Pablo Núñez: «Lo celta sigue vivo y en muchos lugares no sólo es historia, es sentimiento y orgullo»

Hace unas semanas os recomendaba Juego de Reinas (Edhasa, 2017) como una de las novelas históricas aventureras para este verano: lo hacía por su ambientación y por su ritmo trepidante. Hoy os traigo a su autor Pablo Núñez (Lugo, 1973) para charlar con él sobre esta novela ambientada en el mundo celta, su tercera obra de ficción tras Las hijas del César (El Andén, 2006) y Ladrones de historia (Alrevès, 2010).

¿Cuántas veces te han comparado Juego de Reinas con Juego de Tronos?

Muchas. No sólo por el parecido en el título, que realmente ha sido casualidad. También por la fuerza de los personajes, la descripción visual de los escenarios, el erotismo o la aventura y ritmo constantes. Como anécdota, está gustando a los seguidores de la serie televisiva, pero quizá más todavía a los que leyeron antes la saga de George R.R. Martin.

Aunque hay un trabajo indudable de documentación, al estar ambientada en una época tan nebulosa como la celta, ¿cómo definirías Juego de Reinas? ¿Es novela histórica, una novela épica, de aventuras?

La definición perfecta es «de aventuras». Eso sí, no faltarán el resto de ingredientes: los escenarios históricos (Stonehenge en Inglaterra, la Colina de Tara, Newgrange en Irlanda…), o las múltiples referencias al pasado y leyendas de Galicia y las Islas, que le aportarán a Juego de Reinas las pinceladas de novela épica.

¿Dónde nace tu fascinación por el mundo celta?

En las raíces de mi tierra y su relación con los países y regiones de la Europa más occidental. Compartimos muchos lazos, historia y pasado en común. Hice una primera aproximación literaria en Las hijas del César y tenía muy claro que volvería al mundo celta, pero esta vez antes de la llegada de Roma.

Te resultó difícil documentarte y escribir sobre una época sobre la que se sabe mucho menos que las ambientaciones de tus dos novelas anteriores?

Fue lo más complicado en la parte gallega. Al contrario que en Irlanda por ejemplo, donde hay mucha documentación, aquí tenía que ceñirme a los trabajos de historiadores o arqueólogos, de gran prestigio por cierto. Tenemos muchos restos y castros anteriores a la romanización, pero nada escrito salvo escuetas citas de narradores romanos que contaban lo que se encontraban al llegar, pero poco sabían de lo que había antes. La tradición fue oral, no escrita, por lo que la dificultad aumenta. Con la escritura y la libertad que ésta nos ofrece, pude suplir esa carencia de datos con la que me iba encontrando.

Frente a tus otras obras, también encontramos mayor presencia del erotismo… ¿Es difícil rescatar este aspecto en un momento histórico tan lejano?

Ese fue mi temor cuando comencé a escribir esta nueva novela, pero el erotismo y la sexualidad son parte de nuestra vida, y lo han sido siempre. Me fui sintiendo cada vez más cómodo al escribir escenas eróticas, y lo único que tenía que hacer era dar rienda suelta a mis personajes y adaptarme a los escenarios de sus encuentros. Escenarios muy lejanos en el tiempo, pero no desconocidos.

En Juego de reinas hay mujeres muy fuertes, hace unas semanas debatíamos en XX Siglos sobre unas palabras de Hilary Mantel sobre si la novela histórica no estaría empoderando falsamente el papel de las mujeres en la historia, ¿qué opinas?

Seguí atentamente este debate, me pareció muy interesante por las voces autorizadas que  invitasteis a opinar. Pienso que hay varios aspectos a destacar. En primer lugar, y creo que debe ir por delante, la Historia fue escrita por hombres y en muchas ocasiones escondieron el papel de la mujer o la eliminaron directamente. Además, haría una distinción en si el personaje que propones al lector sí existió y tenemos datos sobre él o ella, también ocurre con personajes masculinos; o si por el contrario tus personajes son  creados por ti. En el primer caso debemos decidir hasta qué punto vamos a respetar al personaje histórico y las fuentes que tenemos, en el segundo tendremos más libertad y a mí me atrae más, pero respeto y disfruto obras que han seguido cualquiera de los dos caminos. Lo que me lleva a una reflexión final, que me gustaría hacer llegar a los editores, ¿queremos una novela histórica «pura», con personajes reales y ceñidos únicamente a lo que los historiadores narran que hicieron o dijeron? ¿Queremos ficción con ambientación histórica? Por mi parte apuesto por esta segunda vía, necesito crear a mis personajes, pero creo que debo ser honersto con el lector y decírselo. Quizá se han encajado muchas obras como novela histórica cuando eran novela, ¡y qué fantásticas pueden ser ambas!

Realmente la mujer en el ¿mundo celta tenía esos roles?

Claro que sí, y cada vez sabemos más sobre ellas y su papel en la sociedad celta. Eran guerreras, reinas, propietarias, cabezas de familia, eran iguales al hombre. Conocemos las hazañas de Boudica (un ejemplo entre muchas otras con menos fama), el poder de mujeres druidesas, la llegada a la jefatura de un clan o tribu, y desde luego a un trono. Se han encontrado tumbas con mujeres nobles enterradas con sus ajuares y joyas, pero también con su escudo y sus armas. Los historiadores, ya desde los clásicos, nos han transmitido su fuerza, su conquista de la igualdad, el respeto de sus compañeros hacia ellas. Tengamos en cuenta que las tradiciones celtas se han transmitido generación tras generación, en su mayoría oralmente, y que las mujeres siempre han estado ahí, en la primera fila y en todos los ámbitos de la vida, la sociedad, la familia, la diplomacia, la guerra, las tradiciones…

Irlanda, Inglaterra, Galicia… ¿has visitado todas las localizaciones de tu novela?

Algunas, pero no todas. Ya me gustaría visitar todos los lugares que utilizo en mis novelas, me imagino que a todos nos encantaría hacerlo. Sí he contado con una ayuda fantástica para conocerlos lo suficiente y hacerlos escenario de Juego de Reinas, sobre todo con los que me quedaban más lejos, en Irlanda o Inglaterra.

¿Por qué nos sigue fascinando lo celta?

Porque nunca dejó de existir. Sigue vivo en la actualidad y en muchos de estos territorios no sólo es pasado o historia, es sentimiento y orgullo.

¿Qué ha heredado el mundo contemporáneo de aquella cultura?

Cultura, folklore, tradiciones, música, leyendas, toponimia y vocabulario anterior al latín, en algunas zonas se siguen hablando los idiomas o lenguas prerromanos… Muchos lazos comunes y muy arraigados. Hasta herencia genética. Todo ello sigue muy vivo, por eso decía que nunca dejó de existir.

¿Conocíais esta novela? ¿Y a su autor?

¡Buenas lecturas!

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1 comentario

  1. Dice ser Ignotis parentibus

    Las novelas históricas siempre han tenido buena salida en los mercados. O si no que se lo cuenten a Jean M. Auel que con 6 novelas de prehistoria 4 de ellas bastante malas se ha hecho millonaria.

    20 agosto 2017 | 11:30

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