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Entradas etiquetadas como ‘consumidores’

Para presumir… basta con ser feliz

Por Pedro Pablo Pellón

Facua exige la retirada de un biquini con relleno para niñas. (Facua)

Facua exige la retirada de un biquini con relleno para niñas. (Facua)

Recientemente, una cadena de hipermercados ha tenido la ‘genial’ idea de poner a la venta unos biquinis para niñas de entre nueve y catorce años. Hasta ahí todo normal. El problema viene cuando vemos que esos biquinis llevan relleno en su parte superior. Como bien dice la organización de consumidores Facua, este producto potencia una peligrosa erotización de la infancia. Sin duda es todo un despropósito, alguien en esta empresa no ha hecho bien su trabajo y no se ha parado a pensar en lo peligrosas que pueden llegar a ser estas «tendencias».

Imagino que tarde o temprano la empresa comercializadora retirará el producto puesto que no le merece la pena el desprestigio y el desgaste de su marca a cambio de los cuatro euros que puede ganar de la venta de semejante engendro de biquini.

Los consumidores —y especial las consumidoras— deberíamos preguntarnos qué problema tienen los diseñadores de moda femenina. No sé, quizá sea que la mayoría de los diseñadores son misóginos, pues de otra forma no se me ocurre explicación que justifique patrones de belleza que casi potencian la anorexia, la exigencia de modelos hiperdelgadas que quepan en prendas de tallas inferiores a la 38 o el diseño y la fabricación de zapatos que teóricamente son para andar pero parecen objetos de tortura para pies y espalda.

Las mujeres deben abrir los ojos, sentirse bien por sí mismas, sin necesidad de rodearse de una ‘moda’ que las obligue a sufrir. Lo de “para estar guapa hay que sufrir” es una estupidez digna de algún diseñador de moda misógino. Para que una mujer esté guapa basta con que sea/esté feliz y se vista con ropa cómoda —o al menos no dañina— para su cuerpo y bonita a sus ojos. Las mujeres —las personas— son bellas por sí mismas, todo lo demás son rellenos superfluos.

Abrir los domingos… ¿a quién beneficia?

Por Desirée Amate

El centro comercial La Roca Village ya puede abrir los domingos. (ARXIU ACN)

El centro comercial La Roca Village ya puede abrir los domingos. (ARXIU ACN)

Leo en su periódico la noticia acerca de que el centro comercial ‘La Roca Village’ de Barcelona abrirá sus puertas todos los domingos del año. Esta reivindicación, finalmente aceptada, ha causado discrepancias dentro de nuestra sociedad en los últimos años.

Como trabajadora de este centro comercial, este nuevo horario tendría que ser una buena noticia. Somos un país en el que el turismo es una parte importante de nuestra actividad comercial y la ampliación del horario comercial aumentará los beneficios de las empresas en dicho centro.

No obstante, en la prensa sólo se han reflejado las ventajas para el consumidor, obviando los problemas que puede acarrear esta nueva mediada a los trabajadores: horarios poco conciliadores con el entorno familiar, horas de trabajo festivas no renumeradas y la imposición de turnos no acordados tendrían que advertir a nuestros sindicatos sobre la observación del cumplimiento de unas reglas que concilien los intereses de los trabajadores y empresariado.

Contadores digitales

Por Daniel Roldán

Contadores de luz. (ARCHIVO)

Contadores de luz. (ARCHIVO)

En estos últimos días hemos podido observar en televisión que se están multiplicando las instalaciones de contadores electrónicos.

Las compañías eléctricas dicen que es beneficioso para los consumidores, ya que estos contadores realizan la lectura de forma más precisa, pero no por eso nos van a reducir el precio de la luz que consumimos en la factura.

En lo que no estoy de acuerdo es que los consumidores no podemos tener acceso a la lectura del contador, ¿por qué?, ¿les molesta que queramos mirar nuestro consumo, o simplemente nos quieren quitar dinero?

Los únicos beneficiarios de todo esto van a ser las compañías eléctricas, ya que se van a ahorrar los sueldos de numerosos empleados. La verdad que esto en los tiempos que corren no lo veo muy ejemplar ni viable.

Otro inconveniente es que no se han realizado estudios sobre cómo podrían repercutir estos contadores en nuestra salud. Podrían causar daños o enfermedades.

Me niego a llamar a un 902

Por Ángel Villegas

Un hombre hablando por teléfono. (ARCHIVO)

Un hombre hablando por teléfono. (ARCHIVO)

He visto en televisión un anuncio de una empresa aseguradora que me ha parecido interesante pero, sin embargo, no me he puesto en contacto con ellos para informarme y, en su caso, hacer la póliza correspondiente. Me habría interesado información sobre un despacho de abogados que ofrece servicios que quería contratar y tampoco me he puesto en contacto con ellos. Una empresa de reformas en los domicilios ha sido también descartada; y lo mismo ha pasado con una sociedad médica, con unas eléctricas, con una de fontanería, con una de servicio de comida a domicilio, con diversos vendedores de vehículos, con un dentista, con una de tapicería y otras que no enumero por no extenderme demasiado.

Si hubiera requerido los servicios de cualquiera de estas empresas, es muy posible que hubiera podido contribuir, dentro de mi modestia, claro, a la reactivación del escaso consumo que nos podemos permitir. No lo he hecho porque para ponerme en contacto con ellas tenía que hacerlo a través de un 902 que nos cuesta, si lo usamos, más que una llamada a un teléfono normal. Yo he perdido el tiempo y las citadas empresas un cliente, o probablemente más de uno, porque a todas mis amistades les he trasmitido que no estoy dispuesto a pagar por teléfonos de coste adicional; y menos aún cuando se trata de que, quien me lo cobra, sea alguien a quien le doy a ganar dinero como cliente.

El timo de las rebajas

 

Por Juan José García García

Mi mujer se ha comprado estos días antes de Reyes un abrigo verde de una reconocida marca que se vanagloria de sus colores. Pues bien, le costó en una tienda de la calle Goya 50 euros, y ese mismo abrigo costaba en otra tienda de la misma marca, en las cercanías de Sol, 60 euros. Hasta ahí todo puede estar correcto, ya que cada tienda puede ser una franquicia y poner el precio que quiera, o bien al ser zona turística se aprovechan de ello. Pero hete ahí que el día 17 pasamos por esa misma tienda en las cercanías de Sol, y el abrigo, en Segundas Rebajas no costaba ni 60 ni 50 euros, sino que había sido “rebajado” a ¡70 euros!. Es fantástico cómo nos engañan a los consumidores con sus ofertas, promociones y campañas publicitarias, por lo menos a quienes se dejan, ¿no?

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