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Thank you Mario! But our princess is in another castle! Toad (Super Mario Bros.)

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¿Qué consola ganó la batalla de la pasada generación?

Hace mucho, mucho tiempo, casi parece que fue en otra vida, escribí literalmente que PlayStation 3 ganaría la batalla de la pasada generación. A la consola de Sony le había costado arrancar, Xbox 360 estaba haciendo un buen papel y Wii se había convertido en un fenómeno arrasador.

Aun así, la fuerza de la marca PlayStation ya había mostrado su gran poder en las dos generaciones previas, especialmente en España, y yo estaba convencido de que el efecto volvería a repetirse. Al final, con el paso de los años, así fue, más o menos, con mucho empuje en nuestro país aunque con salvedades a nivel global.

Paul W

Paul W

¿Qué se salió de mis previsiones? Por un lado, el torbellino Wii duró mucho más tiempo de lo que esperaba. La consola de Nintendo llegó a su límite y se quedó estancada, pero durante los años que vendió, lo hizo a lo grande. Por otro lado, Microsoft hizo un trabajo excelente y convirtió su máquina en la rival perfecta de PS3.

Pero, ¿qué nos encontramos a día de hoy? Observando datos muy recientes, del pasado mes de agosto, vemos que Wii arrasó en la pasada generación. Se vendieron ni más ni menos que 100 millones de unidades. Sin embargo, el frenazo se notó. Mientras que, durante mucho tiempo, la consola de Nintendo tenía colocadas en todo el mundo más consolas que sus dos rivales juntas, al final, PS3 y Xbox 360 (que aún hoy se siguen vendiendo) han logrado recortar las distancias para quedarse a «sólo» unos 20 millones de distancia.

La batalla entre esas dos máquinas, que siempre ha estado muy ajustada (durante bastante tiempo con una ligera ventaja para Xbox 360) se ha saldado con un increíble empate técnico, 83,1 millones de unidades para Microsoft y 83,2 millones para Sony.

No se puede negar, Nintendo fue devastadora en la pasada generación, sobre todo si además tenemos en cuenta las ventas de Nintendo DS, con diferencia la consola más vendida (158,8 millones), siempre muy por encima de PSP.

Aunque, poniéndolo todo en contexto, ¿se pueden sacar las mismas conclusiones? A largo plazo, a Nintendo no le hizo ningún bien su estrategia centrada en el público ocasional. Eso le ha pasado factura durante los últimos años y se ha convertido en un lastre también para Wii U (que al final parece que está remontando gracias a un nuevo giro hacia la audiencia hardcore). Por otro lado, Microsoft no ha sabido trasladar las bondades de 360 a One. Unos cuantos errores de libro, han hecho que la compañía pierda gran parte de lo que ya tenía ganado.

En este orden de cosas, es nuevamente Sony la que ha cogido ventaja. Ha aprovechado la buena imagen de la marca PlayStation, ha creado una máquina que es la sucesora perfecta de la anterior y ya es con diferencia la favorita de la actual generación. Entiendo la táctica y quiero entender por qué ha funcionado, pero me cuesta asimilarlo viendo los pobres catálogos que hay actualmente para las nuevas consolas.

Es más, si atendemos a juegos, creo que mi alma nintendera está resurgiendo. El catálogo de Wii U me parece, por mucho, el más atractivo de los tres. Veremos cuando termine 2014. Supongo que en el próximo E3 ya empezarán a verse productos verdaderamente rompedores para PS4 y Xbox One (y no sólo escasas excepciones reseñables tipo Destiny). Habrá que ser pacientes, ya sabemos que los lanzamientos del primer año de una máquina casi nunca son para tirar cohetes.

En mi opinión, teniendo todos estos factores en cuenta, Wii ganó la batalla de la pasada generación, pero Sony fue la que consiguió una base más sólida sobre la que seguir construyendo su imperio.

¿Qué opináis vosotros?

El imprescindible de PS3: The Last of Us

Se acaban las fiestas navideñas pero aún queda una de las fiestas más esperadas por niños y no tan niños, el día de Reyes. Para los más rezagados, ya sea por vagos o por indecisos, aquí os dejo una serie de recomendaciones sobre el juego que no debe faltar en cada consola.

