Archivo de marzo, 2014

No soy mandona: soy la jefa

Por Mariana Vidal Mariana Vidal

Esto es lo que dice Beyoncé al final del video que presenta la campaña #banbossy lanzada hace un par de días en Estados Unidos. Una iniciativa de la directiva de Facebook Sheryl Sandberg para promover el liderazgo de las mujeres desde la edad escolar. ‘Cuando un niño se muestra fuerte, se le llama líder. Cuando una niña lo hace, se arriesga a que la llamen mandona. Palabras como ésta envían un mensaje: no levantes la mano ni des tu opinión. Cuando llegan a la secundaria, las niñas están menos interesadas en liderar que los niños, y ésa es una tendencia que perdurará para su vida adulta. Juntos podemos animar a las niñas para que lideren’.

'Merece la pena ser dura. Uno de los atributos más comunes de las mujeres de éxito es la resiliencia'. Anuncio de la campaña #banbossy. www.banbossy.com

‘Merece la pena ser dura. Uno de los atributos más comunes de las mujeres de éxito es la resiliencia’. Anuncio de la campaña #banbossy. www.banbossy.com

En el mundo de los negocios, muchas veces las virtudes que son valoradas en los hombres se consideran defectos en las mujeres. Pero la historia empieza muchos años antes. Son muchos los ejemplos en los que las niñas reciben por parte de su entorno el mensaje de que su mejor opción es no destacar, no tomar las riendas, no insistir, adaptarse, resignarse. La campaña, en cambio, sostiene que el liderazgo se aprende practicándolo. Una completa colección de consejos para las niñas, las profesoras y profesores, los padres y los monitores scout (ya que la organización de scouts de Estados Unidos también está detrás de la campaña) dan muchas pistas de por dónde avanzar para que las niñas tengan igualdad de posibilidades de practicar y desarrollar su liderazgo.

El video de la campaña merece la pena verlo. No todas las mujeres que están en él nos gustarían igual como ejemplo para nuestras niñas, probablemente: Michelle Obama, Condoleezza Rice, Sheryl Sandberg, Beyocé, Jennifer Garner, Victoria Beckham. Pero en su mensaje no pueden tener más razón. Y quizá la campaña consiga semillas de nuevas líderes que mejoren la selección en el futuro, y aumenten la variedad de estilos de liderazgo femenino.

Por eso, la cosa tiene que ir mucho más allá de prohibir la palabra ‘mandona’ y sus sinónimos, aunque sea Consejos tan sencillos para las niñas como pedir la palabra en clase -y persistir con la mano levantada hasta que te la den-, no pedir disculpas antes de hablar, exigir a otro miembro del grupo que haga su parte del trabajo de equipo en lugar de hacerlo por él aunque resultaría más fácil hacerlo tú… Son pasos en el camino de la igualdad que nos acercan a la práctica del liderazgo. Los documentos están también en español en pdf descargable.

Merece la pena decirles a nuestras niñas que den un paso al frente. Que levanten la mano. Que confíen en sí mismas. Porque el futuro de todos, muy probablemente, será mejor si no frustramos las capacidades de la mitad de los líderes que el mundo está necesitando.

 

Mariana Vidal es comunicadora y especialista en América Latina. 

Con una gran ayuda de los amigos

Por Maribel Maseda Maribel Maseda 2

Voy a lanzar un bravo por esos amigos y amigas que se mantienen invariablemente en el lado de la coherencia cuando su amiga se ha visto arrastrada a la zona gris, al maltrato,  y aún no lo sabe.

Porque hablamos siempre de la situación terrible de la mujer maltratada- que lo es- pero no quiero olvidar a estas personas que quieren de verdad. Por querer bien  algunas veces son acusados injustamente, desplazados, desqueridos, enjuiciados. No es fácil para el amigo, para la amiga, ver cómo aquella mujer va siendo confundida, cómo se va convirtiendo en alguien que no reconoce, y a la que siente cada vez más lejos y menos accesible.

Red de amistad. Ilustración de Coco del Pino para La Zona Segura.

Red de amistad. Ilustración de Coco del Pino para La Zona Segura.

El amigo, la amiga, aparece bruscamente en una situación para la que no está preparado  y en la que tiene que elaborar estrategias para no dañar, para no perder a su amiga, para reaccionar de manera lógica, para lidiar con su propio temor y su propia tristeza.

La apropiada manera de ayudar no necesariamente será la que deje ver resultados. Al menos no de inmediato. Y esto le generará una gran impotencia. Dependerá de la etapa del proceso en el que esté. La mujer maltratada, en el primer estadio de su proceso, no quiere oír que deje a su amor, sino un consejo de cómo recuperarlo,  de cómo hacerle entender que ella lo único que quiere es darle lo mejor de sí misma. Incluso le defenderá por encima de la buena intención de la persona amiga. En esta fase, la propia víctima no está preparada para creer en su maltrato y  no querrá que le hablen de él.

