¿Tenemos el número de hijos que queremos?

Por Mar Gulis (CSIC)*

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La tasa de fertilidad en España se sitúa en 1,3 hijos por mujer / Wikipedia

La respuesta es no. Al menos esa es la conclusión del libro El déficit de natalidad en Europa. La singularidad del caso español, en el que han intervenido Teresa Castro, del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC, y otros investigadores. Según esta demógrafa, los españoles y españolas arrastramos un ‘déficit de bienestar’ porque tenemos menos hijos de los que nos gustaría.

Los datos del Instituto Nacional de Estadística sitúan la tasa de fertilidad en nuestro país en 1,3 hijos por mujer. Esta cifra nos aleja considerablemente de lo que se considera el mínimo para asegurar el reemplazo generacional: 2,1 hijos por mujer. En realidad el caso español no es una excepción en el continente europeo, donde el declive demográfico trae de cabeza a muchos Gobiernos desde hace años. Una sociedad con pocos niños, que además envejece a marchas forzadas por el aumento de la esperanza de vida, plantea problemas económicos en el medio plazo. Si escasean las generaciones jóvenes y crece la población mayor, el sostenimiento del Estado de bienestar –por ejemplo, el sistema de pensiones– queda en entredicho. Pero más allá de la dimensión económica, que por otro lado aparece en los medios con frecuencia, esta situación tiene también implicaciones sociales como el ‘malestar’ al que se refiere el libro. De esto se habla bastante menos.

Según Castro, las encuestas de las últimas décadas demuestran que “las aspiraciones reproductivas no han cambiado en 30 años”. Es decir, al preguntar a la gente cuántos hijos quiere tener, la respuesta es la misma: “La mayoría responde dos”, afirma la investigadora. “Si al final no tiene ninguno o tiene uno, está por debajo de sus expectativas”, añade. Así que, a su juicio, si tenemos pocos niños es más por “una cuestión de barreras que de deseos”. De ahí el malestar o déficit de bienestar.

La cuestión no es baladí porque puede ayudar a derribar algunos tópicos. ¿Por qué entonces optamos por tener menos hijos? Como en todo fenómeno social, no se puede apuntar a una sola causa; más bien han confluido varias circunstancias que han hecho caer la natalidad en todas las economías avanzadas. Digamos, para no entrar en detalles, que la modernización y todas sus implicaciones (transición demográfica, avance de los sistemas anticonceptivos, incorporación de las mujeres al mercado laboral, cambios en el sistema de valores…) han derivado en la pauta de tener menos descendencia.

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La educación infantil pública y de calidad es una de las políticas sociales que pueden facilitar la conciliación / Flickr

Sin embargo, a menudo se señala la incorporación de la mujeres al mercado laboral como la principal causa del descenso de nuestra natalidad. Castro derriba esta tesis. Al menos, de acuerdo con sus análisis, es solo una verdad a medias. La demostración la encontramos en las sociedades de los países nórdicos o incluso en Francia, que tanto geográfica como culturalmente nos resulta más cercano. En todos ellos la gente tiene más hijos. De hecho, estos países son prácticamente la excepción en una Europa cada vez más envejecida, puesto que allí la tasa de fecundidad se acerca o incluso en algún caso supera los dos hijos por mujer. La cosa tiene miga, porque se trata de sociedades en las que las mujeres se incorporaron al mercado laboral mucho antes que aquí y además lo hicieron de forma más masiva. ¿Qué explica entonces que allí se tengan más hijos? Para Castro la clave son las políticas sociales, y más concretamente las destinadas a la familia. Ejemplos: permisos de maternidad y paternidad de igual duración, instransferibles y pagados al 100%, escuelas infantiles públicas de calidad para los menores de tres años, posibilidades de reducción de jornada, horarios más flexibles, ayudas económicas por hijo a cargo… Aquí este tipo de medidas brillan por su ausencia.

A modo de conclusión, Castro explica: “La tesis de nuestro libro es que se ha pasado de una familia en la que el padre trabajaba y la madre cuidaba, lo cual favorecía la natalidad, a un momento de transición en el que la mujer tiene un perfil laboral cada vez más similar al del hombre; pero éste no cambia porque no asume la misma responsabilidad en los cuidados. Y las políticas sociales tampoco cambian, así que la sociedad no se adapta a este nuevo escenario y la fecundidad baja. Si se supera esta etapa de transición y predominan las familias igualitarias y las políticas sociales que favorecen la conciliación, la fecundidad vuelve a subir”. Ese es su diagnóstico: ayudas sociales+ educación para la igualdad entre ambos géneros=aumento de la natalidad.

4 comentarios

  1. Dice ser Óscar

    Yo tengo el número de hijos que deseo: 0.