Comienzo con la generación que se despide, pero que durante mucho tiempo seguirá siendo la de mayor número de jugadores activos. En concreto, con PlayStation 3. La elección en este caso no puede ser más sencilla. Dejando a un lado los multiplataforma y teniendo en cuenta que Beyond: Dos almas no ha acabado siendo revolucionario, The Last of Us es la mejor opción con diferencia.

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Se trata de una de los títulos que mejor transmite una sensación cinematográfica intensa sin necesidad de dejar de ser un videojuego, una aventura emocionante, con un fantástico guión y una factura técnica tan cuidada que hace incluso recelar de las capacidades de las nuevas consolas.

Más centrado en la infiltración y el sigilo que en la acción (algo que algunos considerarán un punto negativo), The Last of Us es toda una oda al buen gusto, un juego de esos que se recordarán durante años como referencia de la excelencia interactiva.

The Last of Us, los últimos destellos de una generación

En The Las of Us he descubierto, al igual que me sucedió con Bioshock Infinite, un nuevo argumento para poner en duda la necesidad inminente de una nueva generación de consolas. La calidad narrativa y el buen trabajo artístico están más allá de las capacidades técnicas de una consola, pero es que ni siquiera en el apartado puramente gráfico esta reciente joya de PlayStation 3 da señales de necesitar máquinas de mayor potencia.

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The Last of Us es bonito, es espectacular, es sólido. Es perfecto tal y como es y mejores efectos de humo, de agua o de expresiones faciales no lo harían mejor juego. No es un discurso reaccionario. Nunca ha habido un cambio generacional que me haya parecido innecesario. En este caso, lo que opino es que llega demasiado pronto, tanto que dificultará mucho un salto realmente significativo dentro de otros siete u ocho años, si es que llega a haberlo (sólo un gran avance en realidad virtual o algo similar lograría un verdadero impacto en el sector).

Pero abandono las ramas por las que me estaba yendo y vuelvo al título de Naughty Dog que me ha inspirado estas reflexiones, una aventura que me ha costado empezar a disfrutar a causa de un desarrollo que en ocasiones abusa del sigilo y la infiltración. Estas mecánicas, si bien no me disgustan, llegan a parecerme algo tediosas cuando acaparan gran parte del desarrollo de un juego. Por fortuna, el fantasma de la repetición desaparece cuando The Last of Us demuestra que cuenta con innumerables herramientas que aportan variedad y emoción al avance a través de una desolada versión del planeta Tierra.

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A través de los ojos de Joel, el torturado héroe de la historia, el tipo duro, y de Ellie, una niña de 14 años, se nos muestra un mundo en ruinas, abandonado tras una infección masiva que convirtió a gran parte de la población en agresivos y acongojantes mutantes. Edificios derruidos, cientos de vehículos destrozados, inquietantes túneles, ciudades vacías, reinos de cemento y alquitrán reclamados por los verdes tentáculos de la madre naturaleza tras la derrota de la raza humana… En ese escenario, sólo dos figuras, un hombre y una niña. ¡Mentira!, hay muchas más, todas humanoides aunque no todas humanas, peones (y alfiles, y reinas…) que están ahí para hacernos sudar (literalmente estos días).

Aquí está la clave que ha logrado engancharme a The Last of Us, un punto que me ha atrapado más que los gráficos, el toque survival horror o la historia: la dificultad. La aventura es exigente, no se puede completar avanzando veloz y a ciegas. Hay que hacer pausas (breves), explorar los escenarios, analizar las situaciones, valorar las posibilidades y actuar con cuidado y determinación al mismo tiempo. Lo descubrí muy pronto, en mi primer enfrentamiento contra un chasqueador (los mutantes más letales del juego). Es un reto y yo no puedo resistirme a aceptarlo.

The Last of Us no es The Walking Dead, no es Soy leyenda, es una historia diferente, con espíritu propio, con personajes muy humanos de reacciones creíbles, situaciones tensas en las que el sigilo y la cautela son mejores armas que las pistolas, una narración de calidad cinematográfica y un nivel técnico y artístico que hace olvidar que PlayStation 3 vio la luz hace ya más de siete años.

