Hace un rato que he llegado de probar el esperado Project Natal. Microsoft ha reservado un pequeño piso en el centro de Madrid al que han acudido decenas de representantes de los medios españoles. La expectación se palpaba en el ambiente (muy cargado debido a la aglomeración), y eso que todos sabíamos que no íbamos a ver nada nuevo, tan sólo la famosa demo de las pelotas que ya se pudo ver en el pasado E3.
Como cuando Wii vio la luz, la gracia está en probarlo, en experimentar la sensación de jugar con todo el cuerpo. Son muchas las dudas y rumores que se han generado en torno a Project Natal (me costará acostumbrarme al nombre oficial una vez que lo revelen, éste me gusta bastante). En multitud de artículos y vídeos se ha buscado poner de relieve el problema del lag.
Por otro lado, durante los últimos meses, Microsoft ha insistido en que la tecnología de Natal ha mejorado de forma significativa respecto a la primera versión. Las acusaciones de unos y las «excusatio non petita» de otros me hacían esperar una demo técnica bastante pobre en la que los problemas de latencia fueran la nota predominante. Al fin y al cabo sólo era un minijuego que ya tiene un añito de antigüedad.
Me equivoqué. Después de jugar un par de partidas a lanzar pelotas contra un muro de ladrillos puedo asegurar que todas las acusaciones sobre el lag son más bien exageradas. Mientras juegas no se nota ningún retraso significativo en la pantalla. El «muñeco» que te representa en el juego hace exactamente los mismos movimientos que tú.
He forzado la demo con algunas posturas y es cierto que las que son un poco rebuscadas crean movimientos extraños en los avatares. Además, al saltar o dar patadas al aire apenas despegan los pies del suelo. Pero ni lo uno ni lo otro es especialmente destacable, ya que no tiene que ver con la tecnología de Natal ni se trata de un videojuego real que vaya a comercializarse.
Intuyo que Microsoft volverá a dar que hablar en el próximo E3. Tal vez no sorprenda como lo hizo el año pasado pero, a poco que haya mejorado Natal y que los títulos que presente resulten atractivos, la compañía volverá a ganarse al personal. No me cabe duda de que apostar por este sistema ha sido un acierto mucho mayor que tratar de imitar a la Wii. Me consta que hace un par de años Microsoft tenía preparado un mando similar al Wiimote o al próximo PlayStation Move, pero finalmente desecharon la idea. Creo que hicieron bien.
Ahora sólo queda esperar a junio y ver qué nuevas sorpresas nos tiene reservadas la Xbox 360 y su tecnología de detección de movimientos.