El amigo debe mantenerse en el lado sano y no sucumbir al dolor y al temor de perder a su amiga. Aquí la ayuda proviene de actitudes que no debe tomar: no consolar desde dentro de su zona gris, no animar a seguir intentando una relación feliz, no confundir diciendo que no es tan grave o que él no quería decir o hacer lo que hizo o dijo. Culparle a él, quizás haga que ella se ponga a la defensiva contra el amigo/a. Intentar que recuerde lo que ella era, lo que hacía, cómo sentía y cómo deseaba ser feliz, ayudará a mantener ese lado sano y coherente tan fundamental porque lo irá olvidando progresivamente. El amigo en esta etapa, ‘solo‘ podrá, con esfuerzo, mantener el extremo de la cuerda situado al otro lado del abismo, para que ella no pierda del todo el contacto con la cordura.

En la siguiente etapa importante del proceso, la mujer maltratada comenzará a tener dudas sobre su relación,  su pareja y su propia objetividad. Aún no se verá capaz de tomar decisiones tajantes ni podrá discernir. Dejará ver situaciones que vive en su relación, contará algunas actitudes o comentarios de su pareja, con el fin de observar la reacción que causa  en su entorno. Precisará comprobar sus dudas a través del impacto que provoca entre sus amigos o conocidos o incluso en foros o chats. El amigo o la amiga aquí representa el lado sano con el que ella puede comparar.

En la etapa que llamo del despertar,  la mujer víctima toma conciencia de que su capacidad de ‘ser‘ ha sido sistemáticamente atacada y gravemente dañada. Es aquí cuando  la amiga que se ha mantenido más o menos cerca pero con el extremo de la cuerda firmemente sujeta, podrá tirar de ella y acercarla hacia la frontera entre las dos zonas y desde allí, ayudarla a ver y usar la red segura de ayuda, como la del 016.

 

Maribel Maseda es Diplomada Universitaria en Enfermería, especialista en psiquiatría y experta en técnicas de autoconocimiento. Autora de obras como Háblame, El tablero iniciático, y La zona segura.

Mujeres que transforman el mundo

Por Alexis Fernández Alexis Fernández F peq

En Afganistán hay un dicho que dice que la verdad es como el sol. Cuando asciende, nadie puede ocultarla. ‘Nunca tengo miedo cuando digo la verdad, no temo a la muerte, temo guardar silencio ante la injusticia‘, expresa, citando a Brecht, la joven y renombrada activista afgana Malalai Joya. Un nombre, ligado a un fuerte sentimiento de lucha por la libertad, tras el que se halla una mujer que se atrevió a denunciar públicamente a los criminales y señores de la guerra, y cuyas acusaciones le han valido su expulsión del Parlamento, continuas amenazas e intentos de asesinato. Su libro de memorias, Raising My Voice, ha sido publicado en España por Kailas Editorial con el título Una mujer contra los señores de la guerra.

Siempre me han admirado esas historias contadas en primera persona en las que las voces de denuncia no mueren en el silencio, en las que alguien se atreve a desafiar a la mentira. Ya lo decía la escritora egipcia y activista Nawal El Saadawi hace unos años: ‘Nada es más peligroso que la verdad en un mundo que miente’. O Caddy Adzuba encaramada en su estudio de radio, una periodista congoleña que simboliza el coraje de las mujeres africanas que arriesgan su vida a diario por denunciar las violaciones de mujeres. Pero también me admira la labor de esas mujeres que, como la médico nigeriana Olayinka Koso-Thomas, han logrado que la ablación femenina en Sierra Leona se reduzca del 92 al 55% buscando que las sowies o digbas -las mujeres mayores que reciben dinero por practicar esta tradición sin anestesia, con una cuchilla de afeitar, un cuchillo o una botella rota, y utilizando cenizas y hierbas mezcladas con excrementos de animales para cortar la hemorragia- tengan otro medio de vida. O la de la química española Pilar Mateo, que ha desarrollado una fórmula materializada en una pintura que salva vidas, combatiendo el dengue, la malaria y el mal de Chagas.

De esas historias, de su superación y de la búsqueda de soluciones, de la lucha por defender los Derechos Humanos, la dignidad, la libertad, la justicia -esas palabras que suenan a verdad y que por esa razón no se pueden decir a la ligera-, de la vida, en definitiva, y de sus protagonistas, esas mujeres que viven sometidas por el peso de tradiciones injustas, gobiernos corruptos y leyes que no defienden a los más desfavorecidos, tratan los Encuentros ‘Mujeres que transforman el mundo‘ que, organizados por el Ayuntamiento de Segovia, se celebran desde hace cuatro años en el mes de marzo en La Cárcel_Segovia Centro de Creación. Un ciclo de conversaciones cara a cara en el escenario y ante el público como testigo, donde comprometidas activistas, muchas de ellas galardonadas con premios como el Nobel de la Paz o el Príncipe de Asturias de Cooperación o de la Concordia, ofrecen sus experiencias y revelan la realidad que viven a través de estas charlas conducidas por conocidas periodistas españolas.