¿Es The Last of Us uno de los mejores juegos del último año? Quizá sí, aunque reconozco que a mí no es el que más me ha gustado.

El Smash Bros. Hacendado de PlayStation 3

He tardado en probarlo, pero al final he tenido la oportunidad  de echarle un buen número de horas a PlayStation All-Stars Battle Royale, un juego que desde el principio estaba claro que era una copia / homenaje / primo hermano de la saga Smash Bros de Nintendo, pero que hasta ahora no he tenido claro hasta qué punto.

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Ya tengo la respuesta a mis dudas: All-Stars Battle Royale copia a Smash Bros muchísimo, pero no lo suficiente. Aunque suene extraño, ya que se ha recurrido a la imitación descarada, creo que la mejor opción habría sido adaptarlo absolutamente todo. Pero no, lo cierto es que hay diferencias respecto al juego de Nintendo, las justas para que no llegue a ser tan divertido como el crossover de la gran N.

Una diferencia obvia sobre la que no hay mucho que hacer es la del plantel de luchadores, en general menos carismáticos que Mario, Link y compañía. Existen personajes geniales, tanto de Sony (Kratos, Nathan Drake, Daniel Fortesque…) como de third parties (Big Daddy, Dante, Raiden…), pero también hay un buen número de segundones como Fat Princess, Toro o Spike. Lo peor es que ni siquiera es una selección muy amplia para un juego de este tipo, tan sólo 20 guereros iniciales y, de momento, otros cuatro descargables.

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Sin embargo, el cambio más dramático y sobre el que sí se podían haber realizado modificaciones es la mecánica misma del juego. Mientras que en Smash. Bros los personajes tienen un porcentaje de daño que, a medida que reciben golpes, aumenta y les hace más vulnerables, en All-Star Battle Royale los luchadores son inmunes a la mayoría de los ataques recibidos. Los golpes (la forma de realizarlos también es herencia nintendera) tan sólo sirven para rellenar una barra de poder de tres niveles con la que realizar los movimientos más poderosos, los únicos con los que es posible echar a los rivales del escenario.

Este sistema da a lugar a situaciones absurdas, como el hecho de que un personaje que está siendo vapuleado no sufre casi ninguna o ninguna penalización. Es más, mientras el rival no tenga acumulado al menos un nivel de la barra de poder, no hay nada que temer, es imposible que le expulsen del «ring». Sólo las llaves y los objetos, que aparecen poco y son muy poco decisivos, hacen que el agredido pierda parte de su barra acumulada, que se dispersa en forma de esferas luminosas que pueden aumentar el poder de los rivales. Para colmo, los súper movimientos de algunos personajes son mucho más letales que los de otros, lo que les otorga una ventaja desproporcionada e injusta.

Solo los escenarios, bonitos y con muchos elementos que afectan a los combates, aportan algún punto positivo a la jugabilidad. Aun así resultan insuficientes para hacer divertido el modo para un jugador, una monótona sucesión de combates que debemos completar para conocer la historia de cada uno de los personajes, tramas bastante simplonas que, para colmo, están contadas, tanto en la apertura como en el final, con imágenes estáticas. El colofón lo pone uno de los enemigos finales más ridículos vistos en mucho tiempo, una fea cabeza poligonal (Polygon Man, tal y como indican en los comentarios de este post) que no hace absolutamente nada.

El multijugador mejora considerablemente la experiencia, pero supone poco consuelo para un juego en el que no han acertado ni con el diseño de los menús. Al final, la sensación que deja PlayStation All-Stars Battle Royale es que, a pesar de estar conformado por un buen número de potentes marcas, es un sucedáneo, aceptable pero no bueno, con muchos desequilibrios, escasos modos de juego y una mecánica mucho más casual que la del título en el que se inspira.

No me parece un juego horroroso, pero a mí no me ha convencido, ¿y a vosotros?

