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Casi enteros: un blog sobre los medios de comunicación, la publicidad, su papel en la financiación de los medios, la investigación y otros temas relacionados con todo esto

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La televisión pública, de capa caída

La 1 está peleando este mes para mantenerse en un 9,1% de cuota, con lo que conseguiría no batir su propio récord negativo del mes de julio, cuando se quedó en un 9%. Entonces se quedó más cerca de las segundas cadenas de los grupos privados (Cuatro: 7,1%; La Sexta: 6,5%) que de las primeras (Tele 5: 14,6%; Antena 3: 12,6%).

Pese a la mala gestión en su programación, las emisiones más vistas de julio correspondieron a las etapas del Tour de Francia. Por desgracia las etapas más atractivas de la Vuelta a España serán en septiembre.

La crisis no afecta sólo a TVE; se extiende a la mayor parte de los canales autonómicos. Con ello la audiencia acumulada de las televisiones públicas también se situó en julio en un mínimo histórico: 19%.

El informe de Barlovento Comunicación destacaba también que los informativos de TVE ya no son líderes ni siquiera en su emisión simulcast (sumando las audiencias de las emisiones simultáneas en La 1 y 24 Horas). Los informativos de la televisión pública han sido líderes a lo largo de casi toda su historia, con muy pocas excepciones; al inicio de esta legislatura conseguían una amplia distancia respecto a sus competidores, pero desde entonces se han ido deteriorando.

Borja Terán, en su blog en La Información atribuía a la manipulación y la pérdida de su personalidad (mantener la equidistancia) la caída en la audiencia. Sería un grave error del Gobierno: la manipulación funciona como un boomerang que se vuelve contra él.

Como yo no pienso que estemos gobernados por una pandilla de estúpidos que trabajan en contra de sus propios intereses pienso más bien en una estrategia para destruir la televisión pública. Hace algo más de dos años lo escribí aquí. El punto octavo de mis instrucciones para destruir una actividad pública: Insista en que utilizan más personal, ya se está manejando en algunos medios. Mientras tanto los empleados de RTVE se quejan de que se contrate a productoras externas para tareas que se podrían realizar internamente. ¿No les suena?

Como yo creo que una televisión pública de calidad e independiente (del Gobierno, de la oposición y de cualquier otro poder) pienso que deberíamos luchar contra esto. La vuelta de la publicidad y la posibilidad de una financiación razonable sería un primer paso en la buena dirección.

El cierre de Canal Nou

Que cierre una empresa es malo. Creo que el cierre de Fagor y otras empresas del Grupo Mondragón es una muy mala noticia para el País Vasco y también para España. La debilidad de un sistema, el de las cooperativas, que durante más de medio siglo ha sido el motor de toda una zona y que había sido capaz de crear cientos de miles de puestos de trabajo a lo largo y ancho del mundo tiene una importancia mayor de la que se le está dando.

Que cierre un medio de comunicación es también, siempre, una muy mala noticia. Lo es porque cierre una empresa y porque se apague una voz. Y lo es aunque ese medio haya estado, como dicen algunos, mal gestionado y haya sido durante muchos años sólo un instrumento de manipulación.

Hace tres meses describía aquí el mecanismo que se estaba empleando para llegar al cierre de RTVE. Los valencianos han sido más rápidos pero el mecanismo empleado para cerrar Canal 9 ha sido similar: Se coloca a malos gestores; se gestiona mal; se manipula y con ello se va perdiendo audiencia; se llega a una situación imposible de financiar…y finalmente se cierra.

Si eres un enemigo declarado de todo lo público, has triunfado.

Muchas reacciones hacen hincapié en que el cierre de Canal 9 supone el fin del despilfarro. Otros, yo entre ellos, vemos el problema que supone la desaparición de cientos de puestos de trabajo entre los que se encuentran, seguro, un buen número de buenos profesionales.

La Academia de la Televisión se preocupa por lo que pueda tener de precedente. El resto de las televisiones autonómicas podrían ir cayendo una detrás de otra, destruyendo todo el tejido regional de la industria audiovisual. Sería una verdadera catástrofe para el sector.

De hecho el Presidente de la Comunidad de Madrid no ha tardado en amenazar con que Telemadrid puede ser la próxima en caer. El modelo de destrucción no está siendo muy diferente.

El resto de las televisiones autonómicas (que Telemadrid sea la excepción es todo un símbolo)  han hecho piña desde la FORTA, el organismo que las agrupa, para ratificar que el modelo de televisión autonómica está vigente y puede cubrir su papel en un momento como el actual en el que las grandes cadenas privadas se han decantado por un modelo de televisión que deja muchas tipologías de programa sin cubrir.

Borja Terán en Lainformación.es recalcaba el papel que han desempeñado los canales autonómicos durante un tiempo y el que podrían seguir cumpliendo en la información y la formación de los ciudadanos. Claro que para ello habría que renunciar a la tarea de manipulación y adoctrinamiento a la que parece que habían decidido dedicarlas muchos políticos.

Es demagógico decir, como ha hecho Fabra, que se cierra una televisión para no tener que hacerlo con un hospital (suena curioso en la voz de quien privatiza hospitales) o un colegio. Pero, como toda la demagogia, seguro que va a tener mucho eco.

Las televisiones autonómicas pueden seguir siendo útiles y desempeñando un papel, además de generar muchos puestos de trabajo en el sector.

Pero desaparecerán si se pone a la zorra al cuidado del gallinero. Los enemigos de lo público tienen un papel claro al frente de las empresas públicas: cerrarlas.