Carlos Alonso, editor de Pàmies: «Los pequeños tenemos que hacer algo diferente; si no, los lectores se van a las grandes editoriales»

Carlos Alonso, editor de Pàmies.

En 2017 Ediciones Pàmies cumple una década. En estos diez años esta pequeña editorial ha sabido hacerse un hueco en el complicado sector editorial español. Lejos de buscar un nicho minoritario ha buscado plantar cara en tres géneros populares que suelen estar monopolizados por los grandes grupos: la novela histórica, la novela negra y la romántica. En novela histórica, el sello de Carlos Alonso, que pasó de director financiero a editor, ha sabido conjugar autores nacionales e internacionales y combinado temas del gusto del público con apuestas más arriesgadas. ¿Cómo lo ha hecho? Pues, como buen colchonero y emulando al «partido a partido» de Simeone, «poquito a poco y sin hacer grandes locuras». Una entrevista sincera y certera sobre el mundo de la edición y la novela histórica.

Han pasado ya diez años del inicio de Ediciones Pàmies. Cuando llegaste, decías que no sabías nada del sector… ¿Qué has aprendido en esta década?

Después de 200 títulos, algo… Un poquito. Entras en este mundo con cien mil ideas que te das cuenta de repente que son erróneas. Tienes que ir cambiando. Me apoyé en mi experiencia como gestor para no hacer locuras y esa es una de las razones por las que sigo existiendo. Hay muchos editores que entran a saco, invierten muchísima pasta sin control y esto es muy complicado. Nadie te va a comprar porque sí. Ahora tengo un nombre. Sigo siendo pequeñito pero con un nombre ya puedes hacer otras cosas. El secreto ha estado en entrar poquito a poco, sin hacer grandes locuras, e ir probando.


Los pequeños tenemos que hacer algo diferente, porque si no, los lectores se nos van a las grandes editoriales


En este tiempo, has tenido que pasar la gran crisis, tanto económica como del sector editorial…

Claro. Salí en septiembre de 2007. Antes todo era cojonudo. Los libros se vendían por miles. Y de repente… ¡zasca! La crisis. Empecé sacando novela histórica tipo Edhasa, con tapa dura y sobrecubierta. Y me dije, no, no puedo sacar libros a 25 euros: tuve que dejar la tapa dura y poner todos los libros a 19,95 y no subir de ahí. Y así sigo, sólo he subido a 21 dos libros de 800 páginas. Ahora saco libros con tapa blanda y con buena calidad: lomo cosido, buena cartulina, etc. No podía sacar libros como Edhasa, pero sí tenían que ser de buena calidad. Quiero decir que tienes que tener alguna diferencia con las grandes, no puedes hacer más de lo mismo.  A ellos les da un poquito igual la calidad, quizá se me enfaden por esto, pero sus libros van todos fresados, la calidad del papel no es tan buena… No es lo importante para ellos. Los pequeños tenemos que hacer algo diferente, porque si no, los lectores se van a las grandes. Ha sido todo prueba y error;  y cuando toca error, he intentado meter poco el pie en el charco.

Y, hablando de novela histórica, ¿has aprendido algo con la selección de títulos?

Empecé diciendo: la gente está harta de cátaros, cruzados, romanos… Así que voy a ofrecerles temas nuevos. ¡Error! La gente quiere romanos, va a seguir queriendo romanos y dale romanos. Buscas otras cosas: la guerra de las Dos Rosas, las luchas fronterizas en Escocia en el siglo XVII, ingleses en la India… Pero nada, el lector quiere los temas de siempre. De vez en cuando, voy a cosas nuevas, pero tienes que tener tu núcleo duro de títulos con lo básico. Y lo básico siguen siendo los romanos y la Edad Media. Todo tipo de romanos; antes era finales de República pero ahora puedes variar algo más, incluso siglo III. Pero los romanos funcionan, siempre funcionan. Los cátaros y los cruzados, gracias a dios, se hundieron.