Sorcery, el hechizo que PS Move necesitaba

Cuando la fórmula que Nintendo popularizó con Wii ya estaba bastante envejecida, tanto Sony como Microsoft decidieron darle una nueva vuelta de tuerca al concepto del control de los videojuegos mediante detección de movimientos. Microsoft ideó el sorprendente Kinect, capaz de captar el cuerpo del jugador y convertirlo en el mando. Sony se conformó con fabricar una versión muy perfeccionada e hiperprecisa del Wiimote.

Ambas compañías aspiraban a iniciar una nueva revolución, ambas prometían productos que atraerían a los jugadores ocasionales pero que no dejarían de lado a los tradicionales. Sin embargo, Kinect y PS Move, pese a ser dispositivos notables, han acabado cayendo en los mismos errores que Nintendo: pocos títulos de gran calidad, fallos o incomodidad de control en algunos casos y una predominancia de juegos «pequeños» (minijuegos, mascotas, deportes simplificados…).

Es una lástima, porque los dos inventos prometían mucho. En el caso de Sony, la gran promesa tuvo un nombre desde el principio: Sorceryuna especie de Harry Potter algo oscuro. Ese fue el videojuego con el que la compañía nipona nos vendió las bondades de PlayStation Move hace ya casi dos años, era la prueba de que el nuevo mando también iba a traer contenidos interesantes para los jugadores de toda la vida. Pero PS Move vio la luz y Sorcery no aparecía por ningún lado.

Tal y como nos comentó Peter T. Akemann, presidente del estudio que ha desarrollado el juego (The Workshop Entertainment), Sorcery estaba llamado a ser uno de los videojuegos que verían la luz junto al nuevo dispositivo y que ayudarían a los usuarios a descubrir las posibilidades de PS Move. Finalmente, por conseguir una producción de calidad destacable, el lanzamiento tuvo que retrasarse hasta ahora. Una vez visto el resultado, tengo que admitir que el tiempo de desarrollo le ha sentado muy bien al juego.

Durante la presentación que se realizó hace unos días en Madrid (acabo de descubrir que salgo varias veces en el vídeo), hubo un pensamiento que no se me iba de la cabeza: si hubiese tenido este juego siendo un chaval (y sin ser tan chaval), habría disfrutado como un enano. Siempre me gustó la magia, mis personajes favoritos suelen ser los magos y, ¡maldita sea!, Sorcery convierte el mando en una varita de lo más convincente. La historia es una aventurilla fantástica aparentemente convencional, pero lo bien implementado que está el uso de PS Move le da un valor añadido muy a tener en cuenta.

Las fases no son una mera sucesión de minijuegos típicos sino que se trata de niveles convencionales (dicho esto en el mejor sentido del término) por los que hemos de desplazarnos, derrotando enemigos y resolviendo puzles, algunos de ellos bastante ingeniosos y nada obvios. La clave está casi siempre en usar el tipo de hechizo adecuado (poder arcano, fuego, viento, hielo, tierra, electricidad o la combinación de varios) y en hacerlo realizando con el PS Move los movimientos que proceden en cada caso: disparando hacia arriba, trazando una línea horizontal, haciendo círculos…

Estoy convencido de que el planteamiento de la aventura puede atraer a todo tipo de jugadores, pero Akemann quiso darnos un argumento más para demostrar que Sorcery puede ofrecerle mucho a los jugones. Para ello nos explicó que los desarrolladores suelen plantearse los niveles de dificultad del siguiente modo: el nivel más fácil es el modo casual y el nivel más difícil es el modo hardcore, «si eres un hardcore gamer, juega en el nivel de dificultad más alto».

Pese a que Finn, el joven aprendiz de hechicero que protagoniza el juego, tiene menos carisma que una piedra —y su doblaje no ayuda mucho a mejorar esa percepción—, lo cierto es que Sorcery representa el mejor enfoque que se le puede dar a los videojuegos con control por movimientos. Si este hubiese sido el punto de partida de PS Move, si algo como esto hubiese sido el punto de partida de Wii, tal vez hoy no estaríamos dándole tantas vueltas al ya tedioso asunto de los jugadores ocasionales y los tradicionales.

Si tienes PS Move, Sorcery es compra obligada. Si no tienes PS Move, pero el cacharrito te tienta, Sorcery es una buena excusa para adquirirlo, ya que además se venderá en un pack con los mandos necesarios.

