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Thank you Mario! But our princess is in another castle! Toad (Super Mario Bros.)

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¿Necesitamos nuevas consolas?

Me lo pregunté por primera vez tras la extraña presentación de PlayStation 4, que no me pareció tan mala como a la mayoría, pero que no me dejó entrever nada demasiado sorprendente. Si el primer vistazo a una nueva generación de consolas no es capaz de dejarte con los ojos abiertos y con ganas de más, algo falla. Aun así, preferí no ser agorero y dejar las impresiones finales para después del E3.

Mis dudas aumentaron aún más cuando jugué a Bioshock Infinite. Me lo pregunté de nuevo cada vez que volví a poner el juego para enseñárselo a algún amigo y contemplar su rostro de asombro. ¿Necesitamos nuevas consolas? Bioshock Infinite no es gráficamente perfecto, pero es precioso, espectacular, una obra maestra en cuanto a diseño artístico, ¿qué puede aportar a eso una consola más potente?, ¿mejores efectos en las explosiones y el humo, más detalles en el horizonte, diseños y animaciones más realistas? Naderías, artificios secundarios.

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La polémica presentación de Xbox One acabó por consolidar mi escepticismo respecto a las máquinas que están a punto de parir Sony y Microsoft. Se atisban pocas novedades que afecten directamente a los videojuegos, todo parece más centrado en el componente multimedia de las nuevas consolas y ninguna de esas funciones resulta especialmente llamativa.

En cuanto a Wii U, que sí parece más centrada en los videojuegos (o lo estaría en caso de que los tuviese), ni siquiera creo que merezca englobarse en lo que llamamos «nueva generación». Aunque, ¿quién sabe?, si Nintendo aprovecha los puntos débiles de la competencia, tal vez pueda convertir este inminente E3 en un punto de inflexión.
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La macroferia de videojuegos, cuyas fechas oficiales son del 11 al 13 de junio, nos dio ya un adelanto la semana pasada con la conferencia de Konami. Centrado en Castlevania: Lords of Shadow 2Metal Gear Solid V: The Phantom Pain y PES 2014, este evento pre-E3 tampoco sirvió para introducirnos en la next gen.

El show comienza en realidad hoy mismo, con la conferencia de Microsoft, que suele dar el pistoletazo de salida al E3 y que podremos seguir esta tarde a partir de las 18.00 horas. La compañía tiene la importante misión de despejar las muchísimas dudas sobre su estrategia respecto a la segunda mano y la necesidad de conexión casi permanente a Internet o, al menos, minimizar al máximo los daños que estas políticas están haciendo a su imagen de marca.

Existe una segunda misión no menos importante para Microsoft, una tarea que también deberá cumplir Sony: justificar el lanzamiento de nuevas consolas, demostrar que ofrecen algo tan bueno que merece la pena invertir en ello aun en estos tiempos de crisis en los que la gente es más cauta a la hora de gastar el dinero.

Termino con la pregunta con la que comencé: ¿necesitamos nuevas consolas? En mi opinión, no, al menos no ahora. PlayStation 3 y Xbox 360 demuestran año tras año que son capaces de ofrecer grandes cosas y podrían aguantar aún una larga temporada sin sucesoras, al menos hasta que el salto tecnológico implicase un cambio mayor del que se intuye.

¿Qué opináis vosotros?, ¿era ya hora de recibir nuevas consolas o estamos ante un relevo generacional precipitado e innecesario?

Lo que nos queda de generación

Desconectadísimo, así llevo más de un mes, echando breves vistazos a los webs especializadas, sacando tiempo para completar al 100% el Injustice: Gods Among Us y el adictivo Candy Box, y muy atento a Twitter para no perderme ni una noticia sobre Wii U, PlayStation 4, la nueva Xbox y Ouya, las consolas que sin duda marcarán los meses finales de 2013.

PlayStation 4que ya enseñó la patita en febrero, ha dejado hoy que atisbemos su forma.Por otro lado, Ouya se dejará catar durante los días del E3, feria que Nintendo tiene que aprovechar al máximo para darle a Wii U el empujón que necesita con urgencia. Por último, Microsoft ha elegido este martes 21 de mayo como su gran día, el que supondrá el nacimiento de la nueva Xbox. Se mostrará en un evento que comenzará a las 19 horas.