En esta edición, que se desarrollará desde el 14 al 23 de marzo, además de Malalai Joya, participarán la abogada y activista Manjula Pradeep, que ha defendido 35 casos de violencia sexual en India, entre ellos el de la joven violada por seis profesores de su colegio en 2008; o dos de los epítomes de la lucha por la paz en Zimbabue: Jenni Williams y Magodonga Mahlangu. Desde México, Eufrosina Cruz, una indígena zapoteca que ha desafiado las costumbres de su comunidad y que hoy es la presidenta del Congreso de Oaxaca. Y desde España, Sor Lucía Caram, una monja tuitera que ha promovido un banco de alimentos y cuya vocación se traduce en un compromiso social, político y existencial para trabajar con los que más lo necesitan. También estará presente Ada Colau para hablar sobre un derecho fundamental y preocupante en nuestro país: la vivienda. Todas ellas serán entrevistadas en el escenario por Pilar Requena, Rosa Mª Calaf, Mara Torres, Mayte Pascual, Elsa González y Alicia Gómez Montano, respectivamente.

A lo largo de estos años he conocido a todas estas mujeres capaces de trastocar el devenir luchando en favor de la paz desde sus ámbitos de acción: el activismo, la política, la educación, la ciencia, el arte. Y lo que me hace pensar cuando las escucho es que en esa Historia, a veces lejana o a veces tan próxima, es posible, como expresaba hace unos años el director de teatro Eugenio Barba, ‘recortar pequeñas islas, minúsculos jardines donde nuestras manos puedan ser eficaces, donde podamos vivir nuestra Pequeña Historia‘ y así contribuir a formar esa Otra que nos inunda. Porque realmente estos Encuentros, ¿qué son sino un homenaje a todas las mujeres, conocidas y anónimas, que en su vida diaria desafían al futuro con confianza, a esas mujeres que contribuyen a crear un mundo más humano donde aún quede lugar para la esperanza?

 

El IV Encuentro Mujeres que transforman el mundo tendrá lugar en Segovia del 14 al 23 de marzo en La Cárcel-Segovia Centro de Creación.

Alexis Fernández es periodista y fundadora de la agencia En Cursiva Comunicación, desde la que escribe y aborda campañas de prensa sobre sus intereses: la cultura y la sociedad.

Casi 17 millones de europeas

Por Flor de Torres Flor de Torres

Ésta es la auténtica dimensión del problema, según el informe de la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea. 13 millones de  mujeres de la Unión Europea han experimentado violencia física y 3,7 han sido víctimas de violencia sexual por parte de sus parejas o ex parejas en los 12 meses previos al estudio que se ha  realizado  sobre una muestra de 42.000 mujeres pertenecientes a los 28 estados de la UE. Es decir, un 22% de mujeres sufren violencia física y sexual desde los 15 años de edad. Casi una de cada cuatro es, o ha sido, agredida por razón de género.

Se echa en falta una categoría más que es la violencia psicológica, que no ha sido objeto de encuesta, lo que en todo caso produciría un efecto sumatorio a estas impresionantes cifras. Y no nos casan los datos judiciales con los datos de esta encuesta, aunque sabíamos que los datos judiciales eran solo la punta de un iceberg. El problema  sigue estando escondido bajo una dimensión inabarcable.  Tiene tal magnitud que en cifras oficiales sigue oculto mayoritariamente. Por ello es imprescindible abordar su detección.

Con frecuencia, el maltratador obliga a la víctima a obedecer sus caprichos mediante coerción  y amenazas. Ilustración de Ana Sara Lafuente.

Maltrato. Ilustración original de Ana Sara Lafuente.

Los datos siguen hablándonos: Una de cada 20 mujeres  ha sido violada desde los 15 años, lo que supone un 5% y  un 12% antes de  esa temprana edad. El 18% ha sido acosada y el 30% ha sufrido agresión sexual. Ello estigmatiza  a más de la mitad de las mujeres europeas, que tienen que tomar medidas para evitar futuras agresiones y acosos. Un 53% se ve obligada a tomar medidas drásticas para proteger su integridad física y psíquica.

El problema es demasiado común, demasiado profundo, mucho más grave que las estadísticas judiciales. Nos queda un camino enorme por recorrer aún.  Es necesaria, imprescindible, la detección del problema para organizar la protección. Desgraciadamente en España la mayoría de las víctimas de maltrato durante los dos últimos años no había denunciado ni obtenido medidas de protección. Pasaron inadvertidas por los órganos judiciales y por los mecanismos legales de detección. En el año 2013, de las 54 víctimas mortales, habían denunciado sólo 11 y en las primeras semanas de este año 2014, de las 12 mujeres que han sido asesinadas sólo 5 habían denunciado previamente. Es decir, solo se ha detectado judicialmente un 24%. Un 76% no tuvieron acceso a los controles de prevención que podrían haber salvado sus vidas.

