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Thank you Mario! But our princess is in another castle! Toad (Super Mario Bros.)

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¿Qué consola ganó la batalla de la pasada generación?

Hace mucho, mucho tiempo, casi parece que fue en otra vida, escribí literalmente que PlayStation 3 ganaría la batalla de la pasada generación. A la consola de Sony le había costado arrancar, Xbox 360 estaba haciendo un buen papel y Wii se había convertido en un fenómeno arrasador.

Aun así, la fuerza de la marca PlayStation ya había mostrado su gran poder en las dos generaciones previas, especialmente en España, y yo estaba convencido de que el efecto volvería a repetirse. Al final, con el paso de los años, así fue, más o menos, con mucho empuje en nuestro país aunque con salvedades a nivel global.

Paul W

Paul W

¿Qué se salió de mis previsiones? Por un lado, el torbellino Wii duró mucho más tiempo de lo que esperaba. La consola de Nintendo llegó a su límite y se quedó estancada, pero durante los años que vendió, lo hizo a lo grande. Por otro lado, Microsoft hizo un trabajo excelente y convirtió su máquina en la rival perfecta de PS3.

Pero, ¿qué nos encontramos a día de hoy? Observando datos muy recientes, del pasado mes de agosto, vemos que Wii arrasó en la pasada generación. Se vendieron ni más ni menos que 100 millones de unidades. Sin embargo, el frenazo se notó. Mientras que, durante mucho tiempo, la consola de Nintendo tenía colocadas en todo el mundo más consolas que sus dos rivales juntas, al final, PS3 y Xbox 360 (que aún hoy se siguen vendiendo) han logrado recortar las distancias para quedarse a «sólo» unos 20 millones de distancia.

La batalla entre esas dos máquinas, que siempre ha estado muy ajustada (durante bastante tiempo con una ligera ventaja para Xbox 360) se ha saldado con un increíble empate técnico, 83,1 millones de unidades para Microsoft y 83,2 millones para Sony.

No se puede negar, Nintendo fue devastadora en la pasada generación, sobre todo si además tenemos en cuenta las ventas de Nintendo DS, con diferencia la consola más vendida (158,8 millones), siempre muy por encima de PSP.

Aunque, poniéndolo todo en contexto, ¿se pueden sacar las mismas conclusiones? A largo plazo, a Nintendo no le hizo ningún bien su estrategia centrada en el público ocasional. Eso le ha pasado factura durante los últimos años y se ha convertido en un lastre también para Wii U (que al final parece que está remontando gracias a un nuevo giro hacia la audiencia hardcore). Por otro lado, Microsoft no ha sabido trasladar las bondades de 360 a One. Unos cuantos errores de libro, han hecho que la compañía pierda gran parte de lo que ya tenía ganado.

En este orden de cosas, es nuevamente Sony la que ha cogido ventaja. Ha aprovechado la buena imagen de la marca PlayStation, ha creado una máquina que es la sucesora perfecta de la anterior y ya es con diferencia la favorita de la actual generación. Entiendo la táctica y quiero entender por qué ha funcionado, pero me cuesta asimilarlo viendo los pobres catálogos que hay actualmente para las nuevas consolas.

Es más, si atendemos a juegos, creo que mi alma nintendera está resurgiendo. El catálogo de Wii U me parece, por mucho, el más atractivo de los tres. Veremos cuando termine 2014. Supongo que en el próximo E3 ya empezarán a verse productos verdaderamente rompedores para PS4 y Xbox One (y no sólo escasas excepciones reseñables tipo Destiny). Habrá que ser pacientes, ya sabemos que los lanzamientos del primer año de una máquina casi nunca son para tirar cohetes.

En mi opinión, teniendo todos estos factores en cuenta, Wii ganó la batalla de la pasada generación, pero Sony fue la que consiguió una base más sólida sobre la que seguir construyendo su imperio.

¿Qué opináis vosotros?

Fable Anniversary, un ejemplo HD a seguir

Junto a Halo y Gears of War, Fable completa el tridente que ha dotado de identidad y fuerza de marca a las consolas de Microsoft. Ahora, en pleno proceso de transición entre Xbox 360 y Xbox One, llega Fable Anniversary para cerrar un ciclo, y lo hace volviendo a los inicios y rindiéndole un bonito homenaje a la obra del controvertido Peter Molyneux.

