Leía hace unos días unas interesantes reflexiones sobre la importancia de los avatares en el cambio de percepción que ha vivido el público general respecto a la imagen de la Xbox 360. Eran declaraciones de Louise Ridgeway, animadora de Rare y una de los responsables del desarrollo del sistema de avatares de la consola de Microsoft.
Entre otras cosas, Ridgeway afirmaba que «ahora Xbox 360 es una consola más amigable y para una mayor audiencia y tipos de personas. Es una gran consola y existen tantas cosas con las que jugar que todo el mundo se puede sentir implicado». Creo que hemos cambiado la cara de Xbox».
La diseñadora destacó la doble faceta de la máquina: «Xbox 360 siempre ha sido considerada como una consola para usuarios ‘hardcore’. Quiero decir, a mí me gustan estos juegos, me encanta Resident Evil y Street Fighter. Son los típicos juegos de chico, pero cuando enciendo la Xbox 360 y mi hija se pone a jugar al Street Fighter -es buena con Ken- me siento muy orgullosa de que lo haga».
Pues bien, rollo corporativo aparte (esta tipa está casi obligada a decir estas cosas) creo que tiene gran parte de razón. Xbox 360 se ha alzado como una gran consola no una sino dos veces. En primer lugar, ya desde su lanzamiento, fue un producto mucho más competitivo que la Xbox original por su diseño, su buen catálogo y su razonable precio.
Sin embargo, los lanzamientos de PlayStation 3 y Wii eclipsaron temporalmente a Microsoft. La Xbox 360 era más vieja y ahora tenía que vérselas con la enorme expectación que rodeaba a las nuevas plataformas de Sony y de Nintendo. Pues bien, en el punto en el que la consola podría haberse precipitado hacia el abismo, renació cual ave Fénix: exclusividades, «robo» de éstas a la competencia, reducciones de precio…
Todo eso es muy importante, pero creo que la esencia del éxito, del rejuvenecimiento de la consola, fue el acertado cambio de imagen: la renovación de la interfaz y la creación de los avatares, que llegaron a Xbox 360 a finales del año pasado. Este lavado de cara le ha dado a Xbox 360 algo de valorer incalculable: una buena imagen de marca, claramente reconocible y atractiva para todos los públicos.
Ése ha sido el gran acierto de Microsoft para mantenerse en el candelero. Y ése ha sido también el gran fallo de muchas compañías a lo largo de la historia. En mi opinión, aquí radica uno de los grandes problemas de Sony en la actual generación. La empresa confiaba en heredar la imagen de marca de sus plataformas anteriores, pero eso no ha sido suficiente y ha tardado en darle personalidad a su PlayStation 3 (yo aún la veo un poco ambigua). Algo muy parecido le ha pasado con PSP, que tardó bastante en adquirir una «personalidad» potente (sobre todo por culpa de su catálogo). Nintendo, por supuesto, se ha convertido en la reina del cotarro en este ámbito.
Ya se ha anunciado una nueva actualización de la interfaz de Xbox 360 para incluir los accesos a Facebook, Last.fm y Twitter.