¿Cómo se llega al sexo oral? Manual de estilo: resumen y crónica de ‘La isla de las tentaciones’ gala 2

El hielo y el tapujo, con la lengua te lo empujo. (FOTO: TELECINCO)

Hola amigas y amigos y bienvenidos a este tutorial de cómo se llega al sexo oral. ¿Cómo se llega? Siguiendo el ejemplo de Isaac y Marina, que son el Google Maps del cunnilingus: saben llegar por el camino más rápido. En la segunda emisión de La isla de las tentaciones hemos visto cómo se sentaban las bases de eso que todos sabemos que va a ocurrir.

Pero no adelantemos acontecimientos porque como todo buen amante sabe, los preliminares son importantes. ¿Y qué es lo que hay que hacer primero? ¿Besos, caricias?

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Empezamos: «Yo soy muy fuerte de mente y no voy a caer«, dijo Marina en el primer compás, porque ella es fuerte de mente como un huevo en un desfile de elefantes.

Mientras, a los chicos les vimos a los cinco metidos en un jacuzzi y las chicas por otro lado. Ese Jacuzzi era como una olla cociendo nabos. «De ninguno ha salido el impulso de decirles venid a daros un baño», decía Manuel.

Jesús dijo que había visto a las chicas «respetuosas» y que le gusta «que no entren dándolo todo». Jesús piensa que normalmente las chicas te dicen hola y cuando vas a responder no puedes porque tienes un pezón en la boca.

Lucía empujó a un chico a la piscina y luego salió corriendo de puntillitas. Upsi, qué atrevida. Lucía se divierte como una adolescente victoriana.

Lola y las demás emparejadas charlaban en su propio jacuzzi: «El italiano me dice cosas bonitas y ¿yo qué hago? A mí me va a gustar, como a cualquiera». Aquí tenemos las defensas de Lola contra los piropos del italiano:

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«Cómo no me va a gustar que me lo diga si es un chico guapo«, claro, porque se lo dice un chico feo y se va el chaval de allí con un escupitajo en la cara que se queda tuerto.

«Con Simone se me cae un poco la baba«, decía Lola, que babea que hay japoneses que se ponen chubasqueros y montan en barcos para ir a hacerle fotos a esa catarata. «Es que se les cae a todas», añadió. Creo que vive en un geriátrico de señoras con problemas de dentición y claro, tiene referentes raros.

Mientras, Diego, pareja de Lola, en el jacuzzi de poner a prueba tu orientación sexual decía que las chicas seguramente ni se habían metido en la piscina. NO HAN SALIDO, DIEGO, NO HAN SALIDO. «A Lola la conozco bien, sé que lo va a pasar mal», decía. Sí, Diego, la conoces bien a ella y a la física de partículas.

Total, que llegaron las primeras citas de unos y otras con los solteros y solteras.

En otras ediciones han ido en quad. En esta iban en bici. En la próxima edición les darán una zapatilla vieja para cada dos.

Lara dijo que el paseo había sido gracioso porque se le hundió un poco la rueda y casi se cae. TREPIDAS MAZO, LARA.

Ah, que no, que los chicos iban en boogies todo terreno.  El número de chicos que dejaron que sus citas hembras condujeran fue de 0. Estos chavales piensan que para seducir a una mujer tienes que demostrarle que conduces como si quisieras morir pronto.

De hecho, Hugo dijo: «A Stefany la vi un poco tensa, como agarrada, no sé si iba con miedo». Stefany tenía tanto miedo que se dejó el pantalón que le das una Tena Lady Forte Epic y aún así se moja de pis.

«Soy un excelente conductor y se tendría que fiar de mí 100%«, alegó el gallego, como el que habla con la Guardia Civil.

Citas en privado: Lola le dijo al italiano que pensó que iba a ser un chulo que iba a ir a por todas. No, Simone iba a porque le gusta la ornitología y los pájaros de por allí no los conocía, no te jode. «A mí no me engaña lo de ‘ay, soy italiano'», le dijo Lola. SÍ QUE LA ENGAÑA

«Pensé que ibas a ir de italianini, pero eres buena persona«, añadió la muchacha, haciendo un comentario con el que están encantados en la embajada de Italia, porque para nada es despectivo.

«Parece un toro, me mira y me intimida«, dijo Lola, porque lo que intimida de los toros es la mirada, no los cuernos de metro y medio ni los seiscientos kilos de peso. Anda que no dejan heridos en los Sanfermines las miradas de los toros.

Diego quedó con su churri soltera, Jennifer y le dijo que había quedado con ella por afinidad. Lo hizo mientras sus músculos oculares luchaban a muerte contra el impulso de mirarle las tetas. «Lo que más me llamó la atención fueron tus ojos», añadió el chico, que piensa que los ojos están entre el cuello y el ombligo.

