Cristina Tárrega y Tom Brusse tontean descaradamente en el plató de ‘Secret Story’

Ay, el mamoneo que hay en plató con los colaboradores. De una boda sale otra boda y de Secret Story salen amiguitos y amiguitas… que se lo digan a Tárrega y Tom, que si se lían serían TarreTom o TaTom. Mucho mejor que al revés, porque serían TomTa. Y como nombre de pareja, no mola. Pero antes de entrar en eso, hablemos de mi persona favorita: Chimo.

El DJ fundador, Chimo Bayo, se está adaptando muy bien a la casa de Secret Story, pero claro, él ha vivido rodeado de gente que se hacía 300 km de discoteca en discoteca durante días así que esto le debe parecer el paraíso de la coherencia y la luz. Hasta ahora Chimo pensaba que si un ser humano soltaba su cubata se moría. Los ojos rojos y el ritmo cardiaco disparado eran las constantes vitales que él siempre conoció.

Y aunque ahora está en el reino de la calma (ya veremos cuando empiecen las movidas gordas)  no ha podido evitar tener sucesos paranormales, así, sin separar la palabra, como tener pesadillas o tener que hacer la prueba con la rodilla que más que una rodilla parece una carraca. Chimo es sin duda el que está más fuera de ese mundo pero se está ganando el favor de sus compañeros y de nuestros corazones huhaneros.

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La gala comenzó con Jordi González con el pelo blanco y debajo de un foco de luz fuerte que lo enfocas hacia el sol y se pone gafas oscuras el sol. Así que el pelo de Jordi parecía el faro de Alejandría. Las polillas van hacia la luz y los barcos mercantes van hacia Jordi González.

Sofía llevaba unos pantalones que no es que estuvieran un poco rotos, así en plan moderno, es que eran jirones directamente. Esos pantalones se los encuentra un mendigo del París del siglo XIX y no se los pone por ser indignos.

Sofía y Luis están hasta los ovarios de la guait rum. Hay prisiones en Guatemala con más espacio que ellos en la sala esa de los cojones. Y claro, les dijeron que podían volver con los demás y se pusieron contentos como unas castañuelas fumadas.

Se han aburrido lo más grande. Lo único entretenido que han hecho ha sido limpiar. La puta blancura. Soy yo y les pongo una habitación gris con puntos negros, que así la mierda se disimula guay.

El caso es que los de la casa tenían que conseguir unos escarabajos para su prueba. La próxima prueba lo mismo son ratas. No sabes si son pruebas o trabajos de exterminador. El caso es que Sofía y Luis les han estado robando bichos para joderles la prueba, como era su misión, que han completado. En cuestión de misiones de cagarse la perra de difíciles está la de los paracaidistas que caen en territorio enemigo y luego lo de robar escarabajos.

Bigote va por la vida con tapones de los oídos colgados del cuello. A veces se los pone. Otras no. Qué maravillosa forma de ignorar las cosas que no te gustan.

El caso es que Jordi les dijo a los de la casa que no habían superado la prueba. Drama, dolor, desesperación. Pero al momento les pusieron la imagen de Sofía y Luis robando como si estuvieran en el Primark y el guardia hubiera ido a mear.

Jordi es una persona muy calmada y sabe captar la atención de la gente. Por ejemplo, en un momento dado de la gala estaban todos hablando y les dijo «¡CALLAOS, COÑO!».

Bigote ha estado dos horas rajando de su ruptura con María Teresa Campos. Es todo un caballero. Dijo que lo que él cuenta es la verdad y se puso a llorar. De deja el bigote para que las lágrimas no se le metan en la boca.

Isabel Rábago le hizo un interrogatorio y Bigote acabó por decir: «que digan que yo la he dejado por whatsapp… eso es incierto diez mil millones de veces». A la diez mil millones una ya es verdad. Dijo la defensora de Bigote en plató, que es una señora que lleva el pelo que se lo puede surcar un surfero, dijo que el mensaje le pidió que lo mandara Terelu. Joder, las Campos, son como la CIA, haciendo montajes.

«Como yo la quería me dio pena y volví», dijo Bigote en un momento dado, porque él es un benefactor del amor. Reparte cariño como el que da limosna a los pobres. A Bigote le pones carita de pena y vuelve contigo aunque no haya salido contigo nunca.

Toda Toya, dijo que Bigote en México tiene un negocio que es como la ONCE de aquí pero para minusválidos y «gente diferente».

Jordi les contó cómo funciona lo del pulsador y revelar el secreto de otro concursante, pero los de la casa no se enteraban.

Uno de los secretos es que «hizo un milagro». Dijo Jordi que la productora había investigado para constatar el milagro. En Zepelin hay redactores, guionistas, cámaras, presentadores y exorcistas.

Sandra tiene tanto de qué hablar que sólo habla de Tom. En sueños Sandra dice cosas de su ex. Si dentro de cien años Sandra apareciera en una psicofonía sería diciendo como en susurros «tooooom, tooooommaloooo».

