‘Historia de una flor’, el amor literario de la primera botánica española

WIKIMEDIA COMONS / Stefan.lefnaer

Este lunes celebrábamos el Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia y me ha parecido muy apropiado continuar esa celebración un día más en XX Siglos hablando hoy precisamente de una novela que habla de una desconocida pionera de la ciencia en España. Una obra que va a ser una de las gratas sorpresas literarias del 2019.

Con Historia de una flor (Ediciones B), Claudia Casanova abandona las novelas de aventuras medievales a las que nos había acostumbrado y da un giro a su obra, que además supone un paso adelante. La escritora y editora se inspira en la historia de la aragonesa Blanca Catalán de Ocón, de formación autodidacta y considerada la primera botánica española, que descubrió una nueva flor, la saxifraga blanca.

[ADELANTO: ‘Historia de una flor’: adelanto editorial en exclusiva de la nueva novela de Claudia Casanova]

En sus manos, Blanca se convierte en Alba, la planta muta en saxifraga alba y da la oportunidad a Casanova de escribir una hermosa historia de amores -románticos, vocacionales, familiares, al hogar- y primeros descubrimientos. La ficción y el cambio de nombres permite a esta autora transformar la correspondencia que Catalán de Ocón mantuvo con el botánico y geógrafo alemán Mauricio Willkomm en una poderosa historia de amor imposible con ecos inmortales.

Decía que Casanova lograba con esta obra dar un paso adelante. Esta novela es un ejercicio de condensación donde la autora mezcla con sabiduría lo moderno y lo clásico: literariamente su estilo depurado aparenta el mimo y la pasión de las grandes novelas de siempre, pero bajo esa capa de clasicismo, recorren la novela eléctricas corrientes de modernidad en su estructura, compuesta como un mosaico de pequeñas estampas e impresiones, y en una mirada cautivadora y comprometida sobre la ciencia y el lugar de la mujer en la historia y el mundo. Todo ello complementa un canto tan decimonónico como actual -la autora sabe jugar con habilidad las conexiones entre esa época y la nuestra- al mundo natural y rural frente al  avance, tecnológico y económico, del progreso. Sin caer en el sentimentalismo de baratillo, Casanova logra emocionar con sus personajes y tocar el alma de la época y los protagonistas.

Una poderosa historia, contada con una delicadeza sutil que atrapa en su red, que juega con la literatura y la historia: la propia autora, en una entrevista que publicaré próximamente, habla de ella como «una novela histórica que no lo es».

Logra todo eso con una ficción breve, de poco más de 230 páginas, que deja con una agradable sensación de querer leer más, aunque tenga uno la sensación que cualquier añadido poco tenga que aportar a lo que está escrito.

¿Primera gran ficción histórica (aunque no lo sea) del 2019?  Apuesten por ello.

Y vosotros, ¿habéis leído esta novela?

¡Buenas lecturas!

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