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¿Se puede explicar la filosofía con figuras geométricas?

'Escepticismo', 'Relativismo', 'Hedonismo' y 'Deducción' - Genís Carreras - Fotos: studiocarreras.com

‘Escepticismo’, ‘Relativismo’, ‘Hedonismo’ y ‘Deducción’ – Genís Carreras – Fotos: studiocarreras.com

El escepcitismo es una barra diagonal roja, preparada para tachar y poner en duda los métodos y poner a prueba los límites del conocimiento, anulando el color verde apagado que tiene detrás. La deducción es un círculo blanco observado con lupa, una hipótesis que debe probarse. El esteticismo también es un círculo blanco, pero de él salen elegantes pétalos violetas que se superponen y forman una flor de diferentes tonos.

Philographics —Término inglés traducible por filografías o filográficos— es una serie de diseños minimalistas que resumen un concepto o una corriente filosófica. Genís Carreras —diseñador gráfico e ilustrador afincado en Girona— se permite utilizar poco más que círculos, diagonales, rectángulos y triángulos y resume su objetivo en una escueta frase: «Explicar grandes ideas en formas simples».

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Ilustraciones de sensualidad veraniega y cine negro

'Le Dahlia Noir' - © Thomas Danthony - Foto: thomasdanthony.com

‘Le Dahlia Noir’ – © Thomas Danthony – Foto: thomasdanthony.com

Como en una historia de espías, es tan importante lo que se ve como aquello que falta. Las sombras bañan la luz, las identidades se esconden a menudo tras los sombreros y parece haber una historia escondida en cada mínimo objeto y gesto.

Las ilustraciones de Thomas Danthony son sensuales como el silencio en una noche de verano, envuelven múltiples sensaciones en muy pocos elementos. El francés residente en Londres evoca en sus obras la elegancia silueteada del cine negro o el idilio vacacional de los carteles turísticos de los años veinte a mediados del siglo XX. También es capaz de hacerle algún guiño a la contundencia geométrica del op art o a la superficialidad del pop art sin sacrificar su estilo personal.

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Cuando la calle complementa al arte

'Be Happy' - Levalet - Foto: levalet.overblog.com

‘Be Happy’ – Levalet – Foto: levalet.overblog.com

Los dos tramos de escaleras confluyen en el centro, donde un falso ventanal refuerza la simetría de la construcción. Tres hombres jóvenes bajan los peldaños desanimados y cansados. Menos mal que, cuando lleguen abajo, otro  hombre les dará desde ese ventanal central un saco blanco con una cara sonriente pintada. A partir de ahí, todo cambiará, subirán las escaleras contentos, con la cabeza tapada por el saco y acompañando la absurda risa con una postura a juego.

Tras la escena contada como una tira de cómic está el talento del francés Charles LevalLevalet—, que se autorretrata en todos los participantes de esta escena. El artista define su trabajo como «de diseño e instalación» y dibuja a tinta carteles troquelados de hombres, mujeres y niños para los que buscará el espacio perfecto.

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Las elegantes mujeres ‘art nouveau’ de Georges de Feure

'La Fumeuse' (1910) - Georges de Feure

‘La Fumeuse’ (1910) – Georges de Feure

El adjetivo femenino aparece pronto cuando se teoriza sobre la obra de Georges de Feure (1868-1943), uno de esos creadores todoterreno del art nouveau que eran tan capaces de dibujar un cartel como de diseñar todos los elementos de una obra de teatro, un juego de muebles de salón o un jarrón de porcelana.

El pintor, diseñador, escenógrafo y diseñador industrial francés tenía en realidad un nombre más complejo y difícil de recordar para un francoparlante: Georges Joseph van Sluijters. Su madre era belga y su padre, un acomodado arquitecto holandés. Trató a los 18 años de empatizar con sus raíces tras ser uno de los 11 estudiantes admitidos en la Rijksakademie van beeldende kunsten (Academia Real de Bellas Artes) en Ámsterdam, pero duró poco al sentirse encorsetado por unos estudios artísticos formales que coartaban su independencia.