El peor de los problemas es que el  delito puede estar cometiéndose contra tus hijas, tu madre, tu amiga o tu vecina y pasar inadvertido. Nos queda la prevención y la educación. Estas sí que  son las apuestas seguras. Por ejemplo, la posibilidad de detectar en el control médico y en la atención primaria de salud a las mujeres víctimas, ya que la mayoría pasan por sus consultas. Por ello se han impulsado protocolos de sensibilización y de actuación en la medicina familiar y de urgencias.

Nos queda la educación, con los controles protocolarios que permiten detectar la violencia hacia nuestros menores a través de los centros educativos. Tenemos policías especializados en violencia de género y Centros de Igualdad donde acuden  las víctimas para asesorarse. Están los vecinos, que escuchan a nuestras víctimas y no deben ni pueden quedar impasibles. Existen muchas asociaciones de mujeres que las acogen. Todos y todas deben dirigirlas a la protección judicial de forma inmediata.  Ya está toda la sociedad preparada para que ningún maltratador pueda escudarse en el silencio y en la impunidad de su dormitorio.

Pues es la propia sociedad  la que ha de ser consciente que  el único camino de protección pasa por la denuncia. Allí esperamos a tantas mujeres que acuden a diario como último, como único, recurso de supervivencia.

Es un problema de Estado. Es una cuestión de Estado. Es  demasiado común. No colabores en ampliar estos datos con tu silencio y mucho menos cuestiononando la violencia de género. Es tu deber y tu obligación actuar ya.

 

Flor de Torres Porras es Fiscal Delegada de la Comunidad Autónoma de Andalucía de violencia contra la mujer y contra la discriminación por identidad sexual y de género.

Colombia: 150.000 denuncias, 2 condenas

Por Laura Hurtado laura

En Colombia, la violencia hacia las mujeres es comparable a la de República Democrática de Congo, por sistemática y barbárica. Mujeres descuartizadas, empaladas, niñas de 9 años obligadas a prostituirse‘. Me lo cuenta la periodista Jineth Bedoya que desde los 22 años cubre el conflicto que desangra su país, en el cual las mujeres son usadas como arma de guerra. ‘Según un estudio de Oxfam Intermón más de medio millón de mujeres han sido violadas en la última década, pero puede que el total llegue a los dos millones porque muy pocas se atreven a denunciarlo’. A ella misma le costó 10 años. Con 24 años, mientras estaba investigando un caso de tráfico de armas, fue secuestrada, torturada y violada por 3 paramilitares. Prefirió esconderlo y refugiarse en su trabajo hasta que en 2009 se armó de valor y lo contó públicamente. ‘Lo hice por todas las otras mujeres que han pasado por lo mismo pero que viven en zonas alejadas y que no tienen los recursos para ser escuchadas‘.

xxxxx

La periodista colombiana Jineth Bedoya en el Congreso Nacional de Mujeres y Paz de Bogotá a finales de 2013. (c) Pablo Tosco / Oxfam Intermón

‘De repente, sin darme cuenta, me volví activista’, asegura Jineth que ha creado la campaña ‘No es hora de callar’ donde reivindica la importancia de que las mujeres afectadas por cualquier tipo de violencia hablen. Cuenta con el apoyo de ONU Mujeres y el de futbolistas colombianos famosos (Falcao, David Ospina, Abel Aguilar…), con quienes consigue que el mensaje llegue a los hombres, que son, dice, el 98% del problema. ‘Las mujeres que hemos sido marcadas nos quedamos silenciadas. Por miedo a represalias, por vergüenza o porque nadie nos va a hacer caso‘. Y es que la impunidad bordea el 90% de estos casos en Colombia. ‘Con la Ley Justicia y Paz para el desmonte de los paramilitares hubo 150.000 denuncias de violencia sexual y solo 2 condenas‘. Su caso tampoco ha sido resuelto. ‘Francamente, no tengo esperanza que mis violadores acaben en la cárcel‘, suspira esta mujer que ve atónita cómo la intensidad de la guerra en Colombia ha bajado pero no así las violaciones a mujeres. ‘Los grupos armados que antes hacían la guerra ahora son bandas criminales que se dedican a la trata de mujeres, un negocio fácil, que da mucha plata, y que está menos perseguido que el narcotráfico, sentencia Jineth que en mayo de 2013 sacó a la luz un caso de explotación sexual de niñas de entre 13 y 16 años en las zonas mineras de Colombia, ante el que nadie ha hecho nada. ‘El machismo es muy fuerte. Por ejemplo, en las negociaciones actuales entre el Gobierno y las FARC hemos tenido que pelear mucho para que hubiera negociadoras. Al final conseguimos que entraran dos‘, explica.

Por decir todas estas cosas, Jineth está amenazada de muerte. En algunas regiones de su país no puede ni entrar. ‘Cuando tocas temas gordos, te salen enemigos por todas las esquinas. Siento que la bala puede venir de cualquier lado’. Se mueve siempre con un coche blindado y acompañada de 5 escoltas. Lleva 14 años así. ‘Echo de menos algo tan sencillo como pasear por la calle, me confiesa esta mujer, que desde que ‘la marcaron‘ no consigue dormir bien ni recuperar peso. ‘Bailo zumba cada mañana y también escribo. Esas son mis vías de escape‘, asegura con 6 libros publicados. ¿De qué sirve tanto sacrificio? ‘Me siento responsable por todas las mujeres que han pasado por lo mismo. A veces el peso es muy grande, es cierto, pero no voy a dejar el brazo a torcer. No puedo rendirme. Hemos conseguido algunos logros: se ha creado una política de género, una Consejería de Género, el Ministerio de Defensa tiene un protocolo de violencia sexual. No hay recursos pero son primeros pasos. Yo ya sabía que este proceso sería largo‘, concluye.

