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Entradas etiquetadas como ‘religion’

Las tumbas de los terroristas: cómo dejar en la tierra de acogida los restos del que la ha llenado de muerte

Por Marga Alconchel

Los casos de terrorismo suicida producen el gran rechazo social en las sociedades donde suceden. Una vez pasado el primer impacto y las brutales consecuencias, se vuelve poco a poco a gestionar el día a día y surge el primer tema delicado: ¿qué se hace con el cadáver del terrorista? ¿Quién se hace cargo de los restos del que mató a tantos inocentes?

El pasado mes de julio, Jacques Hamel, un sacerdote octogenario, fue degollado en Saint Etienne du Rouvray  en plena misa por dos asaltantes yihadistas. Fueron abatidos. La comunidad islámica del pequeño pueblo se negó a enterrar a uno de los asesinos, vecino de ellos, “para no ensuciar el islam con esa persona”Un musulmán de la comunidad comentaba que es normal que se tome esa decisión después del inmenso daño que causó el terrorista. Pero el imán matizó: «Es un deber respecto a las familias, que no tienen nada que ver, pero actuará un religioso exterior.»

Yihadistas (ATLAS).

Yihadistas (ATLAS).

El tema no es trivial. No sólo es el rechazo de la comunidad islámica y el alto riesgo de profanación; es que los terroristas suelen hacer alarde de haber rechazado el país en el que nacieron y viven (muchos son de segunda generación) y sólo reconocen el Daesh, con lo que enterrarlos en ese suelo se vuelve doblemente problemático.

Cada país tiene sus propias normas. Gran Bretaña y Francia consideran un derecho que cada persona sea enterrada en el lugar donde residía. Gran Bretaña dice que son sus hijos y se han radicalizado en su suelo, son su responsabilidad. El padre de un terrorista pidió enterrar a su hijo a las afueras del Leeds, discretamente, sin lápida; tiempo después la añadió y la tumba fue profanada. En Francia, la familia de un terrorista, de origen argelino, quiso expatriar el cadáver; Argelia se negó con el argumento de que el terrorista nació y creció en Francia. El alcalde de la población donde vivían tampoco lo quería. Al final actuó Sarkozy: “Era francés. Será enterrado aquí”.

Los sepelios se realizan casi en clandestinidad: de noche, sin testigos, con el cementerio cerrado, sin lápida ni identificación. Ni siquiera los sepultureros saben dónde están.

En EEUU no se lo plantean como derecho; consideran que es un acto de guerra y no facilitan nada al enemigo. Los cuerpos de los 19 terroristas del 11S fueron escrupulosamente apartados de sus víctimas y yacen en la morgue. Nadie los ha reclamado. El cuerpo de Bin Laden fue lanzado al mar para que no estuviera en tierra firme, no tuviera sepultura, para que quedara claro que ha sido borrado.

Los cadáveres de los asesinos que atacaron en Madrid, de distintas nacionalidades, oficialmente fueron expatriados a sus países de origen, pero éstos niegan haberlos recibido.

Al margen de las peculiaridades culturales y legislativas de cada país, hay un trasfondo mucho más complejo. Hay familias que no tienen culpa alguna y quieren un sepelio que les ayude a poner un poco de orden en su propio dolor. Hay comunidades que necesitan pasar página de una manera ordenada para poder reconstruir la convivencia y analizar sosegadamente cómo pudo pasar, cómo evitarlo. Cómo evitar que la tumba se convierta en santuario o que se profane, cómo conceder un ritual religioso a quien no ha respetado ni su propia religión, cómo dejar en la tierra de acogida los restos del que la ha llenado de muerte. El presidente del Observatorio contra la islamofobia en Francia, Abdallah Zekri, declaró tras los atentados de Charlie Hebdo: “No se les puede tirar a la basura”.

Misa en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Teruel

No salgo de mi asombro cuando leo la noticia de que en el salón de plenos del Ayuntamiento de Teruel se ha celebrado una misa con ocasión de la desgraciada muerte del torero Víctor Barrio, cuando toreaba en la plaza de aquella ciudad. Me pregunto por qué motivo la ceremonia tuvo lugar en la Casa Consistorial y no en cualquiera de las iglesias de la capital aragonesa, puesto que se trata de un acto estrictamente religioso. Si, a la inversa, la corporación municipal turolense celebrara alguna de sus sesiones plenarias en la catedral de Teruel, ¿no diríamos que es un sinsentido?

El fallecido Víctor Barrera (EFE).

El fallecido Víctor Barrio (EFE).

Han transcurrido más de treinta y siete años desde que se aprobó la Constitución de 1978 y aún permanecen en demasiados lugares de España restos de costumbres ancestrales en los que se mezclan la Iglesia y el Estado de manera impropia. Creo que ya va siendo hora de deslindar, sin acritud, los terrenos de cada uno.