Los romanos funcionan siempre. Los cátaros y los templarios, gracias a dios, se hundieron


Así que es difícil innovar en novela histórica…

Sí, de vez en cuando lo intento. Saco el de Leonardo y Miguel Ángel, una novela magnífica, y el año de Cervantes saco una novela distinta sobre él de joven, distinta, como El hidalgo que nunca regresó. Intento innovar, pero poco a poco. No todos nuestros títulos pueden salirse de la norma. Es muy complicado, tú lo debes saber bien.

Es verdad, pero, aún así, has dado voz y descubierto a varios autores españoles. ¿Es muy difícil sacar autores nacionales de calidad en la novela histórica?

Sí, es difícil. Nos llegan cientos de manuscritos. Una barbaridad. Y no todo el mundo sabe escribir. Es difícil encontrarlos. Pero cuando los encuentras es una gozada. Cuando encontré a Ramón Muñoz me bebí su primer manuscrito. A Pedro Santamaría, lo mismo. Muchas veces, ellos te presentan el manuscrito  y tú les llevas, les propones, les ayudas a mejorar. Y los que se dejan ven que la novela da un paso adelante. Nos ha pasado con varios libros. Y es una satisfacción tremenda: ayudar a un autor a mejorar su obra. Sin escribírsela tú, yo no escribo una palabra. Yo propongo, digo qué tal por aquí, si este final en el que muere hasta el apuntador se puede cambiar, … Para hacerlo más comercial, para que gusten más. Y yo creo que los que se prestan, al final salen recompensados.

¿Es fácil tratar con los autores?

Hay de todo. En general, yo tengo muy buena relación con todos mis escritores. Incluso con los que se han ido como Jordi Solé, que se fue a un gran grupo editorial, sigo teniendo muy buena relación. El problema que tienen los autores es que muchas veces sus libros no venden lo que ellos esperan y ahí tienen una pequeña decepción. La misma que tengo yo. Pero intentamos trabajarlo. Hay autores más difíciles que otros…

¿Egocéntricos?

No sé si esa es la palabra. Todavía no venden mucho pero que sí son difíciles de trato, en el día de día. Y yo soy un editor que doy más datos de lo que debería, me llaman y les digo cuántos tienen en tal centro de venta… Eso no lo hace ningún editor. No escondo nada. Pero más de uno me ha dicho: «¡Esto no puede ser! ¿Estás seguro de que estas son mis ventas?»


En la segunda década del siglo XXI, que los editores sigamos sin tener datos de ventas reales es tremendo. Los editores estamos ciegos.


Es que el mundo editorial es muy opaco con los autores. Todos se quejan…

Sí, pero, de verdad, no es mi caso. Tengo datos de librerías. Lo que no tengo datos y, eso es un problemón en el sector, es de los datos realmente vendidos. Por ejemplo, una cadena de librerías me compra 100 e igual me los puede devolver diez años después y a la hora de pagar a los autores, ¿qué hago? Le pago los 100. ¿Y cuando vuelven 30? En el ebook no hay ese problema, porque los que son ventas, lo son. En la segunda década del siglo XXI, que los editores sigamos sin tener datos de ventas reales es tremendo. Los editores estamos ciegos. Me han llegado a devolver libros de hace siete años. No son muchos, pero es una barbaridad. Tengo que estimar.

Ahora en el momento del sector, que muchos escritores medios ya no encuentran sitio en las grandes… ¿es una oportunidad para ti? ¿O prefieres gente nueva?

Yo apuesto por cualquiera que tenga un buen libro. Si ya tiene un bagaje detrás no le voy a decir que no, al contrario. Pero raramente acuden a mí autores así. Nosotros somos pequeños pero hemos sido capaces de hacer grandes apuestas como la que hicimos con 1356de Bernard Cornwell: sacamos 8.000 ejemplares de tirada, pusimos anuncios en autobuses… Somos pequeños pero cuando hay que apostar, con cabeza, lo hago.

Es curiosa esta cuestión que planteas porque cada vez tengo más problemas para encontrar buena novela histórica de autores españoles. Y eso que cada vez estoy más centrado en los autores nacionales porque creo que son los que mejor pueden hacer la labor de promoción.

