Uno de los carteles de ‘Racismo virtual’ – Foto: racismovirtual.com.br
«He llegado a casa oliendo a negro». La frase es de un usuario que en las redes sociales escribe lo que no habría dicho en el transporte público o en una cafetería. Es uno de tantos que sienten una falsa superioridad en Internet. El mundo virtual, en apariencia, tiene la capacidad de hacerte invisible, es un potencial nicho de mezquindad y cobardía, un paraíso para despacharse a gusto porque parece imposible que nadie te relacione en la vida real con aquello que has escrito.
El nombre está pixelado y la foto de perfil también, pero la frase —escrita desde algún dispositivo electrónico de Vila Velha, un municipio costero del sureste de Brasil— se lee en un gigantesco cartel exhibido en una valla publicitaria.
Uno de los carteles de ‘Racismo virtual’ – Foto: racismovirtual.com.br
Racismo virtual. Consequéncias reais (Racismo virtual. Consecuencias reales) se compone de una serie de carteles que recopilan frases encontradas en Internet. Colocados en calles y carreteras de Brasil, se exponen en su crudeza a cualquiera que pase por delante, demuestran lo que todos sabemos, que no existen los castigos. Mañana será otro día, saldremos a la calle y nos cruzaremos con quienes fomentan el odio y se jactan de ello. Teniendo en cuenta esto, los artífices de la campaña han situado los carteles en el barrio de la persona que escribió el mensaje.
El proyecto es una iniciativa de Criola, una organización no gubernamental fundada en Río de Janeiro que lucha contra la discriminación de la población negra en Brasil. Utilizan la geolocalización de las fotos de Facebook para determinar el lugar en el que vive el usuario y compran espacio publicitario en la zona.
Tras instalar una remesa de carteles, grabaron un vídeo con opiniones de algunas personas que los habían visto, gente corriente que se muestra molesta e incómoda. «Es una maldad que no tiene fin». «Esto llama la atención sobre el tema del racismo, que no recordamos ni que existe. Se ha vuelto una rutina«. «Es la estupidez de gente de cabeza pequeña». «Tenemos que estar atentos a lo que nuestros hijos escriben y leen en la Red, porque esto es un problema de educación«.
«¿Un comentario en Internet causa menos daño que una ofensa directa?», se preguntan desde Criola, que tras el éxito de la campaña ha recibido peticiones de otros países para implementar la idea.
‘Racismo virtual’ viene precisamente dado por un episodio real de insultos en las redes que abrió recientemente un debate en Brasil. Maria Júlia Coutinho, de origen africano presentadora del espacio meteorológico del telediario de Rede Globo, el más importante de la tele brasileña, sufrió un linchamiento en la Red de la manera más casual. En la página de Facebook del canal de televisión aparecía retratado el equipo del telediario, pero fue bajo su foto donde se sucedieron comentarios racistas tales como «el pelo parece un montón de tornillos oxidados» o «si se bañara bien, no tendría ese aspecto mugriento». Hubo una ola de solidaridad en las redes sociales que denunció los ataques a la exitosa Coutinho, que los sorteó con gracia declarando en televisión: «Los intolerantes ladran, pero la caravana pasa».
Con cerca de 203 millones de habitantes, en Brasil hay 14,5 millones de origen africano, sin contar con aquellos que tienen ancestros africanos combinados con europeos o indígenas y se consideran «pardos», que supondrían alrededor de 82 millones de personas. En particular, Criola se centra en la desigualdad que sufren las mujeres afrobrasileñas, afectadas con mayor intensidad por la cada vez más amplia brecha social y económica del país.
Helena Celdrán
Dejando de lado el racismo, que es una cosa muy fea y reprobable, lo cierto es que los negros tienen un olor particular, lo mismo que los que no son negros. Es que no olemos igual. Y sé de que hablo.
Que conste que no digo que nadie huela mal, a no ser que esté poco aseado, o asead@, aunque el género gramátical neutro se refiere bien a todos los géneros.
11 marzo 2016 | 17:32
Racista es hoy por hoy todo lo que va en contra de la sociedad moderna. Pero no es ser racista un catalán con todos los derechos y deberes de un español. Cuando se ríe de el mismo, y de todos los españoles. Ada Colau por ejemplo, la enseñanza. Es racismo puro solo pensar que tus ideas están por encima de todo. Todo tiene su momento, fumar algo muy bien visto en otros tiempos, hoy es vergonzoso.
11 marzo 2016 | 18:48