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Sin embargo, —salvo quizá en el caso de Nintendo— este es el presente del futuro, de un futuro cercano pero futuro al fin y al cabo. Este año, PlayStation 3 y Xbox 360 siguen dando guerra y no dejarán de hacerlo aún durante meses. Con joyas recién lanzadas como Bioshock Infinite, Tomb Raider, Gears of War: Judgment, Ni No Kuni o God of War: Ascension es casi una falta de respeto centrar todo el interés en consolas que no podremos tocar hasta dentro de unos cuantos meses (que serán muchos si el precio de lanzamiento acaba siendo prohibitivo).

Este alegato surge a raíz del incontable número de artículos que he visto en las últimas semanas dedicados a lo mejor, peor, más raro, más bonito, más azul… de la generación que ya termina. La realidad es innegable, este es el último gran año ¿de Wii?, de Xbox 360 y de PlayStation 3. En 2014 seguirán vendiendo mucho, sobre todo por ser consolas muy baratas con catálogos ricos en cantidad y calidad, pero no nadarán entre novedades. Pero aún queda tiempo para eso, ¿por qué tanto obituario?, ¿tanta despedida?, ¿tanto panegírico prematuro?

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Entre lo que estas consolas aún tienen que darnos —que no es poco— se encuentran Resident Evil: Revelations, el prometedor The Last of Us, el juego de Masacre (del que no sé muy bien qué esperar), Splinter Cell: Blacklist, Kingdom Hearts HD (lo siento, es mi debilidad) y Assassin’s Creed IV. Además, títulos como Destiny o el impresionante Watch Dogs, pese a estar entre los primeros lanzamientos de las nuevas consolas, también tendrán versión para las actuales, un estupendo recurso de transición que muchos bolsillos agradecerán.

Disfrutemos hoy de nuestras consolas actuales, que ya tendremos tiempo mañana para hablar de la nueva Xbox.

La industria del videojuego en España y la lucha contra el fantasma de la piratería

Este martes, como siempre por estas fechas, he acudido a la presentación del anuario de aDeSe, un documento en el que se intenta mostrar una radiografía de la industria del videojuego en España. Aunque la cifra absoluta es buena, la evolución de los datos, por enésimo año consecutivo, vuelve a ser mala. Los ingresos totales del negocio han caído de los 979 millones de euros de 2011 a 822 en 2012, un 16% menos.

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En esta ocasión no voy a realizar un examen exhaustivo de los datos. No hay mucho que destacar: las ventas de hardware vuelven a caer bastante más que las de software, Call of Duty, FIFA y Pro Evolution siguen liderando las listas, los juegos de PlayStation 3 se venden mucho más que los de Xbox 360, la distribución digital es ignorada casi por completo… En esta ocasión prefiero hablar de sensaciones más que de datos.

Mientras que el año pasado mi discurso era optimista, ahora me cuesta mantener la fe en una recuperación a corto o medio plazo. Los portavoces de aDeSe en cambio sí parecen seguir creyendo. No les culpo, es importante tener una actitud positiva y no caer en el derrotismo, especialmente cuando se representa a todo un sector. Sin embargo, percibo ideas que me intranquilizan.

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Creo que siempre hay que ser constructivo, pero evitando caer en la ingenuidad excesiva, que puede ser tan peligrosa o más que el discurso catastrofista. En esta ocasión, aDeSe ha evitado hablar de crisis y de pérdidas y se ha centrado en el potencial de la industria del videojuego, capaz de volver a eso que muchos llaman la senda del crecimiento. Es cierto que el descenso continuado no es una situación exclusiva de España, lo mismo ha pasado en los principales mercados europeos, pero quizá aquí cuesta más creer en la recuperación.

Aun así, hasta aquí acepto la ingenuidad, me parece lógica y tolerable. El problema llega cuando el mayor foco de esperanza lo sitúan en la próxima reforma de la Ley de Propiedad Intelectual, con la que se espera acabar en gran medida con el problema de la piratería y ayudar así a la industria a tirar hacia arriba. Yo siempre me he manifestado en contra de la piratería indiscriminada, considero que es importante invertir en lo que a uno le gusta, pero el argumento esgrimido por la industria me parece de un reduccionismo casi infantil.

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¿De qué ha servido hasta ahora la ley Sinde?, ¿de qué ha servido la persecución de The Pirate Bay o el cierre de Megaupload? ¿Las industrias discográfica y cinematográfica han vuelto a prosperar milagrosamente? No entiendo cómo un negocio tan joven como el de los videojuegos ha llegado a parapetarse en la anquilosada excusa de la piratería. ¿No deberíamos habernos dado cuenta con cierta facilidad del cambio de modelo que conlleva de manera inevitable la era de Internet?

