«Mejor que quedarse llorando en un rincón»: una interesante reflexión sobre divulgación, videojuegos y series históricas de Cat Jarman

La arqueóloga Cat Jarman | CEDIDA POR ÁTICO DE LOS LIBROS

El año pasado entrevisté a la arqueóloga e historiadora especialista en el mundo vikingo Cat Jarman (la entrevista salió dividida en dos partes en 20minutos que podéis leer aquí y aquí), cuyo primer libro aparecido en España, Los reyes del río (traducción de Ana Herrera, Ático de los Libros, 2022) destaqué como uno de los mejores ensayos del año pasado.

Jarman trabajó como consultora histórica del videojuego Assassin’s Creed: Valhallaambientado en el mundo vikingo. Eso me llevó a preguntarle sobre las adaptaciones de videojuegos o series de ficción audiovisuales que del área de su especialización. Su respuesta, que no pudo entrar en las entrevistas que publiqué con ella, me pareció sensacional y, tras volverla a leer recientemente, me ha parecido oportuno recuperarla y compartirla en XX Siglos con todos vosotros.

No soy de las personas que ve una serie para quejarse de lo que han hecho. Tampoco veo tantas de este tipo, porque es mi trabajo y cuando veo series busco desconectar. Pero, en cualquier caso, creo que la gente es consciente de lo que ve es ficción, aunque sí es verdad que muchas veces perpetúan tópicos. Pero en general, me parece bien porque provocan interés y con ellas, estos temas llegan a gente que igual sin estos productos nunca se habrían interesado en ellos.

Y ponía un ejemplo:

Hace poco estuve en un festival literario en India. Allí, por cultura, no estudian a los vikingos, pero había muchísima gente interesado en ellos gracias a las series de Netflix o al Assassin’s Creed: Valhalla. Así que igual llegaron por un referente que no es excesivamente correcto históricamente hablando, pero eso les ha hecho querer saber más. Al AC: Valhalla juegan 150 millones de personas en el mundo, así que, con que a un pequeño porcentaje de esos jugadores les despierte el interés y les lleve a buscar por internet y leer libros es bueno. Así crece el interés, hay más dinero para investigar y todo se retroalimenta: es todo positivo. Para mí siempre ha sido positivo involucrarse con estos productos… Y sobre todo, es mejor que quedarse llorando en un rincón por cómo utilizan la Historia. Mejor se parte activa.

Me parece una reflexión oportuna y muy interesante, que por cierto, no veo en muchos historiadores y profesores tan habitual como me parece que debería ser.

Y vosotros, ¿qué opináis?

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