No volvió a pisar un centro de estudios y volvió a París, donde fue alumno de Jules Chéret, el maestro de los deslumbrantes afiches de espectáculos y fiestas de la Belle Époque y considerado inventor del cartel moderno. De Feure comenzó así a crear carteles con paletas de tonos pastel y sombras de gris, ciñéndose a los cánones del art nouveau, un movimiento que apostó por interpretar la naturaleza con una elegancia geométrica.

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Comentarios racistas en Internet convertidos en grandes carteles

Uno de los carteles de 'Racismo virtual' -Foto: racismovirtual.com.br

Uno de los carteles de ‘Racismo virtual’ – Foto: racismovirtual.com.br

«He llegado a casa oliendo a negro». La frase es de un usuario que en las redes sociales escribe lo que no habría dicho en el transporte público o en una cafetería. Es uno de tantos que sienten una falsa superioridad en Internet. El mundo virtual, en apariencia, tiene la capacidad de hacerte invisible, es un potencial nicho de mezquindad y cobardía, un paraíso para despacharse a gusto porque parece imposible que nadie te relacione en la vida real con aquello que has escrito.

El nombre está pixelado y la foto de perfil también, pero la frase —escrita desde algún dispositivo electrónico de Vila Velha, un municipio costero del sureste de Brasil— se lee en un gigantesco cartel exhibido en una valla publicitaria.

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Pósters gratis sobre cómo imagina la Nasa el turismo espacial futuro

Cuatro de los carteles 'espaciales' - Courtesy NASA/JPL-Caltech

Cuatro de los carteles ‘espaciales’ – Courtesy NASA/JPL-Caltech

El Jet Propulsion Laboratory, el departamento de ingeniería y diseño industrial de la NASA fundado en 1944 para el desarrollo de sistemas de propulsión y cohetería (también trabajan para el Ejército de los EE UU, aunque lo disimulan y escamotean información en sus plataformas online), acaba de lanzar 14 carteles de vistosa apariencia de la colección Visions of The Future (Visiones del futuro).

Desde el departamento dicen que la imaginación debe ser una «ventana abierta» y pretenden que los pósters funcionen como acicate para que la carrera espacial no pierda impulso. Han planteado la colección como si se tratara de una serie de carteles sobre destinos turísticos posibles. Todos usan los mismos reclamos —promesas de emoción y exotismo, garantía de experiencias únicas— que cualquier campaña de mercadotecnia del sector de vendedores de arcadias de los mayoristas de viajes.

Explican que se trata de mantener viva la llama y confiar en que los viajes espaciales son una frontera en la que todavía podemos soñar:

En la NASA nos esforzamos por ser audaces (…) para que algún día, con la ayuda de las nuevas generaciones de innovadores y exploradores, estas visiones del futuro puedan llegar a ser una realidad. Al mirar a través de estas imágenes los imaginativos destinos de viajes, recuerde que usted puede ser también un arquitecto del futuro.

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En busca del lado oscuro de los anuncios de joyas y perfumes

Obra reciente del italiano Marco Rea

Obra reciente del italiano Marco Rea

Las caras del italiano Marco Rea (Roma, 1975) se derriten lánguidas y fantasmagóricas. El contorno del rostro sólo se intuye tras los goterones de pintura, los ojos se emborronan hasta convertirse en manchas negras extendidas sobre las mejillas y se juntan con la boca, que también sobrepasa sus dominios. Una niebla espesa lo embadurna todo sin tregua.

Al artista no le gusta el concepto actual del adjetivo agradable que propaga la publicidad, encuentra «obvio y aburrido» el sinfín de caras clónicas que exhiben los anuncios de perfumes, cosméticos, joyas o moda. Dispuesto a descubrir «el alma secreta, oscura y melancólica» de esas imágenes vacías, modifica carteles publicitarios rociando espray sobre ellos hasta hacerlos suyos, borrando todo rastro del mensaje original.