 

Sobre el juicio a Rita Maestre: Para pedir respeto, primero hay que respetar

Por Rafael Bueno

La portavoz del Ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre, juzgada por un presunto delito contra los sentimientos religiosos (Javier Lizón/EFE).

Rita Maestre, en el juicio (Javier Lizón/EFE).

Una militante de Podemos se ha sentado en el banquillo acusada de un delito “contra los sentimientos religiosos” por entrar en la capilla de la Universidad Complutense, con el torso desnudo. Está claro que el nacional catolicismo franquista sigue tan vivo como con Franco.

Vamos a ver. Esa militante de Podemos no ha entrado en ninguna Iglesia, acto que si podría calificarse como una ofensa a la libertad religiosa de los católicos. Ella se ha manifestado dentro de la universidad. ¿Está claro?

Luego, lo que habría que preguntarse es qué hace una capilla católica dentro de una universidad, en un Estado aconfesional ¿No es esa capilla la que está ofendiendo los sentimientos religiosos de los que tienen otras creencias y de los que no tienen ninguna, dentro de esa universidad? Hombre, por favor.

Pasó lo mismo en el falso aeroclub de Córdoba, donde unos católicos que no querían molestarse en ir a la Iglesia se llevaban un cura a las instalaciones deportivas e imponían a los demás una misa en el salón de televisión, donde esos mismos católicos y en ese mismo lugar, viendo un partido de fútbol, se cagaban en Dios. Para pedir respeto, señores católicos, hay que empezar por respetar.

 

La Reina Maga de Carmena

Cabalgata de Madrid en 2015.

El rey Melchor saluda durante la cabalgata de los Reyes Magos en Madrid. (EFE)

Estimada Carmena, ¿por qué no propone que este año la fallera mayor de Valencia sea un hombre feo, maduro, con su calva, sus canas y un buen barrigón? Total, ¡pobres hombres feos, no tienen derecho a ser falleros! ¡Vaya discriminación! ¿Por qué quiere atentar con la tradición de los tres reyes magos, eliminando uno? ¿Cree que con la introducción de una reina maga favorece el feminismo? Soy la primera defensora de los derechos de la mujer y me duelo por ello. ¿Cómo luchan contra el maltrato, contra la prostitución femenina forzada en Madrid? ¿Cómo ayudan a las empleadas de hogar sin prestación por desempleo? Eso sí sería luchar por los derechos de la mujer, y no romper una tradición que no hace daño a nadie. Muy al contrario, es fuente de ilusión para los niños y contenido de fe para los adultos, algo que hay que respetar.

Le recuerdo que en la vigente Constitución se protege el derecho a profesar una religión y a su manifestación pública. Si su gobierno lo que quiere es promover la celebración del solsticio de invierno, hágalo. El 21 y el 22 de diciembre son todo suyos. Pero no corrompa la esencia de una manifestación que está fundamentada en la religión cristiana. Aunque no la voté, una vez nombrada alcaldesa confié en lo que usted representaba: respeto, justicia, madurez, sentido común, inteligencia, sensibilidad… ¿Cuánto tiempo de su trabajo ha dedicado a decidir poner una reina maga en la cabalgata de los Reyes Magos? Ese tiempo lo he pagado yo…

Carmena, “institucionalizada”

Por Verónica Castro Mulder

Manuela Carmena.

Manuela Carmena en una rueda de prensa. (EFE)

El 29 de abril, Carmena respondió con un rotundo “por supuesto que no” cuando le preguntaron si la Corporación asistiría a actos religiosos.

Por el contrario, seis meses después, ya alcaldesa de Madrid gracias a los votos de quienes confiamos en su palabra, ha asistido como tal “con mucho gusto” a un acto religioso, e incluso ha sido su protagonista, que ha renovado el voto de la Villa a la Virgen de la Almudena, teniendo el cinismo de mentir de nuevo al decir que lo hace también en mi nombre: “Tanto creyentes como no creyentes, queremos expresar todos al unísono con nuestro voto nuestro compromiso ante ti, la Almudena”.

Y encima se pavonea de asumir de ese modo una “actitud institucional”. No solo es chaquetera, sino que cree que los demás lo somos también. Une así a la traición a sus votantes y a la aconfesionalidad oficial que exige nuestra Constitución –nuestra institución fundamental- el insulto a quienes no somos como ella.

Sobre las polémicas declaraciones del papa Francisco

Por M.G. Jorba

Si los medios no nos engañan, la noticia es gravísima. Hasta los menos ilustrados saben que Jesús prohibió a sus apóstoles usar la violencia para salvarle la vida y les ordenó poner la otra mejilla ante quienes les abofetearan; pero en Filipinas, y a las antípodas morales del Maestro, el papa Francisco ha dicho que sí, pero que no: “Es verdad que no debes reaccionar con violencia; pero, incluso si somos buenos amigos, si (él) insulta a mi madre, tiene que esperar un golpe; es algo normal. No puedes jugar con la religión de los demás”. (Obsérvese su salto mortal, al pasar de hablar del insulto a una persona –la madre- a la crítica de una ideología).