Los logros y trofeos perdidos

Siempre he pensado -y sé que no soy el único- que es una lástima la cantidad de logros y trofeos que quedan obsoletos en Xbox 360 y PlayStation 3 respectivamente. Me refiero, claro, a aquellos que exigen completar alguna tarea en un modo de juego online.

Cuando un juego acaba de salir es relativamente sencillo obtener esos logros y trofeos, ya que las comunidades online no tardan en entrar en ebullición, al menos en los títulos destacados (me pregunto si habrá mucha gente con los logros online de juegos como El Señor de los Anillos: La Conquista).

El problema llega cuando pasan uno, dos o tres años y el modo online del juego en cuestión queda desierto cual escenario de Duke Nukem Forever. Solo algunos títulos tocados por la mano de ¿Vinton Cerf, Tim Berners-Lee, Zeus, Master Hand…? mantienen sus opciones en línea vivas durante lustros, pero no es lo habitual. Aún no me creo la suerte de haber podido desbloquear un logro online del Super Puzzle Fighter II hace poco más de un mes…

Si eres un enfermo de los logros o los trofeos y el videojuego que te estás pasando es minoritario y cuenta con un elevado porcentaje de retos online, estás fastidiado. Si además te has comprado el juego mucho tiempo después de que saliese a la venta (y esto no es algo raro), las probabilidades de desbloquear el 100% se reducen de forma radical.

En mi opinión habría una forma muy sencilla y divertida de solucionar esta obsolencia e insuflar nueva vida a videojuegos abandonados. Bastaría con que Microsoft y Sony organizasen días especiales para cada videojuego. Por ejemplo, un día de Worms 2, otro de Unreal Tournament III, otro de Skate, etcétera. Mediante reclamos como logros y trofeos especiales o accesorios para avatares, fondos de pantalla y otro tipo de recompensas se incentivaría el juego de títulos «aparcados».

Con este sistema, aparte de los regalos especiales, se daría a muchos usuarios la posibilidad de cumplir misiones online que de otro modo no podrían completar. Además, supondría un valor añadido para todos y cada uno de los videojuegos seleccionados, que esporádicamente volverían a estar de actualidad y podrían experimentar un empujoncito en sus ventas pese a no ser novedades.

Esto podría funcionar o no. Es una idea que he comentado con bastantes amigos y a ellos no les ha parecido mala. Tal vez soy un poco pretencioso, pero le he dado muchas vueltas al tema y, sobre todo, me he obsesionado con muchos logros y trofeos online que aún hoy soy incapaz de completar por ausencia absoluta de comunidad.

¿Habéis vivido frustraciones de este tipo?

Los Caballeros del Zodíaco quieren la revancha

Muy poco, por no decir nada, me gustaron los videojuegos de los Caballeros del Zodíaco que vieron la luz para PlayStation 2. Ambas entregas, El Santuario y Hades, fallaban en los mismos puntos: unos gráficos muy desfasados, control poco preciso e intuitivo y desarrollo para nada apasionante.

Dragon Ball ha tenido grandes hitos en el sector de los videojuegos, Captain Tsubasa también ha gozado de buenas adaptaciones (aunque por estos lares nos hayamos quedado oficialmente sin la mayoría), Naruto se está hinchando a vender títulos que van de decentes para arriba, Ranma tuvo su momento con las 16 bits (me encantaría que retomasen la olvidadísima franquicia)… Los Caballeros del Zodíaco se merecían algo mucho mejor.

Tantos años esperando un juego de Seiya, Shiryū y compañía deberían haber concluido con un juego memorable… o al menos notable. Por fortuna, Namco Bandai tiene ahora la posibilidad de remediarlo. Lanzarán Saint Seiya: Sanctuary Battle para PlayStation 3 y, viendo la pinta del primer tráiler, todo me lleva a pensar que nos vamos a quedar más que satisfechos.

Apartado visual aceptable, avance en plan beat’em up y una elección argumental más que acertada: el mítico tramo de las doce casas de los caballeros de oro. Junto a la parte de la historia que sigue fielmente la trama del anime, se están incluyendo argumentos alternativos para añadir un punto de variedad e imprevisibilidad.