Sobre el ebook que antes comentabas, también has vivido la entrada del libro digital en España..

El ebook en histórica no me funciona tan bien, pero en 2016 pegó una subida importante. Ya son cifras que ayudan, que apoyan  y que resultan importantes. Al principio era residual y decías: «A ver si consigo recuperar lo poco que cuesta hacer el ebook«. No es como la romántica en ebook, que triunfa,  pero tampoco vende tan poco como la negra.


Aún así hay un lector de ebook y hay que atenderle a un precio razonable porque, hay que reconocerlo, España es un país de piratas. O le das precio razonable, a calidad razonable o te o piratean. Lo hacemos. ¿Nos siguen pirateando? Sí.


¿Y a qué achacas a este crecimiento?

Cada vez hay más lectores de ebook, lo que pasa es que no se van a comprar un lector cada año. El director de una plataforma muy importante me dijo que la mayoría de los ebooks que vendían eran para móviles. Alucinaba. ¡Yo sigo leyendo en papel! ¡En móvil no veo! Y este hombre me decía que el 80% eran para móvil. Aún así hay un lector de ebook y hay que atenderle a un precio razonable porque, hay que reconocerlo, España es un país de piratas. Lo siento, esto suena fatal pero es así. O le das un precio razonable con una calidad razonable o te lo van a piratear. Es como los CDs a veinte euros de hace años… Nuestros ebooks están como mucho a 4,99 y es la única forma de vender. La gente nos compra y creo que están contentos. ¿Nos siguen pirateando? Sí, hay gente que piratea hasta el de 0,99. Me lo comentaba una autora de romántica hace nada, que un libro suyo autopublicado a ese precio ya estaba pirateado.

Pero el mercado es así y hay que adaptarse. Y los agentes también tiene que hacerlo porque muchas veces nos obligan a sacar los ebooks a precios prohibitivos.

¿Por qué hacen eso?

No lo sé, te dicen que si no es regalar su producto. Lo mismo que decían los productores discográficos hace diez años. Y se equivocan. A mí también me gustaría poner los ebooks a 15 euros, pero no puedo. El mercado es así.

¿Cómo ves a tu lector tipo de tus novelas históricas?

Hombre de mediana edad que compra en cadenas de librería o en aeropuerto o estaciones. En librería pequeña vendo menos. Soy una editorial comercial pequeña y mi problema es que compito contra las grandes.

¿Cómo afrontas esa lucha contra Goliat?

Lo que te decía antes: ahorrando costes, siendo muy frugal. Tuve durante muchos años la oficina en casa de mi madre donde tenía un despacho y así fui ahorrando hasta que me he podido alquilar ahora una oficina y tengo una persona trabajando conmigo. Pero hasta hace nada lo hacía yo todo.  Y pensando en lo que es rentable para mí. Igual lo que para Planeta o Random no es rentable para mí sí y no sólo rentable, sino muy rentable. Ahora estoy reeditando novelas de los años 80 y 90 como El asirio de Nicholas Guild o Águilas y Cuervos y La reina del Nilo de Pauline Gedge. A mí me siguen compensando, son long sellers que siguen vendiendo poco a poco… Quizá a los grandes no les interese, pero a mi me compensa.


Igual lo que para Planeta o Random no es rentable para mí sí y no sólo rentable, sino muy rentable.


¿Cómo se te ocurrió esa opción?

Me había leído El asirio y El macedonio de Guild en los noventa y me encantaron y había perdido las copias. Fui a comprarlas de segunda mano por internet  y pedían 200 euros. Me dije: tiene que haber gente como yo, que los quiera y que no pague 200 euros. Y eso hice.

¿Tienes algún otro autor de ese tipo para rescatar?

Sí, pero no te lo puedo contar. No lo tengo cerrado del todo.

El CIS sacó en octubre un barómetro de lectura y salí que la novela histórica era el género más popular en todas las franjas de edad menos en los más jóvenes. Como editor, ¿es un problema o una oportunidad?

