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Kandinsky, Munch, Mondrian, Saint-Exupéry…, de dominio público desde 2015

"Vampyr II" - Edvard Munch, 1895

«Vampyr II» – Edvard Munch, 1895

El tremendo óleo de Edvard Munch Vampyr II es, desde el uno de enero de 2015, de dominio público.

Han pasado 70 años desde la muerte del pintor, legalmente llamada post mortem auctoris, y ha concluido el periodo de vigencia de los derechos de autor según la legislación que aplica más o menos toda la Unión Europea. El cuadro puede, por tanto, ser utilizado y difundido con absoluta libertad.

El año que acaba de comenzar viene bien surtido de herencias artísticas que pasan a pertenecer al legado común.

En 1944, hace 70 años, murieron el poeta de la abstracción Vasily Kandinsky, que pintaba como haciendo música; Piet Mondrian, que soñó con desentrañar el color de la «retícula cósmica» y desde hace años se lleva mucho en tapicerías y cortinas; el futurista Filippo Marinetti, propulsor de la idea de que la verdad está en la máquina y temerario compañero de viaje del neofascismo italiano, y el paladín del swing blanco Glenn Miller, quien todo lo merece por el mero título de sus canciones, que te hacen bailar sólo con mencionarlas: Chattanooga Choo Choo, Moonlight serenade, Pennsylvania 6-5000

Las obras de los cuatro son de dominio público.

'Circles Within A Circle" - Vasily Kandinsky, 1923

‘Circles Within A Circle» – Vasily Kandinsky, 1923

En lo literario destacan dos figuras de caráter legendario, Flannery O’Connor, criadora de pavos y reina del gótico sureño, ese subgénero desapegado, irónico y descarnado en el que no ha sido superada por ninguno de sus ilustres imitadores, de Faulkner a McCarthy pasando por García Márquez —todos los postulados del realismo mágico estaban en la obra de O’Connor—, y Antoine de Saint-Exupéry, el autor de Le petite prince (El principito), traducido a 250 idiomas y tercer libro más vendido de todos los tiempos (tras Historia de dos ciudades, de Dickens, y El Señor de los Anillos, de Tolkien).

Para los amantes de la narrativa pulp también se libera de derechos de autoría, aunque sólo en Canadá —en la UE habrá que esperar diez años más—, la obra de Ian Fleming, creador del personaje literario de James Bond y, como 007, bon vivant y mujeriego.

"Aften på Karl Johan" - Munch, 1892

«Aften på Karl Johan» – Munch, 1892

El asunto es menos simple de lo que sugieren estas apresuradas notas.

En los EE UU, por ejemplo, ninguna obra pasará a ser de dominio público hasta 2019, porque en 1978 se extendió de 70 a 95 años el periodo de explotación de regalías y se permitió, en una decisión deleznable que sólo defiende a las empresas que mercantilizan los bienes culturales, que se aplicara con carácter retroactivo a obras que ya estaban en los catálogos de dominio público y dejaron de estarlo, volviendo los derechos a sus legítimos propietarios.

Según las normas estadounidenses vigentes ninguna obra por encargo es propiedad del creador o compositor, sino del empleador —empresa editora o de publicación—, que será dueño de los derechos durante los 95 años siguientes a la fecha de edición. La locura de este proteccionismo corporativo motiva que los defensores del dominio público emitan cada uno de enero un listado de las obras que hubiesen entrado en la categoría de estar vigente la ley que estuvo en vigor hasta 1978.

El uno de enero de 2015, por ejemplo, entrarían en dominio público novelas como Desayuno con Diamantes (Truman Capote), películas como Vértigo y canciones como el himno del rock Johnny B. Good (Chuck Berry)… Hay, desde luego, muchas otras: todas las obras publicadas y editadas en 1958.

Podrían ser de dominio público en los EE UU (Imagen: Duke University's Center for the Study of the Public Domain)

Podrían ser de dominio público en los EE UU (Imagen: Duke University’s Center for the Study of the Public Domain)

La extraordinaria y atribulada historia es seguida con atención y narrada con ánimo reivindicativo por el Centro de la Univesidad de Duke para el estudio del dominio público, uno de esos departamentos universitarios que los yanquis saben cómo manejar como nadie [aquí está el informe sobre este año, con suficiente hipervinculación como para dedicarle meses a la lectura]. Las universidades españolas, cavernícolas como casi siempre, ni siquiera consideran que el asunto tenga interés.

Más información detallada, en ingles, puede encontrarse en el libro The Public Domain: Enclosing the Commons of the Mind, de James Boyle, que, como buen militante del procomún, deja bajar el libro gratis.

Entretanto, si les parece que hay clientela editen El Principito —ojo: encargando a alguien la traducción o buscando una traducción libre de regalías— o vendan pósters y postales de obras de Kandinsky, Munch y Mondrian. Son de todos.

José Ángel González

Robert McGinnis, de becario de Disney a ilustrador de 007

© Robert McGinnis

© Robert McGinnis

Si alguien ha logrado sintetizar las cualidades de James Bondflema british, licencia para matar (física y sexualmente), joie de vivre, insensibilidad al peligro y elegantes maneras para el compartamiento mundano— quizá la persona que sigue en la lista al indomable número uno, el actor Sean Connery, sea un señor de 88 años de Cincinnati (Ohio, EE UU). Se llama Robert McGinnis y todavía no está retirado. Durante la edad de oro de 007 fue el dibujante que vendía al espía con licencia para matar al mundo entero en carteles y dibujos promocionales.

Hablamos de la era predigital y era necesario impulsar a los espectadores mediante la imagen fija. El héroe debía entrar en la mente del consumidor antes de que este pasase por taquilla para dejar que las retinas se rindiesen a la fascinación definitiva de la pantalla. McGinnis, un ilustrador que había empezado com0 becario en la factoria Disney, era el hombre que nos daba las razones por las cuales era necesario ver la nueva película de  Bond.

© Robert McGinnis

© Robert McGinnis

© Robert McGinnis

© Robert McGinnis

© Robert McGinnis

© Robert McGinnis

Las ilustraciones de McGinnis para los largometrajes de 007 no se limitaban a la cartelería —hizo los pósters oficiales de casi todas las películas de la saga—, sino también a dibujos para promoción y publicidad o para productos de mercadotecnia asociados al personaje, un best seller de la cultura pop. El artista se manejaba con tanta comodidad ilustrando al personaje, las chicas Bond, los villanos y los escenarios exóticos, que el escritor Ian Fleming (1908-1964) , autor de las novelas sobre el espía británico, comentó más de una vez que debía retirarse y dejar al dibujante al frente de las nuevas aventuras: «Entiende a Bond mejor que yo y trabaja mucho más rápido».

McGuinnis había adquirido la virtud de la efectividad cuando era un crío recién salido de Secundaria que encontró hueco como aprendiz en la factoría Disney porque tenía dotes innatas para el dibujo y necesitaba ganar algo de dinero para pagarse los estudios universitarios de Bellas Artes. En Disney, como recordaría más tarde, sólo aprendió cómo rendir de a toda velocidad: «De dibujo no me enseñaron nada, pero lo sabían todo sobre cómo explotarte para que entregases el trabajo a tiempo».

