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¿Estancado o generativo? Dos formas opuestas de llegar a la tercera edad

Observar los ciclos de vida de las personas, comprenderlos y discernir las encrucijadas relevantes siempre me ha fascinado. Por esta razón no es casual que acompañar a personas a mayores niveles de plenitud vital sea mi vocación, que practico cada día a través del coaching.

Al considerar el ciclo de vida de una persona, existen dos dimensiones: el total de años vividos y la calidad de los mismos. Las dos no van juntas. Todos conocemos a personas que vivieron plenamente dejando la vida a una edad temprana y otras que vivieron muchos años pasando con desgana por este mundo. En términos generales tenemos dos tipos de llegada y travesía del periodo de los 65-80 años y más allá. Entre los dos existen todo tipo de grises que en aras a hacer el artículo relevante, no voy a incluir. Siguiendo la teoría del psicólogo Erik Erikson, aplicada por el psiquiatra G.E.Vaillant en su famoso estudio de 268 hombres a lo largo de varias décadas1, a la tercera edad se llega de dos formas mutuamente excluyentes:

ESTANCAMIENTO

La primera forma es llegar a estas franjas de edad sintiéndose estancado. Por ejemplo Nora dejó de trabajar de secretaria a los cincuenta años de edad, cuando su esposo falleció de un trágico accidente. Mientras que hasta el momento había compaginado la crianza de sus dos hijos y el trabajo, al estar en un momento emocional difícil a raíz de la perdida y el hecho de disponer de una renta con la que subsistir decidió salir del mundo laboral. A los pocos años llegaron los nietos y sus hijos se apoyaron en ella intensamente. Sin desarrollar aficiones ni amistades profundas, cuando los nietos fueron mayores, su vida se vació sustancialmente. Nada la motivaba especialmente, y ocupaba gran parte del tiempo leyendo y viendo la tele.

GENERATIVIDAD

La segunda forma de llegar a la tercera edad es siendo generativos. Azucena es un claro ejemplo de generatividad2, entendida como la capacidad de “invertir los propios esfuerzos en formas de vida y trabajo que sobrevivirán a uno”. Azucena también tuvo dos hijos y quedó viuda a los cincuenta y pocos. Sin embargo no dejó de dar clases de historia en el instituto, a la vez que criaba a sus hijos. Cultivó amistades cercanas, a la vez que participaba en la esfera cultural de forma creciente, a medida que sus hijos se hacían independientes. Al jubilarse, Azucena entró formar parte como voluntaria del consejo de un ente cultural, organizando actividades y foros de todo tipo, que sumaban a su ya activa vida social y cultural. La llegada de los nietos fue otra alegría para Azucena, entre las muchas que disfrutaba.

Mujer leyendo con lupa

(Clement Falize, UNSPLASH)

TRES ENCRUCIJADAS CLAVE

¿Cuál es la diferencia entre Nora y Azucena? La respuesta no es una sola, sino una combinación de tres factores clave3. Tres  dimensiones que cada uno tiene que cultivar, para llegar a la tercera edad con integridad: sentido de identidad, capacidad de intimidad y consolidación en el trabajo.

Te cuento como tomar o reconsiderar cada una de estas encrucijadas en mi próximo post 😉

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(1) “Triumphs of Experience: The Men of the Harvard Grant Study” (2012), George E. Vaillant

(2) “Outliving the Self: Generativity and the Interpretation of Lives” (1984), John Kotre

(3) Adaptado de “Aging Well” (2002) de George E. Vaillant