Marco Rea

Marco Rea

Aunque menciona el arte pop —por su estrecha relación con la publicidad—, el surrealismo pop y el arte urbano, Rea se desliga de ellos porque no busca el guiño: su ambición es imitar los mecanismos que empleamos cuando recreamos sueños o recuerdos borrosos. De crear trabajos más figurativos que respetan algo más la imagen original, ha pasado en sus trabajos más nuevos a desfigurar los rostros casi por completo. Deseoso de que el espectador sea testigo del proceso, también desvela algunos de sus secretos en Work in progress, una colección de anuncios originales antes y después del salvaje retoque.

Helena Celdrán

Obra de la serie 'Work in Progress'  - Marco Rea

Obra de la serie ‘Work in Progress’ – Marco Rea

Marco Rea

Marco Rea

Marco Rea

Marco Rea

Marco Rea

Marco Rea

Los radicales y vibrantes pósters contra la explotación irracional de Laponia

Suohpanterror

Suohpanterror

Para su desgracia, no viven, como buena parte de los pueblos del mundo, bajo el absolutismo de un solo aparato estatal, lo cual ya es bastante en términos de sufrimiento.

Los dos millones de personas de etnia aborigen que viven en Laponia pueblan un gran territorio —tiene casi la extensión de España— sometido a las dispares legislaciones de nada menos que cuatro estados: Suecia, Finlandia, Noruega y Rusia. Son objetivo, por tanto, de cuatro líneas de interés, de cuatro políticas de ambición, de cuatro estrategias de entreguismo al capital, de cuatro posibilidades de ser explotados…

Los nativos, que prefieren ser llamados sami y no lapones, son minoría en la región —sólo el cinco por ciento de la población total—, codiciada por intereses crematísticos por sus riquísimos yacimientos de recursos naturales: hierro, cobre, níquel, apatita —la principal fuente mineral de fósforo y fosfato y, por lo tanto, un componente imprescindible en la fabricación de los abonos minerales—, petróleo (10.000 millones de barriles en reservas no explotadas) y gas natural, con prospecciones ya adjudicadas a empresas como BP, la entidad que sigue por ahí de rositas tras ser causante del mayor vertido de crudo de la historia.

Aunque los sami de Suecia, Finlandia y Noruega tienen parlamentos propios, las instituciones no tienen capacidad de decisión en asuntos estratégicos y son puro maquillaje gubernativo para que los países nórdicos muestren su aparente tolerancia con los nativos. El gobierno de Rusia, cuyo talante ni siquiera guarda las formas, ordena y manda y las minorías, a callar.

Desde hace casi diez años varias grandes corporaciones mineras están abriendo nuevas e invasivas explotaciones a cielo abierto en territorios que los sami consideran no solamente propios sino sagrados, sobre todo por su importancia para los rebaños de renos, el extraordinario mamífero con visión ultravioleta cuya ganadería está reservada a los lapones.

La empresa británica Beowulf ha iniciado un proyecto minero de extracción de cobre en Kallak (Suecia) sin informe de impacto ambiental previo y, desde luego, sin más consulta a los habitantes que el rugido de las taladradoras.

Las protestas contra la mina fueron violentamente reprimidas por la policía sueca y el proyecto sigue adelante, junto con al menos otros cuatro en un radio de sólo doscientos kilómetros y en terrenos de zonas protegidas de la red Natura de la UE o del parque ártico declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco.

Suohpanterror

Suohpanterror

Suohpanterror

Suohpanterror

Suohpanterror

Suohpanterror

El colectivo de artistas anónimos Suohpanterror —la traducción literal del sami, sería ‘el lazo del terror’, utilizando la palabra souhpan, el lazo usado en la ganadería del reno— ha llevado la voz de los sami a las paredes del mundo en una vibrante, radical y bien diseñada colección de pósters.

El material gráfico —que también puede verse en la página de los artistas en Instagram— sorprende no solo por la justicia de las demandas y las respuestas sugeridas —una patada de kung fu en la mejilla es la mejor defensa contra los hombres de los maletines que intentan chantajear a los sami a cambio de un puñado de dólares—, sino porque los nativos lapones, quizá el único pueblo aborigen de Europa que mantiene rasgos sociales y culturales únicos, nunca había destacado por la expresión plástica.