"El papa Francisco saluda a los fieles en Manila (Filipinas)". (EFE)

«El papa Francisco saluda a los fieles en Manila (Filipinas)». (EFE)

Más claro, si cabe: como el papa estaba hablando de los asesinatos de París, esto no puede interpretarse sino como una explícita justificación de la matanza de los periodistas, considerándola una reacción “normal” a las ofensas recibidas por los yihadistas.

Y lo escandaloso, lo intolerable, es su afirmación, no es esta denuncia. Si no desmiente su afirmación, como debida al jet-lag del largo viaje, o a una mala traducción, está bien claro: Francisco, que se arropa como blanca paloma, saca aquí las aceradas garras de la intolerancia y fanatismo inherente a las religiones monoteístas, que desde hace milenios les lleva a provocar las guerras santas, las cruzadas y genocidios. Crucificando de nuevo a Jesús, vuelven a obedecer las bárbaras órdenes de Yahvé, exigiendo sin fin sacrificios humanos de hombres, mujeres y niños hasta hoy mismo.

Quien tenga ojos para ver, que vea, y se salve a él y a los suyos de esta milenaria hecatombe.

Viajes de ambulancia denegados y repatriaciones de religiosos

Por Marisa García Velasco.

Quiero decir que respeto mi religión, que es la católica, que admiro a todos los misioneros y misioneras que van a países extranjeros a ayudar a los demás voluntariamente.

Este verano mi madre, una mujer viuda de 80 años, tropezó y se cayó cuando estábamos de vacaciones, se rompió los húmeros de ambos brazos y se destrozó la cara.

El religioso Miguel Pajares, el primer español contagiado de ébola, a su llegada al hospital Carlos III, donde recibió tratamiento.

El religioso Miguel Pajares, el primer español contagiado de ébola, a su llegada al hospital Carlos III, donde recibió tratamiento.

Fue atendida en el hospital de Castellón, donde no la podían intervenir porque estaba colapsado y nos dijeron que sería mejor llevarla a Madrid.

Pedimos una ambulancia a Madrid y esta fue denegada; mi madre, según ellos, podía andar (evito contar todas las cosas que pasamos en el hospital de Castellón). ¿Fue denegada porque valía mucho dinero? Vino en tren con muchos dolores, costeado por ella misma, que es lo de menos.

Y por estos religiosos, hermanos españoles como mi madre, ponen una flota y en movimiento a un montón de gente que supone mucho gasto.

¿No hubiera sido mejor llevar médicos allí y medicinas para atender a nuestros misioneros españoles; además también podrían mejorar la salud de otras personas? ¿Para esto sí hay dinero? Mis padres, pagando la Seguridad Social toda la vida… y ¿era tan caro pagar una ambulancia?

Si cobran por ir a misa, que les paguen extra por comulgar. ¡Qué menos!

Por Enrique Chicote

María Dolores de CospedalHe leído que el pasado cuatro de octubre, día de San Francisco de Asís, el gobierno castellano-manchego de María Dolores de Cospedal concedió hora y media para ir a misa a todos los funcionarios bajo su jurisdicción; por tanto, ese tiempo les será retribuido.

La noticia no lo dice, pero confío en que algún cargo de confianza política tomara el nombre y apellidos de los asistentes en la puerta del monasterio para evitar escaqueos. Y, otra cosa: a todos aquellos que, además de asistir a misa, comulgaran, espero que este mes se les incluya en nómina un plus de cristiandad. Es lo menos.

El ‘huracán papa Francisco’

Por Laia Dausà

El papa FranciscoSoy catalana pero vivo en Cerdeña con mi pareja. Hace unos días, el papa Francisco visitó nuestra ciudad y ríos de gente llenaron las calles como muestra de su devoción y apoyo. Los comentarios de la gente dejaban entrever una nueva percepción de la implicación de la Iglesia con la gente. Este miércoles estaba leyendo el periódico nacional italiano La Repubblica cuando he visto un artículo que recogía una entrevista en exclusiva realizada por el director del diario al papa Francisco. Sinceramente, me gustaría ver la cara de algunos miembros de la Iglesia al leerlo y darse cuenta de que sus comodidades y propiedades materiales están en peligro de extinción. Por fin llega un modelo de Iglesia que parece poner en práctica lo que promulga.

Egipto, un problema

Por Jaume C.

132379El quid de la cuestión en el caso de la grave situación que vive Egipto no es otro que la forma de entender la democracia por parte de los islamistas, que han gobernado el país en el último año con desprecio de las minorías religiosas y sociales. El dilema sigue en pié en toda su crudeza: o libertad y respeto a las diversas minorías bajo la vigilancia del Ejército, o sometimiento al Islam según es interpretado por los Hermanos Musulmanes.

La guerra civil de Siria es todo un espejo de lo que puede ocurrir en Egipto y puede que en otros países norteafricanos, de no llegarse rápidamente a un compromiso.