Pero los trabajos para las películas de Bond, aquel «elegante camaleón» que «se movía como un gran felino en la jungla» —figuras literarias que se emplearon para hablar del espía—, le llegaron a McGinnis cuando ya había alcanzado el estatus de artista veloz, brillante y resultón. Como cartelista de cine había debutado con Desayuno con dismantes, en cuyo cartel perfiló a Audrey Hepburn como la Venus de Milo del siglo XX, y en Barbarella, en la que presentó a Jane Fonda como la primera heroína de ciencia ficción con la sexualidad, además de las pistolas de rayos, como arma de ataque.

Aún antes, durante el servicio militar en la II Guerra Mundial había tenido como compañero al también ilustrador Mitchel Hooks (1923-2013), que trabajaba como portadista de novelas en ediciones pulp. Fue este quien puso a McGinnis en el mercado editorial con una recomendación para Dell Publishing, una de las más activas empresas de los años cuarenta y cincuenta en el mercado del hard boiled, la ficción policiaca barata, lasciva y de consumo rápido.

El estilo le gustaba a McGinnis, que siempre destacó como un apasionado dibujante de la figura femenina. Se estima que firmó unas 1.200 portadas para novelas no siempre de bajo nivel —puso imagen de cubierta a obras de algunos buenos autores del género noir,  como Donald Westlake y Erle Stanley Gardner (el padre de Perry Mason)— y revistas de relatos detectivescos.

Fue en el mercado ajetreado del pulp, con bajas remuneraciones, deadlines inaplazables y trabajo abundante, donde el ilustrador fundó su estilo, basado en un dibujo de líneas claras y un prodigioso  sexto sentido para la combinación de colores —«me gusta crear sensación de color usando poco color», decía— y empezó a moldear a sus heroínas licenciosas, mujeres no siempre convenientes, casi nunca inocentes y de hermosura incuestionable.

Aunque inserto ahora unas cuantas imágenes de portadas de libros de esa época, en este set de Flickr los ávidos de más material pueden sentirse saciados.

Cuando explotó como cartelista de cine se empezó a hablar por primera vez de McGinnis como ilustrador. Él fue el primer sorprendido de que llegasen pedidos de Hollywood («estaban un poco mejor pagados que las portadas de libros, pero los veía como simples encargos, nunca pensé que llegaran más allá»), pero de pronto comprendió que la nueva condición de artista le permitía arriesgar en estilo y producción.

Al recibir la propuesta del póster de Arabesco, la película de 1966 con Gregory Peck y Sofia Loren, le enviaron una copia previa del montaje. Dijo que no le bastaba y exigió que para hacer el cartel con propiedad debía tener en sus manos el vestido atigrado y de longitud mínima que luce la actriz italiana en una de las secuencias clave del film. Los estudios cedieron y mandaron la prenda al dibujante, que vistió a una modelo para pintar el original, una obra maestra de tensión y un cebo convincente para ver la película. «Me encanta Sofia Loren, era la más bella mujer de su tiempo. Me sabía de memoria sus rasgos y las medidas de su cuerpo, sólo tuve que cerrar los ojos y dibujar«, dice McGinnis, que está especialmente orgulloso de este trabajo.

© Robert McGinnis

© Robert McGinnis

Ahora se publica el libro The Art of Robert E McGinnis (El arte de Robert E McGinnis) [Titan Books, 176 páginas y PVP de 24,99 libras esterlinas no disponible en euros por el momento]. El volumen es la reivindicación definitiva de un creador fundamental que ha puesto a disposición de los editores su archivo de originales, entre ellos los dibujos para aquellas novelas baratas de acción que desprovistos de tipografía dejan de ser una pieza de diseño gráfico y adquieren la consistencia de arte.

Capaz todavía de seguir pintando a los 88 años, McGinnis no suele aparecer entre los grandes de la ilustración y creadores de menor valía le preceden siempre en los cánones —por ejemplo Frazetta, Hannes Bok, Virgil Finlay o Michael Whelan—.

Este clásico —que en los años sesenta también pintó para revistas eróticas como Cavalier desnudos femeninos sin firmar (por temor a represalias de los pacatos productores de Hollywood)— quizá sea el último de los grandes dibujantes que no tiene la necesidad de sentarse ante una pantalla en ningún momento del proceso. «No sé trabajar con máquinas, nunca fui capaz y es muy tarde para aprender. Además, nunca seré capaz de pintar sobre ningún material distinto al papel. Es tan sensual como la piel humana«, dice.

Ánxel Grove

Las diez mejores exposiciones de 2012

Durante el año que está a punto de consumirse, en el canal Artrend, asociado a este blog en 20minutos.es, hemos publicado más o menos 620 noticias sobre arte, creatividad, iniciativas personales o colectivas que buscan trascender la normalidad, mensajes estéticos que merecen ser compartidos o, en suma, emisiones de inventiva e imaginación. También, claro, hemos reseñado un alto número de las exposiciones, antologías o muestras que se han celebrado en el mundo.

En un episodio más de la propensión, por lo demás nada perniciosa e incluso algo traviesa, de redactar listas de fin de año, vamos a elegir nuestro particular top de exposiciones de 2012. Estos fueron, según la opinión personal de quienes hacemos Trasdós, los mejores shows artísticos del año en el que, como nos temíamos, tampoco se acabó el mundo.

Acompañamos cada cuadro, dibujo o fotografía con el titular, el sumario y una cita de la pieza que escribimos en su momento. Hay también vínculos a las reseñas y a las fotogalerías que publicamos sobre cada exposición. En algunos casos, también posteamos entradas en este blog relacionadas con los eventos o al pairo de los mismos. Cuando así es, añadimos la dirección web de los posts.

Joel-Peter Witkin, "Poussin aux enfers",1999 © Joel-Peter Witkin © Courtesy baudoin lebon

Joel-Peter Witkin, «Poussin aux enfers»,1999 © Joel-Peter Witkin © Courtesy baudoin lebon

Joel-Peter Witkin. Enfer ou Ciel (Joel-Peter Witkin. Infierno o Cielo)
Joel-Peter Witkin, el fotógrafo de la deformidad, se enfrenta a los clásicos que lo inspiran

  • La Biblioteca Nacional de Francia expone ‘Infierno o Cielo’.
  • El fotógrafo estadounidense muestra sus obras mórbidas y crueles contraponiéndolas a grabados y dibujos clásicos del mismo tono.
  • El visitante puede contrastar a Witkin con originales de Beckmann, Campagnola, Carracci, Durero, Ensor, Goya, Picasso, Rembrandt…

Joel-Peter Witkin (Nueva York, 1939) suele justificar la morbidez y crueldad de sus fotos recordando el impacto imborrable del cadáver decapitado de una niña, víctima de un accidente automovilístico, que vió como involuntario testigo cuando tenía ocho años. También añade que no entiende a los humanos desde la racionalidad, sino desde la dictadura de los sentidos.

Fotogalería: Joel-Peter Witkin y sus maestros

Diseño de Ken Adams para el interior del volcán de "Sólo se vive dos veces" (© 1967 Danjaq, LLC & United Artists Corporation. All rights reserved.)