«El día que yo quiera vender a Tom voy a tener los huevos de venderle en un plató», dijo Sandra Pica. Lo de vender lo dice porque en un plató te lo pagan. Que en el mundo de la tele contar algo gratis es como limpiarte el culo con billetes de 50 euros.

«No me meto en un reality con este hombre ni aunque me paguen. No puedo con él», dijo de Tom, que lo veía todo desde plató removiéndose en su asiento como si se lo hubieran llenado de hormigas carnívoras.

«Salía a por una cosa y tardaba 12 horas en volver», aseguró Sandra sobre Tom, que oye, si el estanco está lejos, pues claro, el muchacho tardaba. Madre mía 12 horas. A Tom hay que dejarle salir de casa con una pegatina en el pecho con el nombre, la dirección y un teléfono para que llame quien lo encuentre.

«Me llama para preguntarme cómo se pone el aire acondicionado o qué suavizante compra», se quejaba Sandra. A Tom le pasa lo de que se acaba el mundo y se queda él solo y lo mismo sobrevive, pero pasando calor y raspándose con la ropa.

«Doce horas eran pocas, con lo que aguantaba tenía que ser una semana», se quejó Tom en plató, que no se tomaba descansos de Sandra, se tomaba vacaciones.

En otro orden de cosas, ya en directo, los Gemeliers, Sofía y Luis les dieron una pista sobre uno de los secretos. Sofía eligió una pista sobre Emmy. La pista era el libro de Oliver Twist. Sofía dijo que lo mismo era «de una familia en la que les gustaba leer». Tócate los cojones. Si leyeran sabrían que Oliver era un niño huérfano. Y de ahí a hilar con que sus padres la abandonaron…

Vimos un vídeo de la convivencia y descubrimos que Emmy se depila los sobacos con cuchilla, pero se la pasa que parece que está segando un campo de trigo. Debe tener la piel del sobaco ya como el cuero viejo. Por ahí no la apuñalas.

La putadita semanal es que a uno de los concursantes le olerá el aliento varios días. Le darán de comer cosas que haga que le apeste la boca y la gente votaba a saco por Sandra Pica. Esta mujer se ha ganado al país. Uno de Vox y uno de Podemos se ponen de acuerdo en votar a Sandra para que le huela el aliento. Así que será ella la que tenga que conseguir que alguien le diga que le canta el pozo.

El bueno de Chimo ha tenido pesadillas. Soñó que se meaba vivo y tuvo que salir corriendo al baño. Soñó con que tenía que volver a la casa de SE  y que por el camino se meaba, así que se despertó y salió corriendo a mear en medio de la noche. Un poco más y se riega el calzoncillo. Durmió tan mal que por la mañana se tuvo que poner a hacer Yoga. Yo ga nas de dormir tengo, porque se quedó dormido.

El caso es que él dijo que su noche había sido letal, pero la pesadilla iba de que «estaba en unas oficinas y tenía que regresar a Secret Story» y la gente le preguntaba si era Chimo Bayo. OH, SÍ, QUÉ ATERRADOR. La gente que sueña con asesinos, con payasos demoníacos y con la muerte de seres queridos son unos exagerados de mierda. Oficinas, joder, me cago de miedo.

En plató Cristina Tárrega y Tom estaban todo el rato de risitas. En un momento dado Jordi les dijo «¿estáis tonteando?». Bienvenidos al primaria de nuevo, amigos. He visto asambleas en guarderías con más madurez que ese plató. Pero lo cierto es que sí: Cristina Tárrega le pone ojitos a Tom, que con el currículum que tiene es ir a lo seguro.

Y Tom, pues se deja querer, porque así es Tom, abierto al género femenino. Él no es nada egoísta y se entrega a todo lo que se mueva. Tom para todas y todas para Tom.

Ya ha habido en la casa la primera gran bronca. Ya tardaba y eso que han sido sólo dos días. El caso es que Cristina, la reportera deportiva, ha exigido a la gente en la prueba como una entrenadora rusa de gimnasia artística. Le la faltado acariciarles el lomo con un látigo. Y Lucía Pariente acabó por llamarla «la controladora de la prueba» y Fiama… bueno, sabemos que dijo algo, pero vocalizaba tan poco que parecía Arévalo diciendo tres tristes tigres.

Por último, destacar que Isabel Rábago, que está en la casa haciendo más preguntas que la KGB en fiestas ha sido la primera en darle al pulsador para resolver un secreto. Según ella es Julen el que es «hermano de su padre». He conocido familias raras, pero que tu hermano haya preñado a tu madre excede con mucho mi pensamiento libertario. Total, que la teoría de Rábago, que creo que quiere cambiar de coche y quiere los 50.000 euros, es la siguiente:

«Julen me explicó que sus padres le tuvieron muy joven, me habló de la admiración que tiene a sus abuelos», así que ella cree que «el padre tiene un hijo siendo demasiado joven y es el abuelo el que le adopta o le da la categoría de hijo, entonces se crían como hijos y hermanos» y por tanto como hermanos. Está cogidillo con pinzas…

¡Y se acabó lo que se daba!

 

1 comentario

  1. Dice ser Luz

    Bien, Gus:)

    13 septiembre 2021 | 21:40

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