Lucía te cruje la moral en la primera cita. El muchacho con el que quedó le preguntó por qué le había elegido y ella le dijo que se lleva mejor con otros, pero que estaban pillados.

El chaval le tocó el hombro y ella dijo «bueno, mucho tampoco me toques«. Si la llega a tocar Alien con una mierda en la mano se siente menos incómoda. Y el flipao de Víctor, que así se llamaba, dijo después «si yo quisiera Lucía se podría incluso llegar a enamorar de mi». Claro que sí. Podemos dar todos gracias de que Víctor no quiera enamorarnos, porque se pone y es capaz de conseguir que Putin le mande fotopollas.

Un tal Javier quedó con Lara y dijo medio millón de veces que quería que ella se abriera, porque como es gallega debe pensar que es un berberecho.

Hugo quedó con la soltera y le dijo que no le gusta la rutina, que no le gusta hacer siempre lo mismo, que le gusta «ir un día al monte y otro a la montaña». A TOMAR POR CULO CAMBIO RADICAL. Cuando Hugo se siente loco, loco, cambia la playa por una cala.

«Coger la furgo y dar vueltas es mi plan favorito«, dijo el gallego. El pequeño Huguito de mayor quería ser repartidor de Amazon.

Marina quedó con Isaac. El monólogo que inició Marina parecía un catálogo de piropos.

«¿Cómo te gustan a ti las chicas?», preguntó Marina. Despatarradas y poco hechas, por lo que sabemos.

Perdón, perdón. jajaja

Marina le dijo que el que ella cayera en la tentación era «casi imposible». Uy ese CASI. Ese ‘casi’ salvador.

Jesús, mientras, estaba con Bela. Al minuto se estaban tocando el pelito. «Creo que nos podemos encajar», dijo Bela, que no estaba pensando precisamente en el Tetris, si no en como se la encajan los papás a las mamás.

Tras las primera cita Lola seguía babeando más que un mastín mirando el escaparate de una carnicería. «Me encanta que me achuchen, que me sienta pequeña, como una princesita, sé que suena típico…«, no, suena más a siglo XV.

«Noto que Isaac y yo nos buscamos con la mirada», dijo Marina.  Y con la boca, que Isaac, aún no lo sabes, Marina, es como un animalillo trufero buscando raíces.

En un momento dado, Sandra Barneda apareció. Se quedaron los chicos que si aparece un señor con una motosierra lleno de sangre se acojonan menos.

«Nunca había sentido ese pellizco interior, ha sido un pellizco muy, muy extraño«, dijo Jesús, que no sabe si son celos o un infarto.

«Tengo que hablar con vosotros. Manuel, ¿por qué crees que estoy aquí?», preguntó Sandra Barneda. «Porque tienes algo que contarnos», respondió él, que es un genio.

– Manuel, ¿en qué batalla murió Nelson?

– En la última.

– Gracias, Manuel.

Y así.

Pero no, Sandra llevaba imágenes. Marina salía más que Yahvé en la Biblia. Jesús, su novio, se mordía las uñas con una fuerza que lo mismo se mordía las suyas que las de un velociraptor.

El vídeo consiguió su objetivo: que los chicos piensen que ellos, reprimiéndose, están haciendo el pringao.

Al programa sólo le faltó mandar a Sandra con unas muestras gratis de lubricante. Les dijeron que va, venga, que se pusieran un poco a prueba. «Deberíamos soltarnos un poco más», concluyeron.

«Os aconsejo que conozcáis más a las solteras, que lo viváis intensamente, que os entreguéis, que esta experiencia sólo la vais a vivir una vez en la vida», les dijo Sandra con un convencimiento que hace ese discurso en un funeral y eso acaba en orgía.

Los chavales no se quedaron con la mosca detrás de la oreja, se quedaron con un buitre leonado. Y eso fue como abrir la puerta de toriles. Se soltaron todos como en un criadero de conejos.

En la casa de las chicas también se entretenían y se pusieron a jugar Marina e Isaac a lo de pasarse un hielo con la boca, prueba que le encanta a los ortodoncistas y al señor ese que anuncia dentífrico contra la sensibilidad dental.

Isaac metió más lengua de lo debido, que casi se traga el hielo como el costado del Titanic. Pero es que este chico, por lo que sabemos, lo de usar la lengua lo hace mucho. Cuando era pequeño le tuvieron que quitar la hucha porque sacaba las monedas.

El caso es que, claro, en la casa de los chicos, sonó la alarma y la luz de la tentación. Manuel se quedó mirando a todos lados desconcertado, como un niño perdido. Él pensaba que era Lucía.

«Quiero pensar que no era Marina», dijo Jesús. Bueno, tú piensa lo que quieras.