El juego no ofrece nada nuevo, de hecho puede parecer otra revisión HD de esas que tan sólo buscan arañar unos eurillos (unos eurazos) del bolsillo del consumidor. Sin embargo, este nuevo viejo Fable es mucho más que eso, es un ejemplo a seguir a la hora de lanzar este tipo de reediciones.

fable anniversary

No alcanza el nivel de Halo: Combat Evolved Anniversary en cuanto a mejoras respecto al original, pero sí puede presumir de una revisión gráfica más cuidada de lo habitual. Los desarrolladores no se han limitado a aplicarle un filtro de alta definición al juego sino que han puesto cuidado en los detalles, puliendo texturas, mejorando la iluminación, añadiendo efectos gráficos y, en definitiva, acercando este Fable más a un remake que a una revisión en HD.

Se han molestado incluso en rediseñar los controles y la interfaz, que ya era bien fea en su día y que, a día de hoy, incluso hace daño a la vista. Lo mismo ha sucedido con los menús, que han ganado mucho en esta nueva y trabajada versión. Fallos hay, claro: tiempos de carga demasiado largos, algunos incomprensibles fallos gráficos, una jugabilidad que no ha envejecido del todo bien…, pero la sensación general es bastante buena.

Por desgracia, hay detalles que de momento me voy a perder ya que, del mismo modo que me descargué Abe’s Oddysee sólo una semana antes de que se anunciase su versión en alta definición, compré y me pasé el Fable original (descargado en Xbox 360 y sin logros) poco antes de que se conociese la existencia de este Anniversary. Vamos, que no me lo voy a volver a pasar por ahora.

Para los que no lo jugasteis en su día o para los que lo hicisteis hace ya unos añitos, este es un buen momento para echarle el guante y disfrutarlo.

El imprescindible de Xbox 360: Gears of War Judgment

Más complicada la elección de Xbox 360 que la de PlayStation 3. Entre los títulos recientes, quizá el más destacable sería Minecraft, aunque ni es precisamente nuevo ni gustará demasiado a los jugadores convencionales. Así que he optado por algo más accesible para todos los públicos, Gears of War Judgment.

Acción pura y dura y planteamiento continuista para la precuela de la que es quizá la saga que mejor transmite el espíritu de Xbox 360. Gears of War ha sido un símbolo, un estandarte para Microsoft durante el último lustro.

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Este Judgment, sin ser el mejor de la saga ni uno de los títulos más destacados del año, sí constituye un más que digno homenaje a la ya clásica franquicia, un shooter en tercera persona ideal para los fans de Gears of War pero también una propuesta atractiva para jugadores que no hayan probado nunca el adictivo sabor de la Lancer.

Además de servir como simbólica despedida de la saga en Xbox 360 y jugoso aperitivo previo a la nueva generación (para aquellos que estén pensando en pasarse a Xbox One o PS4), Gears of War Judgment cuenta con el atractivo de su precio, ya que a estas aturas ya es posible conseguirlo por unos 20 euros.

Un postre llamado Gears of War Judgment

La actual generación de consolas hace sonar sus últimos compases antes de dar paso a las máquinas que conformarán la siguiente. Y la melodía, como siempre al final de un ciclo, suena armoniosa y casi perfecta, construida a partir del aprendizaje de años en los que la banda sonora ha tenido sus altibajos. Las piezas que componen el aria final suelen brillar y recordarnos —dejándonos de paso una agradabilísima sensación— por qué hemos disfrutado tanto con el concierto que ya finaliza.

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Abandonando ya la metáfora musical, es innegable que el año del relevo generacional de cada consola suele venir acompañado de títulos que demuestran la experiencia acumulada de los desarrolladores. En ocasiones son juegos que explotan al máximo las capacidades técnicas de la máquina en cuestión, mientras que otras veces simplemente se convierten en el resumen perfecto de lo que han dado de sí los muchos meses precedentes. Este es el caso de Gears of War Judgment.

Marcus Fénix, los Locust, las Lancer… se han convertido en símbolos de la actual generación, en una innegable referencia a una de las sagas más importantes de los últimos años. Gears of War Judgment no es la culminación de la franquicia, no es su mejor exponente, es su dulce postre, su deliciosa despedida.

