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Thank you Mario! But our princess is in another castle! Toad (Super Mario Bros.)

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¿Qué consola ganó la batalla de la pasada generación?

Hace mucho, mucho tiempo, casi parece que fue en otra vida, escribí literalmente que PlayStation 3 ganaría la batalla de la pasada generación. A la consola de Sony le había costado arrancar, Xbox 360 estaba haciendo un buen papel y Wii se había convertido en un fenómeno arrasador.

Aun así, la fuerza de la marca PlayStation ya había mostrado su gran poder en las dos generaciones previas, especialmente en España, y yo estaba convencido de que el efecto volvería a repetirse. Al final, con el paso de los años, así fue, más o menos, con mucho empuje en nuestro país aunque con salvedades a nivel global.

Paul W

Paul W

¿Qué se salió de mis previsiones? Por un lado, el torbellino Wii duró mucho más tiempo de lo que esperaba. La consola de Nintendo llegó a su límite y se quedó estancada, pero durante los años que vendió, lo hizo a lo grande. Por otro lado, Microsoft hizo un trabajo excelente y convirtió su máquina en la rival perfecta de PS3.

Pero, ¿qué nos encontramos a día de hoy? Observando datos muy recientes, del pasado mes de agosto, vemos que Wii arrasó en la pasada generación. Se vendieron ni más ni menos que 100 millones de unidades. Sin embargo, el frenazo se notó. Mientras que, durante mucho tiempo, la consola de Nintendo tenía colocadas en todo el mundo más consolas que sus dos rivales juntas, al final, PS3 y Xbox 360 (que aún hoy se siguen vendiendo) han logrado recortar las distancias para quedarse a «sólo» unos 20 millones de distancia.

La batalla entre esas dos máquinas, que siempre ha estado muy ajustada (durante bastante tiempo con una ligera ventaja para Xbox 360) se ha saldado con un increíble empate técnico, 83,1 millones de unidades para Microsoft y 83,2 millones para Sony.

No se puede negar, Nintendo fue devastadora en la pasada generación, sobre todo si además tenemos en cuenta las ventas de Nintendo DS, con diferencia la consola más vendida (158,8 millones), siempre muy por encima de PSP.

Aunque, poniéndolo todo en contexto, ¿se pueden sacar las mismas conclusiones? A largo plazo, a Nintendo no le hizo ningún bien su estrategia centrada en el público ocasional. Eso le ha pasado factura durante los últimos años y se ha convertido en un lastre también para Wii U (que al final parece que está remontando gracias a un nuevo giro hacia la audiencia hardcore). Por otro lado, Microsoft no ha sabido trasladar las bondades de 360 a One. Unos cuantos errores de libro, han hecho que la compañía pierda gran parte de lo que ya tenía ganado.

En este orden de cosas, es nuevamente Sony la que ha cogido ventaja. Ha aprovechado la buena imagen de la marca PlayStation, ha creado una máquina que es la sucesora perfecta de la anterior y ya es con diferencia la favorita de la actual generación. Entiendo la táctica y quiero entender por qué ha funcionado, pero me cuesta asimilarlo viendo los pobres catálogos que hay actualmente para las nuevas consolas.

Es más, si atendemos a juegos, creo que mi alma nintendera está resurgiendo. El catálogo de Wii U me parece, por mucho, el más atractivo de los tres. Veremos cuando termine 2014. Supongo que en el próximo E3 ya empezarán a verse productos verdaderamente rompedores para PS4 y Xbox One (y no sólo escasas excepciones reseñables tipo Destiny). Habrá que ser pacientes, ya sabemos que los lanzamientos del primer año de una máquina casi nunca son para tirar cohetes.

En mi opinión, teniendo todos estos factores en cuenta, Wii ganó la batalla de la pasada generación, pero Sony fue la que consiguió una base más sólida sobre la que seguir construyendo su imperio.

¿Qué opináis vosotros?