    29 octubre 2015 | 09:29

  2. Dice ser marian

    Será porque la gente cada vez se independiza mucho más tarde al no encontrar trabajo (a lo mejor para asegurar pensiones, se deba adelantar la jubilación y contratar gente joven), se empiezan a vivir mucho más tarde (no da tiempo a tener más hijos), las casas asequibles son diminutas como para tener prole, el coste por hijo es elevado y no hay seguridad laboral ni sueldo normal que aguante ese costo, vamos, tan sencillo como eso.

    29 octubre 2015 | 10:25

  3. Dice ser susi

    No podría estar mas de acuerdo con este análisis. Aunque la primera causa seria más bien unas tasas de paro de récord mundial q padecemos en nuestro querido pais. Haypoco empleo y precario. Y unos horarios totalmente irracionales q no los hay en ningún país europeo.
    Por otra parte la sociedad española y en general las del sur de Europa siguen instaladas en la idea de q el cuidado y la crianza son cosas de la madre y q el padre «ayuda». Eso si luego cd vienen los divorcios y separaciones y las custodias van a la madre porque es la q mas se ha ocupado de los crios se quejan del feminazismo imperante.
    Desde luego esta clara una cosa: mientras las mujeres tengamos q seguir eligiendo entre ser madres y trabajar la natalidad va a seguir bajando. Por lo menos por mi parte. No es casualidad q en los países donde se intenta continuar con el reparto de roles traficcional tengan las natalidad es mas bajas: España Grecia Alemania Italia….Hace ya unas cuantas décadas q nos hemos incorporado al empleo. Han tenido tiempo de sobra para cambiar las cosas como si han hecho Francia o los países escandinavos. Pero para q si total mientras las pringadas de las mujeres sigamos pariendo y criando la nueva generación de esclavos agradecidos…. Pues ahí esta el resultado. De lo q se siembra se recoge. Huelga de natalidad (mas aun si cabe) hasta q tengamos medidas similares a Francia como mínimo. No seáis las tontas útiles del sistema y no trngais hijos en una sociedad q OS presiona para ser madres y después OS da la espalda y OS discrimina precisamente por serlo.

    29 octubre 2015 | 10:48

  4. Dice ser susi

    El_Soberano:
    Pues no sé chico, debemos vivir en países distintos porque al menos en mi entorno, cuando una pareja se acerca a la treintena y sobre todo si ya llevan unos años de relación, empieza la típica preguntita: bueno y vosotros para cuando los nenes? Y la preguntita se vuelve cada vez más insistente, si hubiera recibido dinero por cada vez que me la han hecho, sería rica. No digamos ya como todos en tu entorno hayan tenido retoños. Entonces ya si que empieza el bombardeo incesante. Algunos intentan convencerte como si te estuvieran vendiendo algo a comisión.
    Los gobernates por su parte amenazan con el rollo de que si no se recupera la natalidad, no habrá pensiones. Mentira y gorda, porque el hecho de que haya pensiones o no depende de que haya trabajo y por tanto cotizantes. Si no trabajo (y no lo hay) no hay pensiones. DE hecho ya el gobierno ha tenido que hechar mano de la hucha de las pensiones. solo recordar que en nuestro querido país la tasa de desempleo supera el 20% y la de los jóvenes ¡¡¡¡el 50%¡¡¡¡ vamos q es surrealista. Por lo tanto no es que falte mano de obra. Es que NO HAY TRABAJO. ASí que como si tenemos cinco hijos cada uno, el problema de las pensiones seguirá existiendo. Si no hay trabajo, no hay pensiones. Punto pelota. Así es q como ves los gobernantes no desincentivan la natalidad, sino todo lo contrario. Además, saben perfectamente que alguien con hipoteca y dos críos está bien cogido por las pelotas, y tragará con lo q le hechen. Alguien que no tiene cargas familiares no es tan manejable. No es q se nos presione para que pensemos q tener hijos te jode la vida. Es q en el estado actual de cosas, hay que estar muy ciego para no verlo.
    Por supuesto, esto no es incompatible con que dejan entrar invasores a miles para poder seguir teniendo su mano de obra baratita, abundante y sumisa. Pero te aseguro q no tienen ningún problema en q los europeos nos reproduzcamos. Otra cosa es q viendo el percal y como somos un poco más espabilados que los tercermundistas no lo hagamos. Por cierto, los inmigrantes enseguida acoplan sus tasas de natalidad a las del país de acogida, hay estudios al respecto, puedes buscarlo.
    Y por último; lo de los permisos intranferibles sería un paso importantísimo para la igualdad. Pero aún así, el problema vendría después. Las empresas saben muy bien quien reduce jornadas, quien falta para llevar al crío al médico si está malo o quien saldrá pitando a su hora en punto para recogerlo de las extraescolares. Y eso pesa en la contratación. Tanto o más que lo de los permisos.

    29 octubre 2015 | 17:38

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