Rubén Villamor: «La carga banzai de los japoneses en Alaska fue de las pocas que estuvo a punto de tener éxito»

Soldados estadounidenses disparando un mortero durante la campaña de las Aleutianas (BIBLIOTECA DEL CONGRESO)

Durante el último año, el divulgador Rubén Villamor ha mantenido muy activa su tarea de divulgar el frente del Pacífico de la Segunda Guerra Mundial en el Pacífico con dos obras: Esto no estaba en mi libro la guerra del Pacífico (Almuzara, 2021) y Japón invade Alaska (HRM, 2022), sobre la campaña las Aleutianas, la única vez que un ejército del eje logró tomar territorio estadounidense durate aquella guerra. Escritor especializado en historia de Japón y con formación militar, Villamor (Mallorca, 1987) ha dedicado a través de doce libros, artículos y su web Eurasia 1945.

Charlo con este divulgador sobre aquella guerra, las historias que cuenta en su dos últimos libros y la dificultad de un historiador español al historiar aquel conflicto en el que nuestro país fue teóricamente neutral.

El desconocimiento del frente del Pacífico sobre la Segunda Guerra Mundial entre el gran público es bastante manifiesto y el que existe está basado casi exclusivamente en el cine o los videojuegos… ¿Divulgar este tema es algo que ni Hollywood ha podido lograr?

En realidad Hollywood ha explotado en infinidad de ocasiones la campaña del Pacífico en la Segunda Guerra Mundial, pero siempre desde los hechos que protagonizaron los Estados Unidos como Pearl Harbor, Guadalcanal, Midway o Iwo Jima. Fuera de las batallas libradas por el Cuerpo de Marines a la hora de ocupar las islas de Oceanía, en el resto hay un páramo intelectual vacío que los historiadores deben explorar y el público conocer.

Quizá, sería interesante divulgar más como usted lo hace para que el público pueda ver y valorar esas películas bélicas chinas como 800 que están llegando, en parte gracias a las plataformas de streaming, y que están dando una visión diferente de aquel conflicto, aunque también llena de viejos y nuevos sesgos…

En la última década numerosas películas y series chinas sobre la Segunda Guerra Mundial han llegado a nuestras pantallas y plataformas, quizá la más conocida Ciudad de Vida y Muerte acerca de la masacre de Nankíng que en el año 2009 se llevó el premio a la mejor película en el Festival de Cine de San Sebastián. No obstante, las producciones bélicas chinas adolecen de los mismos esteriotipos que las norteamericanas al presentar historias cargadas en exceso de patriotismo y altamente exageradas en lo referente a la acción, solo que en este caso con actores chinos.

¿En ese desconocimiento de aquella parte de la Guerra Mundial y, sobre todo, de las partes en las que no estuvieron involucrados estadounidenses o británicos hay un sesgo racista?

No creo que sea un sesgo racista, sino más bien un sensación exótica y lejana. Al fin y al cabo, como occidentales tenemos una visión eurocéntrica de la Segunda Guerra Mundial, ya que nos fijamos fundamentalmente en lo que sucedió en casa, aquí en nuestro continente que es Europa. En Asia pasa exactamente lo mismo, pues a un chino, japonés o coreano episodios como la Blitzkrieg, Stalingrado, Normandía o el Holocausto les son acontecimientos secundarios que quedan demasiado lejos de su hogar.

Una de las historias que usted cuenta en Eso no estaba en mi libro de la Guerra del Pacífico es el terrible bombardeo de Wuhan… Leyendo su relato y echando la vista a los últimos y pandémicos años esa ciudad no parece tener muy buen fario…

Wuhan vivió el tercer bombardeo más devastador de la Segunda Guerra Mundial con 95.000 víctimas mortales, tan sólo superado por el raid de Tokyo con 200.000 y la bomba atómica de Hiroshima con 170.000. Y sí, es una ciudad maldita cuando ya desde la Edad Media los mongoles la despoblaron, algo que también hicieron los fanáticos de la Secta Taiping en el siglo XIX, sin obviar con que allí comenzó la Revolución China de 1911 y que en 1966 la ciudadanía de la metrópoli volvió a sufrir una brutal represión después de atreverse a insultar a Mao Tse-Tung durante un mitin un plena Revolución Cultural.

Rubén Villamor.

Otra historia que llamará la atención, es la presencia de antifascistas italianos en Birmania…

Es una historia anecdótica, pero curiosa. Al cambiar el Reino de Italia del bando del Eje al de los Aliados en septiembre de 1943, muchos de los prisioneros italianos que estaban en campos de internamiento en la colonia inglesa de la India, se les dio la oportunidad de salir del cautiverio si colaboraban en la lucha contra Japón, aprovechando que la línea del frente se hallaba muy cerca en la vecina Birmania. Así nació el Cuerpo de Ingenieros Italiano que entre 1944 y 1945 llevó a cabo labores de seguridad y logísticas en una de las junglas más peligrosas del mundo.

El Holocausto es globalmente conocido, pero tuvo una rama en Asia, con el gueto de Shangai…

Japón fue otro de los aliados de Alemania que en mayor o menor medida contribuyeron a la destrucción mundial del pueblo judío, como ya estaban haciendo otros países de forma activa como Rumanía, Hungría, Croacia, la Francia de Vichy, etcétera. Por aquel entonces en Shangai había 20.000 refugiados judíos, a los que los japoneses y colaboracionistas chinos encerraron en un gueto bautizado como la Pequeña Viena, donde permanecieron recluidos de 1943 a 1945 pereciendo entre 1.500 y 2.000 según la fuente, a causa fundamentalmente de las privaciones, las enfermedades o los abusos de las tropas japonesas.