Retrocompatibilidad obsolescente

Hace algún tiempo, unos nueve meses aproximadamente, el lector de mi vieja Wii, adquirida allá por 2006, dejó de funcionar. El problema no es que no fuese capaz de reproducir los juegos de Wii, ya que mi Wii U sí puede hacerlo, sino que me quedaba sin una consola relativamente moderna (y conectada a un televisor actual) capaz de leer los discos de GameCube. ¡Y mi colección es considerable!

No me preocupé. Había Wiis de sobra, todo el mundo tiene una y en las tiendas siempre había un buen puñado. Sin embargo, estaba equivocado. Desde que Nintendo suspendió la fabricación de la consola, no es tan sencillo encontrarla, ni siquiera de segunda mano. Aun así, tampoco me preocupé mucho ya que siempre estará Internet para ayudarnos a encontrar lo imposible.

Pues bien, hará más o menos un mes decidí recurrir a Amazon. Había algunas opciones, no demasiadas. La mejor, una Wii con Mario Kart por 100 euros. Por lo visto era de un hombre que se la había comprado a sus hijos pero que, en vista de que estos apenas la tocaron un par de veces y la abandonaron, decidió guardarla en un cajón.

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Me llegó hace una semana. Era una Wii negra en perfecto estado. Efectivamente parecía casi nueva, pero la gran sorpresa llegó cuando me puse a buscar las pestañas laterales, donde se encuentran las conexiones para las tarjetas y mandos de GameCube, ¡y no había! Resulta que Nintendo, en ciertos modelos de Wii —no sé a partir de qué momento— dejó de incluir las posibilidades de retrocompatibilidad. ¿Por qué? No lo sé, imagino que aumentaría el coste de producción.

Tras mi inútil inversión, estoy buscando a alguien con alguna Wii retrocompatible con GameCube que no le importe cambiármela por esta nueva. Supongo que al final encontraré una solución, pero el disgusto ya me lo he llevado.

Y lo peor no es sólo que Nintendo me impida disfrutar de mis juegos de GameCube sino que tampoco ofrece ninguna alternativa. Sony eliminó la retrocompatibilidad de PlayStation 3 para después hacernos recomprar los juegos de PS2 en HD, pero NIntendo ni siquiera se aprovecha de eso. De momento, el único título de GC relanzado ha sido The Wind Waker. A saber cuánto tendremos que esperar para ver cosas como Chibi-Robo!, Resident Evil Zero, Skies of Arcadia o Metal Gear Solid: The Twin Snakes. Lo más probable es que no veamos ninguno de ellos.

¡Sí a la retrocompatibilidad! ¡No a los salones reconvertidos en junglas de cables!

En Inazuma, solo vales si eres súper

Ya lo dije cuando hablé sobre el Inazuma Eleven de Nintendo DS y también vale para esta versión de Wii: este juego es el sueño de cualquier chaval de principios de los noventa, de cualquier aficionado a esa extraña forma nipona de ver el fútbol materializada en Oliver y Benji (Captain Tsubasa).

Sin embargo, aquí, en su espíritu y el universo en el que están basados, se acabaron los puntos comunes entre Inazuma Eleven Strikers y la citada entrega portátil. En el salto de la franquicia a la consola de sobremesa de Nintendo, Level 5 se ha dejado por el camino el desarrollo RPG que tan bien funcionó en DS y se ha centrado en los partidos de fútbol en sí.

El resultado es espectacular, pero también desconcertante. El espectáculo procede por supuesto de las técnicas especiales, no sólo los habituales súper tiros a puerta sino también habilidades mágicas defensivas y de regate, que por cierto están muy bien implementados. El uso de estos poderes es constante durante los partidos, lo que nos regala una sucesión de secuencias de lo más vistoso.

Sin embargo, el desconcierto no tarda en llegar. Yo lo percibí en el segundo partido: la única forma de meter gol —que se supone que es lo más importante en un juego de fútbol— es mediante un súper tiro. Bueno, en realidad más de uno, ya que los porteros también disponen de paradas especiales, por lo que el único proceder mínimamente fiable es disparar tiros especiales una y otra vez hasta que el portero no posea puntos de técnica con los que detener el cañonazo definitivo.