Una oportunidad, pero es complicado. Tengo un hijo pequeño y no lo saques de Futbolísimos y El Diario de Greg.

Quizá no tan pequeños, pero esos adolescentes a los que les gusta Juego de Tronos

En la Feria del Libro de Madrid que es cuando más interactúo con los lectores me vienen muchos jóvenes. Y hemos sacado cosas como las de Jordi Solé o El halcón de Mayo de Bradshaw, y hasta las novelas de Nick Brown puede leérselos un chaval de 16, 17 o 15 años. También cambian los hábitos de lectura según te vas haciendo mayor. Lo curioso es que tengo la sensación de que en histórica mi lector es más hombre que mujer, y en el mercado es lo contrario. Me gustaría llegar a más mujeres.

¿Cómo lo podrías hacer?

Por ejemplo sacando libros menos épicos y más pensados en ellas. Esto suena sexista pero es así. Aunque hay libros como Leonardo y Miguel Ángel o Águilas y Cuervos que les gustan a ellas, y también a ellos.

Hablé con varias autoras hace un tiempo sobre esto, llegué a la conclusión de que había muchas lectoras pero muy pocas obras escritas por mujeres en comparación.

Hay mujeres que venden mucho. Hay muchas que tiran para la romántica y no puedes venderla como histórica pura y dura. Y es cierto que yo he sacado algunas novelas de autoras, pero hay menos.

Me comentaba una editora que ella estaría dispuesta a sacar más pero que no le llegaban tantos manuscritos.

Es cierto. Y en mi caso, algunas que me llegaron eligieron otras ofertas. Autoras españolas no he sacado ninguna y tengo unas ganas tremendas de hacerlo, pero no me llegan. No sé si tienen la percepción de que mis novelas son muy épicas y no me las envían. Sin quererlo, me he posicionado en las aventuras épicas y creo que no es cierto que mi catálogo sea solo eso.

Tienes bastante fusión en tu catálogo de histórica. También thrillers históricos…

Sí, pero con un fondo histórico. No saco thrillers históricos tipo Dan Brown, con una trama en el pasado y otra en el presente. El problema con estas fusiones es que si están muy tirados hacia el thriller no sabes si venderlo como thriller o histórico. Y el lector de histórica no quiere un thriller histórico. Lo que sí que busca de vez en cuando es una novela de aventuras tipo las de Nick Brown. De estas que pueden ser un guión cinematográfico de una peli de acción pero en una época histórica. Y no hay tantas de este tipo. Pero yo no busco un determinado producto. A mí, si un manuscrito me gusta, lo saco.

¿No buscas por temas?

Hay temas que no saco. Algo me tiene que atraer del tema o tiene que tener algo que considere interesante. Ya arriesgué mucho y ahora quiero arriesgar con motivo. Aunque la verdad, veo mis libros y veo un montón de romanos… Pero es que me los siguen comprando.

Decías que la novela negra te vende menos. Y eso resulta aún más sangrante, porque a nivel mediático hay mucha desigualdad entre la atención que se da a uno y otro género…

Hay excepciones, pero muchas veces la novela histórica no tiene el sello de ser muy sofisticado para los medios, y no sé por qué. La negra tiene un halo de otra cosa.

Muchos sellos importantes sacan novelas históricas y no las venden como histórica…

Claro que no. Con el nombre vendes muchas cosas, pero con la novela histórica tiene mal nombre en determinados ambientes literarios. Por ejemplo, yo he sacado El hijo de César, de John Williams, como novela histórica porque he sido yo; otro no lo habría hecho. Pero yo lo vi primero. Y el público que me ha venido a la Feria a comprar este libro no es el típico de novela histórica. Y me lo han publicitado en medios no por el género, sino porque es del autor de Stoner. La novela histórica tiene un halo de poca sofisticación y no tiene que ser así. Es un poco postureo.

¿Hay mucho postureo en la novela histórica?

Hay mucho postureo en todo el mundo literario.

