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Archivo de abril, 2014

Ilegalidad en las sanciones del Ayuntamiento de Zaragoza

Por Marco Antonio Joven Romero

El pasado mes de julio circulaba por la ribera del Ebro a la altura de la Pasarela del Voluntariado con mi perro suelto a las dos de la tarde. Una patrulla de la policía local me dio el alto y procedió a formular boletín para sanción. Mi sorpresa llega cuando el Ayuntamiento de Zaragoza resuelve el expediente sancionador aplicando la Ley 11/03 de Protección Animal de Aragón y no la ordenanza municipal existente.

Ribera del Ebro (toniyolga, Flickr)

Ribera del Ebro (toniyolga, Flickr)

Realicé entonces dos escritos de descargos y alegaciones argumentando que la aplicación de una ley autonómica para una falta que se recoge en una ordenanza municipal -y que hasta entonces siempre había sido sancionada según la misma-, viola el principio de legalidad recogido en los artículos 127.1 y 127.2 de la Ley 30/1992 y el título IX de la Ley 7/1985.

Tras enviar el caso al Justicia de Aragón, el Ayuntamiento de Zaragoza aplicó la ordenanza municipal, pero no la de 1994 sino la entrada en vigor en enero de 2014 (sanción mayor). Al aplicarse una normativa de 2014 sobre un hecho de julio de 2013 se viola el principio de irretroactividad recogido en el artículo 9.3. de la Constitución, algo aún peor que lo anterior.

Nuestras instituciones no solo dictan las normas »del juego» sin atender la voluntad de los ciudadanos, además se saltan esas reglas cuando quieren. Aquí, el Ayuntamiento de Zaragoza hace gala de un desprecio absoluto por los principios más básicos de la democracia representativa con el objetivo de recaudar más.

Exceso de ruido y aforo en terrazas de Madrid

Por Clara Alcaraz

Imagen de algunas terrazas de Madrid. (JORGE PARÍS)

Imagen de algunas terrazas de Madrid. (JORGE PARÍS)

Quisiera denunciar la impunidad con la que actúan los bares con derecho a terraza en la ciudad de Madrid.

En mi caso, llevo cuatro años denunciando a la terraza de debajo de mi casa, en la madrileña calle Nieremberg, por exceder hasta por cinco veces el aforo permitido a diario.

He llamado a la policía municipal y he denunciado ante la Junta, pero no he conseguido nada. Él sigue sacando las mesas y las sillas que hagan falta y molestando todo lo posible.

Cada vez que acude la policía, luego, ponen música con el volumen al máximo en el local donde guarda las sillas para que se oiga en mi casa. Además de perseguirnos e insultarnos para ver si así dejo de denunciarle o dejo mi piso.

Con esto quiero que la gente sea consciente de las situaciones que se dan entre vecinos y bares (seguro que mi caso no es el único) y que cuando vayan a una terraza, eviten gritar en primer lugar y en segundo se informen del aforo máximo permitido (deben tener un cartel dentro o fuera del bar con el número de mesas, sillas y su disposición). En caso de que estos se hayan excedido, piensen en los pobres vecinos que tienen que escuchar voces y gritos dentro de sus casas durante meses y durante todo el día.

Vergonzoso retraso de las becas

Por Mar Fernández

Estudiantes universitarios en la biblioteca. (ARCHIVO)

Estudiantes universitarios en la biblioteca. (ARCHIVO)

Me dirijo a vosotros para denunciar la dejadez de este año en la tramitación de las becas y el abono de las cuantías. Mientras que el año pasado me concedieron la beca de mi hija y me la abonaron en cuenta el 25 de diciembre, este año nos ingresaron en cuenta la cuantía fija en febrero y a fecha 12 de abril la cuantía variable está sin tramitar.

Es vergonzosa ya la dejadez. No solicitamos las becas porque sí, las solicito porque somos una familia de cuatro miembros, en la cual los ingresos mensuales ascienden a setecientos euros ya que soy parada sin ningún tipo de ayuda y el único que trabaja es mi marido con un contrato de fin de semana. Es una verdadera pena que nuestros hijos tengan que ser ciudadanos de segunda por no tener medios económicos para que puedan estudiar.