Un portavoz del colectivo de cartelistas-guerrilleros explica en el blog We Make Money Not Art:

Los carteles están llenando un vacío y nos permiten una buena comunicación con otras personas (…) Somos indígenas y también una minoría, así que nos enfrentamos a una gran cantidad de racismo. Es muy difícil vivir como sami hoy cuando tu cultura no es apreciada, cuando tú y tu pueblo son odiados y la mayoría no comparte los mismos valores (…) Vivimos en comunidades pequeñas y queremos protegernos a nostros mismos y a nuestras familias de la violencia física y psíquica y las amenazas que estamos sufriendo.

Hace pocos días, dos artistas sami, Niillas Holmberg y Jenni Laiti, hicieron público un manifiesto titulado Reconectando a través de la resistencia. Presentaron el documento ante el hotel donde se hospedaba el ministro sueco de Cultura y lo leyeron al tiempo que se rapaban el pelo con cuchillos [vídeo de la protesta].

El manifiesto explica las razones que impulsan a los jóvenes creadores sami a pedir la autodeterminación para su pueblo:

Vivimos y trabajamos por esto:

1. Porque tenemos que hacerlo. Porque esta es la única forma de vida que conocemos.

2. Porque todo empieza y termina con Eanan, nuestra tierra. Eanan es la base de todo. Eanan es la pregunta y la respuesta. Nada nos define mejor que ella. Nuestra supervivencia depende de ella. Es nuestra responsabilidad proteger, respetar y cuidar de nuestra madre, para que nosotros y todas las generaciones venideras puedan vivir en unidad con ella.

3. Porque tenemos el derecho a la libre determinación y la libertad en nuestra tierra. Estamos sufriendo la falta de estos derechos. Ha llegado el momento en que nuestra gente empiece a vivir en lugar de sobrevivir. Queremos vivir, no morir.

4. Porque nuestras lenguas maternas son el espejo de nuestras visiones del mundo y una parte esencial de nuestra identidad. Al preservar y desarrollar nuestras lenguas maternas preservamos y desarrollamos nuestras identidades, así como a nosotros mismos. La debilidad del lenguaje socava la capacidad de comunicarse. Los idiomas sami están en peligro. Por ello exigimos que todos los sami tengan los recursos necesarios y el respeto que les permita preservar y desarrollar los idiomas sami. Cuando un idioma desaparece es un signo: la naturaleza y los animales desaparecen con él. Exigimos protección para nuestra Eanan, la tierra, la cultura y nuestras lenguas indígenas con el fin de ser capaces de desarrollarnos de la misma manera que a todos los demás pueblos se les debe permitir desarrollarse.

5. Porque estamos desconectados de la madre tierra y por lo tanto nos sentimos impotentes. Volviendo a conectarnos evitamos la autodestrucción a través del amor por la vida y la libertad para actuar. El poder es ser capaz de preservar y desarrollar la vida. Tenemos que volver a conectar con Eanan, la Tierra. Las personas de todo el mundo deben reflexionar sobre su relación con la naturaleza (…)

6. Porque a las personas que no existen no se les concede ningún derecho. No queremos ser ignorados, queremos que se nos respete como un pueblo indígena por los gobiernos de Suecia y Finlandia, que deben ratificar el Convenio 169 y la aplicación de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Pedimos respeto por los derechos de los pueblos indígenas a la libre determinación y la existencia. Los explotadores y sus cómplices debe sabar que la vergüenza de sus obras no se mantendrá en silencio.

7. Porque creemos que no habrá cambio sin protesta. Todos tenemos el poder para actuar y cambiar las cosas ahora. Esto es una llamada a la unión, la movilización y la acción, la revolución y la descolonización. Es hora de la liberación.

8. Porque nuestra conexión con la tierra debe ser transmitida a nuestra descendencia. Esto es esencial para seguir el viejo camino de la luz. Hacemos esto por la libertad, la justicia y un futuro mejor. Son los derechos humanos.