Diseño de Ken Adams para el interior del volcán de «Sólo se vive dos veces» (© 1967 Danjaq, LLC & United Artists Corporation. All rights reserved.)

Designing 007: Fifty Years of Bond Style (Diseñando a 007: cincuenta años del estilo Bond)
Muestran todos los secretos de 007 en una exposición sobre los cincuenta años de James Bond

  • Diseñando a 007: cincuenta años del estilo Bond recopila armamento, vestuario, storyboards y todos los gadgets del espía con licencia para matar.
  • La exposición, que celebra el medio siglo de Agente 007 contra el Dr. No, está organizada por el Barbican de Londres.
  • Es la primera vez que EON, la productora de las películas, cede la totalidad de sus archivos para mostrarlos en público.

El letal sombrero-guillotina de Oddjob, guardaespladas y matón de Auric Goldfinger; las mandíbulas no menos mortíferas de Tiburón; los gatos persa que acariciaba el perverso Ernst Stavro Blofeld, líder de Spectre; el primer traje con que 007 apareció en una pantalla de cine; las maquetas de su coche-anfibio; los storyboards de todas las películas que ha protagonizado; las muchas mujeres que le acosaron y fueron acosadas por él; el bikini blanco de Ursula Andress saliendo del mar como la primera —y posiblemente la más sensual— de las chicas Bond…

Fotogalería: Cincuenta años con 007
Entrada en Trasdós: Bodas de oro de cine para el espía sibarita y seductor 007

Silver prosthetic nose  Una nariz falsa de mediados del siglo XIX para cubrir la ausencia de nariz de una enferma de sífilis (Hunterian Museum at the Royal College of Surgeons)

Silver prosthetic nose – Una nariz falsa de mediados del siglo XIX para cubrir la ausencia de nariz de una enferma de sífilis (Hunterian Museum at the Royal College of Surgeons)

Superhuman (Superhumano)
Una colección de prótesis y artilugios para mejorar las ‘carencias’ del ser humano

  • Superhumano: exposición sobre formas de mejorar rendimiento o corregir anomalías.
  • La muestra incluye desde una nariz de plata diseñada para una mujer sifilítica que había perdido la suya hasta una colección de bebidas isotónicas.
  • Los organizadores exponen una ecléctica reunión de objetos diseñados bajo la premisa de que debemos ser «más grandes, mejores, más fuertes y más rápidos».

Coincidiendo con los Juegos Olímpicos de este verano, quizá el mayor campo de pruebas del constante intento de superar los límites humanos, la Wellcome expone un centenar de objetos —obras de arte, artefactos, vídeos, fotografías, cómics e instrumental médico— que documentan nuestro «ilimitado deseo de ser más de lo que somos». Los responsables de la exposición han reunido desde una prótesis del antiguo Egipto para sustituir un dedo del pie mutilado, hasta ejemplos de superhéroes de la ciencia ficción, pasando por las promesas de futuro de la nano y la biotecnología. Por eso el lema de la muestra es «explorando la mejora del cuerpo desde el año 600 antes de nuestra era hasta 2050».

Fotogalería: «Ser más de lo que somos«

"Conference at Night" ("Reunión nocturna",1949 (Edward Hopper - Wichita Art Museum, Roland P. Murdock Collection)

«Conference at Night» («Reunión nocturna»,1949 (Edward Hopper – Wichita Art Museum, Roland P. Murdock Collection)

Hopper
El Thyssen inaugura la mayor exposición de Edward Hopper organizada en Europa

  • El museo expone Hopper, con 73 obras que repasan la evolución del estilo, los temas y los motivos del pintor.
  • El artista estadounidense retrató con un realismo personal el modo de vida americano, con un gusto por la arquitectura, la soledad urbana y las escenas domésticas.
  • La muestra, con préstamos de grandes museos de EE UU, incluye también obras de autores que ejercieron una influencia decisiva en Hopper.

Edward Hopper (1882-1967) no vendió su primer cuadro —Sailing (1911)— hasta los 31 años. Ignorado por el público y los críticos, trabajó como ilustrador durante años. Solo a los 43 vio su obra expuesta por primera vez y pudo dedicarse a la pintura. En menos de una década el mundo había descubierto con asombro el secreto de esos cuadros de belleza melancólica, paisajes urbanos desiertos y habitaciones con personajes iluminados por una luz solar blanca y poética. Quien los mira una vez, no puede evitar volver a ellos.

Fotogalería: Edward Hopper en el Thyssen
Entrada en Trasdós: Hopper en todas partes

"Paddy Flannigan", 1908 - George Bellows

«Paddy Flannigan», 1908 – George Bellows

George Bellows
George Bellows, el primer pintor estadounidense que retrató el espíritu brusco del siglo XX

  • Una gran retrospectiva celebra la obra del pintor, que inició en los EE UU la transición del arte decimonónico a la era moderna.
  • Nacido el mismo año que Edward Hopper, pero fallecido en 1925, a los 42 años, creó un lenguaje visual cercano al cine que su coetáneo siguió desarrollando.
  • Los temas de sus obras abarcaron la injusticia social, el retrato, los deportes, los paisajes marítimos y urbanos, los sucesos de la I Guerra Mundial…

Su obra representa la transición del arte decimonónico a la era moderna de la cultura estadounidense. George Bellows (1882-1925) sintió pronto la necesidad de retratar el espíritu novedoso y brusco del siglo XX: desde la mirada desdeñosa de un niño pobre hasta la somnolencia de los trabajadores de un muelle a primera hora de la mañana. A su muerte prematura, con sólo 42 años, ya era un afamado artista que había iniciado el cambio a un idioma visual que Edward Hopper —nacido el mismo año— supo afianzar. Tal vez por su corta vida, la figura de Bellows pasa a veces desapercibida en el panorama pictórico del siglo XX frente a la de su gran coetáneo, que desarrolló en las siguientes décadas un lenguaje basado en la luz y en la soledad cinematográfica en los paisajes urbanos, desiertos a pesar de la presencia humana. Hacía 30 años que no se organizaba una exposición tan ambiciosa de la obra de Bellows como la que ha inaugurado esta semana la National Gallery of Art de Washington. Con 130 pinturas, dibujos y litografías, George Bellows ofrece un carrusel de imágenes urbanas, boxeadores, paisajes urbanos de Nueva York, escenas marítimas de Maine, deportes, temas de la I Guerra Mundial y retratos familiares con las que el artista abarcó los cambios sociales, políticos y religiosos de la época.

Fotogalería: La pintura de George Bellows

"Corner" (Vivian Maier - Courtesy of Steven Kasher Gallery, New York)

«Corner» (Vivian Maier – Courtesy of Steven Kasher Gallery, New York)

Vivian Maier: Unseen Images (Vivian Maier: Imágenes ocultas)
Exhiben 35 nuevas fotos del inmenso archivo inédito de la fotógrafa-niñera Vivian Maier

  • Cuidó niños toda su vida y nunca mostró en público las fotos que hacía en el tiempo libre. Murió en el anonimato, dejando 120.000 negativos y 2.000 películas sin revelar.
  • Las instantáneas que se muestran ahora  fueron tomadas entre los años sesenta y setenta en Chicago y Nueva York.
  • Hasta el 2007 no se tuvo conocimiento de la obra, abandonada en un guardamuebles, de la fotógrafa aficionada.

