Cada vez son más los comercios que disponen de venta a través de internet y el porcentaje de usuarios que adquieren habitualmente algún artículo a través de la red (ya sea en tiendas online o aplicaciones de venta entre particulares) ha alcanzado el 70%.
Antes de la irrupción de internet había dos modos de comprar desde casa: la famosa ‘teletienda’, infocomerciales que comenzaron sus emisiones en EEUU a principios de la década de 1950 (aunque su boom fue a partir de 1984 y a España llegaron con la televisión privada en 1990) y la venta por catálogo, otro de los medios más populares de comprar productos sin tener que acudir a ningún comercio.
La venta por catálogo tiene una antigüedad de casi un siglo y medio (fue inventada en 1872) y se le ocurrió a Aaron Montgomery Ward, un comercial que se dedicaba a viajar por todos los Estados Unidos para abastecer de productos a los comercios de las principales poblaciones.
Pero el señor Montgomery se dio cuenta que había una importantísima parte de la población que no tenía acceso a los productos que él suministraba a los comercios: los agricultores y todo aquel que vivía en zonas rurales (por aquella época un porcentaje muy elevado de estadounidenses).
El motivo de que quienes vivían en el entorno rural no adquiriese apenas productos manufacturados era debido a las elevadas comisiones que se llevaban los intermediarios que servían a los comerciantes más el margen de beneficio que éstos le aplicaban, provocando que el precio final fuera en algunos casos muy alejado de lo que se podían permitir pagar.
Por tal motivo Aaron Montgomery Ward ideó un método de venta que eliminase a varios intermediarios y que fuese directamente desde su punto de venta en Chicago hasta los compradores.
Alquiló un almacén y adquirió un extenso lote de productos (que al comprarlos al mayor le salió por un precio bastante bajo), después mandó imprimir varios cientos de copias de una hoja en la que aparecían los 163 productos que tenía a la venta y los distribuyó entre varias cooperativas agrícolas.
Los compradores debían marcar qué productos querían adquirir (entre los que se encontraban ropa, sombreros, calzado, herramientas, enceres de cocina, armas de fuego…) y enviar la hoja por correo. En cuestión de unas semanas les llegaba a su domicilio (en los casos de viviendas más alejadas se enviaba a la estación de ferrocarril más próxima).
Así fue como en cuestión de pocos años la venta por catálogo de Aarón Montgomery Ward se convirtió en todo un éxito y en solo una década aquella única hoja con 163 productos se había convertido en un libro de 240 páginas y más de diez mil productos diferentes.
En despegue total de este tipo de venta por catálogo llegó a partir de 1913 cuando se puso en funcionamiento el servicio de paquetería postal (Parcel Post) que llevaba, a través de la compañía de Correos, al domicilio de los ciudadanos paquetes de hasta 50 libras de peso (aproximadamente 22 kilos), por lo que ya no tenían que desplazarse hasta la estación de ferrocarril.
Ya iniciado el siglo XX varias eran las empresas que se dedicaban a la venta por catálogo en Estados Unidos, Canadá y Reino Unido. y a lo largo de la mayor parte del siglo se convirtió en el modo favorito para comprar de millones de usuarios que no podían (o no les gustaba) desplazarse a los comercios. Durante largo tiempo convivió con la teletienda (que se convirtió en una gran competencia), pero la aparición del comercio online es lo que, en los últimos años se ha llevado la mayor parte del mercado.
La empresa Montgomery Ward todavía existe, adaptándose a los nuevos tiempos y es uno de los negocios líderes de la venta por internet, aunque todavía hay personas que prefieren seguir recibiendo el catálogo en sus hogares y realizar sus compras de ese modo.
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Fuente de la imagen: Wikimedia commons
Aun recuerdo cuando recibia emocionado en los años 80 el boletín informativo Discoplay a veces con extraños discos dificiles de encontrar en las tiendas para comprarlos por correo. ya ha cerrado hace unos años. yo me forraba la carpeta del colegio con las fotos de mis discos favoritos que recortaba del boletín.
19 noviembre 2016 | 18:14