9. Porque nuestra voz será seguida por olas de ecos. Porque la valentía alentará la valentía.

Hay muchos recursos en línea para informarse y apoyar la justa lucha de los sami.

Quedan aquí tres vínculos para empezar:

Conviene echarles un vistazo, sobre todo antes de dejarse engatusar por las mentirosas campañas de turismo de Suecia, Noruega y Finlandia sobre unas «vacaciones de ensueño» en Laponia.

Jose Ángel González

Yoko Ono te regala en cien idiomas el póster de ‘¡La guerra ha terminado!’

Algunos de los carteles de la campaña

Algunos de los carteles de la campaña

La frase es la misma pero en distintos idiomas: «¡La guerra ha terminado!». Quizá la acepción más tierna sea la del esperanto, aquella utopía de lengua universal: «Milito estas for!».

La onmipresente Yoko Ono (1933), viuda de ya saben quién, deja bajar el póster con licencia Creative Commons desde la web Imagine Peace. El cartel está disponible en un centenar de idiomas —del aragonés al tibetano, pasando por el braille, el morse y el lenguaje de signos— y en nueve tamaños: desde pequeños cuadrados de 75 píxeles de lado hasta una dimensión máxima de 3.000 por 4.000 y alta resolución de trescientos puntos por pulgada. También hay salvapantallas para ordenador o teléfono móvil.

La artista —la cursiva obedece a que siempre me costó aplicarle el adjetivo a Ono, que me parece una arribista que, además, vive de un cadáver— dirige al mundo un mensaje escueto:

Queridos amigos,

Descargad, imprimid y exhibid estos pósters en vuestras ventanas, escuelas, lugares de trabajo, coches o en cualquier otro lugar.

Difundidlos en vuestras redes sociales.

Enviadlos como postales a vuestros amigos.

Lo decimos de muchas formas pero somos una sola voz.

¡Os amo!

Carpeta del disco sencillo "Happy Xmas (War Is Over)", 1971

Carpeta del disco sencillo «Happy Xmas (War Is Over)», 1971

El lema que Ono recupera ahora nació hace 43 años, en la Navidad de 1971, a partir de una campaña del matrimonio Lennon en pro de la paz en el mundo. Incluía el single Happy Xmas (War Is Over) firmado por John y Joko, acompañados por la Plastic Ono Band y los niños de cuatro a 12 años de un coro comunitario del barrio de Harlem. La canción fue grabada en octubre en Nueva York y de la producción, como no cabe duda por el exceso de eco y la gradilocuencia de una pieza que ganaría en efectividad con un acabado menos napoleónico, se encargó Phil Spector.

Lennon y Ono se atribuyeron la composición de la letra y la música del villancico, pero se trata de una mentira descarada, porque la melodía es de la pieza tradicional Stewall [aquí la versionan, por ejemplo, Peter, Paul and Mary]. Dice bastante del poder de la mitomanía que las decenas de cantantes que han vuelto a grabar el tema sigan firmándolo como escrito por John y Yoko mientras algún desconocido bluesman se revuelve en su tumba pensando en los millones que pudo haber ingresado de haber registrado la melodía, una vieja canción de trabajo de los campos agrícolas del sur de los EE UU, terreno al que han acudido a birlar canciones los roqueros blancos una vez tras otra.

Lennon tomó la decisión de lanzar el single tras el bombazo de Imagine, editado como sencillo el 11 de octubre de 1971. Tras un éxito de ventas que no esperaba —sus producciones como solista hasta entonces habían sido sonoros fracasos comerciales— el exbeatle creyó haber encontrado la fórmula del éxito: «vestir un mensaje político con un poco de miel» («put your political message across with a little honey», declaró a un periodista de Rolling Stone).