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Con un argumento que comienza pocas jornadas después del célebre y dramático Día de la Emergencia, esta precuela de Gears of War llega para hacernos degustar por última vez las bondades que han encumbrado a la franquicia al éxito. Mucha acción, sistema de coberturas, cooperativo soberbio, divertido multijugador online y Locust, infinidad de Locust.

Salvo un sistema que permite aumentar la dificultad de algunos desafíos puntuales para obtener ciertas recompensas, Judgment no ofrece nada realmente novedoso o sorprendente. Es más de lo mismo, sí, pero es que eso es lo que pretendía People Can Fly (esta vez Epic Games sólo ha actuado como equipo de apoyo). La aventura es un homenaje a Gears of War y un regalo para los fans, y como tal hay que disfrutarlo.

Los próximos Gears of War —si llegan— serán para alguna consola futura, aunque habrá que ver si logran mantener su espíritu intacto ahora que el corazón de la franquicia, Cliff Bleszinski, ya no está en Epic Games.

Halo y el reto del número 4

Con un buen videojuego —al igual que con una buena película— siempre surgen recelos cuando los creadores deciden convertir el producto en una trilogía. Si finalmente se logra un buen resultado, llega un nuevo umbral peligroso: ¿ha de mancillarse la mística del número 3?

Halo, una de las franquicias icónicas de Microsoft, se enfrenta ahora a esa delicada tesitura. Tras haberse convertido en una saga superventas con millones de seguidores en todo el mundo y una imaginería que ya forma parte de  la historia del videojuego, la historia personalizada en el conocido Jefe Maestro rompe la trilogía con Halo 4.

A las dudas más o menos supersticiosas hay que añadirle otra más realista que ha tenido intranquilos a todos los fans de Halo durante meses, el hecho de que esta sea la primera entrega de la saga no desarrollada por Bungie. La responsabilidad de contentar a los escépticos ha recaído sobre 343 Industries. (merakisalonnc.com)

En contra de lo que los más agoreros temían, Halo 4 no solo mantiene intacto el espíritu de la saga sino que ha sido capaz de hacer evolucionar la franquicia de una manera natural, nada forzada. Cualquier jugador no demasiado experto no notará que Halo 4 está hecho por un equipo diferente al que hizo Halo 3.

La historia, que continúa desde el punto en el que quedó la tercera parte, sirve de excusa para llevar al jugador por uno de los modos campaña más variados y divertidos de la saga. La calidad técnica, la soberbia inteligencia artificial de los enemigos (algo que aún se echa mucho de menos en la mayoría de juegos de acción) y el fantástico multijugador (cooperativo, competitivo y con actualizaciones periódicas gratuitas) completan la continuación perfecta de Halo 3.

Debido al carácter continuista del juego, si no eres seguidor de Halo, poco vas a encontrar aquí que te haga engancharte a la saga. En cambio, si te gusta la franquicia —aunque sea mínimamente, no es necesario ser un megafan— Halo 4 es claramente uno de los imprescindibles de esta navidades.

Halo ha superado con nota el reto de romper la trilogía, ¿quién será el siguiente en hacerlo?, ¿Killzone, God of War, Uncharted, Gears of War…?

Happy Wars, la apuesta free-to-play de Microsoft

Está claro que no me puedo ni acercar al juego online, me engancha con demasiada facilidad. Mi último «captor» virtual se llama Happy Wars y es un interesante experimento de Microsoft, un juego multijugador masivo online gratuito para Xbox 360.

Como habréis intuido, la palabra clave es «gratuito». Pero es que además, los desarrolladores de Toylogic han creado un producto interesante al que me consta que ya se ha enganchado un buen número de jugadores, yo incluido.

El desarrollo es sencillo, extremadamente sencillo, pero ahí radica gran parte de su atractivo (tal vez todo). Se trata de un juego principalmente PVP (jugador contra jugador) que enfrenta a 15 usuarios contra 15 en las típicas batallas en las que hemos de conquistar la base enemiga.

Existen tres clases a elegir —guerrero, clérigo y mago—, armas tácticas repartidas por el escenario y varios campos de batalla con puntos estratégicos por controlar entre la fortaleza propia y la del enemigo (algo así como el Valle de Alterac en World of Warcraft).