Tanto que dice el ministro Wert que él estudió por becas, a mi hija le está quitando la opción de estudiar al no concederle las becas a tiempo. El curso escolar comienza en septiembre pero las becas nos las dan en febrero… ¿Qué les decimos a los libreros? ¿Que nos fíen los libros hasta que los señores del MEC se dignen a tramitar las becas y a concederlas? Vergonzoso.

La felicidad no se basa en la perfección física

Por Gabriela Salazar

La Barbie humana. (GONZOO)

La Barbie humana. (GONZOO)

Desde hace unos días veo en las redes sociales la imagen de una joven de aspecto perfecto. Si la miras rápido quizás pienses que se trata de una muñeca. Y así la vi yo durante días hasta que me conmocionó tanto un cartel que rezaba «La Barbie humana».

Investigando más descubrí que se trataba de Valeria Lukyanova, una joven ucraniana. Su aspecto sorprende, es delgada y de rasgos finos como la Barbie que me compró mi madre de pequeña. La joven afirma que no quiere tener hijos y que los enlaces interraciales afean la especie humana y aumentan las operaciones de cirugía plástica.

En este punto debemos preguntarnos, ¿hacia dónde nos lleva el consumismo y el afán por la belleza tan estandarizada que nos vendieron desde pequeñas? Las mujeres no compramos cremas para la celulitis o las arrugas, compramos la imagen de la juventud y la belleza eterna, precisamente vendida con juguetes como la Barbie. Me aterroriza pensar que cuando sea madre regalaré cosas a mi hija sin pensar en la repercusión que conllevará para formar su criterio.

Cada día apoyo más a la belleza real, las modelos plus size, las muñecas rellenitas y con color y forma saludable. Paremos un momento a pensar en que no queremos una sociedad llena de barbies, sin afán de maternidad, sin afán de formar una familia.

Que nos dejen de meter en la cabeza que en la perfección física está la felicidad. Seamos un poco más humanas y mucho menos muñecas.

Cambiar de actitud mejora la salud

Por Beatriz Andrés

Pareja de jóvenes riéndose. (GTRESONLINE)

Una pareja de jóvenes riéndose. (GTRESONLINE)

Estoy así como un poco harta de la falta de positivismo en las noticias y medios de comunicación en general. Lo que está demostrando el país es que la gente necesita reírse: una comedia española está rompiendo las taquillas.

No hablan de todas las personas que se esfuerzan en el trabajo o que se levantan con el mejor de los ánimos para buscarlo. De las numerosas comidas hechas con mimo por abuelas cuidadoras de sus nietos y de las sonrisas que se reparten en comedores solidarios acompañando los platos calientes. No comentan lo que se esfuerzan ese altísimo porcentaje de autónomas, buscándose la vida con toda la ilusión necesaria.

De esos aprovechamientos de ropa, de libros, de lo que haga falta dentro de las familias. De las ruedas de trueque que existen en numerosos sitios, ya sea de ropa o cosas, que no sólo de comprar vive el hombre. De las risas que te puedes echar en los vestuarios de una piscina municipal conversando con las doñas de edad… «uy, hija, yo los 75 no los cumplo». De cómo si un vagón de metro no va lleno, unos desconocidos pueden medio terminar hablando creándose un ambiente de lo más agradable.

El positivismo, que nadie dice que sea fácil, mejora el sistema inmunológico y aumenta la capacidad muscular. Todos son beneficios.

De lo amable que te responde la gente sólo con que tú lo seas. Que por nuestros andurriales, de Galicia a Andalucía, como te dé por preguntar una dirección con una sonrisa, no te acompañan al sitio de milagro.

Sí, es una época de mucho esfuerzo pero ¿no es mejor un ‘¡ale, a por el día!’? ¿Y si cambiamos el sudor y lágrimas por esfuerzo y alegría? Sé que no soy la única que opina así.

Lo confieso, soy un casero desalmado

Por David Ayala

Hace tiempo que soy consciente de la injusticia presente en la justicia, de lo desamparados que están quienes debieran estar protegidos y de lo poco que puede uno fiarse de la gente.

Dibujo que retrata la situación entre propietario e inquilino. (ESTEBAN)

Dibujo que retrata un enfrentamiento entre propietario e inquilino. (ESTEBAN)

Mi mujer y yo poseemos una vivienda en Collado Villalba (Madrid) que hemos tenido alquilada durante más de cinco años a una familia. Aunque el contrato de alquiler estipulaba un precio de 750 euros mensuales, la situación económica llevó a los inquilinos a pedirnos que bajáramos dicha cifra y así lo hicimos. El precio se quedó en 450 euros al mes.

