Edgar Alan Poe… el astrónomo

GASPor Gustavo Ariel Schwartz

Poe tenía una gran afición por la ciencia, y en especial por la astronomía. Tal era su interés por estos temas que estaba convencido de que iba a ser más recordado por sus ideas científicas que por sus escritos.

En 1848, con 39 años de edad y a uno de su muerte, propuso una solución realmente innovadora a la paradoja de Olbers. Esta paradoja señala que en un universo infinito, eterno e inmutable (como se creía entonces que era el universo) el cielo nocturno no podría contener regiones oscuras.

Paradoja

Según la paradoja de Olbers, a medida que observamos las estrellas situadas en capas más lejanas a la Tierra, el cielo debería verse más luminoso. / Kmarinas86 (CC-BY-SA-3.0)

Sabemos que cuanto más lejos está una estrella de la Tierra, menor es su intensidad aparente (en concreto, esta intensidad disminuye con el cuadrado de la distancia). Por eso, cuando observamos dos estrellas similares situadas a diferente distancia de nuestro planeta, vemos más brillante la que está más cerca. Pero si suponemos que la densidad de estrellas en el universo es constante, a medida que nos alejamos de la Tierra y abarcamos un radio mayor del espacio, la cantidad de estrellas tendrá que aumentar (y no de cualquier manera, sino en proporción al cuadrado de la distancia). Por tanto, estos dos efectos se cancelan (cuanto más lejos, menos intensidad tienen los puntos de luz pero más puntos de luz hay) y, al observar el cielo en cualquier dirección, deberíamos ver una cantidad de luz infinita. Y éste, obviamente, no es el caso. Entonces, ¿cuál es el problema?

Alguna de las hipótesis arriba mencionadas no puede ser correcta: el universo no puede ser infinito, eterno e inmutable. Poe propuso entonces que «[…] podríamos comprender los vacíos que nuestros telescopios encuentran en innumerables direcciones suponiendo que la distancia hasta el fondo invisible es tan inmensa que ningún rayo de luz procedente de allí ha sido todavía capaz de alcanzarnos». Esta idea echaba por tierra la hipótesis de eternidad; el universo tuvo un principio. De no ser así, por más lejos que estuviera una estrella, su luz habría tenido tiempo suficiente para llegar hasta nosotros.

Como si de un oxímoron borgiano se tratase, la oscuridad del cielo nocturno es una de las más claras y bellas evidencias a favor del Big Bang.

Cielo nocturno

 

Gustavo Ariel Schwartz es científico del CSIC en el Centro de Física de Materiales, dirige el Programa Mestizajes y mantiene un blog sobre Arte, Literatura y Ciencia.

4 comentarios

  1. Dice ser Manuel

    Espectacular. Muy interesante y se agranda aún más la figura de Poe. ¡Gracias!

    31 marzo 2014 | 10:36

  2. Dice ser Perroflauta

    Una pena que un tema tan interesante se trate de manera tan superficial y tan poco cientifica. La paradoja de Olbers ha sido muy estudiada («Darkness at night», de E.R. Harrison, o «The paradox of Olber’s Paradox» de S.L. Jaki, y unos cuantos mas) y casi nadie concluye de ahi que el Universo tenga un principio, ni que el Universo no pueda ser infinito. Mas bien deducen que las estrellas tienen una vida limitada.
    Se ve que algunos «cientificos» no han aprendido aun el metodo cientifico, y siguen aun el metodo medieval del dogma y la teologia: primero establece cual es el dogma en el que hay que creer, y despues apana los datos y los razonamientos para que el dogma quede demostrado.

    31 marzo 2014 | 11:06

  3. Dice ser Elestel

    Una vez se lo pregunté a Miguel López-Alegría qué es lo que se veía ahí arriba, y nos respondió que en realidad lo veía «todo luminoso con zonas menos luminosas». Por supuesto, a la hora de sacar fotos, cualquier objeto iluminado cercano por contraste parece que el fondo es negro.

    31 marzo 2014 | 12:51

  4. Dice ser wawa

    Perroflauta,
    No se deduce de ahi solo, lo relevante de este razonamiento es que es una deducción lógica y muy obvia. Y que la hizo Poe mucho antes que ningún científico, muchos de los actuales coinciden por cierto.
    Si fuera eterno el universo, en el tiempo en el que una vez muerta la estrella, hasta que dejara de llegarnos su luz, ya habrían aparecido otras tantas en su mismo lugar, asi que eso no explica nada.
    Cuanto más de sobrado hablas menos autoridad desprendes, te crees muy listo tal vez…

    31 marzo 2014 | 16:12

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