A medida que se juega y se sube de nivel, vamos ganando nuevas armas y equipamiento y también estrellas que podemos usar en una ruleta en la que obtener nuevas armaduras, cascos, escudos y demás. Esos trofeos son en realidad los que marcan la calidad del personaje, ya que la subida de niveles no conlleva una mejora en las estadísticas sino tan solo un aumento del peso máximo que podemos cargar.

Todo es muy simple, la mecánica no varía nunca, el modo para un jugador es anecdótico (es exactamente igual que el modo multijugador y solo se desbloquea a medida que se juega a este), no hay demasiados campos de batalla y no se tarda mucho en aprender a controlar los poderes de las tres clases del juego (algunos individuales y otros más potentes que requieren una activación grupal), pero el juego tiene algo que atrapa y quizá ese factor sea la citada sencillez.

Eso sí, ahora he de aclarar algo: el juego no es totalmente gratuito. Para empezar —y como es lógico— sólo está disponible para los usuarios dGold de Xbox 360, que ya pagan su cuota anual a Microsoft. Además, es posible pagar por obtener más y mejores objetos para el juego, pero por fortuna Happy Wars no es un pay-to-win, así que es posible hacer un papel más que decente en las batallas sin pagar un céntimo para comprar armas y armaduras imprescindibles.

El hecho de lo poco determinantes que resulta en este los bienes virtuales de pago supone una cómoda ventaja económica para el jugador, pero me temo que de poco le sirve eso a la compañía. Lo que se busca con el free-to-play es que los jugadores se sientan tentados a realizar micropagos y obtener así ventajas sobre los demás.

La poca profundidad de Happy Wars, que en cierto modo es una virtud, se convierte en un importante problema a la hora de obtener ingresos, ya que no creo que muchos estén dispuestos a invertir sus euros en un juego como este, más pensado para echar unas partidas rápidas en los tiempos muertos que para crear una comunidad de usuarios fiel.

Aunque, hablando de «partidas rápidas», tal vez habría que darle un tirón de orejas a Microsoft, ya que más de una semana después de lanzar Happy Wars, aún no han sido capaces de solucionar los larguísimos tiempos de conexión y la estabilidad de los servidores. Creo que el 50% del tiempo que he pasado probando a Happy Wars ha sido intentando conectarme. En cualquier caso, me alegra ver una nueva intentona de llevar los MMO a consola, un género que aún parece relegado casi en su totalidad al PC.

¿Habéis probado el juego?, ¿qué os parece?

 

Logros, ¿para qué os quiero?

Sin duda, una de las mayores victorias de Microsoft durante la actual generación de consolas ha sido la creación y popularización del sistema de logros, desafíos adicionales que le dan a los videojuegos una segunda, tercera y cuarta vida.

La idea, modesta pero francamente atractiva, no tardó en calar en los jugadores y Sony se subió al carro incluyendo los trofeos en los juegos de PlayStation 3. Nintendo, pese a las reticencias iniciales, parece que también acabará pasando por el aro, primero con Nintendo 3DS y ahora también con Wii U.


Los logros habrían sido recibidos como una bendición durante mis años de infancia y juventud, cuando la economía no daba más que para uno o dos juegos al año. ¡Cuánta duración habrían ganado! Si ya los jugaba y rejugaba y destripaba sin que tuvieran extras, qué habría hecho si los hubieran tenido…

Aun así, siempre he pensado que el concepto de los logros tiene mucho margen de mejora, se podría hacer más interesante de múltiples formas y no limitarlo a una mera acumulación de medallitas para regodeo del ego de cada uno. Podría emplearse, por ejemplo, para revitalizar los modos online de juegos antiguos o algo abandonados.

Otra idea que a todo el mundo se le ha pasado alguna vez por la cabeza es la de canjear los puntos de logro por premios. No parece ningún disparate. Pues bien, para alegría y regocijo de todos los usuarios de Xbox 360, Microsoft parece que ha decidido poner en marcha un sistema de este tipo.

El anuncio lo ha realizado la compañía a través de la cuenta de Twitter de Xbox Live: «¡Hemos llegado a los 50.000 seguidores, lo que significa que ha llegado el momento de hacer un anuncio! A finales de este año: ¡una nueva forma de conseguir recompensas por vuestros logros!».

No ha habido ninguna información más, pero intuyo que estará relacionado con la obtención de ítems y vestimentas para los avatares o algo así. Recompensas tales como Microsoft Points me parece que sería demasiado generoso. En cualquier caso, si ya hay quien se vuelve loco con los logros, no quiero imaginar cómo actuarán cuando además tengan premio.

