‘La cofradía de la Armada Invencible’: nazarenos a la conquista de Irlanda

Derrota de la Armada Invencible, de Philippe-Jacques de Loutherbourg (1796) WIKIPEDIA

Me gusta imaginarme situaciones referidas a los libros que leo. Cuando estaba con La cofradía de la Armada Invencible (Edhasa, 2016), de Emilio Lara, me imaginaba al autor (o a su agente) intentando explicar a una editorial que su novela iba de una cofradía de nazarenos de Cartagena que es enviada por Felipe II a liberar a la católica Irlanda del yugo inglés mediante una procesión que debería acabar en Belfast. Afortunadamente, lejos de quedarse en lo anecdótico o en lo lejano que puede caer al lector del siglo XXI la premisa argumental, Edhasa se fijó en la calidad de esta obra que está entre lo mejor del 2016.

Emilio Lara (Jaén, 1968, doctor en Antropología, licenciado en Humanidades y profesor de Geografía e Historia de Enseñanza Secundaria) con su primera obra se marca una novela histórica estupenda. Porque, a pesar de lo peregrino que pueda sonar su argumento, que es pura ficción, está basado en el interés de los Austrias en Irlanda: hubo planes para desembarcar en la verde isla y, años más tarde de la ambientación de esta novela, 3.000 hombres bajo el mando de Juan del Águila desembarcaron y pelearon allí. Además, el autor logra crear una metáfora perfecta del desastre de la Armada Invencible. De la que por cierto, no hay casi ficción escrita.

Y así, seguimos los pasos de un grupo de personas normales, a las que su católica majestad les envía a una misión suicida. Que a todos suena muy bien, pero que cuando choca con la realidad hace aguas por todas partes. Y ellos, «hombres de chapa» como se dice en la novela, intentarán dar lo mejor de sí mismos por unos dirigentes que, a la postre, les dejarán en la estacada. Una premisa clásica de las historias bélicas, salvo que los soldados de esta historia llevan tallas y cirios.

Bien escrita, entretenida y original, de La cofradía de la Armada Invencible, destacaría dos cosas. Por un lado, la capacidad para mostrar la religiosidad de la época de una manera realista, empática y comprensible para el lector de hoy, al que muchas de esas creencias o comportamientos les pueden resultar completamente ajenos. Lejos de mostrar blancos y negros, además, el autor es capaz de mostrar las distintas religiosidades católicas del momento, encarnadas en dos personajes redondos: un dominico y un jesuita que acompañan a la cofradía.

Por el otro, la capacidad visual que tiene el estilo de Lara, capaz de evocar y hacer sentir un pasado histórico e imaginado. Se palpa en toda la novela, pero especialmente en dos momentos: en la procesión en Lisboa, previa a que la Armada Invencible zarpe y la batalla que luchan las tropas del tercio hispano-irlandés que acompañan a los protagonistas cerca de Belfast. Lara nos hacen oler el incienso y la pólvora. Y eso, que debe ser un objetivo de la ficción histórica, no es tan fácil como parece.

Funciona hasta un epílogo, ambientado en el presente, que al comenzarlo no me convenció. Sin embargo, al terminar reconocí que ejercía de enganche con el lector con la ficción y la historia. Con un país dado a los descalabros y donde la gente anónima suele tener dirigentes que no merece. En el siglo XVI y en el XXI.

Una gran novela de aventuras con toques de suspense, una metáfora del descalabro de al Armada Invencible (que seguimos en paralelo a las desventuras de la Cofradía) y de España. Un autor a seguir este Emlio Lara.

Os recuerdo que estamos eligiendo la mejor novela histórica del 2016. ¡Votad!

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