Aunque Happy Xmas (War Is Over) era una protesta contra la guerra de Vietnam, como parte de los movimientos publicitarios pacifistas del matrimonio Lennon desde finales de 1969, cuando compraron espacios en revistas, diarios y vallas en lugares públicos [por ejemplo, ésta en Times Square, Nueva York] para publicar el lema «WAR IS OVER (If You Want It), Happy Christmas from John & Yoko», en español «LA GUERRA HA TERMINADO (si tú quieres), feliz Navidad de John y Yoko», la canción ha sido deglutida y forma parte de centenares de recopilatorios de ambiente navideño aburguesado.

Lennon no volvió a desarrollar la teoría de «vestir un mensaje político con un poco de miel». Sus siguientes discos fueron bastante crudos y torpes y tampoco tuvieron éxito comercial hasta Double Fantasy (1980), del que firmó una copia al lunático que lo mató de cuatro tiros. Yoko Ono sí ha perfeccionado la fórmula: una cucharada por cada bang.

Por cierto, si tu idioma no está entre el centenar del mensaje que la viudísima distribuye en pro de la paz mundial y la presencia mediática personal, puedes enviarle la traducción que te plazca a su Flickr de pósters multilingües. Creo que la lengua de la explotación postmortuoria no es una opción.

Jose Ángel González

Robert McGinnis, de becario de Disney a ilustrador de 007

© Robert McGinnis

© Robert McGinnis

Si alguien ha logrado sintetizar las cualidades de James Bondflema british, licencia para matar (física y sexualmente), joie de vivre, insensibilidad al peligro y elegantes maneras para el compartamiento mundano— quizá la persona que sigue en la lista al indomable número uno, el actor Sean Connery, sea un señor de 88 años de Cincinnati (Ohio, EE UU). Se llama Robert McGinnis y todavía no está retirado. Durante la edad de oro de 007 fue el dibujante que vendía al espía con licencia para matar al mundo entero en carteles y dibujos promocionales.

Hablamos de la era predigital y era necesario impulsar a los espectadores mediante la imagen fija. El héroe debía entrar en la mente del consumidor antes de que este pasase por taquilla para dejar que las retinas se rindiesen a la fascinación definitiva de la pantalla. McGinnis, un ilustrador que había empezado com0 becario en la factoria Disney, era el hombre que nos daba las razones por las cuales era necesario ver la nueva película de  Bond.

© Robert McGinnis

© Robert McGinnis

© Robert McGinnis

© Robert McGinnis

© Robert McGinnis

© Robert McGinnis

Las ilustraciones de McGinnis para los largometrajes de 007 no se limitaban a la cartelería —hizo los pósters oficiales de casi todas las películas de la saga—, sino también a dibujos para promoción y publicidad o para productos de mercadotecnia asociados al personaje, un best seller de la cultura pop. El artista se manejaba con tanta comodidad ilustrando al personaje, las chicas Bond, los villanos y los escenarios exóticos, que el escritor Ian Fleming (1908-1964) , autor de las novelas sobre el espía británico, comentó más de una vez que debía retirarse y dejar al dibujante al frente de las nuevas aventuras: «Entiende a Bond mejor que yo y trabaja mucho más rápido».

McGuinnis había adquirido la virtud de la efectividad cuando era un crío recién salido de Secundaria que encontró hueco como aprendiz en la factoría Disney porque tenía dotes innatas para el dibujo y necesitaba ganar algo de dinero para pagarse los estudios universitarios de Bellas Artes. En Disney, como recordaría más tarde, sólo aprendió cómo rendir de a toda velocidad: «De dibujo no me enseñaron nada, pero lo sabían todo sobre cómo explotarte para que entregases el trabajo a tiempo».

Pero los trabajos para las películas de Bond, aquel «elegante camaleón» que «se movía como un gran felino en la jungla» —figuras literarias que se emplearon para hablar del espía—, le llegaron a McGinnis cuando ya había alcanzado el estatus de artista veloz, brillante y resultón. Como cartelista de cine había debutado con Desayuno con dismantes, en cuyo cartel perfiló a Audrey Hepburn como la Venus de Milo del siglo XX, y en Barbarella, en la que presentó a Jane Fonda como la primera heroína de ciencia ficción con la sexualidad, además de las pistolas de rayos, como arma de ataque.