Jineth Bedoya es portavoz de la campaña “Violaciones y otras violencias: saquen mi cuerpo de la guerra” que lideran 10 organizaciones colombianas con el apoyo de Oxfam Intermón.

Laura Hurtado es periodista y trabaja en Oxfam Intermón.

Un día es un día

Por Belén de la Banda @bdelabanda

Decía una de nuestras colaboradoras que el Día de la Mujer en este blog es todos los días. Pero eso no evita que cuando llega una jornada como la del 8 de marzo tengamos que pararnos a pensar, mirar alrededor, y reconocer cuántos problemas nos afectan, y sobre todo cuántas y qué grandes contribuciones hacemos las mujeres a nuestra sociedad, y a nuestro mundo.

Y esta mirada va a empezar en Colombia. Porque desde allí, una de las mejores periodistas del mundo, Jineth Bedoya, viene para alertarnos de una realidad de injusticia tan brutal que está acabando literalmente y en muchos otros sentidos con las vidas de muchas mujeres. Y a proponernos su campaña, ‘No es hora de callar’, nacida de su dolorosa experiencia y de la elaboración personal de su miedo con su increíble valentía y su coraje. El lunes conoceremos aquí mucho más sobre su historia y la de muchas mujeres de su país.

Sagrario Mateo, Presidenta de Aprodemm y ganadora del concurso #Avanzadoras junto con dos colaboradoras.

Sagrario Mateo, Presidenta de Aprodemm y ganadora del concurso #Avanzadoras junto con dos colaboradoras. Imagen: Aprodemm.

Las últimas semanas hemos tenido un montón de enormes y esperanzadoras referencias de mujeres que inspiran, que invitan, que sacan del hoyo, que apoyan, que empujan, que tiran, que resisten, que de mil formas diferentes solucionan problemas y llenan huecos. Aquí, en nuestro entorno, y en el mundo. Más de 220 propuestas se han presentado al Concurso #Avanzadoras, en sólo unos días. El jurado no lo ha tenido nada fácil por la calidad y variedad de contribuciones. Todas sin excepción merecen el homenaje, así que esperamos que puedan identificarse en alguna de las cualidades de nuestra Avanzadora española, Sagrario Mateo: su capacidad para superar su propia condición de víctima, y ayudar a otras personas a salir del maltrato.

Junto con Sagrario rendimos homenaje a miles de Avanzadoras que lo merecen. Y seguimos celebrando desde aquí todos los días, pero especialmente el 8 de marzo, esa inmensa e impagable energía para cambiar el mundo.

 

Belén de la Banda es periodista y trabaja en Oxfam Intermón

Ni gallinas ponedoras ni objetos sexuales

Por Maribel Tellado Maribel Tellado

Cuando en Amnistía Internacional España empezamos a hablar de la futura campaña global contra la penalización y el control de los derechos sexuales y reproductivos, alguien comentó que el tema sonaba a ‘gallinas ponedoras’. Baste esa anécdota para reflejar la asociación casi inmediata que se establece con el rol procreador de la mujer al oír hablar de este amplio conjunto de derechos humanos.

Sin embargo, los derechos sexuales y reproductivos tienen que ver con la posibilidad de las personas de decidir sobre el propio cuerpo. Son la definición, firme y rotunda, del cuerpo como parte inherente e imprescindible de nuestra identidad, de nuestra dignidad, de nuestra autonomía, de nuestra capacidad de disfrutar e, incluso, de amar y ser felices.

Aspectos esenciales en nuestras vidas como decidir cuándo y con quién tener relaciones afectivas e íntimas, si establecer una familia y de qué tipo, si tener o no hijos, cuestiones cruciales como poder vivir sin sufrir violencia sexual, sentirnos libres de mostrar la propia identidad y de disfrutar nuestra sexualidad sin que se nos castigue por ello, son asuntos que determinan nuestras vidas y que entran de pleno en el ámbito de los derechos humanos.

