Cuando Bram Stoker creó el personaje de Drácula, para su novela de terror publicada en 1897, lo hizo inspirándose en Vlad Tepes, un singular príncipe de Valaquia que vivió en el siglo XV. Según numerosas fuentes, ‘Vlad el empalador’ (como era conocido) padecía una enfermedad llamada ‘porfiria eritropoyética’ la cual se caracteriza, entre otras cosas, por retraer las encías, causar fotosensibilidad (fotofobia), anemia y en la que la ingesta o contacto con el aroma que desprende un ajo puede agravarla.
La exhaustiva documentación para crear al personaje de Drácula llevó a Stoker a dotar al mismo de todos los síntomas de dicha patología, de ahí que los vampiros que nos podemos encontrar en cualquier novela, cómic o film sean sensibles a la luz solar (debido a la fotofobia), necesiten sangre para sobrevivir (a causa de la anemia, ya que los enfermos de porfiria eritropoyética debían recibir transfusiones de sangre y cuando ésta aún no existía era ingerida oralmente), les crecieran los colmillos (por las encías retraídas que dejaban al descubierto mayor parte de la dentadura) y ser ahuyentados con una ristra de ajos, que, como he comentado anteriormente, el comerlo u olerlo agrava severamente la enfermedad.
El tema de la estaca de madera y los crucifijos ya es cuestión de la ficción literaria y nada tiene que ver con la patología que originalmente padecía el personaje que inspiró la creación de Drácula y los posteriores vampiros nacidos de la imaginación de otros autores.
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Te habrás quedado bien a gusto después de escribir esta mamarrachada.
27 agosto 2012 | 10:16
Ahora los vampiros ya no chupan sangre ni huyen del ajo , ahora nos chupan el dinero con normas de retroceso en la calidad de nuestras vidas , son los parásitos que viajan en yates y aviones privados y solo quieren que el pueblo sea un pueblo sin cultura ni sanidad suficiente para subsistir.
Clica sobre mi nombre
27 agosto 2012 | 10:16
interesante
y los PICOS tambien auyentan a los vampiros pero a los VAGOS los disuelven
27 agosto 2012 | 10:20
Lo de la estaca es auténtico, es popular, aunque posiblemente en las islas británicas haría siglos que no se practicaba cuando se escribió la novela. Antiguamente, las enfermedades infecciosas causaban que los miembros de una familia fuesen muriendo secuencialmente, y la familia lo atribuía (en muchas regiones de Europa) al alma del primer muerto que venía a buscar a sus familiares. La única solución era desenterrar el cadáver y clavarle una estaca en el corazón. Como el cadáver solía tener aún relativamente intacta la caja torácica y vías aéreas, el efecto de tal barbaridad solía ser que éste «exhalaba un suspiro» (por el mismo principio que todo saco lleno de aire hace algún tipo de sonido si el aire es obligado a salir por una vía estrecha a gran velocidad). Los médicos de Napoleón documentan estas barbaridades en Bosnia a principios del siglo XIX.
Se piensa que la leyenda era de origen germánico.
27 agosto 2012 | 10:34
@Opinante, gracias por tu aporte sobre la estaca de madera, que conocía cómo y porqué se utilizaba antiguamente en algunos casos específicos, pero, como indico en el post, nada tiene que ver con la enfermedad de la porfiria eritropoyética (a aquellos que la padecián no se les clavaba ninguna estaca en el corazón para acabar con ellos) sino que Bram Stoker utilizó este recurso para dar aun más dramatismo a la historia.
Un saludo
27 agosto 2012 | 10:47
Retuetano, Ud. si que se ha quedado a gusto.
27 agosto 2012 | 10:52
Te ha faltado decir que deformaba también nariz manos y orejas, pero por todo lo demás buen artículo
27 agosto 2012 | 11:16
Sr. Larrosa.
Tras leer algunas opiniones suyas sobre diversos temas, he llgado a la conclusión de que es usted más pesado que un carro de osmio.
Siempre dando la lata con que si me roban conque si los políticos …………….
Opine usted del tema que concierne y si no ni se moleste en tortuarnos.
CANSIIIIIIIIIIIIINO
por cierto lo de Drácula, muy bien….
27 agosto 2012 | 11:40
Gracias Rorro
Clica sobre mi nombre
27 agosto 2012 | 11:48
Pues por lo mismo que a todos los demás: por el aliento.
El mito de que les repele el agua corriente y la luz del sol pudo nacer tras observar los hábitos de un primo mío friki que vive pegado al ordenador, no le ha dado la luz del día en años, no se levanta del asiento ni para ducharse y vive a base de pizzas (sin ajo).
En cuanto a lo de la estaca en el corazón, ya ves tú qué raro es morir porque te han atravesado el corazón. No es nada especial, diñarla cuando te perforan el corazón también lo sé hacer yo.
Por último, chupar la sangre tras ser revivido de entre los muertos se inspira claramente en Bankia.
27 agosto 2012 | 12:38
Pues si tan poco te interesa el post, no te metas a leerlo que no te obliga nadie.
Enhorabuena por el blog, a mi me encanta!
27 agosto 2012 | 12:50
¿Sabes lo que te digo?
Que les den morcillas.
Eso viene de que los eritropoyéticos porfiriosos comían morcillas para soportar el ajo mejor, como hacía Rasputín con las pequeñas dosis de cicuta. Todo se desvela, la luz es la verdad y el túnel se flagela porque pierde toda la oscuridad, oh, humanos sin miedos ni secretos a vuestros pies que os hagan caer en vuestro camino hacia Utopçia, ¿qué ha de ser de vuestras almas sin miedos, sin misterios, que sin ellos habrá de perderse toda Poesía? Oh, cielos, viva la eritropoyesía.
27 agosto 2012 | 14:16
Don Antonio Larrosa ha visto la luz del aneoesclavitud y la democracia secuestrada por los poderes menso democráticos que existen.
Somos carne de cañón, pagadores injustos de los desmanes de los irresponsables vampiros que no dejan ni ajos en el camino.
27 agosto 2012 | 14:19
Cuéntame tu historia. La que tú quieras
sinremedio76@hotmail.com
27 agosto 2012 | 14:30
No te acostaras sin saber una cosa mas… De lunes a jueves.
27 agosto 2012 | 22:05
Hay un artículo muy interesante de 1987 (Garlic: molecular basis of the putative ‘vampire-repellant’ action and other matters related to heart and blood, Trends in Biochemical Sciences, vol 12, pp. 252-254), donde describen el efecto de un compuesto del ajo, el ajoeno, que impide la agregación de las plaquetas, es decir, hace que la sangre se mantenga líquida durante más tiempo. Lo curioso es que lo relacionaba con el mito de los vampiros en el sentido contrario y decía (en la Ciencia también hay sentido del humor) que los vampiros habían propagado el mito que con los ajos se les ahuyentaba, siendo que les favorecía para poder sorber la sangre más fácilmente. Es la primera vez que comento, pero soy asiduo lector y el blog es muy interesante. Un saludo.
29 agosto 2012 | 21:58