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-No deberías llevar esa ropa. -¿Por qué? Sólo es una blusa y una falda. -Entonces no deberías llevar ese cuerpo. 'Fuego en el cuerpo', de Lawrence Kasdan

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Los Oscar: ¿una gala con sorpresas?

La cantidad de premios previos a los Oscar, de reportajes, análisis y críticas que se publican hacen que cada vez sea más difícil llevarse un sobresalto la noche de los Oscar. Los pronósticos suelen estar muy bien encaminados, pero aún así, como el factor sorpresa existe, una no puede evitar enfrentarse a la gala con un punto de emoción.

Este año la mayor sorpresa me la he llevado con el premio a la mejor película extranjera: la japonesa ‘Okuribito’, un filme con el que nadie contaba hasta anoche, pues la israelí ‘Vals con Bashir’ (que acababa de ganar el Globo de Oro) era considerada la gran favorita. En caso de ‘sorpresa calculada’ se pensaba que el premio sería para Francia y su fantástica ‘La clase’.

Es el cuarto Oscar que va para una película japonesa, pero el primero que consigue desde que se estableció como tal la categoría de Mejor Película Extranjera.

La segunda sorpresa de la noche, al menos para mí, fue el Oscar al mejor actor para Sean Penn. Era uno de los favoritos, pero a estas alturas de premios entregados: Los Globo de Oro, The Spirit Awards, Bafta… en los que había triunfado Mickey Rourke, sinceramente pensaba que el Oscar iba a ser para él, sobre todo teniendo en cuenta lo mucho que le gustan a Hollywood las historias de triunfadores que se convierten en perdedores y a los que el destino ofrece una segunda oportunidad.

Y la tercera y última sorpresa, o sorpresilla, de la noche fue el Oscar al mejor guión original para ‘Mi nombre es Harvey Milk’. Competía con ‘Wall-E’, para mí la gran favorita, y daba por hecho que el descuido de la Academia de no haber nombrado la película de Andrew Stanton en la categoría de Mejor película iba a ser compensado con el Oscar en esta categoría.

Y a vosotros ¿os sorprendió algo de la ceremonia? ¿Y de los premios?

Ah, y no sé qué opinaréis vosotros, para mí fue bonito escuchar a Penélope Cruz acordándose de su pueblo, Alcobendas, y de los actores de España a la hora de recibir el Oscar. Olé por Pe.

¿Le quitarán los papeles a ‘Pe’ o será ella quien los quite?

Ayer fue un día de celebración para el cine español. Una de las nuestras, Penélope, recibía en Londres el Bafta (el Goya británico) por su interpretación en ‘Vicky Cristina Barcelona’. La prensa inglesa no escatima elogios hacia la actriz de Alcobendas. Su presencia era una de las más esperadas en la Royal Opera House de Londres, junto con la de Brad Pitt, Angelina Jolie y Kate Winslet. No exagero. La adoran. Llevaban días anunciando que iba a pasarse por Londres para asistir a la ceremonia. Sé que a muchos no les gusta Pe, pero al menos recoceréis el mérito que tiene triunfar fuera, en una tierra llena de excelentes actores, como es Gran Bretaña. Además estaba muy guapa, un poco al estilo Audrey Hepburn, salvando las distancias.

Junto a ella, pero en la categoría de actriz principal, estaba nominada una de las más grandes, Meryl Streep. Precisamente ayer leía una entrevista con Glenn Close (qué estilazo y talento tiene) en la que se quejaba de que Hollywood sólo tiene papeles para una actriz mayor: la Streep. Close de 61 años, se ha refugiado en la televisión a falta de mejores ofertas cinematográficas, y mira con cierta envidia lo bien que se lo sigue montando Streep, de 59 años, en la ‘juvenófila’ industria de Hollywood. Si una actriz de la talla de Close, no encuentra papeles en la Meca del cine, la cosa tiene que estar muy mal para las actrices del montón.

Y yo me pregunto ¿llegará a tener algún día Penélope ese problema? Si envejece haciendo cine, ¿habrá otras que le quiten el puesto? ¿Quiénes podrían ser? De su edad, está pegando muy fuerte Kate Winslet, que ya es una estrella interplanetaria. También están Rachel Weisz, Jennifer Connelly (algo más mayores), Angelina Jolie… Espero sinceramente que no, que para entonces la industria haya cambiado lo suficiente como para ofrecer buenas historias de mujeres maduras, no solo románticas aventuras de tiernas veinteañeras. Las que dentro de varias décadas seamos ‘abuelas’ de 50 ó 60 años se lo agradeceremos infinitamente.

Pe levanta pasiones, pero también odios indisimulados

Penélope lo ha vuelto a lograr. Viendo hoy el anuncio de las candidaturas a los Oscar en la redacción de ’20 minutos’ he podido comprobar las reacciones tan extremas que provoca Pe entre los españoles, porque me imagino que lo que he escuchado a mis compañeros es perfectamente trasladable a la gente de la calle. Por un lado, ha habido muestras de alegría por ver a un actriz española en la gran final del premio de los premios cinematográficos, por otro, hay quien se ha llevado las manos a la cabeza ante lo que consideran una exageración mayúscula, una broma de la Academia de Hollywood. «Pero, si ni siquiera es actriz», he llegado a oír.