Los mercados de la música y el cine —y en los últimos años también el editorial— han cometido muchos errores al enfrentarse a una transición tecnológica que parecen querer evitar. Ahora, la industria del videojuego, en vez de aprender de esos fallos e imitar el espíritu de los que sí han sabido adaptarse, parece buscar esa piedra en la que tropezar una y otra vez.

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La piratería es un fantasma, un fantasma real que se alimenta con el miedo de la industria y se hace más fuerte con cada nuevo intento de ser derrotado. Si un espectro ha encantado una casa, lo mejor es ignorarlo y construir otra, una más grande y mejor, una en la que se esté tan a gusto que muy pocos nigromantes se sientan tentados de llenarla de espíritus malignos.

Vale, se me ha ido un poco la pinza con la metáfora, así que lo traduzco al cristiano: si algo es bueno, bonito y barato, jamás sentiré la necesidad de piratearlo. Si queremos crecer, hay que cambiar un poco el chip.

Un atisbo de PlayStation 4

Ya han pasado unos días desde que Sony presentase al mundo PlayStation 4 y quizá ahora, con algo más de perspectiva, resulta más sencillo hacer una valoración de lo que se mostró la madrugada del miércoles al jueves de la semana pasada. Las críticas negativas de los primeros momentos se han ido volviendo más optimistas poco a poco.

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Esa noche, yo, como tantos otros, dormí un poquito menos para poder seguir en directo y comentar en Twitter la esperada presentación de Sony. Si bien no me pareció espectacular, no entendí la indignación reinante tras las dos horas de presentación.

Vale, es cierto que en realidad no se mostró la consola, tan solo la «patita» —descripción de sus características, el mando, demos técnicas y unos poquitos juegos que sí parecen tener un desarrollo algo avanzado—, pero si nos hubiesen enseñado una caja negra con luces no me habría parecido ni mejor ni peor. También hay que entender que en solo 4 meses será el E3 y es más que lógico que quieran guardarse algunos ases en la manga para ese macroevento.

Yo no esperaba mucho más de lo que vi. De hecho, me resultó grato comprobar que, si bien se sigue recurriendo a franquicias consolidadas como Killzone e inFamous, existe bastante interés en desarrollar nuevas IPs para la venidera generación de máquinas: Knack, DriveClub, The Witness, Destiny, Deep Down

En esa lista falta, por supuesto, Watch Dogs, el juego que, en mi opinión, logró destacar muy por encima de los demás como ya hizo en el pasado E3. Es espectacular, sus posibilidades parecen infinitas (ya veremos si nos engañan y hasta qué punto) y presenta un nivel de desarrollo mucho más avanzado que el resto de juegos next-gen. ¡Qué diferente es esta Ubisoft a la de hace unos años!, ¡bien por ellos y mejor para nosotros!

El mayor problema de PlayStation 4 es quizá el mismo que va a tener la nueva Xbox, un salto generacional que ya no es tan palpable como lo era en relevos pasados. Los ojos expertos son capaces de percibir a simple vista la mayor cantidad y calidad de los efectos, la profundidad de los escenarios y la cantidad de elementos animados que hay en ellos, el detalle de las texturas… Sin embargo, a cualquier profano le dices que Killzone: Shadow Fall o Watch Dogs es de PlayStation 3 y se lo cree sin dudar (he hecho la prueba con varias personas y ninguna pensó que estuviese mintiendo).

Las próximas consolas tendrán que intentar destacar utilizando las mismas estrategias que ya han empleado PlayStation 3, Xbox 360 y Wii en los últimos años: nuevas funciones, nuevos servicios y nuevos periféricos que complementen y hagan diferente la experiencia. Aquí radica tal vez otro de los motivos por los que PS4 no logró deslumbrar, ya que ni el nuevo Dual Shock —filtrado bastante antes de la presentación—, ni el uso de la nube —que todo el mundo esperaba—, ni la interconexión de dispositivos ni la búsqueda de la filosofía de socializar y compartir —características todas que ya se daban por supuestas— lograron sorprender.

Aún es pronto para juzgar una consola que ni siquiera hemos visto, pero PlayStation 4 parece que tiene potencial y que será capaz de ofrecer grandísimos títulos. Ahora lo que me preocupa es el precio, pero me temo que eso tendrá que esperar hasta la próxima cita, que será en junio, en Los Ángeles.