Oficialmente era sólo una niñera con una cámara Rolleiflex. Hasta el 2007 Vivian Maier fue el secreto mejor guardado de la fotografía de la segunda mitad del siglo XX. Pasó cuarenta años captando imágenes que no enseñaba a nadie y acumuló 120.000 negativos y 2.000 carretes que ni se molestó en revelar. Nacida en Nueva York, de madre francesa y padre centroeuropeo, se sabe que Maier cuidó con amor a los hijos de familias de clase media de Chicago y Nueva York. En los días libres pateaba las calles capturando detalles, gestos y escenarios sin otra intención que la de encontrar el momento ideal para apretar el disparador. Murió en 2009 a los 83 años, pobre y en el anonimato. Sus fotos permanecían almacenadas en los muebles de un trastero que dejó de pagar. En 2007 se subastó el contenido del guardamuebles abandonado y el tesoro salió a la luz.

Fotogalería: Vivian Maier, la niñera fotógrafa
Entrada en Trasdós: El tesoro oculto de la niñera Vivian Maier

Versace Dress, Back View, El Mirage, 1990 ((The J. Paul Getty Museum, Los Angeles, Gift of Herb Ritts Foundation © Herb Ritts Foundation)

Versace Dress, Back View, El Mirage, 1990 ((The J. Paul Getty Museum, Los Angeles, Gift of Herb Ritts Foundation © Herb Ritts Foundation)

Herb Ritts: L.A. Style (Herb Ritts: el estilo de L.A.)
Rinden homenaje a Herb Ritts, el único fotógrafo que miraba a las estrellas con antiglamour

  • Este año se cumplen diez de la muerte prematura del artista que revolucionó las fotos de moda, modernizó los desnudos y transformó a las ‘celebrities’ en iconos.
  • El Museo Getty de Los Ángeles repasa la obra de un creador que falleció a los 50 años por complicaciones derivadas del sida.
  • Hay retratos de Mel Gibson, Madonna, Michael Jackson, Britney Spears y Richard Gere, que fue amigo de Ritts y presenta la exposición.

Herb Ritts (1952-2002) era un maestro de las líneas definidas y las formas fuertes que destacó por revolucionar las fotos de moda, modernizar los desnudos y transformar a las estrellas pop en iconos mediante una mirada que gustaba definir como basada en el «antiglamour». Solía aprovechar el final de las sesiones comerciales que le encargaban las revistas o las firmas de moda para retratar el lado menos conocido de las celebrities y mostrarlas como seres humanos falibles y con derecho a la duda.

Fotogalería: Herb Ritts, fotógrafo legendario

"Alka Seltzer", 1966 (Roy Lichtenstein - © Estate of Roy Lichtenstein. Art Institute of Chicago, Margaret Fisher Endowment)

«Alka Seltzer», 1966 (Roy Lichtenstein – © Estate of Roy Lichtenstein. Art Institute of Chicago, Margaret Fisher Endowment)

Roy Lichtenstein: A Retrospective (Roy Lichtenstein: una retrospectiva)
Más de 160 obras en la mayor retrospectiva de Roy Lichtenstein

  • La ambiciosa muestra sobre uno de los padres del Pop Art recopila sus obras más famosas y otras nunca antes expuestas al público.
  • Sus famosas viñetas de cómic y los cuadros de objetos cotidianos, de apariencia sencilla y mecánica, esconden un esfuerzo artesanal.
  • La exposición, en Chicago, viajará de EE UU a Londres y París en 2013.

Un perrito caliente, la explosión onomatopéyica de un avión de cómic, una cara guapa con una reflexión banal en la cabeza… Antes de que Roy Lichtenstein (1923-1997) los hubiera pintado, nadie se podía imaginar que pudieran ser motivos de una obra de arte. Al contrario que Andy Warhol, el otro gran padre del Pop Art, no se convirtió en un icono del escándalo ni en una figura mediática que sobrepasara los límites del arte. Lichtenstein revolucionaba en silencio y con timidez la pintura moderna introduciendo el lenguaje del cómic, de la campaña publicitaria, de las páginas amarillas, de las revistas, con un estilo limpio cercano a la geometría, pero con el atractivo de un juguete.

Fotogalería: El arte de Roy Lichtenstein
Entrada en Trasdós: Roy Lichtenstein, el chico tímido del Pop Art

'Dressie and Casie, Twins, Western Transval, 1993'  (Courtesy of the artist and Hamilton’s Gallery, London)

‘Dressie and Casie, Twins, Western Transval, 1993’ (Courtesy of the artist and Hamilton’s Gallery, London)

Shadow Land (Tierra de sombras)
Roger Ballen trae a Europa su ‘Manicomio’ fotográfico

  • Presentan en Manchester una retrospectiva del polémico ‘poeta del lado oscuro’.
  • Se muestran por primera vez algunas de las fotos de su última serie, Asylum.
  • Las imágenes son, como es habitual en el artista establecido en Sudáfrica, sobrecogedoras, violentas y surrealistas.

Roger Ballen (Nueva York-EE UU, 1950) no se anda por las ramas cuando le toca reseñar el objetivo que persigue con sus fotos. «Mi propósito durante los últimos cuarenta años ha sido definirme. Hacer fotos es fundamentalmente un viaje psicológico y existencial. Si un artista es alguien que dedica su vida a intentar definir su ser, creo que se me puede llamar artista». La obra de este fotógrafo, siempre polémica y dura, nunca acomodaticia o consoladora, llega a Europa este mes con la retrospectiva pertinentemente titulada Shadow Land (Tierra de sombras), organizada por la Manchester Art Gallery. La exposición se inaugura el 30 de marzo y estará en cartel hasta el 13 de mayo. Es una de las muestras fotográficas más esperadas de la temporada dada la influencia de Ballen, a quien con frecuencia han calificado como el poeta del lado oscuro de la imagen contemporánea.

Fotogalería: Las fotos del poeta del lado oscuro

Kolobrzeg Poland (Courtesy the artist and Marian Goodman Gallery, New York & Paris - © Rineke Dijkstra)

Kolobrzeg Poland (Courtesy the artist and Marian Goodman Gallery, New York & Paris – © Rineke Dijkstra)

Rineke Dijkstra – A Retrospective (Rineke Dijkstra – Una retrospectiva)
Rineke Dijkstra fotografía la inseguridad de una madre, un soldado, un adolescente…

  • Una niña bosnia refugiada, un torero, una mujer unas horas después de dar a luz, un joven que se alista en la Legión Francesa…
  • Una amplia retrospectiva en el Museo de Arte Moderno de San Francisco repasa los retratos a individuos en proceso de cambio de la fotógrafa holandesa.
  • La artista retrata sin artificios y destacando la dignidad humana de sus modelos.

Siguió a Almerisa, una niña refugiada de Bosnia, desde su llegada a Holanda hasta que se convirtió en una joven segura de sí misma. Inmortalizó el proceso de evolución física y mental de Olivier, que ingresó en la Legión Francesa.  Hizo un estudio fotográfico de varias madres desde horas después de tener a su niño hasta pasadas unas semanas. En su afán por perseguir el cambio, en la última década la artista comenzó a grabar en vídeo sus estudios entre artísticos y sociológicos que buscan la empatía y la sensibilidad emocional del ser humano que está creciendo física y psicológicamente.