Lola iba a lo suyo con el italiano. «Tengo miedo de acercarme a Simone, pero no puedo evitarlo«, dijo ella. Aquí la vemos:

«Los escorpios, somos… sabes, así que… ¿sabes? pero luego… ¿sabes?», decía por su parte a las chicas Diego, que tiene un vocabulario que podría ganarle al Scrabble a uno de la RAE.

Y al poco… ¡AUUUUUUUUUUUUA AUUUUUUUUUUUUUUUUA! Otra vez sonó la alarma en casa de los chicos, por un acercamiento de Simone con Lola.

Raúl estaba muy preocupado. Ah, no, que Raúl estaba durmiendo. Como Hugo, que casi tienen que darle con un desfibrilador para que se despertara. Esta gente no sabes si duerme o entra en coma.

Lola se acojonó y dijo que Diego es «rencoroso y vengativo» y estaba preocupada porque podría quitarle a su perro Horus, porque «hombres hay muchos, pero perro sólo ese». Sí, en las protectoras se dan de hostias por pillar un perro porque apenas hay.

Claro que Lola lo mismo está acojonada porque Rosito no acabó bien en la edición pasada y Diego podría llevar al siguiente nivel el concepto de «perrito caliente».

Una cosa os digo: me pone de los nervios que se metan con las copas de cristal en la piscina. Se rompe una y se arma la de dios es cristo.

Total, que con lo de que en la casa de los chicos suena la alarma más que en un parque de bomberos, ellos se soltaron y se pusieron a bailar, a ronear en la piscina…

Pero las chicas, que maduran antes, iban por delante y Lola siguió con los cariños con el italiano y la alarma volvió a sonar y a encenderse la luz roja en casa de los chicos. A los de producción del programa les va a llegar una factura de electricidad sólo de esa alarma que flipas.

Sandra fue a ver de nuevo a los chicos y acabaron todos llorando. Acabó llorando hasta ella. ¿Conocéis la canción esa de «los chicos no lloran, tienen que pelear»? Pues estos chavales no, no la conocen. Tienen los lacrimales más entrenados que Dwayne Johnson.

Y LLEGARON LAS HOGUERAS

La de los chicos, para ser exactos. ¿Queréis saber con qué ánimo iban los chicos a su hoguera? Así:

Empezó con Diego y Lara. Lara salía diciendo que si su «destino no está con Hugo» pues que tampoco era un drama. Pero no había filete, así que Hugo se quedó tranquilo.

Le tocó a Jesús, con Marina. Válgame. Acababa de empezar el vídeo y ya estaban todos los demás chicos dándole el pésame a Jesús. En la Filmoteca Española hay menos imágenes que en la tablet de Jesús. Llegó un momento en el que Jesús habría preferido mirar hacia sus tripas desparramadas en el suelo que a la tablet.

Cuando llegó lo del hielo y el besuqueo de Marina con Isaac los demás chicos le daban abrazos y besos. Le consolaban como si hubiera perdido a un pariente.

«Por dentro hay un puñal, pero no voy a llorar nada, no me va a ver llorar, nada, no se lo merece», dijo Jesús. A Jesús le despidieron de la película de 300! porque en las batallas le daban tajos y se quedaba inexpresivo y jodía las escenas.

«Me ha hecho una perrería, quien hace una perrería es una…«, dijo el muchacho, que se iba viniendo arriba. Bueno, Jesús, afloja un poco, muchacho.

Turno de Manuel y Lucía. Lucía ha sido más pura y casta que una estampita, así que no había imágenes para él. «Para que tu experiencia siga siendo positiva es mejor que no veas imágenes en esta hoguera», le dijo Sandra. Ahí, jugando al despiste.

Vamos con Raúl y Claudia. ¿Claudia? Ni me suena el nombre. Ha tenido esta chica menos protagonismo que los que salen de fondo en las películas. Había imágenes, pero para todos los públicos.

Y le llegó el turno a Diego. Ay. Había imágenes en cinemascope y 3D. Pero no las vimos. Se quedó ahí el programa.

En el adelanto de la semana que viene vimos a Marina diciendo «y yo conteniéndome». JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA

SE VIENEN CURVAS.

3 comentarios

  1. Dice ser pajaro

    Junta a un macho y una hembra en celo, dales un espacio y tendrás pollitos.

    Ah perdón, pensé que hablábamos de criar aves en cautividad.

    Estos pájaros es lo que tienen.

    29 enero 2021 | 10:30

  2. Beso sin lengua y con los dientes bien mordidos no es beso.

    29 enero 2021 | 13:40

  3. Dice ser Lau

    Eres tan bueno que hasta te copian, Gus: https://weloversize.com/la-isla-de-las-tentaciones-3-capitulo-2/

    30 enero 2021 | 05:42

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