Fin de semana de mercadillo solidario

Según se acercan las fechas navideñas, la organización benéfica Juegaterapia —que intenta hacer más agradable la vida de los niños que pasan largos períodos hospitalizados— aumenta su actividad de cara a despertar la solidaridad de la gente.

A la iniciativa de la estación Wonderbook, que permanecerá abierta hasta poco antes de Navidad, la organización sin ánimo de lucro suma ahora varios mercadillos de videojuegos. Este mismo sábado 15 de diciembre se han organizado dos. Uno de ellos, organizado en colaboración con la Universidad de Diseño e Innovación ESNE, se celebrará en el citado centro educativo (Avenida Alfonso XIII, 97, Madrid) de 10:00 a 20:00 horas. En este mercadillo solidario se venderán consolas y videojuegos, algunos muy buscados por los coleccionistas.

El segundo mercadillo se realizará en colaboración con varias publicaciones del grupo Axel Springer, también en Madrid este sábado 15, en la calle Santiago de Compostela nº 94, 8ª planta. El horario en el que permanecerá abierto será de 10:00 a 14:00 horas y de 16:00 a 19:00 horas. Se pondrán a la venta cientos de videojuegos, tanto nuevos como de segunda mano, y de multitud de plataformas.

También habrá todo tipo de merchandising relacionado con este mundillo (camisetas, figuras, peluches, barajas de cartas, llaveros…), además de libros, cómics y revistas. Todo a precios muy asequibles. Habrá juegos desde 1 euro. Entre todos los asistentes que participen en esta iniciativa solidaria se sorteará una PS3, aparte de otras sorpresas.

La mayoría del material que se pondrá a la venta ha sido cedido para tal fin por compañías como Sony, Microsoft, Activision, Namco Bandai, Koch Media, Bethesda, Panini y Electronic Arts, entre otras.

Las fotografías que ilustran este post (cortesía del gran Daniel Acal, jefe de sección de la revista PlayManía) sirven de muestra de los muchos productos que habrá en el mercadillo.

 Si os gustan los videojuegos y queréis ser solidarios, buscad un hueco este fin de semana entre cenas y comidas navideñas. Yo lo voy a hacer. Allí nos vemos

Wii U, a punto de tocar tierra

Nintendo está a punto de enfrentarse al que es, con diferencia, su momento más decisivo de los últimos años. El lanzamiento de Nintendo 3DS fue importante, sí, pero en realidad no era más que un relevo necesario en un sector —el portátil— que la compañía ya lideraba cómodamente.

Con Wii U, la historia es diferente. Aunque en cifras absolutas Wii sigue siendo una consola más vendida que Xbox 360 y PlayStation 3, hace ya mucho que dejó de ser la que más vende. Tras la revolución que supuso su lanzamiento, siguieron dos años de ventas espectaculares y, a continuación, un largo y lento periodo en el que la burbuja se fue desinflando.

Nintendo tiene ahora por delante el duro reto de reconciliarse con su vieja base de jugadores, repetir el bombazo de la Wii original o ambas cosas, que es la intención que viene manifestando la compañía desde hace meses. Sin embargo, yo veo complicado un nuevo resurgir gamer y completamente imposible un segundo furor casual, sobre todo por las reticencias y dudas que han rodeado a la máquina desde su anuncio en el E3 de 2011.

Cuesta ver  Wii U como una consola de nueva generación y ya resulta obvio que la novedad del mando-tableta no es comparable a lo que supuso el sistema de detección de movimientos en 2006. Las mayores dudas han girado siempre en torno a la potencia de la máquina.

Las declaraciones más recientes al respecto proceden del Team Ninja. Los desarrolladores de Ninja Gaiden 3: Razor’s Edge aseguran que la potencia de Wii U es similar a la de Xbox 360 y PlayStation 3, algo que ya temíamos muchos desde que se supo de la existencia de esta consola.

No obstante, el Team Ninja recuerda que, como ha sucedido casi siempre con los productos de Nintendo, lo importante es la creatividad a la hora de usar el hardware. Suena muy bonito y además estoy de acuerdo con ello, pero si miramos hacia atrás lo cierto es que solo la propia Nintendo y en ocasiones Capcom han conseguido sacarle el máximo partido a las consolas recientes de la gran N.