Fotogalería: Retratos con sensibilidad humana

Ánxel Grove

Clint Eastwood, la última leyenda

Clint Eastwood, retratado por Herb Ritts

Clint Eastwood, retratado por Herb Ritts

La foto, realizada por el maestro del antiglamour, Herb Ritts, es justa con el personaje, carismático, seductor, heroico, y quizá también con la persona: Clint Eastwood, rasgos marmóreos, casi impenetrables, para una cara que es una de las marcas de nuestro tiempo.

En mayo cumplió 82 años y nadie le discute a Eastwood un carácter simbólico, casi legendario, que acaso tenga que ver con la extrema mezcla de identidades nacionales de su genealogía holandesa, escocesa, irlandesa e inglesa («todos eran piratas, expulsados de la tierra donde nacieron»), con su rotunda masculinidad —reverenciada por grupos feministas, que le le aplauden por dar a mujeres papeles alejados de los estereotipos de género— o con una carrera como director de más de una treintena de películas, casi todas, como mínimo, interesantes y al menos cinco de ellas, obras maestras y subversivas incursiones las emociones humanas.

Galardonado 109 veces, incluyendo cuatro Premios de la Academia y cinco Palmas de Oro en Cannes, es un narrador de la incertidumbre y la soledad, un creador de personajes que sobrevieven como buenamente pueden pese a la culpa y el dolor. ¿Quién lo hubiera pensado cuando protagonizaba escuetos westerns en los que apenas pronunciaba palabras?

Dedicamos el Cotilleando a… de hoy a Clint Eastwood, tal vez el último individualista de las películas entendidas como magia, capricho y poesía interior, un personaje contradictorio hasta el exceso (proaborto y aliado del mormón Romney, antiviolencia y gran cronista de la violencia…) y, sobre todo, un bendito soñador sin ilusión.

Con ustedes, la última leyenda del cine.

'Sansón' Eastwood y su padre

‘Sansón’ Eastwood y su padre

1. Sansón. Las enfermeras del hospital deSan Francisco hospital donde nació  lo llamaron con el mote porque pesó 5,2 kilos. Era hijo de un obrero de una acería y una empleada de fábrica.

2. Deportista. En el instituto los profesores de literatura, sospechando el magnetismo que emanaba de aquel chaval larguirucho y guapo, no cesaban de recomendarle que se apuntase al grupo de teatro, pero él prefería los deportes, sobre todo baloncesto, natación y fútbol americano.

3. Tanto deporte le salvó la vida en 1950. Mientras hacía el servicio militar (fue instructor de natación para la Armada) y viajaba como tripulante en un avión que tuvo que amerizar frente a la costa de California por falta de combustible, Eastwood nadó cinco kilómetros hasta llegar a tierra firme. Estuvo en el mar durante más de ocho horas a causa de las corrientes, alcanzó la costa de noche y más tarde se enteró de que en la zona eran frecuentes los ataques de tiburones.

En 1955, en una foto de promoción de Universal, que le despidió por tener la nuéz demasido grande

En 1955, en una foto de promoción de Universal, que le despidió por tener la nuez demasido grande

4. Golfista. Trabajó como salvavidas de piscina, repartidor de periódicos, dependiente de tienda de comestibles, vigilante forestal y caddy de golf. Ha conservado intacta la pasión por este deporte. Es propietario único del club de golf Tehàma, en Carmel, en la Costa de Oro de California. Es una entidad para el uno por ciento —ser miembro cuesta 500.000 dólares (403.000 euros)— y en la que se juega el torneo The Clint. Eastwood también participa como socio en el cercano Pebble Beach Golf Country Club, donde se han disputado algunos abiertos de EE UU; en el recién inagurado canal temático sobre golf Back9, y gestiona el conjunto residencial Mission Ranch Inn, una antigua granja restaurada y preparada como hotel. No es demasiado caro: hay habitaciones desde 120 dólares (97 euros).

Un joven sano

Un joven sano

5. Como californiano de pro, es un fanático de la vida sana. Nunca ha fumado —pese a que muchos de los personajes de ficción que interpreta llevan un muy macho puro o cigarrillo siempre en los labios—, come alimentos orgánicos —actitud endémica hasta la neurosis en los EE UU—, pone a prueba a sus ligues dándoles a beber zumo de zanahoria, ha dejado el alcohol destilado —otro contrasentido dado el estratosférico nivel de tolerancia al whisky de sus personajes—, ni siquiera se permite ya una cervecita de vez en cuando y practica gimnasia y otras bastardías del fitness yanqui con el rigor de un atleta. Dicen quienes le conocen que Eastwood quedó muy tocado y se convirtió en un hipocondríaco cuando su padre murió de un ataque al corazón a los 64 años. Ha sufrido varias enfermedades que los médicos han calificado de psicosomáticas.

6. Meditador. Desde 1970 practica a diario Meditación Trascendental en dos sesiones («me lo tomo en plan religioso, sobre todo cuando trabajo»). Fue introducido en el clan de meditadores por el mismísimo Maharishi Mahesh Yogi, el falso gurú que embaucó a los Beatles y a otras cuantas docenas de famosos.

7. Tiene otra técnica para no perder los nervios: recitar en silencio el alfabeto griego.

8. Arrugas sin cirugía. Nunca se ha operado para mantener o mejorar su aspecto. Hubo insistentes rumores en sentido contrario tras Fuga de Alcatraz (Don Siegel, 1979), donde Eastwood aparece desnudo —por última vez en la pantalla— cuando lo intentan violar en la escena de las duchas. Al responder a la sospecha de que se había operado la cara, dijo: «Si pierdo mi estrabismo, mi carrera se iría por el deasagüe».

Simulación de un hipotético Eastwood 007

Simulación de un hipotético Eastwood 007

9. Dijo no a Supermán, 007, Willard… Ha rechazado papeles codiciados. Cuando Sean Connery anunció que dejaría de interpretar a James Bond, los productores le ofrecieron la posibilidad a Eastwood, que declinó aduciendo que es muy malo imitando el acento british. También dijo que no a los papeles del capitán Benjamin L. Willard, el protagonista principal de Apocalypse Now (Francis Ford Coppola, 1979), porque no quería pasar varios meses en el rodaje en Filipinas, y al de Supermán en la película de Richard Donner de 1978 («no, no, volar no va conmigo»).

10. Sin Marylin. También se quedó sin el papel masculino de La tentación vive arriba (Billy Wilder, 1955) porque lo hizo fatal en la prueba. Si llega a superarla, Eastwood hubiese actuado con Marylin Monroe.

11. Perdió la virginidad a los 14, según contó a uno de sus biógrafos.

Jean Seberg, uno de los romances del "mujeriego en serie" Eastwood

Jean Seberg, uno de los romances del «mujeriego en serie» Eastwood

12. Ha sido descrito más de una vez como «mujeriego en serie» y de un apetito sexual insaciable. Ha reconocido a siete hijos de cinco muejres y estuvo liado con las actrices Catherine Deneuve, Jean Seberg, Peggy Lipton, Kay Lenz, Jamie Rose, Inger Stevens, Jo Ann Harris, Jane Brolin y Jill Banner; la guionista Megan Rose, y la nadadora Anita Lhoest.