Rajkumari Devi de 24 años es nepalí y ha sufrido el prolapso uterino, una extenuante y dolorosa dolencia que consiste en que la musculatura pélvica se debilita y el útero desciende hacia la vagina. Son muchas las causas que lo provocan, como llevar pesadas cargas durante el embarazo o inmediatamente después de él, tener hijos siendo aún muy joven o tener varios hijos en rápida sucesión, pero todas están relacionadas con el hecho de que las mujeres no tengan control sobre su cuerpo, su salud y su vida. © Amnistía Internacional

Rajkumari Devi de 24 años es nepalí y ha sufrido el prolapso uterino, una extenuante y dolorosa dolencia que consiste en que la musculatura pélvica se debilita y el útero desciende hacia la vagina. Son muchas las causas que lo provocan, como llevar pesadas cargas durante el embarazo o inmediatamente después de él, tener hijos siendo aún muy joven o tener varios hijos en rápida sucesión, pero todas están relacionadas con el hecho de que las mujeres no tengan control sobre su cuerpo, su salud y su vida. © Amnistía Internacional

Parecería indiscutible que pudiéramos decir aquello de ‘en mi cuerpo mando yo‘. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, sobre todo si hablamos del cuerpo femenino. Miremos donde miremos, encontramos dramáticas situaciones en que otros, empezando por el propio Estado, se apropian de la intimidad de las mujeres y las niñas, y las castigan cuando se atreven a proclamar la soberanía sobre su propio cuerpo.

Volviendo a la anécdota, ¿porqué estos derechos evocan automáticamente el papel de las mujeres como máquinas reproductoras? ¿no será que los estados favorecen que se les de un trato que recuerda al dispensado a las gallinas de granja, cuya única finalidad es que pongan cuantos más huevos mejor?

En países como Burkina Faso, donde a menudo se casa a niñas de tan solo diez años, a muchas mujeres se les niega el acceso a los anticonceptivos si no van acompañadas del marido. Fatua sufrió violencia a manos de su esposo porque sólo paría niñas. El hombre buscó una segunda mujer para que le diera un niño. Fatua tuvo que huir del maltratador cuando en un nuevo embarazo supo que venía otra niña. Murió trayéndola al mundo.

En Nepal, más de medio millón de mujeres padecen prolapso uterino, una enfermedad obstétrica debilitante de la que no se atreven a hablar por vergüenza y que tiene graves consecuencias para su salud, sus relaciones y su posición dentro de la comunidad. No es culpa de un gen nepalí, no. La causa son los numerosos hijos que tienen, uno tras otro, desde muy temprana edad. Adolescentes que empiezan a parir pronto y ya no paran, cargan grandes pesos durante el embarazo y son las últimas en comer de la casa, lo que queda, después del marido y su familia.

En Irlanda, Savita murió porque se le negó un aborto terapéutico y, en El Salvador, Beatriz estuvo a punto de perder la vida por la misma causa. En España, un anteproyecto de ley enormemente restrictivo ronda peligrosamente esa senda. Problemas distintos que parecen responder a una máxima: ‘si no paren, no valen‘.

Jay, activista LGBTI ugandesa y cabeza visible de la organización Freedom and Roam habla por teléfono con un colega. En su país, el presidente Museveni acaba de firmar la entrada en vigor de la Ley contra la Homosexualidad. Esta ley institucionalizará el odio y la discriminación contra las personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales en Uganda. Su aprobación supone una vulneración grave de los derechos humanos en el país. Jay piensa que su teléfono puede estar intervenido y que sufrirá consecuencias por su orientación sexual. © Pete Muller

Jay, activista LGBTI ugandesa y cabeza visible de la organización Freedom and Roam habla por teléfono con un colega. En su país, el presidente Museveni acaba de firmar la entrada en vigor de la Ley contra la Homosexualidad. Esta ley institucionalizará el odio y la discriminación contra las personas lesbianas, gays, bisexuales, transgénero e intersexuales en Uganda. Su aprobación supone una vulneración grave de los derechos humanos en el país. Jay piensa que su teléfono puede estar intervenido y que sufrirá consecuencias por su orientación sexual. © Pete Muller

Los derechos sexuales y reproductivos también garantizan el derecho a poder disfrutar de la propia sexualidad sin coacción, discriminación ni violencia. La forma tan brutal e impune de atacar la sexualidad de las personas se ha convertido en algo cotidiano en el mundo entero. Demasiadas veces los Estados legitiman estos abusos en leyes y códigos penales. El presidente de Uganda acaba de aprobar una ley que penaliza la homosexualidad, y es sólo uno de los 80 países que castigan de algún modo las relaciones entre personas del mismo sexo.

Para muchísimas mujeres y niñas ni siquiera existe la sexualidad, porque sólo conocen la violencia sexual. Legislaciones que permiten que los violadores evadan la justicia si se casan con la víctima, ponen a las mujeres en manos de su verdugo, por ley y para siempre. Recientemente, el apoyo de la acción internacional a la lucha de las mujeres marroquíes logró enmendar un artículo del código penal que permitía exactamente eso. Pero aún existen disposiciones similares en Túnez y Argelia y se quieren instaurar en Mozambique. He aquí el Estado favoreciendo que se utilice a las mujeres y las niñas como objetos sexuales para uso y disfrute de otros.

Nada de todo lo anterior debería ocurrir. Impedir que las personas puedan decidir sobre su propia sexualidad, su reproducción, sus relaciones y su identidad; desproteger a las víctimas de la violencia sexual y permitir que quede impune; negar el acceso a la educación y a la salud sexual y reproductiva, son graves violaciones de los derechos humanos.

