‘Laín, el bastardo’: retorno a las grandes novelas de aventuras medievales

Fotograma de la película Ivanhoe (1952)

La novela histórica puede estar más o menos en boga, pero siempre está ahí (ya lo decía hace un año por estos lares José Calvo Poyato). Y dentro de ellas, las novelas de la antigua Roma y la Edad Media son fijas. Son épocas marcadas a fuego en el imaginario lector. Y dentro de ellas, siempre han destacado esas grandes y épicas novelas de aventuras medievales: Ivanhoe, El talismán, El puente de Alcántara, El Médico,

En ese marco conceptual, vuelve a entrar, tras Assur, Francisco Narla con su última novela -y ganadora del premio Narrativas Históricas Edhasa-, Laín, el bastardo (Edhasa, 2018). Novela poderosa y viajera, que hace viajar a lector y a sus personajes desde la Galicia del siglo XIII hasta el Lejano Oriente.

Laín es el hijo bastardo de un señor feudal que marcha a las cruzadas con el rey de Navarra y queda allí prisionero. El jovencito, con muchos arrestos, marchará con un grupo de hombres de armas a rescatar a su padre a Tierra Santa. Y desde esa premisa, Narla pone a funcionar con acierto una aventura medieval con un buen número de elementos sugerentes: las cruzadas, los españoles en ellas, los templarios y las reliquias (afortunadamente sin foco secretista alguno), los mongoles, Venecia, la secta de los Asesinos… Todos ellos trenzados con gracia e interés y aderezados con trágicos amores imposibles, peleas, persecuciones, rescates y traiciones, ¿quién pide más?

Además, el autor añade al cóctel una poderosa línea temporal secundaria, encarnada en el trovador Martín Códax y en cómo descubre esta sugerente historia de viajes y retornos, de búsquedas y venganzas, que da al autor la oportunidad de organizar la obra como una cantiga medieval, como un auténtico poema épico.

Novela de aventuras de las de siempre, épica, escrita con el estilo propio de Narla -autor bestseller, pero alejado de los estilos más funcionales de algún que otro súperventas- que al final, como todas estas grandes historias, relata un crecimiento personal, el del viajero, el del hijo.

Narla triunfa en un territorio por todos conocido, pero siempre atractivo. Un auténtico retorno a las novelas que han deleitado y poblado el imaginario popular medieval.

Y vosotros, ¿qué os ha parecido?

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1 comentario

  1. yo creo que Luin al ser el hijo bastardo realiza el mejor papel que e visto en mi vida

    15 abril 2018 | 16:49

Los comentarios están cerrados.