Otro obstáculo de la consola es su precio, algo más elevado del que esperaban algunos: 299,99 euros por el modelo básico y 349,99 euros por el premium. A mí me parece un precio de lanzamiento razonable pero no son pocos los que lo ven exagerado. Uno de ellos es Yves Guillemot, presidente de Ubisoft, quien preferiría que Wii U fuese más barata. «Siempre prefiero precios bajos, así que no puedo decir que esté contento. […] Lo que tenemos que hacer es recordar que en comparación con un iPad es barata», dijo hace unos días.

A mí, Wii U aún no me ha convencido, pero eso, en vez de quitarme las ganas de volverla a probar, me anima a intentar descubrir sus virtudes, esas que incitan a las previsiones más optimistas, como las de la empresa de análisis IHS Screen Digest. Dicho grupo asegura que Wii U superará en ventas a Wii en sus tres primeros meses de existencia y logrará superar los 50 millones de unidades vendidas en 2016.  ¿Exagerado? Yo diría que sí, pero en mi currículum no aparece la palabra analista.

En su vuelo a tierras europeas, que concluirá el 30 de noviembre con su puesta a la venta, Wii U descenderá este sábado 17 al nivel de los mortales gracias a un evento organizado en Madrid por Nintendo que, bajo el nombre de #conWiiUpuedo, permitirá a todo el que se acerque probar la consola y muchos de sus juegos.

En esta ocasión me va a ser imposible acudir, así que me temo que no tocaré de nuevo una Wii U hasta su lanzamiento. Si vosotros sí podéis asistir, os recomiendo que lo hagáis, que descubráis cómo es la consola y que compartáis vuestras impresiones con el mundo.

¡A jugar, que es gratis!

Lo que la Gamescom nos dejó

Se acabaron las vacaciones y toca volver a la rutina tras un mes en el que me he desconectado totalmente de las redes sociales y alejado de la actualidad, incluso de la referente a nuevas tecnologías y videojuegos. De hecho, hasta ayer ni siquiera había visto ni leído absolutamente nada sobre la Gamescom, que se celebró del 15 al 19 de agosto en Alemania. Entre ayer y hoy me he puesto al día y reconozco que ha habido más chicha de la que esperaba.

Aunque casi todo lo acapararon los grandes aspirantes a superventas por los que ya llevamos unos meses suspirando (Assassin’s Creed III, The Last of Us, God of War: Ascension, Call of Duty: Black Ops II, Halo 4, Hitman: Absolution, Resident Evil 6, Crysis 3, Dead Space 3…), también hubo hueco para nombres menos trillados como Borderlands 2que cada vez pinta mejor, Star Wars 1313, la gran esperanza galáctica para todos los que llevamos años haciendo vudú a George Lucas, y Dishonored.

Este último fue el gran triunfador de los premios de la Gamescom, un reconocimiento más que merecido para esta prometedora aventura de acción en la que será posible hacer casi de todo gracias a los espectaculares poderes del protagonista, que van desde invocar nidos de ratas hasta ver a través de los muros, congelar el tiempo, teletransportarse a cortas distancias o poseer a otras criaturas. Cada nuevo tráiler que veo de Dishonored, eleva varios niveles mi ansia por probarlo.

A pesar de la pintaza del título de Bethesda, el juego más destacable del evento fue Remember Me, una nueva propuesta de Capcom que demuestra que, a pesar de su tediosa política de DLCs (¿12 personajes por 1.600 Microsoft Points?, ¿el final de un juego vía descarga?, ¿añadidos banales a precio de oro?), siguen siendo la compañía nipona menos desgastada de todas. (https://winandoffice.com) Por lo que se ha visto y sabido hasta el momento, el título se sitúa en una impresionante París futurista y mezcla elementos que en ocasiones llevan a pensar en la saga de Bourne, en Blade Runner, Splinter Cell, Deus Ex o incluso Batman Arkham City.

Lejos de estos aires de superproducción, me ha sorprendido mucho Tearaway, el proyecto de Media Molecule —creadores de Little Big Planet— para PS Vita. Con un aire amable y un aspecto sencillote, este juego se ha convertido, en mi opinión y tras Gravity Rush, en el título más atractivo de la portátil de Sony. Su secreto es el haber encontrado una forma interesante e ingeniosa de sacarle partido a todas las características de PS Vita, desde los giroscopios hasta la superficie táctil trasera.

Si a esta larga lista de títulos sumamos acontecimientos como el estreno de Wii U a finales de año o el anuncio del nuevo Metal Gear Solid, parece claro que nos esperan unos cuantos meses emocionantes en el mundillo de los videojuegos. ¡Bienvenidos todos a este nuevo y esperemos que divertido curso!

