ¿es gusto personal u olfato?

 Un poco de ambos, si no te gusta un género literario es difícil que se convierta en una parte importante de tu trabajo, y que llegues a tener repetidos aciertos.

¿Cuáles son tus referentes, como lectora, en novela histórica?

Me gustaría ser original y descubrir a los lectores de 20minutos obras maravillosas, pero lo cierto es que tengo que tirar de aquellos que nos marcaron a todos (espero que a todos): El nombre de la rosa, Sinuhé El EgipcioLeón el Africano, El médico, Ben-Hur… El género de la novela histórica puede subdividirse a su vez en multitud de subgéneros, yo me quedo con las aventuras en un marco histórico.

Y, ¿qué es lo que le falta a la novela histórica española?

Sinceramente, no creo que le falte nada. Hace años, salvo unas pocas excepciones, teníamos una novela histórica muy clásica, que se limitaba a novelar hechos destacables. Hoy en día tenemos en España novelas históricas para todos, y de gran calidad: thrillers históricos, aventuras históricas, novelas históricas con toques fantásticos, biografías noveladas…

¿Qué tipo de historias en ese sentido ves que demandan las editoriales ahora?

Creo que en estos momentos, tanto en género histórico, como en otros géneros, lo que demandan las editoriales y coincide tanto con lo que el público parece buscar como con lo que el autor se está decantando por crear (mi opinión es que por influencia cinematográfica), es la mezcla de géneros, no tanto la novela histórica pura (como comentaba anteriormente al hablar de nuestra tradición), sino más bien una novela histórica con toques románticos, fantásticos, detectivescos… Ahora bien, cuando una obra es redonda, como solemos decir, y está llena de corazón, poco importa la moda, ¡será un éxito seguro!.

A día de hoy, ¿qué llama la atención de las grandes editoriales?

La pregunta del millón… A las grandes editoriales a día de hoy les llama la atención muchas cosas, pero principalmente tres: fenómenos de marketing internacionales (ejemplos de sobra conocidos son: Sombras de Grey o La chica del tren), autores mediáticos (principalmente presentadores de televisión) y la sorpresa del año (en 2016, Patria). Y esta última es difícil de conseguir, pero es tremendamente rentable; es difícil de conseguir porque suele separarse de las tendencias actuales, y el editor está pensando en lo que se vende ahora y no en lo que se venderá mañana, sabe que la tendencia pasará, pero piensa que a él no le tocará, por ello es difícil presentar estos proyectos, porque toca jugar con la originalidad y luchar contra la moda del momento; pero si se consigue el éxito, para el editor será tremendamente rentable, porque ante tales antecedentes no se podrá habilitar una cuenta importante de gastos para el lanzamiento del libro y cuando llegan las ventas todo son beneficios.

¿Grandes sellos o editoriales pequeñas? ¿Cuál es tu recomendación para los autores?

No hay priori mejor editorial, pero sí hay editoriales ideales para distintos tipos de autores, e incluso editoriales más apropiadas para distintas obras de un mismo autor. Lo más importante a la hora de evaluar una editorial es que tenga una correcta distribución, y a la hora de decantarse entre dos posibles editoriales, la que más se enamore del proyecto.

Lo vemos, sobre todo en el extranjero, la simbiosis entre industria audiovisual y editorial… ¿es mucho más difícil en España lograr una adaptación televisiva o cinematográfica?

 En España todas las industrias del arte están pasando momentos difíciles, principalmente por la piratería, por lo que sí, en estos momentos es más factible conseguir adaptaciones audiovisuales fuera de España (prueba de ello es que acabo de vender los derechos cinematográficos de una obra representada en el extranjero), pero quizás las cosas cambien, recientemente se han implantado en España filiales de productoras internacionales, y en los últimos tiempos las adaptaciones televisivas han cosechado buenos resultados.

Vives en Galicia, ¿es muy difícil llevar una profesión como esta cuando se está fuera de los dos centros editoriales (Barcelona y Madrid)?

Al contrario, monté la agencia en Madrid, pero una de las virtudes de mi trabajo es que puedo realizarlo desde cualquier parte en la que me encuentre (en la que tenga cobertura), ello, y la morriña, me llevó a tomar la decisión de volver a casa. Aunque viajo mucho, al menos una vez al mes voy a Madrid y a Barcelona, y una vez al año a Frankfurt.

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