13. Once años de pleito. A su primera esposa,  la modelo de bañadores Maggie Johnson, la conoció en una cita a ciegas en 1953. Se casaron seis meses más tarde, se separaron en 1973, pero no consumaron el divorcio hasta 1984. Durante esos once años pleitearon con saña en los tribunales. El acuerdo final del juez ordenó a Eastwood que pagase a su exmujer 25 millones de dólares (20 millones de euros). «Dicen que los matrimonios nacen en el Cielo. También los rayos y los truenos nacen allí», comentó.

Con Sondra Locke en "Ruta suicida", 1977

Con Sondra Locke en «Ruta suicida», 1977

14. Con la actriz Sondra Locke vivió 14 años a partir de 1975. Fueron pareja también en la pantalla, con seis películas juntos —El fuera de la ley (1976), Ruta suicida (1977), Duro de pelar (1978), Bronco Billy (1980), La gran pelea (1980) e Impacto súbito (1983)—. Se separaron de modo agrio. Ella acusó a Eastwood de obligarla a abortar y él dijo que Locke se enriqueció a su costa con la edición de un minucioso libro de memorias, The Good, the Bad, and the Very Ugly.

Retrato de boda con Dina Ruiz, 1996

Retrato de boda con Dina Ruiz, 1996

15. Reality para la Señora Eastwood. Desde 1996 está casado con Dina Ruiz, 35 años más joven que él. Se conocieron cuando ella, que trabajaba para una emisora local de televisión, entrevistó al actor. Ruiz, cuyos abuelos adoptivos son de Puerto Rico, ha iniciado este año el reality Mrs. Eastwood and Company en una emisora de televisión por cable. La trama es real y también aparecen hijos de Eastwood de otras relaciones y, en algunos casos, el propio actor.

16. Mucha nuez. En 1955 los estudios Universal le despidieron porque tenía la nuez demasiado prominente.

17. Sin ratón. Su primer papel en el cine fue en La venganza del hombre monstruo (1955). Era tan corto que el nombre de Eastwood no aparece en los créditos. Tenía una línea de diálogo: «He perdido a mi ratón blanco».

En "Rawhide", teleserie en la que trabajó siete años

En «Rawhide», teleserie en la que trabajó siete años interpretando a Rowdy Yates

18. Anagrama. Clint Eastwood es un anagrama de old west action (acción del antiguo oeste). Pura casualidad. ¿O no?

19. Estrella de TV. El papel que le afianzó en la carrera de actor lo consiguió por casualidad en 1959 cuando iba a visitar a un amigo a los estudios de la CBS. A un ejecutivo le pareció que tenía «aspecto de cowboy» y le hicieron una prueba para la serie Rawhide, que fue uno de los mayores éxitos de la televisión durante los años sesenta (se emitió hasta 1966). El elenco, entre ellos Eastwood, coprotagonista principal, sacaba muchos dólares extra dando exhibiciones de rodeo.

20. Intentó ser cantante pop y fracasó. La canción del vídeo, Unknown Girl of My Dreams (1961), demuestra por qué. También lo quisieron vender como baladista country & western en 1963, con el álbum Rawhide’s Clint Eastwood Sings Cowboy Favorites. Bouquet of Roses es un ejemplo de cuánta sacarina tenía el producto.

El Hombre sin Nombre y el poncho que nunca fue a la lavandería

El Hombre sin Nombre y el poncho que nunca fue a la lavandería

21. Sin Nombre pero con poncho. En las tres películas de spaghetti western que le convirtieron en icono —rodadas en el desierto de Tabernas español y dirigidas por el gran Sergio Leone— interpretando al Hombre sin Nombre, Por un puñado de dólares (1964), La muerte tenía un precio (1965) y El bueno, el feo y el malo (1966), usó el mismo poncho y se negó a que fuerse lavado. «Mi personaje no lo lavaría nunca», explicó. Había otra razón: los presupuestos eran tan ajustados que no había dinero para lavandería.

22. Tacaño. Pese a que le sobra el dinero (se calcula que su fortuna personal supera los 400 millones de dólares, más de 320 millones de euros), es famoso por su tacañería. Acaba los rodajes de las películas que dirije con un cumplimiento exacto del plan previo de jornadas y a veces incluso se adelanta a lo previsto. El actor Tim Robbins, uno de los protagonistas de Mystic River (2003), declaró que Eastwood daba por buena casi siempre la primera toma y que un día le dijo: «Hazlo bien, porque, con mucha suerte, te daré la oportunidad de que lo repitas una vez». Suele rechazar que los actores vayan maquillados para ahorrar dinero y algunos sostienen que su gusto por rodar con luz natural —dando lugar a un estilo que la crítica define como «crepuscular»— también está relacionado con el dólar. Tras alguna de sus producciones ha declarado: «Con lo que cuesta esta película podría invadir un país».

En el rodaje de "Million Dollar Baby"

En el rodaje de «Million Dollar Baby»

23. Malpaso. Desde 1967 autoproduce todas las películas que dirige con su propia compañía, Malpaso. El nombre proviene del consejo que recibió Eastwood de su agente cuando Sergio Leone le propuso invertir dinero en la trilogía del dolar. «Es un mal paso, no lo hagas», le dijo el manager. Eastwood le hizo caso y sigue arrepintiéndose.

24. Nunca pronuncia las fórmulas habituales de «¡cámara!, ¡acción!» y «¡corten!». Siempre emplea el escueto «ok».

25. Tiene alergia a los caballos, pero, a pesar de los ronchones y el lacrimeo que le producen, nunca ha dejado de montarlos.

Haciendo promoción de "Harry el sucio", 1971

Haciendo promoción de «Harry el sucio», 1971

26. No a las armas. Es partidario de que se regule de forma drástica la tenencia de armas de fuego en los EE UU. También propone que se prohiba la caza («no veo ninguna razón para matar a un animal»).

27. Pese a los rumores, no es vegetariano. Durante años preparaba las costillas asadas todos los viernes en un pub que gestionó en Carmel.

28. Su comida favorita es el sushi.

29. Entre los personajes históricos admira a Winston Churchill.

30. Su actor favorito: James Cagney.

31. Su película favorita: ¡Qué verde era mi valle! (John Ford, 1941).

32. Conoció a John Wayne en la convención nacional del Partido Republicano en 1968. Hicieron buenas migas.

Con el presidente Ronald Reagan

Con el presidente Ronald Reagan

33. «Un tiro a Michael Moore». También fue muy amigo del actor ultraconservador Charlton Heston. Eastwood dijo en un acto público que si el showman Michael Moore hubiese entrado en su casa como hizo en la Heston durante la grabación de Bowling for Columbine le hubiese «pegado un tiro». Cuando los asistentes se rieron, el cineasta insistió: «No bromeo. Lo hubiese matado».

