Francisco Narla (Lugo, 1978), autor de la celebrada Assur entre otras, vuelve a campear por las listas de novelas históricas más vendidas con su última novela Laín, el bastardo (Edhasa, 2018). Una historia de aventuras medievales tan personal como caracterizada por cierto aire clásico que le ha valido el I premio Narrativas Históricas de Edhasa. Galardón que le hace sentirse a este aviador -es comandante en vuelo de una aerolínea- y novelista, «agradecido y emocionado», pero que, en su opinión, le conduce a un lugar al que quería llegar: «Todos los que escribimos novela histórica siempre deberíamos acabar en Edhasa, es como la madre del género».
Tras haber publicado con el grupo Planeta, ¿no siente algo de vértigo con el salto a una editorial con prestigio pero más pequeña?
El salto viene provocado por el premio. Sabíamos que era la apuesta que iba a hacer Edhasa con el premio era muy grande. Edhasa quiere volver a ser grande y quiere hacerlo con el género que más se identifica. Mi agente me dijo: es una oportunidad y no perdemos nada. Y tenía razón. La dotación no era muy grande, pero sí la apuesta. Y se nota, la repercusión en distribución, mediática e internacional está siendo increíble. La respuesta está siendo mucho mejor que en varias de mis anteriores novelas.