Lo que el E3 2012 nos deja

Fin a la semana tradicionalmente más importante del sector de los videojuegos, esa en la que se celebra el E3, la feria en las que todas las compañías —grandes y pequeñas— muestran cuáles son sus apuestas para los meses venideros. Este año, la sensación generalizada es que el evento no ha estado a la altura de lo que se esperaba.

Desde un punto de vista personal, yo los recuerdo peores, pero supongo que el hecho de que las first parties no hayan respondido a las expectativas es la principal causa de esta percepción. Aun así, ha habido mucho material y anuncios para comentar y debatir.

En cuanto a las tres grandes, Microsoft se defendió con Halo 4 y los nuevos Gears of War y Forza; Sony apadrinó dos de los mejores juegos de la feria: The Last of Us y Beyond Two Souls, además de mostrar los también atractivos God of War: Ascension y PlayStation All Stars Battle Royal; y Nintendo, pese a decepcionar con Wii U, demostró que Nintendo 3DS sigue por buen camino, con un catálogo que crece en cantidad y calidad.

Pero al final, las que más «chicha» han mostrado han sido las third parties. Konami, que una vez más se adelantó unos días al inicio oficial del E3, centró su apuesta en Metal Gear Rising: Revengeance y dos nuevos Castlevania: Lords of Shadow, uno para las consolas de sobremesa y otro para 3DS. Por su parte, Ubisoft, ganadora moral de la edición de este año, se lució con Assassin’s Creed III, Splinter Cell Blacklist, Far Cry 3, Rayman Legends y, sobre todo, el sorprendente Watch Dogs.

Pero hay muchas otras desarrolladoras que también han mostrado sus productos. Una de mis favoritas, Capcom, ha vuelto a ponerme los dientes largos con nuevo material de Resident Evil 6, el título más atractivo de la saga en muchos años. La compañía nipona también ha dejado ver nuevas imágenes de DmC, y reconozco que, pese a las reticencias iniciales, el nuevo Dante me va convenciendo cada vez más. Por último, aunque Lost Planet no está entre mis franquicias preferidas, hay que admitir que la tercera entrega no pinta nada mal.

Electronic Arts no fue capaz de sorprender, pero al menos entre sus habituales contaba con dos pesos pesados: Dead Space 3 y Crysis 3. Aparte de eso, la compañía estadounidense se limitó a mostrar nuevas entregas y/o contenido adicional para FIFA, Need For Speed, Sim City, Battlefield, NBA Live (que regresa para intentar plantarle cara al todopoderoso NBA 2K) y Star Wars: The Old Republic. En definitiva, nada especialmente sorprendente ni espectacular, una lástima puesto que EA llevaba ya unos años dando gran apoyo a nuevas ideas.

Activision siguió los mismos pasos que EA: apuesta básica por sus franquicias de siempre. Destacó una vez más Call of Duty, en esta ocasión Black Ops 2, y el anuncio de que ellos serán los encargados de llevar Angry Birds a las consolas. La estrella de Namco Bandai, aunque no resulta nada nueva, es cautivadora. Hablo del hermoso Ni No Kuni, al cual ya tuve oportunidad de jugar en el pasado Expomanga. Square Enix pudo presumir gracias a Hitman: Absolution, Sleeping Dogs y, sobre todo, el nuevo Tomb Raider.

Spec Ops: The Line y XCOM: Enemy Unknown son las principales bazas de Take-Two, mientras que THQ, aunque no ha tenido stand en el E3, ha logrado hacerse un hueco en la actualidad informativa gracias a Darksiders II, Metro: Last Light y South Park: The Stick of Truth. Ha habido muchas más compañías, claro, y muchos más juegos, pero creo que esto resume los puntos más fuertes de lo que se ha visto en Los Ángeles durante toda esta semana.

¿Qué juegos y compañías os han convencido más en este E3?

El año que Ubisoft ganó el E3

Todos los años, tras las conferencias de las tres grandes compañías (Microsoft, Sony y Nintendo), es habitual discutir sobre quién «ha ganado» el E3. Es una tradición. Sin embargo, en esta ocasión se ha producido algo curioso: debido al bajo nivel que han demostrado las first parties, casi todo el mundo está de acuerdo en que las ganadoras, las que han mostrado material más suculento, han sido las third parties, muy especialmente Ubisoft, que se ha convertido sin que nadie lo esperase —yo creo que ni ellos mismos se lo creen— en la gran revelación de la feria.