También noto a los autores muy preocupados por venderse como muy fiables históricamente, y lo hacen muchas veces olvidándose de vender sus virtudes narrativas…

Yo no lo noto, la verdad. Pero si es así, es un error: todo eso va importar poco si la novela es buena. Lo que sí considero importante en novela histórica es que haya una nota histórica, el mismo gran Gore Vidal  lo hacía y allí ponía que había cambiado esto por esto por que le venía bien para la narración. Tienes que saber que no estás leyendo un ensayo, porque a lo mejor es que no quieres leer un ensayo. Una nota histórica, dos o tres páginas, no viene mal. También lo hace Bernard Cornwell y no le importa decir que se ha inventado algo.

¿Es más difícil escribir novela histórica?

Sí, muchas veces por la labor documental. Que es importante, pero luego tiene que enganchar. He leído manuscritos muy bien escritos y documentados, pero pensaba «no me estás contando nada». Y otros que creen que una buena novela histórica debe tener conflictos desde el principio, por ejemplo dos personajes que se odian desde la infancia, … A mí no me gustan los personajes maniqueos y hay muchos autores que se van por ahí. Me gustan las tonalidades de gris.

Y qué me dices de los novelones tocho, con grandes sagas generacionales, muchas décadas…

A mi no me importa, pero soy un editor pequeño y un libro de 1000 páginas me supone un coste tremendo. Lo tengo en cuenta. Arriesgo mucho más con un libro de mil páginas que con uno de trescientas. Y he sacado libros muy gordos, pero lo tengo que ver muy claro, me tiene que entusiasmar. Hace unos meses, un autor de aquí me ofreció un libro 900 páginas de romanos y había publicado antes con una editorial pequeña sin apenas distribución. Me decía que el anterior también tenía esa extensión y había vendido mucho. Vale, pero yo soy el que se tiene que arriesgar. Lo mismo me llegó una novela histórica de 50.000 palabras. Y no me vale. Una novela histórica de 200 páginas no la vendes. Saqué una trilogía sobre la Guerra de las Dos Rosas y el segundo tenía 200 páginas. Se vendió menos que el tercero, y eso que pone claramente que era una trilogía. La gente no quiere un libro así, quiere novelas históricas más largas.

Dime un autor de esos que sabes que nunca vas a sacar y al que te encantaría publicar…

No creo que no pueda sacar nunca a ningún autor, ¿eh? Te podría decir uno, pero no, porque realmente lo quiero sacar. Siempre quise sacar a Cornwell y ya le saqué uno. Me gustaría sacar otro de él, pero está complicado.

Y este año, ¿Qué nos propones en ficción histórica?

Acabo de sacar Vikingos, de James L. Nelson, sobre vikingos en Irlanda. He contratado los dos primeros y me encantan, disfruté como un enano de ellos. En breve saco lo nuevo de Pedro Santamaría, sobre godos y romanos, y sacaré una nueva novela de Nicholas Guild sobre espartanos.

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4 comentarios

  1. Dice ser Toni

    A mí lo que me encantan son las series de Romanos como «Spartacus», ‘Roma» etc.

    27 abril 2017 | 10:05

  2. Dice ser La vida son cuatro días, tres laborables (O no)

    ¿Y novela de humor? Que para estos tiempos… Hay gente como Bill Fitzhugh que solo tiene una editada en castellano : {

    27 abril 2017 | 12:54

  3. Dice ser joe

    que si, que a todos nos han robado alguna vez, pero como no somos de la mafia no podemos obligar al gobierno a pagarnos mensualmente por si alguien nos roba en algun momento, asi que si tienes razon españa es un pais de piratas, pero los piratas sois los que cobrais de gente que nunca a descargado nada vuestro ni legal ni ilegalmente

    27 abril 2017 | 13:17

  4. Dice ser Blas Malo

    Una gran entrevista, David. Todas las respuestas de Carlos Alonso están llenas de sensatez y franqueza, y eso se agradece.

    27 abril 2017 | 17:59

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