Este sistema, aparte de hacerse algo repetitivo, crea situaciones absurdas durante el juego. La más habitual, que ejemplifica muy bien lo que quiero decir, es que a menudo pasamos el balón a un delantero y antes de recibir el balón ya vamos cargando el tiro. Si resulta que el jugador que ha recibido el pase no tiene ninguna habilidad ofensiva especial, la frustración es épica, ya que sabemos que el gol es imposible. ¿Cómo puede ser que en un juego de fútbol te lamentes de tener el balón con un delantero y el tiro cargado al máximo?

Hay 150 jugadores y más de 200 supertécnicas, pero el número de equipos se queda tan solo en 15. Además, la ausencia de un modo historia elaborado (en realidad, los modos de juego pecan de escasos y simplones) le resta bastante encanto al conjunto.

A pesar o gracias a todo ello, Inazuma Eleven Strikers es uno de los videojuegos que más me han hecho reír en mucho tiempo. Estuve probándolo con un amigo y, en su extrañeza e imperfección (la del juego, no la de mi amigo), acabo divirtiéndonos muchísimo. La sencillez de su control mezclada con el absurdo de su mecánica acabó enganchándonos en un pique de lo más sano y gracioso.

No me cabe duda de que a los chavales fans de Inazuma Eleven les va a encantar. Para los demás, solo lo recomiendo en multijugador y con un buen amigo al lado (o tres). 

Wii vive bien en el pasado (con mucho ritmo, entre fantasmas y bloques de Lego)

El lanzamiento de Wii U, aunque aún sin precio ni fecha exactos, está cada vez más cerca. Nintendo se prepara para afrontar la transición de una plataforma a otra mientras sigue alimentando a la pequeña 3DS. Sin embargo, agazapada y envejecida, Wii se resiste a desaparecer del todo.

Juegos como Xenoblade Chronicles, Skyward Sword, Kirby’s Adventure, The Last Story, Mario Party 9 o Pandora’s Tower han ido llegando poco a poco para endulzar la despedida de una consola que, nos guste o no, ha marcó un punto de inflexión en la industria.

No se puede decir que estos últimos meses hayan traído abundantes novedades a la consola de sobremesa de Nintendo, pero algún lanzamiento sí que ha habido. Por un lado, han llegado las inevitables versiones jugables de conocidas licencias cinematográficas: Battleship, The Amazing Spider-Man, Ice Age 4, Brave

Por otro lado, de calidad mucho más notable, encontramos algunos títulos que viven del éxito de fórmulas pasadas. Me refiero a Beat The Beat: Rhythm Paradise, Project Zero 2 y Lego Batman 2: DC Super Heroes. Ninguno de ellos es revolucionario ni sorprendente, pero los tres resultan increíblemente divertidos.

Beat The Beat es una versión para Wii del título de minijuegos musicales de Nintendo DS Rhythm Paradise. Sigue exactamente las mismas premisas que la versión portátil: minijuegos muy peculiares —algunos tan locos que parecen sacados de un Wario Ware— en los que debemos seguir el ritmo de la música pulsando los botones del mando (A y B tan solo). Aquellos con buen oído ni siquiera necesitarán las imágenes como orientación. Para mí, en cambio, este es uno de esos juegos que jamás seré capaz de completar debido a mi nulo sentido del ritmo.

Con Project Zero 2: Wii Edition nos encontramos con una regreso al pasado en toda regla, ya que se trata de una revisión del juego que vio la luz en PlayStation 2 allá por 2004. Por muy revisado que esté, el juego no puede evitar que se le noten los años, especialmente en la parte técnica. El hecho de que el control a veces resulte incómodo no ayuda. A pesar de todo, la aventura conserva la magia que lo convirtió en el mejor survival horror de la saga y no cuesta disfrutar del puro horror.

Quizá el más novedoso de los juegos que he citado sea Lego Batman 2 ya que, pese a aprovechar la herencia de los numerosos títulos de la franquicia que se han desarrollado hasta ahora, da un paso hacia el cambio. En concreto, Traveller’s Tales ha decidido apostar por el sandbox, ofreciendo una ciudad de Gotham por la que podemos movernos con libertad. El juego abandona así la linealidad típica de otros juegos Lego y lo sitúa muy por encima de todos ellos. Gracias a esta característica, Lego Batman 2 se convierte en el aperitivo perfecto de lo que veremos en Lego City Undercover, uno de los juegos de Wii U que mejor sabor de boca dejó en el pasado E3.