De momento, lo que veo me gusta.

Sony da vida a su nueva portátil

Siguiendo con este repaso meditado sobre el E3 (para seguir la información del evento al minuto ya tenéis a mis compañeros de Vandal), voy a hacer un pequeño análisis de lo que nos mostró Sony hace ya un día y pico (el asunto de Nintendo y Wii U aún tengo que meditarlo con calma). La sensación general que me produjo la presentación de la compañía nipona (que debido a la hora no vi en directo) es la de avanzar a paso firme y sobre seguro, con muy pocos riesgos.

En base a esto podría decirse que su mayor virtud y su mayor defecto fueron en realidad la misma cosa. Como era de esperar, se intentó darle más coba al tema de las 3D. Una parte de la presentación exigió que el público se pusiera las dichosas gafitas. La gran novedad en este asunto fue el anuncio del lanzamiento de una pantalla 3D de 23», pensada para habitaciones y salas de estar. Además, al ser un producto más económico que otros pantallones supone una manera inteligente de aumentar la penetración de esta tecnología.

También hubo PS Move, más del que yo esperaba pero ni mucho menos con un carácter tan monopolizador como el que tuvo Kinect en la conferencia de Microsoft. El invento será compatible con juegos como Bioshock Infinite, Little Big PLanet 2, NBA 2K12 o Medieval Moves, un título de acción pensado específicamente para el periférico. Bueno, aceptable, está bien mientras no saturen.

En cuanto a juegos, el plato fuerte estaba cantado… Si Microsoft tiene Gears of War 3, Sony puede presumir de Uncharted 3. Intuyo que este juego está destinado a culminar una trilogía soberbia, sin duda una de las mejores de la actual generación de consolas. Por su lado, el espectacular Resistance 3 cumplió el mismo cometido que Killzone 3 en 2010, demostrar lo bien que domina Sony las ya citadas tres dimensiones.

También tuvieron su momento las remasterizaciones en HD de viejos juegos (parece que esto se ha puesto muy de moda). En concreto, PlayStation 3 recibirá versiones maquilladas de ICO, de Shadow of the Colossus y de los capítulos de God of War que vieron la luz en PSP.

Acabo de nombrar a la PSP y creo que será la última vez que lo haga en mucho tiempo porque, si hay que destacar algo de la conferencia de Sony, eso es su nueva consola portátil, conocida hasta hace poco como NGP y bautizada oficialmente como PlayStation Vita. La consola tendrá control tradicional y control táctil, posibilidad de conexión con PS3, cámara… y una elevada potencia gráfica que quedó avalada por juegos como Uncharted y Wipeout entre otros. Según Sony, ya se encuentran en desarrollo más de 80 juegos para PS Vita.

Pero quizá lo más atractivo de la máquina no sea su diseño, sus posibilidades o sus juegos sino su precio, mucho más bajo de lo esperado. La portátil verá la luz en todo el mundo a finales de este mismo año a un precio de 249 euros en su versión Wi-Fi y por 299 euros si se quiere con conexiones Wi-Fi y 3G. Esto no es una estrategia competitiva, es lo siguiente, sobre todo si tenemos en cuenta que la 3DS no está vendiendo al ritmo que esperaba Nintendo. Los ‘papás’ de Mario van a tener que ponerse las pilas.

Dejo para el final una de las cosas que Sony dijo al principio de su evento. La compañía se disculpó por los graves problemas que ha sufrido PlayStation Network en los últimos meses. Pidió perdón a las compañías, a los vendedores y a los consumidores, pero soltó una puyita a los medios de comunicación por la mala prensa recibida. Les doy gracias por lo primero y un tirñon de orejas por lo segundo. Creo que la prensa no ha sido ni la mitad de dura de lo que han sido los usuarios en foros y blogs. #hedicho

¿Qué os pareció la conferencia de Sony?