Los meses pasaban con bastante incertidumbre en los cobros, que se hacían después del día 10 y, en bastantes ocasiones, pasado el día 20. Hubo un par de meses en los que nos pidieron que «echáramos mano de la fianza» porque no tenían dinero. A finales del 2013, se acumularon tres meses sin pagar el alquiler, pidiéndonos por favor que nos hiciéramos cargo porque llegaban las navidades y estaban vendiendo cosas para poder hacer regalos de reyes a sus hijos. Nos aseguraron que el día 15 de enero comenzarían de nuevo a pagar las mensualidades.

Pasado el día 15, recibimos una llamada de una persona que nos dijo que era vecina de los inquilinos y que éstos le habían dado las llaves para que nos las devolviera. Llamamos a la policía pero nos dijeron que no podían hacer nada y que, en el caso de recibir las llaves, que no se nos ocurriera entrar en nuestra casa.

Acudimos por tanto al juzgado a informarnos y, de nuevo, nos dijeron que no entráramos en la casa, que debíamos poner una denuncia y que, con suerte, tardaríamos entre cuatro y siete meses en poder entrar. Somos unos sinvergüenzas porque, a pesar de la gran ilegalidad, decidimos entrar en una casa que, además, tenía una luz encendida.

Vacía, sin calefacción, con todas las puertas rotas a base de patadas y puñetazos -ignoramos el motivo-, sucia, con un impago de luz de un mes y, afortunadamente, con todos los papeles del alquiler puestos en un sobre. Así nos encontramos la que una vez fue el hogar de soltera de mi mujer.

Al haber permitido que pagaran con la fianza y con los retrasos, y añadiendo a ello los problemas generados en el piso, nuestro quebranto económico fue de unos 6.000 euros, pues para poder poner de nuevo en orden el piso nos gastamos 3.000 euros.

Recién reformado, pusimos de nuevo el piso en alquiler. Vino una pareja joven que quiso alquilarlo. Como no estaban convencidos de pagar el seguro (es un acuerdo entre partes, no estaban obligados) les ofrecí que pagáramos a medias y accedieron. Nos entregaron una señal de 250 euros y enviaron los papeles al seguro pero éste dijo que no cumplían con las condiciones y no podían hacerlo. Hablamos con ellos, les ofrecimos entonces que pagaran dos meses de fianza y accedieron. Nos pidieron que les dejáramos entrar antes para dejar unos muebles y accedimos aunque no les daríamos las llaves hasta que no comenzara el alquiler y, por supuesto, previo pago del mismo.

Dos días después de haber concretado la situación y las nuevas condiciones, nos llamaron para decir que no, que no estaban de acuerdo y que no querían el piso. Nos pidieron entonces que les devolviéramos la señal. Aunque en un principio mi intención fue devolverla, caí en la cuenta de que no, que precisamente la señal se da para evitar estas situaciones y, dado el caso, compensar los quebrantos producidos. Así es que me negué a devolver el importe de la señal.

Ilustración del alquiler de un piso. (LUIS FRUTOS)

Ilustración del alquiler de un piso. (LUIS FRUTOS)

Desde entonces he recibido varios mail en los que se me ha dicho que «sin ningún escrúpulo les ha sustraído 250 euros» a «unos jóvenes sin malicia que pretendieron alquilar su vivienda«. Intenté razonar con la persona remitente de dicho mensaje, de la que desconozco el vínculo que tiene con la pareja, pero sólo obtuve nuevas acusaciones.

Estos «jóvenes sin malicia» enviaron un mensaje al portal inmobiliario en el que teníamos puesto el piso en alquiler diciendo que se trataba de una «supuesta estafa«.

Por fortuna, hemos alquilado el piso, hemos actuado más que correctamente, hemos perdido mucho dinero por actuaciones que han quedado impunes y ahora, además, hemos tenido que soportar que nos llamen ladrones y estafadores. La fortuna ha querido que hayamos podido alquilar el piso antes de que apareciera la difamación en el anuncio pero ¿Y si no hubiera sido así? ¿Y si hubiéramos perdido la oportunidad de alquilar el piso porque unos «jóvenes sin malicia» no quieran hacerse responsables de sus decisiones y nos difamen alegremente?