Si no sabíais cómo seguir sacando partido a la anciana Wii, aquí tenéis tres buenas posibilidades.

Mario Party 9, simplificando lo sencillo

«Muy malo tiene que ser un videojuego para que en modo multijugador no divierta». Decenas de veces he dicho esa frase y no muchas menos la he escrito. Repetirla cuando hablo de un Mario Party puede considerarse casi un pecado, porque nadie puede negar que estamos ante el principal referente de los juegos «festivos», pero es que en esta entrega las cosas han cambiado un poco. Sí, Mario Party 9 sigue estando enfocado a la experiencia multijugador y sigue siendo divertido pero, ¿tanto como antes?

Descubrí las novedades hace muy poco, durante un viaje de pocos días con unos amigos, oportunidad ideal para dedicarle algo de tiempo a la faceta más social de la consola. Uno de los juegos elegidos para pasar el rato fue Mario Party 9, un título al que aún no le había podido dedicar mucho tiempo. Se trata de la segunda entrega de la franquicia para Wii y la primera de la historia no desarrollada por la ya desaparecida Hudson Soft… y se nota.

La primera modificación, la más relevante a la par que impactante, es que el llamado modo Fiesta, en el que hasta cuatro jugadores compiten sobre un tablero tipo Juego de la Oca, ha dejado de ser lo que era. Antes, cada jugador competía individualmente, moviéndose libremente por el tablero e intentando ser el primero en alcanzar las codiciadas estrellas. Ahora, todos los personajes se desplazan juntos en un vehículo y el objetivo es ser el que recoge un mayor número de estrellitas que hay repartidas por el trayecto.

Mi primera impresión fue bastante negativa. El nuevo sistema reduce la libertad de acción, simplifica al extremo el desarrollo y deja al azar —siempre muy presente en la franquicia— demasiados elementos. Sin embargo, tras un par de partidas descubrí muchas nuevas virtudes originadas por el recién estrenado sistema de Mario Party 9. Para empezar, resulta interesante el hecho de que la tirada de un jugador afecte siempre de forma decisiva a todos los demás.

Por otro lado, existe un nuevo tipo de estrategia basada en los dados. Durante la partida vamos obteniendo dados especiales (uno superlento, otro con números muy bajos, uno con números muy altos…) que podemos emplear para pasar de largo por casillas negativas o para avanzar poco y aumentar la probabilidad de que el siguiente jugador tenga que asumir el riesgo de tiradas peligrosas. Es divertido, te ríes, te picas, pero…

Al final, y a pesar de que el juego divierte mucho, la sensación que me queda es que el desarrollo es menos atractivo que el de las viejas entregas, tiene menos posibilidades tácticas, reduce la importancia de los minijuegos (de los que no he hablado y de los que no hay mucho que decir pues siguen la premisa de todos los Mario Party) y deja demasiadas cosas en manos de la fortuna, tanto en el tablero como en las pruebas. Lo peor de todo, a mi parecer, es que se ha perdido el fantástico trabajo de diseño de los viejos tableros, que eran casi siempre complejos y estaban construidos con mucho ingenio.

Sí, Mario Party 9 me gusta menos que los anteriores Mario Party, pero me gusta. Mantiene el regusto clásico, se ha renovado un poco (que siempre está bien) y… todos los juegos divierten en multijugador, especialmente los de esta gran franquicia.

¿Qué os parece el nuevo desarrollo multijugador de Mario Party?

Una última curiosidad. Estos días he visto en varias páginas web ácidas críticas contra la escasa dificultad del juego a raíz de un vídeo en el que se ve cómo Luigi gana múltiples juegos sin hacer absolutamente nada. No seré yo quien defienda la baja dificultad de los videojuegos actuales respecto a los de generaciones pasadas, pero creo que en este caso no tiene mucho sentido, primero porque el vídeo muestra la competición contra la CPU en su nivel de dificultad más bajo y segundo porque lo fácil o difícil que resulten los minijuegos depende siempre de la habilidad de nuestros rivales o bien —y esto sí es más criticable— de la pura suerte. Os dejo el vídeo que os mencionaba y otro que demuestra que Luigi ya tenías sobornada a la dios Fotuna allá en los tiempos de Mario Party 2.

