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Un antídoto frente a lo irreversible

En la película Irreversible, Monica Bellucci representa junto a su entonces pareja Vincent Cassel, a una joven pareja enamorada. Ella está embarazada, aunque todavía no se le nota. Salen de fiesta y ella decide volver sola, a lo que es brutalmente violada. Lo que más me impactó de la película fue el ir y venir del director, del futuro al pasado y otra vez al futuro. Su punto: la irreversibilidad de lo que nos ocurre.

Hace un par de días que a raíz de un accidente familiar, reflexiono sobre la irreversibilidad de la vida. Es fácil tener la sensación que la vida es un camino lineal que podemos recorrer hacia adelante, y si se nos olvida algo podemos volver atrás. Sin embargo, casi todo lo que nos ocurre en la vida o lo que hacemos, tanto lo bueno, como lo difícil es irreversible. Te detectan un cáncer y te tienen que extirpar un pecho para salvarte. Tu cuerpo ya no volverá a ser como antes. Estalla la guerra en tu país, como ocurre en Ucrania, pierdes tu trabajo, tu casa, tus posesiones y te ves forzado a empezar de nuevo como refugiado en otro país. Pasarán años antes de que puedas volver y cuando lo hagas nada será igual. Tu pareja te ha sido infiel lo que es irreversible. Puedes decidir obsesionarte en lo injusto que es, o seguir con la vida, dejándole o perdonándole. A raíz de cualquier shock es fácil quedarse anclado en lo ocurrido, en el pasado. Y mientras nos quedamos allí, en lo que  nos pasó, la vida nos pasa…de largo.

Si pudiera volver atrás y cambiar esto o aquello. Pero no, no podemos. En el espejismo del tiempo, la vida solo va hacia adelante. Y cuando un golpe muy grande nos enroca en «lo que pasó», respirarlo, integrarlo y volver a fluir con el río de la vida es lo más sabio que podemos hacer. Para saber si estás enrocado es muy fácil: tu mente está dando vueltas a lo que pasó, porque pasó, como pudiste haberlo evitado, o cualquier versión de esto,  mientras que parte de tu cuerpo está bloqueado. Para volver al río de la vida es preciso relajar el cuerpo para soltar el trauma, y dejar de pensar en aquello, llevando la atención al momento presente. Hacerlo no una vez, sino las que haga falta siempre con amabilidad, como nos recuerda el mindfulness.

La irreversibilidad de la vida se me antoja como un escritor chiflado que nos tatúa a fuego lo que nos va ocurriendo, en nuestros cuerpos y en nuestras mentes. No podemos elegir el dibujo de los tatuajes pero podemos elegir el significado que les damos y la forma en cómo los llevamos. Pongamos por caso lo ocurrido a la víctima de la presunta agresión sexual de Dani Alves. En caso de ser verdad la agresión, la joven no va a poder cambiar lo ocurrido. Su cuerpo y su mente pueden sanar y curarse pese a la agresión pero no la olvidarán. Sin embargo, haciendo valer la verdad frente a lo ocurrido, con ánimo de que se haga justicia y rechazando la indemnización de la defensa para comprar su silencio, la joven ha tomado valientemente su inalienable poder. Al hacerlo se ha convertido en un agente de cambio, inspirando así a otras personas que han sido agredidas.

La irreversibilidad de la vida como un escritor chiflado que nos tatúa lo que ocurre en el cuerpo y la mente (Kristian Angelo, UNSPLASH)

Pero no solo lo malo nos puede atrapar cual telaraña maldita. También lo bueno. En mis programas de coaching a menudo acompaño a personas que se han quedado ancladas en la época dorada de un puesto de trabajo, una relación sentimental o cualquier otro momento vital que ya no existe. Y la trampa es la misma. Nos dejamos secuestrar inconscientemente por lo bueno que nos pasó como excusa para no estar presentes a lo que somos, a lo que sentimos, a lo que nos llama, a lo que ocurre ahora.

El antídoto de nuevo es soltar. Bendecir y soltar. Aceptar y soltar. Curarse lo suficiente y soltar. Plantándonos así en el fuego del momento presente, en el que a pesar del dolor, las injusticias o las bendiciones recibidas, como escribía Martí y Pol, todo está por hacer y todo es posible.

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Cómo (y por qué) deconstruir la isla de las tentaciones

Es necesario sentir profunda reverencia hacia nuestra situación kármica – es decir hacia todo lo que somos y nos pasa – rezan las escrituras budistas. En cristianismo consiste en dar las gracias por todo lo bueno y todo lo malo que nos pasa, ejemplificado por la aceptación radical de su muerte en la cruz por parte de Jesús.

Sin embargo hoy día, cuando llega el dolor, el sufrimiento por las cartas que nos ha dado la vida, lo más común culturalmente es revelarnos. Es revelarse, diciendo…¿Pero bueno, esto qué es? Te puede pasar con lo más pequeño: que se te estropee el lavaplatos, te salga una caries o con lo más grande: enfermar, perder a alguien querido,…

LA ISLA EN LA QUE TODO FUE DE MARAVILLA…

Vivimos en una época de vacío espiritual. Dios ha muerto y se ha llevado mucho de valor consigo. Se ha llevado la conciencia que en la vida el sufrimiento viene de serie. Date cuenta de ello. Lo es para ti y para todo el mundo. Incluso para los habitantes de la isla. No, no es la isla de las tentaciones aunque seguramente el programa se haya inspirado en ella. Se trata de La isla en la que todo fue de maravilla. Según la cultura popular, ciertas personas viven en esa isla – celebrities, ricos, influencers, maestros espirituales,…-  y si te esfuerzas lo bastante, conseguirás llegar a ella. Esa isla es particular por que cuando las personas llegan allí…¡consiguen (por fin) ser felices!

Bañistas al borde de un lago

(Jakob Owens, UNSPLASH)

…¡NO EXISTE!

Ahora voy a contarte un secreto, lee con atención: esa isla, no existe. En serio. Es un montaje como el del Show Truman. No solamente no existe, sino que las personas que aparentemente están allí, no son felices. O mejor dicho, no son más felices que cualquier persona de la calle. Tienen todos los males que el resto de los humanos y alguno más, si además tienen que gestionar éxito social: pierden a personas queridas, otros pillan cáncer, envejecen, tienen dolor, se deprimen, se separan, se arruinan…y mueren.

TÚ ELIGES

Si insistes en creer en la isla, refuerzas la ignorancia sobre tus circunstancias presentes, por jodidas que sean, mientras persigues una zanahoria imaginaria. Al hacerlo, cada vez estás más lejos de ti y de cualquier posibilidad de evolución.

En cambio, si decides romper el hechizo de la ilusoria isla, dejarás de buscar fuera como un fantasma hambriento y podrás por fin, hacerte amigo de tu circunstancia vital. Esto te situará en la verdad, en el momento presente: ese lugar dentro de ti, donde la vida que has venido a vivir te está esperando.

 

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