Por ello, Amnistía Internacional ha puesto en marcha la campaña #MiCuerpoMisDerechos, para exigir que los Estados respeten, protejan y hagan realidad los derechos sexuales y reproductivos de todas las personas.

Porque estos derechos son derechos humanos universales.

 

Maribel Tellado es responsable de la campaña #MiCuerpoMisDerechos de Amnistía Internacional

La campaña mundial #MiCuerpoMisDerechos de Amnistía Internacional exigirá a los estados que las personas puedan decidir sobre su propia sexualidad y reproducción.

Miradas de mujeres: ¿por qué un festival así?

Por Naiara Valdano Naiara Valdano

En 1989 un grupo de activistas feministas que se hacían llamar Guerrilla Girls colocaron un llamativo cartel frente al Metropolitan Museum. En él aparecía una figura simulando la famosa Odalisca de Ingres, tumbada y de espaldas a los espectadores. Pero a diferencia de la pintura original, esta mujer tenía su rostro tapado con una máscara de gorila y compartía espacio con una frase que decía: ‘¿Tienen que estar desnudas las mujeres para entrar en el Met Museum? Menos del 5% de los artistas de la Sección de Arte Moderno son mujeres, pero el 85% de los desnudos son femeninos’. Con esta y otras acciones similares, este grupo quería denunciar la visión machista que había dominado toda la historia del arte. Y pretendía conseguir, sobre todo, que el arte expuesto en los museos, centros de arte y otras instituciones culturales mostrara la diversidad sexual y racial del momento.

Cartel de Guerrilla Girls: ¿Tienen que estar desnudas las mujeres para entrar en el Met Museum? Menos del 5% de los artistas en las secciones de Arte Moderno son mujeres, pero el 85% de los desnudos son femeninos. http://www.guerrillagirls.com/posters/nakedthroughtheages.shtml

Cartel de Guerrilla Girls: ¿Tienen que estar desnudas las mujeres para entrar en el Met Museum? Menos del 5% de los artistas en las secciones de Arte Moderno son mujeres, pero el 85% de los desnudos son femeninos. http://www.guerrillagirls.com/posters/nakedthroughtheages.shtml

En aquella época no me di cuenta de la importancia de las acciones de este grupo y pasé por alto sus protestas por mi corta edad: a finales de los ochenta tenía solo cuatro años y era todavía una niña inconsciente ante cualquier desigualdad. Pero han pasado 25 años desde la creación de ese famoso cartel y, aunque han mejorado ciertos aspectos, todavía es posible darse cuenta de la complicada situación que siguen afrontando las mujeres en el sector de las artes visuales. Sólo tenemos que leer los datos presentados por la asociación Mujeres en las Artes Visuales en sus últimos estudios: el 65% de los graduados en Bellas Artes, por ejemplo, son mujeres, pero éstas representaron sólo un 7% del número total de artistas expuestos durante la feria ARCO en 2013. Estos porcentajes entristecen y desesperan, pero lamentablemente no son los únicos que muestran la desigualdad.

La representación de las mujeres en el sistema del arte.

La representación de las mujeres en el sistema del arte. Gráfica publicada por El País. Fuente: Centro de Documentación de Mujeres en las Artes Visuales.

Ante esta situación, el Festival Miradas de Mujeres nació hace unos años con la intención de reivindicar el papel de las mujeres profesionales en las artes visuales y mostrar su trabajo al público. Este año este festival cumple su tercera edición y he tenido la oportunidad (y suerte) de trabajar en la gestión de un evento tan necesario. Gracias a un amplio equipo (tan profesional como humano), se ha conseguido organizar un extenso programa de exposiciones y otros proyectos que se celebrarán a lo largo del mes de marzo en varias ciudades de nuestro país (ver aquí el catálogo de actividades).

El hecho de haber podido organizar todos los proyectos que se celebrarán durante esta edición puede considerarse un éxito y un paso más contra la desigualdad. Pero tengo que terminar diciendo algo que me corroe: el verdadero triunfo se conseguirá cuando iniciativas como ésta no sean necesarias para visibilizar nuestro trabajo. Ese será nuestra verdadera conquista.

 

Naiara Valdano es responsable del blog Art Gossips y gestora cultural. Actualmente trabaja como codirectora del Festival Miradas de Mujeres en Madrid y responsable de galerías en esta comunidad. 

Nos queda la palabra

Por Lucía Esteso Lucía_Esteso_pe

La poesía es un arma cargada de futuro‘ decía Gabriel Celaya. Con esta idea pusimos en pie el año pasado el espectáculo ‘MUJERES, aquí estamos y parece que nos quedamos‘. Lo que pretendía ser una lectura de poesías para conmemorar el Día de la Mujer, se convirtió en un espectáculo, un viaje femenino a través de la música, la prosa y la poesía.

Y este año no podía ser menos: ‘MUJERES, aquí volvemos’,  así es como cinco actrices se reúnen de nuevo levantando las voces de millones de mujeres para homenajearlas con motivo del Día de la Mujer. Son mujeres madres, esposas, maestras, compañeras, amigas. Mujeres que aman, odian, luchan, sufren y disfrutan. En definitiva, mujeres que viven.