La mágica melodía de Wii

Mucho ha llovido desde que Nintendo sorprendiera a medio mundo con el nuevo concepto de juego que suponía la Wii, desde que Wii Fit le diera una vuelta de tuerca a la idea, desde que Super Mario Galaxy se convirtiera el enésimo hito en la carrera del famoso fontanero.

La consola que popularizó los juegos familiares basados en la detección de movimiento ya es una máquina veterana a punto de jubilarse. Su sucesora, Wii U, asoma en el horizonte y Wii tiene que conformarse con unos pocos videojuegos que llegan con cuentagotas para engordar su catálogo.

Sin embargo, el crepúsculo de Wii está resultando mucho más brillante de lo que jamás habría imaginado. En estos últimos meses están viendo la luz algunos de los mejores videojuegos que se han desarrollado para la consola de sobremesa de Nintendo, producciones que habrían hecho mucho bien a la compañía, sobre todo a nivel de imagen, de haber salido en los primeros años de vida de Wii.

En un alarde de ironía, los momentáneos rejuvenecimientos de la ajada consola han coincidido con destellos de brillantez de un género caído en la desidia, anclado en los clichés, embarrado de mediocridad: Wii se ha alzado esplendorosa sirviendo de anfitriona a los más sobresalientes juegos de rol japoneses (JRPG) de los últimos años.

Con el RPG estadounidense en pleno auge y el japonés relegado al olvido, a mediados de 2011, Wii recibía Xenoblade Chronicles, un cuento bellísimo, en esta ocasión y a diferencia de muchos de los juegos de rol clásicos más aclamados, con más acentuación en la hermosura técnica que en la intensidad de la trama. Su punto fuerte son, sin embargo, sus grandes posibilidades de personalización y la amplia libertad, que llega a hacer que el juego se asemeje en muchos puntos a los títulos de rol masivos. Cabe destacar la soberbia banda sonora, muchas veces citada como la mejor de 2011.

A finales de año llegaba otra gran joya a la corona de Nintendo. En esta ocasión no hay que hablar de JRPG sino de Action RPG o, para ser más precisos, de The Legend of Zelda, que casi podríamos considerar un género específico dentro del rol y la aventura debido a su inimitable estilo. Skyward Sword llegó para corroborar que no hay Zelda pequeño. Con una carga de épica y de profundidad argumental más acusada que la que poseen mayoría de las entregas anteriores de la franquicia, este juego demuestra en qué es la excelencia en el diseño de videojuegos.

Por último, hace solo unas semanas, llegaba a las tiendas The Last Story, la más reciente creación del padre de Final Fantasy, Hironobu Sakaguchi, y de uno de los compositores de música para videojuegos más aclamados de todos los tiempos, Nobuo Uematsu. Con tales credenciales, el resultado es predecible. Los dos maestros demuestran en esta producción para Wii que siguen en plena forma.

No hace falta que les avale un poderoso nombre como el de la conocida franquicia de Square Enix para que ellos realicen un buen trabajo: Sakaguchi recoge elementos clásicos de los juegos de rol japoneses, les da una pequeña vuelta de tuerca y cede algo de terreno a la linealidad para poder conformar una historia compleja y emocionante, salpicada de geniales combates y revestida con un envoltorio sonoro que pone la piel de gallina.

Wii se está despidiendo, pero lo está haciendo a lo grande, demostrando que nada se puede dar por sentado, ni que una consola no tenga más que dar de sí ni que un género esté muerto y enterrado.