Son varios los factores que han llevado a esta unanimidad a favor de Ubisoft:

– Las decepciones de las first parties: Aunque con perspectiva no parece tan decepcionante, la conferencia de Microsoft no fue arrolladora. Tuvo momentos buenos, sí, pero casi siempre protagonizados por otras compañías. El contenido propio potente quedó limitado a Halo 4 y un par de teasers. La charla de Sony mantuvo un nivel correcto con un único punto brillante, cuando se mostró The Last of Us, ya que de Beyond tan solo enseñaron una cinemática (aun así, ahora mismo diría que de las tres grandes fue la más solvente). La conferencia de Nintendo… fue un desastre.

– Ubisoft se coló en todas las conferencias: La compañía gala no solo fue capaz de elaborar una gala amena e interesante sino que se convirtió en la estrella invitada de todas las demás. En la conferencia de Microsoft mostró una buena cantidad de suculento contenido in game de Assassin’s Creed III. En la conferencia de Sony sorprendieron con las batallas navales que habrá en ese mismo título y revelaron la entrega exclusiva para PS Vita, protagonizada por un personaje femenino. En la conferencia de Nintendo, Ubisoft dio la imagen más solvente de la gala gracias a Rayman —que luce estupendamente—, Zombi U —la esperanza hardcore, que espero no acabe convirtiéndose en un nuevo Red Steel—, y la confirmación de AC III para Wii U.

– El poderío de Assassin’s Creed: En el punto anterior ya lo he dejado bastante claro. Ubisoft estuvo en todas las conferencias y en todas hizo acto de presencia Connor, el nuevo héroe de la saga. Me parece muy loable que la compañía haya sabido reconducir esta franquicia desde un primer título algo engañoso en cuanto a calidad hasta esta joyita que ya suena como uno de los mejores juegos de la temporada. Desde que lo vi por primera vez, este Assassin’s Creed no ha parado de darme cada vez mejor feeling.

– La reducción de contenido casual: A diferencia de los últimos (demasiados) años, la presentación de Ubisoft no estuvo plagada de jueguecillos tontos o de segunda categoría. Lejos han quedado los tiempos, gracias a Zeus, en los que las mascotillas, los Imagina ser, los minijuegos y otras baratijas por el estilo ocupaban gran parte de la gala de la compañía. En esta ocasión, las estrellas eran otras: Far Cry 3, Splinter Cell, Rayman, Assassin’s Creed y…

Watch Dogs, la gran sorpresa: Nadie se esperaba esto, una nueva IP. Ubisoft estaba demostrándole al mundo que es posible acaparar toda la atención del sector sin necesidad de recurrir a una franquicia o un personaje manido. Primero vino el desconcierto, después la incredulidad, luego elasombro y por último la euforia de un público que ya se había enamorado de Watch Dogs, un sandbox a lo GTA protagonizado por un tipo capaz de hackear todos los dispositivos del entorno. El nivel técnico era tan elevado que muchos  pensaron que estábamos ante el primer exponente de una nueva generación. Nada más lejos de la realidad. Aunque lo que se vio corría en PC, estamos ante un juego para las actuales plataformas. Excelente presentación, inmejorable forma de acabar una conferencia más que satisfactoria.

¿Qué opináis del revuelo que ha generado Ubisoft en este E3?

Nintendo en el E3 2012: la gran oportunidad perdida

El peor E3 de Nintendo desde aquel en el que apostaron por Wii Music como su título estrella. Así comienza este texto y así ha de terminar, ya que la decepción generada por la compañía nipona en su conferencia de este año no puede cuantificarse ni en bajada de acciones.

Microsoft dejó a la audiencia algo fría y Sony no hizo ningún esfuerzo por salirse de lo previsible. Todos sabíamos que Nintendo se iba a volcar al cien por cien en Wii U y, tras un año de silencio al respecto después de la desconcertante presentación de 2011, todos esperábamos —yo esperaba— un golpe de efecto que nos dejara impactados.

Mi alma de viejo nintendero, que migró a Microsoft y aprendió a valorar a Sony, anhelaba un regreso al espíritu de la SNES o tal vez al de la infravalorada GameCube. Pero no, los planes de Nintendo iban por otros derroteros: engañarnos, confundirnos y desilusionarnos, y hacerlo en tres actos.