Pero nosotros somos los propietarios, los malos, los que tenemos la sartén por el mango… los que pagamos la hipoteca, los que pagamos los daños, los que no podemos entrar en nuestra casa aunque dejen de pagarnos, los que sufrirán las consecuencias de impago con los bancos o buscarán en familiares y amigos un apoyo que les permita mantener a flote la economía familiar.

Soy un sinvergüenza y un desalmado pero podré dormir muy tranquilo, aunque con mucha pena, porque sé que la gente «sin malicia» puede hacer todo el daño del mundo con total impunidad y el apoyo de quienes creen que saben aunque no sepan.

‘Sin ti no soy nada’

Por Francisco Javier España

El español tiene una facilidad pasmosa para hablar de fútbol, de toros, de economía, de política, etc… y siempre concluye el discurso con alguna frase transversal que lo explica casi todo: “esto no hay quien lo arregle” o“todos los políticos son iguales”…

Por otro lado, hay quien desde posiciones de privilegio, famosos, artistas, etc. pretenden hacer lo propio con una frase lapidaria bien escogida, un eslogan, o una canción. Y es ahí donde yo me revelo. Porque en ese río revuelto de críticas a todo y a todos gana el de siempre. Y si no, ya veremos quién se beneficia de tanta crítica poética en las elecciones europeas.

Dicho esto, creo que el vídeo que ha colgado Amaral en YouTube llega tarde y va cargado de lo mismo; aunque bien mirado, nunca entendí aquella bronca que le echó Juan Aguirre, el guitarrista de Amaral, a Rubalcaba en 2011, cuando éste último, como ministro de Interior de Zapatero le dijo al entonces diputado del PP, Ignacio Gil Lázaro, aquello de “sin ti no soy nada” en referencia a que siempre tenía a Rubalcaba en el punto de mira de sus intervenciones. Y digo que no lo entendí entonces, aunque ahora, después de oír lo último de Amaral, puedo decir que ya lo entiendo.

 

 

Más impedimentos a las ayudas económicas de las becas Erasmus

Por Teresa González Míguez

La nueva orden ( ECD/527/2014), publicada en el BOE el  1 de abril, por la que se establecen las bases reguladoras de la convocatoria de ayudas Erasmus, financiadas por el Ministerio de Educación, recorta todavía más las ayudas económicas, exigiendo un nivel B2 de idioma a todos los alumnos, acreditado mediante escuelas oficiales de idiomas, no reconociendo los certificados expedidos por las propias Universidades, que a su vez dependen del Ministerio.

Estudiantes españoles en Hungría en una protesta por los recortes que sufre la educación en España. (ARCHIVO - EFE / Marcelo Nagy)

Estudiantes protestan por los recortes. (ARCHIVO – EFE)

Sin embargo las Universidades para conceder la beca de movilidad han exigido un nivel B2 para Inglés y un nivel B1 para el restos de lenguas, lo que el Ministerio no acepta ni siquiera para los Grados bilingües, estando autorizados por él mismo.

Todo ello nos lleva a que el objetivo es limitar las ayudas económicas todavía más, sin tener en cuenta que el fin principal de las becas Erasmus es perfeccionar el idioma del país donde se van a cursar los estudios.

Pasividad ante una subestación eléctrica pegada a un colegio

Por Pilar Moreno

Soy vecina de Chamberí y abuela de unos niños que estudian en el colegio El Porvenir (sito en la calle Bravo Murillo, 85), que tiene dos edificios. Uno de ellos es un nuevo aulario construido este año justo al lado (a una distancia inferior a siete metros) de la subestación eléctrica de Metro de Madrid que da servicio a la línea 1 del metro, una distancia demasiado escasa que no parece la más recomendable ni segura para que una instalación eléctrica de tal envergadura comparta área con un colegio donde hay guardería también y bebés con menos de un año. Es obvio que por el transformador de una subestación activa como ésta, que abastece de electricidad a una línea como la 1, tiene que pasar una gran carga de potencia eléctrica, a pesar de su blindaje. Pero ¿cuál es la tasa, la cantidad de ondas electromagnéticas que recibe el colegio y, por tanto, los niños? Estos datos no son públicos.