E3 2011: Wii y el Project Cafe

Poquita vida le queda ya a la Wii. La consola que revolucionó el mercado de los videojuegos hace cinco añitos se aproxima a su jubilación, un hecho que podríamos asociar simbólicamente con la conferencia de Nintendo en el próximo E3 de Los Ángeles, donde será presentada su sucesora. El único gran cartucho que le queda por quemar a la blanca consola de Nintendo es The Legend of Zelda: Skyward Sword, el juego que pretende poner el broche de oro a la existosa vida de está máquina superventas.

El punto fuerte de la conferencia de Nintendo será la Wii 2, Project Cafe o como diablos vaya a llamarse su nueva consola. De momento, todo lo que se ha dicho sobre ella es mera especulación: un mando con pantalla incorporada, graficazos mejores que los de PS3 y Xbox 360 (¡qué menos a estas alturas!), retrocompatibilidad con Wii, un catálogo que incluye tñitulos que van desde Mario y Pikmin hasta Mass Effect 3 o GTA V Lo único que se conoce oficialmente, por boca del mismísimo Iwata, es que la consola ofrecerá una nueva forma de jugar.

La sucesora de la Wii

Nadie habla de rumores, todo el mundo lo da por hecho: Nintendo presentará a la sucesora de su actual consola de sobremesa en el próximo E3 de Los Ángeles. Puede que se deba a que es muy evidente que los tiempos de gloria de la Wii ya han pasado, quizás es porque hace más de un año que la compañía nipona asegura que está trabajando en nuevo hardware o a lo mejor todo es culpa de la credibilidad de la revista especializada Game Informer (que fue la que soltó la liebre), pero el caso es que todo el mundo da por hecho que pronto tendremos nueva máquina.

La publicación alude a fuentes muy fiables que por supuesto no puede revelar. Por su parte Nintendo dice lo de siempre, que la compañía no hace comentarios sobre especulaciones pero, ¡ojo!, que estemos atentos. Si queréis lo puedo traducir de una manera menos críptica: «Sí, estamos preparando una nueva consola y la podréis ver en junio durante el próximo E3».

Las características que se supone que tendrá la nueva consola, y aquí ya no me fío al cien por cien de la información, apuntan hacia una vuelta a los orígenes. Justo cuando Sony y Microsoft, con PlayStation Move y Kinect respectivamente, intentan hacerse con un trozo del negocio que inició Nintendo, ésta parece haber decidido desvincularse en parte de la filosofía Wii y no intentar repetir suerte con una Wii 2.

Según se rumorea, la consola tendrá gráficos en alta resolución (la noticia sería que no los tuviese) y una potencia tal vez ligeramente superior a PlayStation 3 y Xbox 360 (que es lo deseable). El rasgo más peculiar de la máquina serían de nuevo los mandos de control, que contarían con una pantalla táctil además de los botones convencionales. También se dice que podrían llevar incorporadas dos cámaras capaces de capturar imágenes 3D.

Sólo un apunte más sobre los supuestos controladores: contarían con la tecnología de detección de movimiento de la Wii, no tanto para los juegos nuevos como para permitir la retrocompatibilidad con la citada consola. Esto me parece un acierto. Que no cometan el error de Sony con la PS3. A todo el mundo le gusta que sus máquinas sean retrocompatibles.

Estoy convencido de que antes de junio tendremos nuevas noticias sobre esta futura consola. ¿Quién sabe? Quizá Nintendo, intentando evitar filtraciones y fakes, repita la estrategia que escogió con la 3DS y avance algunos datos antes de la presentación oficial. Ya veremos…

¿Qué os parecen estas informaciones?, ¿os parece que tienen credibilidad? ¿Qué esperáis de la próxima consola de sobremesa de Nintendo? 

Kirby y el problema de parecer infantil

Nunca comprendí a aquellos poseedores de una Master System II o una Mega Drive que argumentaban que las consolas de Nintendo eran infantiles. ¿De veras conocían el catálogo de la competencia?, ¿seguro que habían mirado bien el catálogo de sus propias consolas?

Con las generaciones venideras, esa afirmación se fue haciendo más cierta, básicamente por la escasez de juegos de third parties para N64 y GameCube. El problema de esta percepción, independientemente de si se ajusta más o menos a la realidad, es que muchos títulos excelentes fueron, son y seguirán siendo infravalorados por su aspecto o por la plataforma para la que ven la luz.