34. De derechas. Eastwood, conservador desde joven —aunque se ha declarado como «no partisano» e incluso como «libertario»—, apoyó las políticas de los presidentes Nixon y Reagan, aunque criticó la Guerra de Vietnam por «inmoral». Rechazó la oferta de George Bush para participar en la campaña electoral de 1991 y dijo que la Guerra de Iraq fue «un completo error». En 2008 apoyó al candidato conservador McCain contra Obama, que no le cae nada bien («es mi presidente, pero no está gobernando»). Siempre ha votado, y no tiene empacho en revelarlo, a los conservadores.

35. «El mundo va a oír nuestros motores». En el intermedio de la Super Bowl de este año se emitió este anuncio de Chysler protagonizado por Eastwood. Su voz ronca e inconfundible dice: «Este país no puede ser noqueado de un puñetazo. Estamos resurgiendo de nuevo y cuando lo hagamos, el mundo va a oír el rugir de nuestros motores». Algunos entendieron el spot como un mensaje de apoyo a Obama, pero el actor lo desmintió en un comunicado: «No estoy desde luego afiliado políticamente a Obama; se suponía que el anuncio debía ser un mensaje sobre el crecimiento del empleo».

36. Con Romney. Eastwood había pedido en marzo de este año el voto para Mitt Romney en las próximas elecciones. «Debemos extender la voz y mover a todo el país detrás de Romney (…) Espero que restaure el decente sistema impositivo que tanto necesitamos, en el que haya justicia y la gente no esté enfadada mutuamente por quién está pagando impuestos y quién no», dijo.

Con Anjelica Huston en "Deuda de sangre", 2002

Con Anjelica Huston en «Deuda de sangre», 2002

37. Es partidario de que las mujeres tengan libertad de elección para abortar y también del matrimonio entre personas del mismo sexo.

38. Cuando en 1986 fue elegido alcalde de Carmel una de sus promesas de gobierno fue prohibir el consumo de helados en la calle. Lo hizo.

39. Habla a la perfección el italiano y chapurrea el español.

40. Sólo ha muerto tres veces. La única de sus películas en que el personaje que interpreta muere a balazos es Gran Torino (2008). En sólo otra dos muere: en El seductor (Donal Siegel, 1971), envenenado, y en Aventurero de medianoche, dirigida por él mismo en 1982 —con su hijo Kyle en el papel secundario—, de tuberculosis.

41. Le apasiona la música. Aprendió a tocar el piano escuchando discos y de niño tocaba el fiscorno en la banda de su colegio. Aunque su músico favorito es Chopin, le gustan el jazz y el blues.

42. Ha compuesto la música original de varios de sus film —entre ellos En la línea de fuego (1993), Mystic River, Million Dollar Baby (2004) y Banderas de nuestros padres (2006)—.

43. Dirigió una espléndida película biográfica sobre el saxofonista Charlie Parker, Bird (1988).

44. También se encargó de uno de los documentales de la serie The Blues que produjo Martin Scorsese en 2003. Eastwood dirigió el capítulo Piano Blues.

45. Como director de actores es un prodigio: diez que han actuado para él han sido nominados al Oscar (Gene Hackman, Meryl Streep, Sean Penn, Tim Robbins, Marcia Gay Harden, Hilary Swank, Morgan Freeman, Angelina Jolie, Matt Damon y él mismo dos veces). Hackman, Penn, Robbins, Freeman y Swank se llevaron las estatuillas.

Clint Eastwood

Clint Eastwood

46. Rebelde. Una de sus frases: «Hay un rebelde en el fondo de mi alma. Cada vez que alguien me recomienda esto o lo otro voy en la dirección opuesta. Odio la idea de la tendencias, odio las imitaciones y siento un profundo respeto por el individualismo«.

47. Sin héroes. Otra: «He hecho perdedores, he hecho ganadores que fueron perdedores, tipos de moda, pero me gusta la realidad y la realidad no es la de ellos. Existe una fragilidad en la humanidad que me parece interesante para explorar. Son muy pocos los héroes».

48.  Una más: «Me han abordado personas que me piden que les firme un autógrafo en la pistola«.

49.  La última: «Siempre lloro cuando me veo en el cine».

50. Para acabar, una advertencia de uno de sus personajes, el sargento de artillería Highway: «He bebido más cerveza, he meado más sangre, he echado más polvos y he chafado más huevos que todos vosotros juntos».

Ánxel Grove

Bodas de oro de cine para el espía sibarita y seductor 007

James Bond (Sean Connery) con su Aston Martin en 1964

James Bond (Sean Connery) con su Aston Martin en 1964

El escritor Ian Fleming (1908-1964) bautizó a su célebre personaje James Bond con el nombre de un ornitólogo estadounidense. Era observador de aves y admiraba el trabajo del experto en especies del Caribe. A Fleming le pareció un nombre «breve, poco romántico, anglosajón y masculino. Justo lo que necesitaba».

Creó al espía en 1953 para protagonizar Casino Royale, la primera de las 14 novelas que escribiría con el agente 007 como héroe. En su primera misión debía desplumar a un supervillano en el casino Royale-Les-Eaux. Le Chiffre, un malévolo y excelente jugador de bacará, utilizaba su talento para recaudar dinero para los comunistas.

Fleming se crió en un ambiente de riqueza. Su abuelo había amasado una fortuna invirtiendo en el extranjero. El futuro escritor acudió al prestigioso colegio de Eton, pasó por la Real Academia de Sandhurst para llegar a oficial británico, intentó ser corredor de Bolsa, periodista… Su paso por el Servicio de Inteligencia Británico (MI6) en la II Guerra Mundial fue clave para crear a James Bond, el agente 007 con licencia para matar, con una capacidad sobrehumana para la supervivencia que le no hace descuidar la elegancia, el encantador descaro y la exquisitez de maneras.

Ian Fleming con uno de sus 70 cigarrillos diarios

Ian Fleming con uno de sus 70 cigarrillos diarios

Sibarita, seductor y aficionado al golf, Fleming se decidió a probar suerte con una novela de espías y un personaje que tenía mucho de él, aunque el punto excesivo del autor difería de la templanza de Bond: Fleming fumaba unos 70 cigarrillos al día y cada tarde se bebía media botella de cualquier licor. Sufrió dos infartos y siguió jugando a esa ruleta rusa hasta que en 1964 una hemorragia coronaria puso fin a su vida. Tenía 56 años.

Interpretado por Sean Connery, el efímero George Lazenby, Roger Moore, Timothy Dalton, Pierce Brosnan y ahora Daniel Craig, dedicamos el Cotilleando a… de esta semana a James Bond, un símbolo del refinamiento británico, para celebrar los 50 años de Agente 007 contra el Dr. No (Terence Young, 1962) la primera película que protagonizó el espía, con Sean Connery interpretándolo y Ursula Andress saliendo del mar, como la primera del elenco de chicas Bond. Inglaterra también se prepara este año para los homenajes: el Barbican Centre de Londres prepara para julio una gran exposición sobre el medio siglo del estilo Bond, buscando seducir a los espectadores con el universo de sofisticación nostálgica de la saga.

