El proyecto Top Manta: Ropa legal hecha por gente “ilegal” se ha puesto en marcha con la financiación necesaria que consiguió en la plataforma de micromecenazgo Goteo para desarrollarse. Y lo hicieron con mucho éxito, pues consiguieron mucho más de lo que pedían.

Esta primera marca de moda ha sido lanzada por el Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes de Barcelona, más conocidos por el nombre de TopManta y con ella, los manteros y manteras quieren trabajar, demostrar su valía y gestionar su futuro.

En julio de 2017 lanzaron la marca Top Manta con la intención de mejorar sus condiciones de vida como colectivo. Querían una alternativa a los productos de imitación y soñaban, según dicen en la plataforma, con poder «sacar de la calle a todos los colectivos marginados» de Barcelona.

Para lanzar la campaña de microfinanciación, se registraron oficialmente como asociación sin ánimo de lucro, con el nombre de Asociación Sindicato Popular de Vendedores Ambulantes de Barcelona. Precisamente, una de sus actividades es el diseño y venta de sus propias prendas de moda.

Con lo recaudado (67.184 euros, habían hecho una previsión de 44.529 euros) podrán cumplir sus estatutos, que tienen como objetivo mejorar las condiciones de vida del colectivo de vendedores y vendedoras ambulantes de Barcelona, así como la búsqueda de oportunidades de regularización y de trabajo.

La primera colección de Top Manta ha sido diseñada por los propios manteros con el apoyo del departamento de Arte y Diseño de PlayGround. Con lo obtenido en Goteo pretenden «seguir demostrando nuestra creatividad y seguir luchando por nuestros derechos como colectivo migrante. Poco a poco avanzaremos hacia nuestro mayor sueño: crear nuestra propia cooperativa, una empresa social vinculada al mundo de la moda y la lucha antirracista».

De cada 100 euros recaudados, 35 se invertirán en fabricación de recompensas; y de los 65 restantes, 50 son gastos de la Asociación (gastos administrativos, salarios, infraestructura y pago de servicios de la tienda-taller) y  los 15 restantes irán destinados al beneficio colectivo.

Las camisetas y sudaderas hablan de su viaje desde Senegal, de su día a día vendiendo en la calle y también de su lucha: “Ropa legal hecha por gente ilegal; unas prendas verdaderas para un sistema falso e hipócrita”.

Insisten  en que su ropa habla de sus valores y que por eso han querido que sean justas, accesibles y no contaminantes. Las camisetas sobre las que serigrafian los diseños son de la marca Continental Clothing, y tienen la etiqueta Fair Wear Foundation (FWF) que asegura las buenas condiciones de los trabajadores y trabajadoras de la industria textil; el sello Global Organic Textile Standard (GOTS), la norma internacional de procesamiento textil con criterio social y ecológico; la etiqueta Fairtrade Cotton, que asegura que la prenda se ha fabricado con algodón de comercio justo; y la etiqueta Fair Share, que incluye una pequeña tasa que se añade directamente al salario de los trabajadores y trabajadoras textiles.

También explican que no llegaron a España con las manos vacías y que tienen conocimientos y oficios muy variados. Varios de ellos han sido sastres en Senegal y otros muchos tienen experiencia como comerciantes. Además, se guían por un código de valores: «somos solidarios entre nosotros y con otros colectivos vulnerables, y consideramos que la venta ambulante es una actividad digna y que sobrevivir no es delito».

Desde la creación del sindicato pelean de forma asamblearia por tener derechos y deberes, como cualquier ciudadano. «Queremos demostrar nuestra valía a quienes no quieren verla, queremos trabajar de forma legal para contribuir a la economía de Barcelona, que es nuestra ciudad».