E3 2011: PlayStation 3 se mueve menos

El papel de Sony en este E3 no está demasiado claro. Lo que parece obvio es que el PlayStation Move perderá gran parte del protagonismo que adquirió en las dos ediciones anteriores. No hay demasiados títulos atractivos de Move a la vista. Quizá sí se vuelva a insistir en el potencial de la tecnología 3D, no lo sé. El caso es que en algo han de invertir el tiempo de conferencia, que al parecer no será poco: cinco horas nada más y nada menos. La palabra «excesivo» se queda corta para esto. Si otros años la mitad de tiempo se ha hecho eterno, siento lástima por los compañeros que vayan este año a Los Ángeles a cubrir la conferencia de Sony…

Parece bastante probable que una parte de todo ese tiempo se dedique a hablar sobre los recientes y gravísimos problemas sufridos por PlayStation Network. Pero, sin salir del terreno de las consolas de sobremesa, intuyo que el grueso de la conferencia serán los juegos, muchos títulos y de mucha calidad. Habrá Uncharted 3 y Resistance 3, se espera The Last Guardian, se habla de Syphon Filter 4 y todo ello aderezado con una ingente cantidad de magníficos videojeugos multiplataforma.

El culebrón de LG, las PS3 bloqueadas y las Xbox 360 más baratas

En el mundillo de las nuevas tecnologías, como en el del fútbol o el de la televisión, también hay lugar para enredos, disputas y juicios al más puro estilo prensa rosa. Lo habitual en este sector es que los enfrentamientos estén relacionados con asuntos de patentes: «Estás usando una cosa que es mía y debería pagarme por ello».

La mayoría de este tipo de conflictos, al menos aquellos que trascienden a los medios de comunicación, suelen saldarse con acuerdos entre las dos empresas implicadas. Sin embargo, el que ha sacudido esta semana al mundo de los videojuegos no sólo no ha terminado en acuerdo sino que ha tenido graves consecuencias para Sony: LG ha conseguido que el tribunal civil de la UE haya bloqueado la entrada de consolas PlayStation 3 en Europa durante 10 días.

Según la marca coreana, Sony habría infringido con la PS3 cuatro patentes relacionadas con la tecnología Blu-ray. La justicia europea ha ordenado detener el suministro de consolas hasta que se aclare la situación, por lo que las autoridades han intervenido varios almacenes europeos para paralizar los envíos.

Sony envía a Europa un cargamento de unas 100.000 consolas semanales, por lo que una posible ampliación de la citada medida cautelar (LG podría pedir otros diez días de bloqueo) seguramente supondría el agotamiento del stock de PlayStation 3 en un plazo de dos o tres semanas. Pero si esta situación produciría grandes pérdidas económicas, peor será si la justicia europea da la razón a LG, ya que Sony tendría que pagarles un porcentaje por cada máquina vendida.

El culebrón tiene muchos más entresijos. Suele suceder que cuando surge un conflicto de patentes, éste viene precedido o es sucedido por otro en el que los papeles de demandante y demandado se invierten. Este caso no es una excepción. El pasado mes de diciembre, Sony demandó a LG por violar con sus teléfonos móviles varias patentes relacionadas con el audio, los micrófonos y los sistemas de identificación de llamadas. El objetivo de Sony era que los terminales coreanos no llegasen a EE UU.

Para darle más intensidad a la situación, ha llegado Microsoft con las rebajas. En plan aguilillas, han visto en este revés para Sony una oportunidad para mantener la cada vez más pequeña ventaja de ventas que mantiene la Xbox 360 sobre la PlayStation 3. La compañía ha reducido 50 euros el precio de la Xbox 360 de 250 GB y también del pack que incluye consola de 4GB,  Kinect y Kinect Adventures. La máquina pasa de 249,98 euros a 199,98 mientras que el citado pack reduce su precio de 299,98 euros a 249,98 euros.

Obviamente la relación de esta rebaja con la noticia sobre PS3 no es oficial, pero si tenemos en cuenta lo repentino de la oferta y el hecho de que sólo dure del 1 al 15 de marzo, da que pensar. En mi opinión han tenido buen ojo ante la posibilidad de que las PS3 se agoten temporalmente. Aun así espero que Sony supere este trance pronto. Un combate en el que uno de los participantes está en desventaja no mola.