El primer acto tuvo lugar hace un mes, cuando Iwata reconocía que la estrategia casual de Wii solo fue efectiva a corto plazo y que la compañía volvería a centrarse en los hardcore gamers. Estas declaraciones nos hicieron a muchos comenzar a construir castillos en el aire.

El segundo acto se produjo hace unos días, en una charla previa al E3 dada por Iwata en la que se revelaron algunos detalles del mando de Wii U. La minipresentación fue muy criticada, sobre todo por la escasez de contenido. A mí no me pareció del todo mal: el presidente de Nintendo insistió en que los gráficos de Wii U sorprenderían (más esperanzas), se mostró una especie de red social llamada Miiverse (genial, estaban soltando la morralla y se guardaban lo bueno para el evento gordo) y también un pad de estilo clásico (lo que indicaba que tenían a los jugones en mente).

Este es el único punto del texto en el que voy a defender a Nintendo, ya que se criticó a la compañía de haber copiado el diseño Microsoft. Estoy de acuerdo en que son muy similares, sobre todo a causa de la silueta, pero es que es obvio (siempre he defendido esta idea) que el mando de Xbox 360 es el más nintendero de los que existen actualmente. La cruceta, la disposición de los botones, las dimensiones, la ergonomía e incluso los colores son herencia directs del pad de GameCube y de los que precedieron a este, especialmente el de Super Nintendo.

Dejando este inciso aparte nos topamos con el tercer acto, el que ha tenido lugar hoy en Los Ángeles para estupor de propios y extraños. El inicio, amable y divertido, nos mostraba Pikmin 3 para Wii U. Estoy seguro de que será un gran juego, pero no creo que sea la mejor elección para iniciar una conferencia y mucho menos para usarlo como bautismo de fuego de una nueva plataforma. No, Pikmin 3 no demuestra las en teoría sorprendentes posibilidades de Wii U y mucho menos su potencia técnica.

El inicio podría considerarse un patinazo, pero no fue el último ni mucho menos el más gordo. La gala avanzaba lenta y soporífera, con poco interés y nula emoción: otro New Super Mario Bros. al que el «New» ya le empieza a quedar un poco grande, un Scribblenauts que podría ser el primero de Nintendo DS, más Wii Fit para perpetuar la línea casual de Wii y animar a la gente a recuperar esas «básculas» llenas de polvo y con pilas sulfatadas, una cosa musical llamada SiNG

Lo único medianamente atractivo en esta línea ha sido una especie de GTA de LEGO desarrollado por Travellers Tales. Por desgracia, el desánimo ya empezaba a cundir y era complicado valorarlo positivamente.

Para demostrar que sí se hará caso a los jugadores tradicionales, Nintendo ha mostrado títulos de otras compañías tales como Batman: Arkham City, Mass Effect 3, Ninja Gaiden 3, Tekken… En definitiva, juegos que ya están disponibles en las consolas de la competencia. En algunos casos, quizá en todos, se ha adaptado el control al mando de Wii U pero, ¿de verdad eso es bueno? Los usos que le veo al mando tableta me parecen más incómodos que prácticos, divertidos o espectaculares.

Solo los títulos de Ubisoft, la única compañía que parece que ha venido al E3 con los deberes hechos, me han parecido algo serios, al menos de primeras y sin contar el vergonzante Just Dance 4, un juego que hemos visto 20 veces con este mismo nombre u otros parecidos y que tiene bastante poco sentido cuando no funciona en Kinect.

Dejando a Nintendo 3DS aparte, puesto que en la conferencia solo se ha mostrado una sobredosis de juegos de Mario y se han reservado el resto de anuncios para una charla posterior, lo único que le quedaba a Nintendo por mostrar era Nintendo Land, una especie de Home de PS3 en versión happy multicolor,un espacio lleno de minijuegos para compartir con familiares y amigos.

Y así, tras una insufrible demostración del feo Nintendo Land (feo estéticamente y también en cuanto a calidad gráfica) que contradice sin tapujos el supuesto retorno a la filosofía gamer, ha terminado la conferencia de Nintendo, dejando a los espectadores con un «¿esto es todo?» en la cara mientras contemplaban los más tristes y espantosos fuegos artificiales de la historia.

Nintendo tenía que convencernos de que Wii U será una revolución en el sector y no lo ha conseguido. Ni siquiera me consuela haber acertado en la predicción de un cambio a color negro. Sin duda, este ha sido el peor E3 de Nintendo desde aquel en el que apostaron por Wii Music como su título estrella.

¿Qué os pareció la conferencia de Nintendo?