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Volver al cuerpo después del susto

Sergio, el hijo pequeño de Luisa había tenido fiebre el domingo. Diligentemente, el lunes lo llevó al médico. Un caso claro de escarlatina dijo el pediatra, diez días de antibióticos y listos, con de dos a tres días de reposo en casa. Eso la calmó pues había estado preocupada por los síntomas de Sergio, manos hinchadas, piel rojizas, palpitaciones y cansancio que le daban un aire de muñeco sin pilas. Ahora le tocaba lidiar con la logística. Su pareja estaría fuera toda la semana, el hijo mayor estaba de exámenes finales y de un humor horrible, la gata estaba a punto parir y los padres de Luisa cuya ayuda era oxígeno para la familia, esta vez no estaban disponibles.

Luisa se sentía abrumada, me comentaba durante la sesión de coaching. Es como si de golpe, me han quitado el guión de mi vida de las manos y me han dicho, ¡ahora, a cuidar! Una parte de mi lo hace a gusto, pues sé que es importante y por el amor a Sergio. Otra parte de mi se rebela y dice que lo mandaría todo a paseo, que lo que quiere es seguir con sus creaciones y proyectos gráficos, y por supuesto, recuperar mi rutina de deporte, profesión, ocio…Trabajar en casa aunque lo intento, me resulta imposible, y termino sintiéndome mala madre y mala profesional.

Ojo humano

(Jose A.Thompson, UNSPLASH)

Háblame de tu preocupación antes del diagnóstico, le propuse. Bien, pues la noche del domingo dormí mal. Siempre tiendo a pensar lo peor. Luego después de la visita al pediatra, me calmé. Entonces tuve la certeza que el velar por estas dos vidas, esta preocupación por su supervivencia, va a estar siempre conmigo – dijo con gravedad. ¿En qué parte del cuerpo sientes esta preocupación? Le pregunté. En la boca del estómago, es como un nudo y de hecho he tenido unas digestiones horribles, me contestó.

Entonces la guié a explorar las sensaciones en el estómago. Con los ojos cerrados y la mano en la zona del estómago, me dijo pues es como si mi estómago estuviese prieto en un puño, sin espacio. Estómago en un puño, dije. Sí, eso mismo, respondió. Bien, ahora quiero que repitas interiormente “estómago en un puño” a la vez que sientes la sensación corporal, le dije. Y si van emergiendo ideas o sensaciones me las comentas. De acuerdo – dijo- pues surge miedo….Miedo a que les pase algo a mis hijos y no pueda soportarlo. Miedo a que mis hijos mueran. Bien, sigue ‘pendulando’ de la sensación a la noción: estómago en un puño y sensaciones corporales. ¿Cómo es la sensación, ha variado de alguna forma? Sí, parece que el puño se ha aflojado un poco o mucho. Ahora ya no hay miedo, hay como cansancio, el cansancio que emerge después de mantener una gran tensión.

Luisa había dado espacio a la vivencia del cuerpo que había quedado congelada en ella, tras el susto de la enfermedad de su hijo. Con el proceso juntas, a través de la atención había liberado aquella tensión. Seguía con todas las dificultades y condicionantes de su momento vital, sin embargo se había desbloqueado internamente y esto le brindaba más espacio y energía para afrontarlos.

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¿Has hecho terapia y no te ha funcionado? Cinco pautas para darle al vuelta a través del focusing

En el artículo anterior te contaba de qué forma el focusing entró en mi vida y por qué. Hoy hablo del origen de esta potente metodología y te doy cinco pautas para probarla.

EUGENE GENDLIN

En los años cincuenta, el filósofo estadounidense Eugene Gendlin hizo un estudio sobre pacientes que acudían a terapia. La pregunta que se hizo es: ¿por qué algunas personas mejoran, superan sus traumas y se curan y otras no? Aprendió que las personas que mejoraban eran capaces de identificar una sensación en su cuerpo relacionada con el motivo de la terapia, describirla y estar en diálogo con ella. Gendlin bautizó esta práctica y empezó a enseñarla: había nacido el focusing.

Niña con ojos cerrados

(Richard Jaimes, UNSPLASH)

EL CONTACTO LIBERA LA TENSIÓN

Mientras que la tensión es la coraza a través de la cual se mantiene el ego y todos sus complejos – sombra incluida – es a través de recibir la tensión que el cuerpo relata sus vivencias y puede entonces integrarlas. El proceso asemeja a tocar la herida para poder sanarla. Sí, es imprescindible acercarte, ver, tocar esa herida psicológica a nivel de sensación para poder soltarla. Te comparto los pasos básicos para hacerlo:

1. DETECTA LA HERIDA PSICOLÓGICA

Busca aquello que te duele psicológicamente, en forma de la situación actual en la que ocurre.

Por ejemplo, en una sesión de coaching reciente Lucía relataba de qué forma se bloqueaba cuando su jefe perdía las formas y subía el tono de su voz.

2.LOCALÍZALA EN TU CUERPO Y NOTA SU FORMA

Pregúntate en qué lugar del cuerpo lo sientes. Date rienda suelta para hacerlo sin que tenga que “tener sentido”.  Por ejemplo puedes sentir una nube helada en el cuello, un ardor metálico en el pecho o una herida abierta en el esternón.

Al preguntarle a Lucía dónde lo sentía y por su forma, se dio cuenta que la sensación era un nudo en la garganta que la paralizaba.

3. PONLE NOMBRE

Encuentra un nombre, una etiqueta que capture de forma aproximada la esencia de lo que sientes al estilo del punto 2 anterior.

Invité a Lucía a poner nombre a la sensación. Ella dijo “nudo paralizante”.

4. RESUENA

Ahora se trata de viajar del nombre a la sensación de forma reiterada. Puedes poner tu mano en el lugar del cuerpo donde tengas la sensación, mientras repites el nombre y conectas de nuevo con la sensación, luego vuelves al nombre y vice-versa.

Para Lucía al decir internamente nudo paralizante y sentir la sensación en su cuerpo varias veces brotaron lágrimas. Le vino a la memoria la forma en cómo su padrastro solía gritarla de pequeña. La animé a quedarse con la sensación sin hacer nada. Al preguntarle cómo se sentía dijo que pequeña, vulnerable,…sentía que no valía nada.

5. RECIBE

Sea lo que sea que haya sido revelado, recíbelo dándole espacio sin hacer nada. Puede ser un pequeño cambio en la sensación. Cierta información. Emociones en forma de rabia, tristeza, desolación.

Me quedé a su lado. Hay una parte de ti que es testigo de este proceso. ¿Puedes conectar con ella? le dije. Al asentir, le invité a sostener a la parte tierna y dolorida desde ese testigo. Poco a poco fue encontrando la calma y terminamos esa parte de la sesión.

La efectividad del focusing radica en el hecho que libera sombra en forma bloqueos corporales, al tiempo que te ayuda a cultivar una relación de respeto y aceptación contigo mismo. Si has participado en procesos terapéuticos o de crecimiento personal sin éxito, incluir el focusing puede ayudarte a darle la vuelta, catalizando tu evolución personal.

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