‘Berezina’: el desastre de la retirada rusa de Napoleón, en espectaculares viñetas

Por Pablo Lozano es director del Festival Internacional de Cómic Europeo (en Facebook,  Twitter e Instagram) y colaborador especializado en cómic histórico en XX Siglos. Le podéis seguir en Twitter, Facebook e Instagram, y escuchar en el podcast de cómic La buhardilla de Venger.

Tras la intensa décima edición del Festival de Cómic Europeo de Úbeda y enfrascados en plena edición de la Feria del Libro de Madrid, decido recuperar un nuevo titulazo que debéis tener en cuenta si queréis disponer de una buena comiteca de cómic histórico.

No sé si recordáis que en el mes de febrero comentamos en profundidad el cómic La Batalla del guionista Frederic Richaud y el dibujante español Iván Gil. Una obra que considero excepcional por diferentes motivos que ya explicaba en el artículo.

En esta ocasión volvemos a recuperar al mismo tándem de autores para hablar de otra de sus obras basada también en una novela histórica que probablemente muchos de vosotros hayáis leído. Además, al igual que en el anterior título, la obra se basa en otra historia del conocido novelista francés Patrick Rambaud.

El mismo Rambaud ha participado también en el cómic supervisando la obra y permitiendo ciertas licencias a los autores que varían ciertos aspectos de la obra original.

Este cómic se basa en la novela histórica Nevaba, que publicó por primera vez la editorial Martínez Roca en España en el año 2000. Posteriormente la hemos podido ver en ediciones de bolsillo. La novela es el segundo volumen de su trilogía dedicada a las guerras napoleónicas. Primero fue La Batalla (2000) y la última sería El Exilio (2005) que, por lo que estuve comprobando, no ha llegado a salir en España. Esta última, como su propio nombre indica, el emperador francés regresa a Francia en 1814 tras su fracaso en la invasión rusa, solo para ser obligado a abdicar y exiliarse en la isla de Elba, de la que planea su escape y un retorno al poder. Tampoco se ha realizado adaptación al cómic. Puede ser, y no estoy seguro, que de las tres novelas fuera la menos exitosa.

Berézina

El título de la novela en francés es Il Neigeait y en español Nevaba. En el cómic se decidió utilizar otro título diferente. Probablemente para que pudiera resultar más atractivo para los lectores y aficionados a la época napoleónica.

Berézina recrea uno de los episodios más trágicos de la epopeya napoleónica, la invasión de Rusia y la posterior derrota francesa. Es la terrible historia de hombres y mujeres que se vieron embarcados en aquella aventura, hombres valientes y temerarios, audaces y cobardes, taimados y honrados, según la circunstancia, hombres que vieron como Napoleón en su grandeza perdió el rumbo de la realidad. Este segundo título nos cuenta el declive del imperio Napoleónico, secuela de La Batalla, en el cual se nos describe las condiciones que soportó La Gran Armée en su huida de Rusia. En el relato podremos sentir las temperaturas bajo cero y el pavor al ver a los cosacos. Una increíble historia en la que Rambaud describió con grandeza lo que Tolstoi ya contara, la gran metedura de pata de Napoleón, llevando a sus hombres al canibalismo y a la destrucción de su imperio.

Aunque esté dentro de la misma trilogía los personajes que nos llevarán esta vez a través de los acontecimientos son totalmente diferentes a los de la obra anterior. El único personaje en común entre ambas obras será el más maduro, Napoleón, que en esta segunda parte tendrá incluso un poco más de protagonismo y se dejará ver mucho más por las viñetas desde mi punto de vista.

La historia basculará principalmente entre el capitán de caballería de una unidad de Cazadores, D´Herbigny, y el secretario personal de Napoleón, Sebastián Roque.

El capitán es un soldado hosco y valentón, muy belicoso y encantado de poder hendir cabezas y masacrar al enemigo, a pesar de haber perdido la mano derecha en la batalla de Borodino. En contraposición, tenemos al escribiente, con escasas aptitudes marciales, que cree estar en un lugar totalmente inadecuado para sí mismo; incluso lamenta el que su elegante caligrafía lo pusiera al servicio del emperador, viéndose arrastrado a una guerra en la que no quiere estar.

Con estos personajes de la mano viviremos en las primeras páginas la toma de Moscú por parte de la Grand Armeé y principalmente la retirada y huida del ejército francés tras el fracaso de la campaña.

En este largo periplo de la aventura uno de los puntos más importantes será la batalla de Berézina. La batalla tuvo lugar entre el 26 y el 29 de noviembre de 1812, entre el ejército francés de Napoleón Bonaparte y los ejércitos rusos dirigidos por Mijaíl Kutúzov, Peter Wittgenstein y el almirante Pável Chichágov.

Para los ejércitos franceses era vital el cruce del río Berézina, cerca de Borísov, actual Bielorrusia, y la batalla terminó con un resultado incierto. Los franceses sufrieron fuertes pérdidas, pero lograron cruzar el río y evitaron ser atrapados y aniquilados. Desde entonces, el término «Bérézina» se ha utilizado en francés como sinónimo de «desastre».

La verdad, y como ya pudimos ver en el anterior volumen de La Batalla, los autores hacen una labor fantástica en la recreación de este episodio, contándonos de una manera cronológica, rigurosa y muy visual todo el desastre que supuso la retirada francesa. Frío, hambre, congelación, desesperación, cosacos, escaramuzas, mucha prisa por no ser atrapados e intentar salir de Rusia lo antes posible, hacen que la lectura se convierta en

nos trasmiten todos y cada uno de sus sentimientos y momentos.

Además, no solo se refleja la huida por parte del ejército sino también la historia nos incluye dentro de la huida a civiles que también están intentando escapar del país por miedo a las represalias que puedan sufrir debido a su nacionalidad, como es el caso de la compañía teatral francesa que se encontraba en Moscú en el momento de la invasión. Todo contando y explicado únicamente desde la visión del bando francés como ya ocurrió en el anterior volumen.

Esta vez no voy a detenerme en recordar que contamos con el dibujo de uno de los mayores profesionales en reflejar esta época. Una auténtica maravilla ver tanto las grandes viñetas con sus pequeños detalles como las panorámicas de batallas y del ejército en movimiento. Gil sabe trasladarnos a la perfección a los ambientes, recreando escenas y cuadros sobre el desastre que todos podemos tener grabados en nuestra memoria.

Evidentemente las cifras que nos dejó esta campaña nos hablan por sí solas de la magnitud del desastre. De los 500.000 hombres que salieron de Francia, menos de 30.000 volverían a cruzar el río Niemen. Murieron 200.000 soldados y más de 150.000 fueron hechos prisioneros. Sin olvidar que otros 130.000 desertaron. En el bando ruso también murieron 300.000 hombres, la mitad de ellos en combate.

 

Estupendos y dignos de mención son también algunos gráficos, grabados e información extra que nos incluye la obra publicada por la editorial Ponent Mon para completar la obra. Acompañados en muchos momentos por comentarios de los propios autores y bocetos.

Si pensabais que el cómic de La Batalla sería difícil de superar, prepararos para este segundo viaje que han realizado con mucho esmero Richard e Iván Gil.

Yo no dejaría pasar la oportunidad de al menos echarle un ojo.

Si te ha interesado esta entrada, quizá te guste…

Los comentarios están cerrados.