Roger Moore, el Bond más longevo

Roger Moore, el Bond más longevo

1. Siempre maduro, nunca viejo. Con treinta y muchos años, Bond se mantiene siempre en plenitud física, pero es lo suficientemente mayor para tener experiencia. Su año de nacimiento va cambiando conforme pasan los años, para que el personaje permanezca siempre en esa horquilla temporal. En la biografía ficticia del espía que escribió John Pearson (escritor y asistente de Fleming), la fecha de nacimiento de Bond es el 11 de noviembre de 1920; el que interpreta Daniel Craig en Casino Royale (Martin Campbell, 2006) nació el 13 de abril de 1968.

Tal vez la excepción a esta eterna juventud sea Roger Moore, el actor que relevó a Sean Connery en el papel con 45 años y permaneció 12 interpretando a Bond en siete películas seguidas. Se retiró con 58 años, en 1985.

Daniel Craig, el último 007

Daniel Craig, el último 007

2. «Agitado, no mezclado». 007 tiene una razón para todo. Su bebida preferida es el martini, con la particularidad de que se agite y no se mezcle en el proceso de preparado de la copa. Parece que no es un capricho. El Departamento de Bioquímica de la Universidad de Western Ontario de Canadá realizó un estudio en 1999 sobre las propiedades antioxidantes de la bebida, que son el doble de efectivas si se agita en lugar de mezclarla.

Andrew Lycett, periodista inglés y biógrafo de Ian Flemming, da otra explicación menos científica: a Fleming le gustaban los martinis tras pasar por la coctelera porque consideraba que removerlos les quitaba sabor.

Sean Connery en una sastrería de Savile Row, dejando que le tomen medidas para el traje de Bond

Connery en una sastrería de Savile Row

3. My tailor is rich. La diseñadora galesa Lindy Hemming, que hace los trajes de James Bond desde GoldenEye (Martin Campbell, 1995), teoriza con acierto sobre el vestuario impoluto del espía: «Cuando Bond entra en una estancia, tiene que transmitir estátus, poder entrar en cualquier habitación del mundo y estar perfectamente vestido para cualquier ocasión, pero tampoco destacar de manera que se convierta en objeto de sospecha. Es una especie de camaleón elegante».

Las novelas de Fleming describen con detalle el vestuario de su protagonista y el cine trasladó esa particularidad con trajes de sastre hechos a medida para Sean Connery.

La actitud es la clave de Bond para llevar con elegancia lo que le echen. El veraniego conjunto azul celeste de camisa y pantalones cortos de Goldfinger (Guy Hamilton, 1964) o las camisas rosas de Diamantes para la eternidad (Guy Hamilton, 1971) van acompañados de una aplastante seguridad que no permite el ridículo.

George Lazenby, el Bond de una sola película

George Lazenby, el Bond de una sola película

4. «Bond, James Bond». Sean Connery es para muchos fans el actor que mejor encarnó al agente 007, dándole al personaje la gracia, la templanza y el magnetismo que transmitía el actor escocés en seis películas, de 1962 a 1971, con un fugaz regreso no oficial en Nunca digas nunca jamás (Irvin Kershner, 1983). Nacido en Edimburgo (Escocia) en 1930, de origen obrero, ganador con 20 años de una medalla de bronce en el concurso de Míster Universo, Connery había pulido su elegancia con esmero en el momento de presentarse a las pruebas para ser James Bond. El productor Albert R. Broccoli, el coproductor Harry Saltzman y uno de los altos cargos de United Artists, Bud Ornstein, lo observaron cuando se marchaba de la audición cruzando la calle a zancadas. «Se movía como un gran felino en la jungla», recuerda Saltzman. Los andares seguros y suaves de Connery le dieron el papel con el que se hizo mundialmente famoso.

Ernst Stavro Blofeld y su gato persa

Ernst Stavro Blofeld y su gato persa

5. Los malos. El acento soviético de Auric Goldfinger y sus ansias por hacerse con el oro occidental ilustran el tipo de supervillanos de los comienzos de la saga, cercanos al cómic y muy acordes con los tiempos de Guerra Fría en los que Fleming creó a su héroe.

Ernst Stavro Blofeld, de origen polaco, fue el enemigo al que Bond se enfrentó en más ocasiones, apareciendo en seis películas. El gato persa blanco que acaricia se muestra indiferente a la maldad del fundador de la organización terrorista SPECTRE, que tuvo en su poder varias bombas de hidrógeno, fabricó dos armas espaciales y desarrolló una poderosa arma biológica. Las películas de Austin Powers, en su continua parodia a las películas de James Bond, caricaturizan a Blofeld con la figura del Dr. Maligno.

Además de los malvados principales, también destaca la presencia de otros excéntricos que sirven al gran líder, como el coreano Oddjob y su letal sombrero-guillotina o Tiburón, una especie de frankenstein de dientes metalizados que ataca a Bond en La espía que me amó (Lewis Gilbert, 1977) y en Moonraker (Lewis Gilbert, 1979). Con los años los enemigos se tornaron algo más complejos, como el magnate de las comunicaciones Elliot Carver de El mañana nunca muere (Roger Spottiswoode, 1997), que quiere provocar una guerra entre Estados Unidos y China, o el coronel norcoreano Tan-Gun Moon, el villano de Muere otro día (Lee Tamahori, 2002) que quiere invadir Corea del Sur.

Honey Rider, la 'Chica Bond' interpretada por Ursula Andress

Honey Rider

6. Ellas. Amantes, espías, asesinas, la emblemática Honey Ryder (Ursula Andress) del Dr. No, Jinx (Halle Berry) en Muere otro día (Lee Tamahori, 2002)… Las chicas de las películas de James Bond son sofisticadas y hermosas.

El espía las utiliza sin escrúpulos, a veces ellas tienen las mismas intenciones, también son espías y se acuestan con Bond con fines estratégicos, como sucede con Anya Amasova, la agente de la KGB que interpreta la actriz Barbara Bach (actual mujer del exbeatle Ringo Starr) en la película La espía que me amó.

La ingenuidad tontorrona y el papel de mujer objeto de algunas de las primeras chicas Bond se ha ido mitigando con el tiempo: la doctora Christmas Jones es una eminente científica, la villana Elektra King, que juega con los sentimientos de Bond llegando a traumatizarlo, es una ambiciosa y astuta empresaria, hija de un magnate del petroleo, que quiere asesinar a su padre para ampliar su poder.

Q, el inventor a disposición de 007, encarnado en la imagen por Timothy Dalton

Q, el inventor de 007

7. Del Aston Martin al minisubmarino-cocodrilo. El Aston Martin DB5, aerodinámico y atractivo, es el más deseado de los exclusivos coches de James Bond. Sólo se fabricaron 1.023 ejemplares entre 1963 y 1965. Maravilloso de por sí, el vehículo tenía múltiples modificaciones como un proto-GPS de pantalla verde y circular, un botón en el cambio de marchas que eyectaba el asiento del copiloto y palancas que accionaban humaredas y derrames de líquidos deslizantes por el tubo de escape.

Tan emblemático como M (el jefe de Bond que más tarde cambiaron por la jefa Judi Dench) o la adorable secretaria Monypenny, Q, un señor serio que trabaja sin descanso para idear nuevos ingenios, es el responsable de las mágicas reformas de los vehículos y de inventos como el reloj que mide la radiación, el minisubmarino cocodrilo, una escoba-radio, el detonador-cajetilla de tabaco o las huellas dactilares falsas.

Helena Celdrán