No fue el único, usted habla de genocidios de la etnia Karen y los hechos que relata en Indonesia son también trágicos…

Son otros de los tristes ejemplos pocos o nada estudiados de la Guerra del Pacífico. En el caso de la etnia de los karen, los ultranacionalistas birmanos aprovecharon el vacío de poder dejado tras la marcha de las fuerzas inglesas y la llegada de las tropas japonesas en el año 1942, para perpetrar una limpieza racial sobre esta raza y en menor medida contra la de los rohinya que dejaría unas escenas espantosas de sadismo y violencia al sur de Birmania. En el caso de Indonesia, el saqueo de alimentos y materias primas perpetrado por Japón los años 1944 y 1945, más la movilización de trabajadores forzosos conocidos como romushâ, implicó la muerte por inanición o agotamiento de 4 millones de personas.

¿Cuál es la historia de aquella guerra en Asia que más le ha impactado?

Incuestionablemente la Matanza de Nankíng de 1937, pues en el año 2019 tuve ocasión de visitar nada menos que una de las fosas comunes, donde pude contemplar a más de un centenar de esqueletos en la tierra, muchos de niños y bebés. Esta experiencia sin duda marcó mi vida y a día de hoy se me eriza la piel tan sólo de recordarlo.

¿Un historiador español se acerca de la misma manera a aquella guerra que otro de un país beligerante?

Supongo que no, al haber sido España un país neutral. Obviamente siempre los historiadores anglo-sajones, franceses, rusos, italianos, japoneses o chinos pueden bucear en las fuentes de sus protagonistas redactadas en su propio idioma.

¿Le resulta más difícil acceder a las fuentes primarias?

Salvo que se emplee material oficial de Estados Unidos que esté al alcance del público, normalmente en archivos digitales, en el caso de fuentes chinas es tarea imposible. A pesar de todo en mi libro del Frente de China pude recopilar algunos datos sobre el mismo lugar de los hechos con ayuda local.

¿Por qué ha decidido dedicar un libro a la campaña de las islas Aleutianas?

Por ser el único territorio de Estados Unidos ocupado por una potencia del Eje en la Segunda Guerra Mundial, en este caso Japón, cuyas tropas permanecieron más de un año siendo dueñas de una porción de Alaska.

¿Las condiciones climáticas y geográficas tuvieron un impacto decisivo en esta campaña?

Absolutamente. Hablamos de temperaturas por debajo de los -30ºC, capas de más de un metro de nieve, vientos cortantes, mar embravecido, borrascas constantes y encima unas islas en las que no existe vegetación, salvo un poco de musgo sobre kilómetros de roca negra volcánica. Como no podía ser de otro modo las bajas por congelación de miembros se contaron por millares, como también las psicológicas que superaron con creces a las de otros escenarios de la guerra, llegando muchos psiquiatras a escribir en sus informes un cuadro clínico que calificaron como «el síndrome de las Aleutianas».

En ella se dio una carga banzai, suicida y a bayoneta calada, del ejército japonés en Attu… ¿eran estas acciones tan habituales como parece retratar la cultura popular?

Sí, fueron acciones comunes en la mayor parte de las batallas de la Guerra del Pacífico. Lo que diferencia a la carga de Attu es que en comparación con otras, ésta sí estuvo a punto de tener éxito porque la arremetida en medio de la noche polar, con cientos de siluetas fantasmales moviéndose entre la niebla ártica sin dejar de proferir gritos fanáticos, causó un pavor psicológico tremendo entre las tropas norteamericanas que en muchos casos huyeron sin tan siquiera defenderse, arrastrando con ellas a las unidades que tenían detrás hasta que medio ejército entró en desbandada. Aunque al final consiguieron sobreponerse después de perder el control de casi toda la isla y frenar a los nipones, la experiencia debió de ser terrible.

¿Qué impacto tuvo esta campaña en la guerra?

En realidad muchísima porque en lugar de dejar los norteamericanos una fuerza de bloqueo en las Aleutianas Orientales, decidieron apostar una cantidad desmesurada de recursos para expulsar a los japoneses de las islas de Attu y Kiska. De hecho para hacer frente a una guarnición de 15.000 nipones, los estadounidenses y canadienses movilizaron en Alaska a un personal de medio millón de militares, llegando al extremo de privar de fuerzas muy importantes MacArthur en el Pacífico Sur y una división entera al general Patton en África. Desde mi punto de vista, la importancia que Estados Unidos otorgó a las Aleutianas fue exagerada y eso derivó en un grave error estratégico en términos globales.

Empezábamos con cine y me gustaría acabar con él, ¿qué historia de aquella guerra en el Pacífico merecería una gran película?

La verdad es que muchas. Quizá particularmente a mi una película sobre el Regimiento Femenino «Rhani de Jhansi», que fue la única unidad de infantería de línea compuesta en exclusiva por mujeres, en este caso hindús de la India Libre que colaboraba con el Eje, las cuales en algunos casos se comportaron como verdaderas amazonas luchando contra los británicos en Birmania.

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1 comentario

  1. Dice ser azulmarinocasinegro

    Muy buen artículo, muy interesante si señor.
    Soy gran admirador de Rubén y lo sigo continuamente en youtube,

    21 julio 2022 | 11:55

Los comentarios están cerrados.