¿Qué os parece la idea de Microsoft?

Actualizando la Xbox 360: unos tanto y otros tan poco

Hoy, como todo hijo de vecino, he actualizado la Xbox 360 para ver cómo luce la nueva interfaz, un dashboard que llega con un día de retraso respecto a las previsiones iniciales y que estrena Apps para Xbox Live, control mediante Kinect y varios canales de televisión.

La novedad más destacable es precisamente esta última, la inclusión de Imagenio en el ecosistema de Xbox Live. El hecho de que el servicio sea gratuito durante tres meses para los usuarios Gold es un reclamo estupendo. Que la mayoría de la oferta esté centrada en contenidos deportivos a mí ya me pone menos, aunque imagino que muchos estarán encantados.

La mejora en la integración de las aplicaciones sociales puede tener su punto. Yo hasta el momento nunca he sentido la necesidad de usar Facebook o Twitter mientras estoy jugando a la consola, pero no puedo asegurar que en un futuro no acabe sacándole partido. Aun así, el salto en este punto tampoco es excesivamente significativo.

El almacenamiento de contenidos en la nube sí que me parece una noticia excelente, sobre todo para los que, como yo, tienen una Xbox 360 ya algo viejita y con un disco duro de sólo 20 gigas. En cuanto al control con Kinect… bien, era algo que ya estaba tardando en llegar.

¿Qué es lo que queda entonces? Pues queda lo que menos me gusta, el diseño de la nueva interfaz. Podría decir que es innecesaria, que la anterior era mucho más bonita, más vistosa e incluso más práctica. De un solo vistazo podías ver las novedades de Zune, las ofertas de Live, etcétera, ahora ya no.

Podría decir también que Microsoft se ha excedido con los rediseños del dashboard, cambiándolo en sucesivas ocasiones siempre para mejor hasta dar un paso atrás con esta última modificación. ¿Alguien recuerda cómo era la interfaz original de la Xbox 360? No era muy atractiva.

Podría decir todo eso, sí, pero no tendría sentido. Aunque no me guste, la llamada interfaz Metro es el paso lógico en la estrategia de convergencia de dispositivos de Microsoft. El diseño es el mismo que ya podemos ver en Windows Phone 7 y que veremos en Windows 8 y supone un primer paso para la interacción con dichos sistemas.

El caso es que, cada vez que veo estos cambios de imagen en Xbox 360, me pregunto si Sony se ha planteado alguna vez hacerle un lavado de cara a la interfaz de PlayStation 3, más que nada para que deje de ser triste y fea algún día. Ya estamos acercándonos al ocaso de la actual generación de consolas y ese dashboard ya huele un poco.

Seguiré trasteando un poco más con la Xbox 360. Supongo que me acabaré acostumbrando a la nueva interfaz. ¿Qué os parece a vosotros?

Los logros y trofeos perdidos

Siempre he pensado -y sé que no soy el único- que es una lástima la cantidad de logros y trofeos que quedan obsoletos en Xbox 360 y PlayStation 3 respectivamente. Me refiero, claro, a aquellos que exigen completar alguna tarea en un modo de juego online.

Cuando un juego acaba de salir es relativamente sencillo obtener esos logros y trofeos, ya que las comunidades online no tardan en entrar en ebullición, al menos en los títulos destacados (me pregunto si habrá mucha gente con los logros online de juegos como El Señor de los Anillos: La Conquista).

El problema llega cuando pasan uno, dos o tres años y el modo online del juego en cuestión queda desierto cual escenario de Duke Nukem Forever. Solo algunos títulos tocados por la mano de ¿Vinton Cerf, Tim Berners-Lee, Zeus, Master Hand…? mantienen sus opciones en línea vivas durante lustros, pero no es lo habitual. Aún no me creo la suerte de haber podido desbloquear un logro online del Super Puzzle Fighter II hace poco más de un mes…

Si eres un enfermo de los logros o los trofeos y el videojuego que te estás pasando es minoritario y cuenta con un elevado porcentaje de retos online, estás fastidiado. Si además te has comprado el juego mucho tiempo después de que saliese a la venta (y esto no es algo raro), las probabilidades de desbloquear el 100% se reducen de forma radical.