Aún antes, durante el servicio militar en la II Guerra Mundial había tenido como compañero al también ilustrador Mitchel Hooks (1923-2013), que trabajaba como portadista de novelas en ediciones pulp. Fue este quien puso a McGinnis en el mercado editorial con una recomendación para Dell Publishing, una de las más activas empresas de los años cuarenta y cincuenta en el mercado del hard boiled, la ficción policiaca barata, lasciva y de consumo rápido.

El estilo le gustaba a McGinnis, que siempre destacó como un apasionado dibujante de la figura femenina. Se estima que firmó unas 1.200 portadas para novelas no siempre de bajo nivel —puso imagen de cubierta a obras de algunos buenos autores del género noir,  como Donald Westlake y Erle Stanley Gardner (el padre de Perry Mason)— y revistas de relatos detectivescos.

Fue en el mercado ajetreado del pulp, con bajas remuneraciones, deadlines inaplazables y trabajo abundante, donde el ilustrador fundó su estilo, basado en un dibujo de líneas claras y un prodigioso  sexto sentido para la combinación de colores —«me gusta crear sensación de color usando poco color», decía— y empezó a moldear a sus heroínas licenciosas, mujeres no siempre convenientes, casi nunca inocentes y de hermosura incuestionable.

Aunque inserto ahora unas cuantas imágenes de portadas de libros de esa época, en este set de Flickr los ávidos de más material pueden sentirse saciados.

Cuando explotó como cartelista de cine se empezó a hablar por primera vez de McGinnis como ilustrador. Él fue el primer sorprendido de que llegasen pedidos de Hollywood («estaban un poco mejor pagados que las portadas de libros, pero los veía como simples encargos, nunca pensé que llegaran más allá»), pero de pronto comprendió que la nueva condición de artista le permitía arriesgar en estilo y producción.

Al recibir la propuesta del póster de Arabesco, la película de 1966 con Gregory Peck y Sofia Loren, le enviaron una copia previa del montaje. Dijo que no le bastaba y exigió que para hacer el cartel con propiedad debía tener en sus manos el vestido atigrado y de longitud mínima que luce la actriz italiana en una de las secuencias clave del film. Los estudios cedieron y mandaron la prenda al dibujante, que vistió a una modelo para pintar el original, una obra maestra de tensión y un cebo convincente para ver la película. «Me encanta Sofia Loren, era la más bella mujer de su tiempo. Me sabía de memoria sus rasgos y las medidas de su cuerpo, sólo tuve que cerrar los ojos y dibujar«, dice McGinnis, que está especialmente orgulloso de este trabajo.

© Robert McGinnis

© Robert McGinnis

Ahora se publica el libro The Art of Robert E McGinnis (El arte de Robert E McGinnis) [Titan Books, 176 páginas y PVP de 24,99 libras esterlinas no disponible en euros por el momento]. El volumen es la reivindicación definitiva de un creador fundamental que ha puesto a disposición de los editores su archivo de originales, entre ellos los dibujos para aquellas novelas baratas de acción que desprovistos de tipografía dejan de ser una pieza de diseño gráfico y adquieren la consistencia de arte.

Capaz todavía de seguir pintando a los 88 años, McGinnis no suele aparecer entre los grandes de la ilustración y creadores de menor valía le preceden siempre en los cánones —por ejemplo Frazetta, Hannes Bok, Virgil Finlay o Michael Whelan—.

Este clásico —que en los años sesenta también pintó para revistas eróticas como Cavalier desnudos femeninos sin firmar (por temor a represalias de los pacatos productores de Hollywood)— quizá sea el último de los grandes dibujantes que no tiene la necesidad de sentarse ante una pantalla en ningún momento del proceso. «No sé trabajar con máquinas, nunca fui capaz y es muy tarde para aprender. Además, nunca seré capaz de pintar sobre ningún material distinto al papel. Es tan sensual como la piel humana«, dice.

Ánxel Grove