Podría decir que este es el caso de Kirby’s Epic Yarn, pero estaría mintiendo. La última aventura de la bola rosa de Nintendo cuenta con una característica propia de los juegos infantiles que cuesta mucho aceptar: es demasiado fácil. Es decir, que no es que parezca infantil sino que efectivamente lo es.

Pase que el juego esté protagonizado por muñequitos, pase que predominen los colores chillones o los colores pastel, pase que el control no exiga la preparación de un ingeniero aeronáutico, pero un nivel de dificultad ridículo es algo complicado de sobrellevar incluso para aquellos que, como yo, no tienen complejos ni prejuicios hacia lo que presenta un aspecto infantil.

Siempre intento convencer a la gente para que juegue a tal o cual título que es excelente a pesar de parecer para niños. Con Kirby Epic Yarn creo que la tarea es más ardua de lo habitual. Si tuviera que resaltar un elemento por el que merece la pena probar este Kirby se tenga la edad que se tenga, ese sería el gusto estético. Pero mejor dejo el imperfecto de subjuntivo a un lado y paso al presente: no hace falta buscar un reto para disfrutar de este plataformas, el mayor aliciente se encuentra en el precioso e imaginativo diseño de niveles y personajes.

Me gusta Epic Yarn porque es una de esas obras que ves y piensas: «joder, está muy bien hecho». No tiene gráficos alucinantes ni tecnologías espectaculares, simplemente mimo y buen gusto. Y estas virtudes se pueden apreciar aun no gustándote el juego. Lo que es bueno, es bueno, independientemente de los gustos de cada uno.

Sobre el juego en sí no he dicho mucho, pero el vídeo y algunos otros posts anteriores ya lo dejan bastante claro: un plataformas clasicote de avance lateral que se desarrolla en un mundo hecho de telas con personajes que no son más que siluetas de hilo, Kirby incluido. La idea también mola, la verdad.

¿Qué os parece este nuevo Kirby?, ¿demasiado infantil o merece la pena darle una oportunidad?

Un juego subidito de tono para Wii

Puede que a algunos os parezca algo vieja esta historia, pero es que justo cuando pensaba publicarla tuve que marcharme de viaje y la dejé guardada en el tintero. Esto hablando del lanzamiento de We Dare, un videojuego para adultos de Ubisoft que verá la luz en Wii. Sí, podríamos meter tono erótico y Nintendo en la misma frase… más o menos.

El asunto es bastante raro y contradictorio: mientras que el anuncio utilizado para promocionar We Dare es algo «picantón» (que diría mi abuela), la calificación del videojuego es para «adultos» mayores de 12 años. ¿Cuál es la información que más nos acerca a la realidad?

Basta con ver un solo pantallazo del juego para darnos cuenta de que el dato al que debemos hacer caso es a la calificación PEGI. En realidad, el título no es más que una colección de 40 minijuegos simplones, nada muy diferente a lo que podemos ver en Wii Party, Wii Play y otros por el estilo. El punto calentorro lo ponen, en teoría, no las temáticas de las pruebas sino las mecánicas que debemos emplear para superarlas: morder el mando al mismo tiempo que otro jugador/a, dar azotitos en el culo o hacer un striptease.

No hace falta ser un genio para darse cuenta de que estas propuestas pueden sustituirse sin mucha complicación por otras formas de control más convencionales y nada subidas de tono. Del mismo modo, títulos como el inocente y casto Wii Party pueden convertirse en videojuegos porno si nos ponemos a darle una vuelta tórrida a los sistemas de control.

En definitiva, que Ubisoft se ha quedado a medias tintas. La compañía ha desarrollado un juego para todos los públicos pero dándole un toque sexual que no satisfará ni a los adultos (que preferirán algo erótico de verdad) ni a los chavales, más que nada porque la elección del tono de la campaña publicitaria ha hecho que muchos distribuidores se echen para atrás. Sólo llegará a Europa.

¿Le daríais una oportunidad a este juego?, ¿creéis que tiene posibilidades como entretenimiento erótico?