La subestación, de aspecto abandonado e incierta actividad, y el papel que juega en su cercanía al centro nos ha llevado a plantearnos por qué un colegio como éste, en Chamberí, tiene que estar pegado a una instalación así cuando otros colectivos de vecinos en situaciones similares en otros barrios han exigido el alejamiento o retirada de estas subestaciones, ya que a día de hoy sabemos que no son inocuas.

Una niña dibuja en una pizarra de su colegio. (GTRES ONLINE)

Una niña dibuja en una pizarra de su colegio. (GTRES ONLINE)

Pero además, el Ayuntamiento de Madrid, en su proyecto de reordenación de las cocheras de Metro de Cuatro Caminos y reordenación urbana de la zona, tiene previsto soterrar la subestación eléctrica de Cuatro Caminos, -llevarla bajo tierra sin contemplar alejarla del colegio a una distancia segura-, lo cual puede entrañar nuevos riesgos para la salud de los niños y los profesores, ya que los expertos advierten de que el soterramiento de las subestaciones eléctricas incrementa la tasa de radiación en la superficie. Aunque se blinden, las medidas de aislamiento, para ser realmente efectivas, requieren inversiones millonarias que no suelen efectuarse.

Es reprochable que a estas alturas un colegio esté literalmente pegado a una subestación eléctrica como ésta cuando muchos estudios científicos de envergadura han encontrado un aumento de leucemias infantiles en población sometida a una cierta distancia o potencia de ondas electromagnéticas aunque los daños se aprecien a veces a medio o largo plazo. Según los expertos en la materia, aunque ahora no diera problemas visibles, los puede dar luego. Y, ante la duda, prevención. Pero me temo que los intereses que se puedan generar en este área de Chamberí, donde se construirán pisos de lujo y se creará un vínculo peatonal con el parque del Canal de Isabel II, puedan ser más importantes que un colegio pared con pared con una subestación.

Parece que ni Metro de Madrid, ni el Ayuntamiento ni el colegio el Porvenir toman en consideración la inmensa información científica que existe sobre los efectos de las ondas electromagnéticas en la salud de la población –y en los niños-. Y más grave es que se ciñan a la que saben que es una legislación obsoleta que en sus mediciones no contempla los criterios científicos. Sin embargo, son varias las recomendaciones de organismos internacionales como la OMS o la Agencia Europea del Cáncer, que ha catalogado las ondas electromagnéticas como posiblemente cancerígenas, y la UE, que ha pedido a los Estados miembros que adviertan a los ciudadanos de ello y apliquen el principio de precaución en su uso, sea wifi, teléfonos inalámbricos, antenas, subestaciones como ésta… Existe una gran desinformación ciudadana al respecto y gran desinterés por las autoridades para fijar criterios adecuados de prevención.

Una decepción que un colegio tan querido como éste no defienda en el proyecto municipal que sus niños estén lejos de esta subestación en pleno siglo XXI y que, tras inaugurar el nuevo aulario, eliminara del muro que comparte con el edificio de Metro de Madrid la señal de peligro que señalizaba estas instalaciones porque ahora es una zona muy transitada por niños y padres.

Contadores digitales

Por Daniel Roldán

Contadores de luz. (ARCHIVO)

Contadores de luz. (ARCHIVO)

En estos últimos días hemos podido observar en televisión que se están multiplicando las instalaciones de contadores electrónicos.

Las compañías eléctricas dicen que es beneficioso para los consumidores, ya que estos contadores realizan la lectura de forma más precisa, pero no por eso nos van a reducir el precio de la luz que consumimos en la factura.

En lo que no estoy de acuerdo es que los consumidores no podemos tener acceso a la lectura del contador, ¿por qué?, ¿les molesta que queramos mirar nuestro consumo, o simplemente nos quieren quitar dinero?

Los únicos beneficiarios de todo esto van a ser las compañías eléctricas, ya que se van a ahorrar los sueldos de numerosos empleados. La verdad que esto en los tiempos que corren no lo veo muy ejemplar ni viable.

Otro inconveniente es que no se han realizado estudios sobre cómo podrían repercutir estos contadores en nuestra salud. Podrían causar daños o enfermedades.