En mi opinión habría una forma muy sencilla y divertida de solucionar esta obsolencia e insuflar nueva vida a videojuegos abandonados. Bastaría con que Microsoft y Sony organizasen días especiales para cada videojuego. Por ejemplo, un día de Worms 2, otro de Unreal Tournament III, otro de Skate, etcétera. Mediante reclamos como logros y trofeos especiales o accesorios para avatares, fondos de pantalla y otro tipo de recompensas se incentivaría el juego de títulos «aparcados».

Con este sistema, aparte de los regalos especiales, se daría a muchos usuarios la posibilidad de cumplir misiones online que de otro modo no podrían completar. Además, supondría un valor añadido para todos y cada uno de los videojuegos seleccionados, que esporádicamente volverían a estar de actualidad y podrían experimentar un empujoncito en sus ventas pese a no ser novedades.

Esto podría funcionar o no. Es una idea que he comentado con bastantes amigos y a ellos no les ha parecido mala. Tal vez soy un poco pretencioso, pero le he dado muchas vueltas al tema y, sobre todo, me he obsesionado con muchos logros y trofeos online que aún hoy soy incapaz de completar por ausencia absoluta de comunidad.

¿Habéis vivido frustraciones de este tipo?

Kinect sigue en su línea familiar

Aunque muchos teníamos la esperanza de que Kinect fuese dando un pequeño giro en su catálogo para complacer al público hardcore, lo cierto es que, justo cuando se cumple un año del lanzamiento del exitoso invento, la línea de juegos no parece diferir mucho de lo que veíamos hace doce meses.

Entre los últimos títulos destacados de la propia Microsoft para Kinect se encuentran Dance Central 2, Kinect Sports: Season Two y un nuevo Kinectimals. El primero de ellos trae nuevos temas y un diseño gráfico mucho más cuidado que su predecesor, probablemente el juego que mejor explota las capacidades de Kinect. Al fin y al cabo, el genero de baile encaja muy bien con las características del periférico.

En cuanto a la segunda parte de Kinect Sports, poco que decir. Desde que vio la luz Wii Sports quedó claro  que los minijuegos deportivos encajan bien con los conceptos «detección de movimientos», «familia» y «diversión multijugador». En este caso encontramos fútbol americano, béisbol, dardos, esquí y los omnipresentes tenis y golf. El nuevo Kinectimals, en vez de ir acompañado de un «2», está subtitulado «¡Ahora con osos!» (se ve que los plantígrados están de moda).

Reconozco que, si tuviera espacio en mi salón, lo mismo me pondría a bailotear un poco con Dance Central 2 (o con Just Dance 3, que también ha salido hace poco), pero en general no encuentro atractivo en el catálogo de Kinect. Los juegos que más me llaman la atención aún no los he probado: uno es The Gunstringer y el otro Barrio Sésamo: Ërase una vez un monstruo. También me llama la atención, aunque por otros motivos, el juego de Michael Phelps. ¿Hay que meter Kinect en la bañera para jugar o hace falta tener una ‘pisci’ en la ‘urba’?

The Gunstringer es un título de Twisted Pixel, un estudio adquirido recientemente por Microsoft y conocido sobre todo por ser los creadores de Splosion Man. El juego, recomendado un amigo de cuyo criterio me fío bastante, nos convierte en un titiritero que debe controlar una marioneta y ayudarla a afrontar los peligros del Salvaje Oeste. Se trata de uno de los juegos menos casual de Kinect, si no el que menos.

El juego de Barrio Sésamo también me motiva. Tal vez sea por el hecho de pertenecer a una generación que creció con Gustavo, Coco, Epi y Blas, Triqui y compañía, pero el caso es que me da buen rollo. Si tuviera hijos o si tuviera sobrinos/as o hermanos/as pequeños con Xbox 360 y Kinect, se lo regalaría. Aunque hay algo que me escama: salió a la venta el pasado 14 de octubre y apenas hay referencias, análisis y comentarios sobre el juego. Es más, ¿en qué idioma están las voces? He sido incapaz de encontrar este dato que me parece fundamental dado su público objetivo.

En cualquier caso, por notable que sea The Gunstringer, por mucho que Barrio Sésamo esté  en español o en mandarín, por muy bien que Dance Central detecte los movimientos de los jugadores, la conclusión es la misma: Kinect ha heredado la filosofía de la Wii con todas sus consecuencias.