Al margen de las preferencias personales de cada uno, yo he de reconocer que me he alegrado por Penélope, porque creo que ella es sin duda lo mejor del filme de Woody Allen, al que salva de ser una sarta de tópicos soporífera y prescindible, y porque si hasta una niña de 10 años puede ganar un Oscar, ¿por qué no nuestra Pe, que hace de ingenua mucho mejor que cualquier churumbel?

Las nominaciones me hacen pensar (y no solo lo digo por Pe) que esto de los premios (estos o cualquier otros, incluidos los literarios) al final es cosa de un grupito de conocidos que coinciden en fiestas, comparten representantes/agentes, y se turnan cada año para aparecer en las candidaturas, ¿o acaso no tenéis la sensación de ver siempre las mismas caras? (al margen de un par de excepciones).

Además de esta duda, me surgen otras preguntas que me gustaría que me ayudarais a contestar:

¿Hubiera reconocido la Academia el inmenso talento de Heath Ledger si, hoy precisamente hace un año, no hubiera muerto?

¿Han aumentado las posibilidades de Oscar de Meryl Streep (que ya va por su candidatura número 15) al haber logrado la nominación por un filme dramático, como ‘La duda’, en lugar de por una comedia como ‘Mamma Mia’?

¿Es Marisa Tomei la mayor rival que tendrá Pe para alzarse con la estatuilla?

¿Obtendría la misma audiencia la gala si no hubieran nominado a Brangelina, la pareja más popular y mediática del mundo?

¿Por qué no se ha atrevido la Academia a nominar a Wall-E como mejor película (a secas, si la etiqueta de animación) cuando es, sin duda, de lo mejorcito del año y acumula seis nominaciones, entre ellas al mejor guión original?

¿Logrará Robert Downey Jr. , pintado de negro y haciendo el ganso, lo que nunca ha conseguido con sus papeles dramáticos?

Una vez que un actor o un director ha sido nominado una vez ¿tiene más posibilidades de volver a conseguirlo?

¿La culpa la tienen los filmes convencionales? El eterno debate

Curioseando ayer la información que publica la web del London Film Festival, me encuentro en la portada con un vídeo de Penélope Cruz que acude al festival a presentar ‘Vicky Cristina Barcelona’. Cruz, que es con mucho lo mejor del filme de Woody Allen, explica en el vídeo que se encuentra en Londres trabajando en ‘Nine’, el musical que dirige Rob Marshall. Hay que ver qué lucida queda nuestra Pe en cada fiesta a la que va. No habla un inglés con acento de Oxford (ni falta que le hace); pero se expresa con desparpajo y acapara la atención de todos los fans. Hasta People se hace eco del vestido que ha lucido en su gala londinense.

Pero con el detalle con el que me he quedado a propósito del festival londinense es de la declaraciones que ha hecho allí el director catalán Albert Serra quien asegura que «el cine español se dirige al desastre total» porque produce «películas convencionales» que no tienen repercusión internacional.

«El cine español no se ve fuera de las fronteras, salvo el de Pedro Almodóvar y el de algunos francotiradores entre los que yo me incluyo»,

concluye.

Desde luego que las películas de Serra no pecan de convencionales, en Londres ha presentado ‘El canto de los pájaros’, un filme vanguardista, medio abstracto, rodado en blanco y negro con actores no profesionales, sobre el viaje de los tres Reyes Magos a Belén; pero ¿realmente cree que un trabajo tan artístico, experimental y poco convencional como ese generará mayor repercusión internacional que otros menos arriesgados? Fuera del círculo cinéfilo y de los lectores de ‘Cahiers du Cinéma’ lo veo difícil.

El filme tuvo un recibimiento tibio en Cannes, donde fue el único trabajo español seleccionado; pero me temo que acabará siendo visto por sus amigos, los críticos y cuatro cinéfilos enteradillos más y que generará expectación entre un reducido grupo de personas que lo contemplarán y disfrutarán como se disfruta de una obra de arte en un museo. ¿Hay algo más minoritario que eso? ¿Es realista pensar lo contrario?

Al final creo que el problema del cine español no es que los directores hagan filmes más o menos arriesgados, vanguardistas, o ‘convencionales’, sino que no logran ofrecer películas que conecten con la gente, no cuentan las historias que la gente quiere ver. ¿Cuántas veces no habéis salido del cine medio aburridos, con la sensación de haber visto más de lo mismo?

Por cierto, el próximo proyecto de Serra va sobre las bodas de Caná, en las que, explica el propio Serra, «Jesucristo, antes de convertirse en moralista, quiere que todo el mundo se emborrache y se lo pase bien». Ojalá los espectadores también lo pasen bien con su filme.