Para empezar el viaje Ani, la pianista, acaricia un ‘Gracias a la vida‘ que por suerte a muchas nos ha dado tanto, y se convertirá en el motor para que el resto del elenco salga con fuerza para recitar palabras de Virgina Woolf:

‘Como mujer no tengo patria

como mujer no quiero patria

como mujer mi patria es el mundo entero’.

Y al mundo entero cantamos, el dolor de escribir, hacemos versos con Gloria Fuertes, incluso hablamos de sexo y nos liberamos. Llegamos a combatir una gran marea, el amor, un amor que se convierte en una caricia perdida, un amor que nos mata, un amor que nos amenaza.

Me seguía sintiendo acorralada por la violencia con que me gritabas tu amor, la misma violencia con la que me amenazabas‘. Palabras de Dulce Chacón en Algún amor que no mate.

Y en este viaje también nos acompañan los hombres, y con ellos inventamos el camino al andar. Y nos reímos, las olas nos traen una risa esperanzadora, llena de magia. Pero también aparece el abandono, las rivales, y llora una desgarrada Alfonsina y el mar, hasta el agua profunda.

Y nos damos cuenta de que nos queda la palabra, con la que pedimos la paz, la libertad y la igualdad.

Para algunos son palabras, para otros podrán ser miradas, para nosotras son emociones que salen del corazón envueltas en melodías. Una lucha en escena con voces que se liberan al viento. Un cruce de caminos entre mujeres. Un universo entero.

Os invitamos a que nos acompañéis, a que olvidemos las voces extrañas y hablemos en voz alta, aunque nos dé miedo, porque estamos seguras de que habrá una luz, a la vuelta de la esquina.

Mujer.

Compañera.

Amiga.

Nuestra marcha hará retroceder el horizonte.

Tenemos la palabra’

Mujeres, aquí volvemos’ es un homenaje a todas las mujeres que de una u otra manera se han atrevido a levantar sus voces. 
Tres únicas funciones en la Sala Bululú 2120 de Madrid, los días, 7, 8 y 9 de marzo. Calle Canarias, 16. Metro Palos de la frontera.

 

Lucía Esteso es periodista y actriz. Amante de la cultura a través de la que se levantan las voces. Cree que existe una luz poética en cada esquina. La imaginación es un arma cargada de futuro.

Cien historias

Por Belén de la Banda 

Desde que, hace unos días, lanzamos el concurso Avanzadoras que hoy termina, andaba yo con cierta preocupación. No tengo duda, porque conozco unas cuantas, de que en España hay muchas mujeres que merecen un premio, un homenaje, un reconocimiento y ganar el concurso.

Lo que pasa, al menos con las que yo conozco, es que parte de su liderazgo y de su compromiso es no asumir protagonismos innecesarios, ni ‘figurar’, ni echarse flores. Como me dijo una vez Isabel sobre sus muchas colaboraciones en proyectos solidarios: ‘prefiero que no sepa la mano derecha lo que hace la izquierda’. O como me ha dicho muchas veces Arantxa cuando le felicito por alguna de sus iniciativas: ‘no es mérito mío, es de todos’. En fin, que conociendo un poco el perfil, me temía que hubiera que colgar el cartel de ‘concurso desierto’.

Avanzadoras de distintos países, reunidas en Madrid en octubre de 2013. Imagen: Belén de la Banda / Oxfam Intermón

Avanzadoras de distintos países, reunidas en Madrid en octubre de 2013. Imagen: Belén de la Banda / Oxfam Intermón

En la primera semana, me dicen, llegaron cien historias. Historias de mujeres que se preocupan por su entorno natural, por las niñas y niños, por defender y proteger a los animales, por las personas que sufren discapacidades de diversos tipos, por enfermedades raras, por las muchas carencias sociales que se viven en nuestro país, por otras personas desfavorecidas

Hay propuestas corales, que presentan a una Avanzadora, y propuestas individuales que presentan a varias. Hay Avanzadoras que se presentan a sí mismas, y otras que presentan a compañeras de asociación, de actividad, de enfermedad, o de barrio. Una inmensa red de primas, hijas, madres, conocidas y seguidoras de internet admiradas por quienes las conocen. Líderes, consejeras, mujeres que escuchan o que impulsan, que se activan y que activan a otros… Un enorme abanico de más de cien historias. Lo va a tener muy difícil ese jurado.

Lo bueno no es sólo que esas Avanzadoras existan. Es que a su alrededor hay muchas personas que las quieren, que admiran su esfuerzo, su iniciativa, su ejemplo, y están dispuestas a que su tarea se conozca, a que otras personas apoyen sus causas.

Y todavía puede ser mucho más. Hoy, hasta las 12 de la noche, hay posibilidad de seguir presentando a esas Avanzadoras que merecen un reconocimiento.

 

Belén de la Banda es periodista y trabaja en Oxfam Intermón